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Capitulo 28

Segunda actualización del día
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— ¿Qué es esto mamá?

— Dinero.

Rodó los ojos con diversión ante la respuesta evidente de lo que sostenía en su mano y que acababa de ser entregado por la mayor que estaba frente a él y lo miraba con una sonrisa.

— Puedo ver eso, me refiero a porque me lo estas dando.

— Porque es hora de que vayas a ser feliz.

Se quedó en silencio viendo la cara de su madre, intentando entender el hilo de la conversación, pero se dio por vencido unos segundos después.

— No entiendo a qué te refieres, pero de todas maneras no voy a aceptar tu dinero, yo tengo un trabajo y gano mi propio dinero. — Tomó con suavidad una de las manos delgadas de largos dedos y depositó el sobre con el dinero. — Se que estoy faltando al restaurante desde que inició el juicio, pero Namjoon-hyung me dio un permiso así que-

— Mi pequeño, ven vamos a sentarnos. — La mano que sostenía la suya empezó a conducirlo al sillón y aún sin soltarlo, su madre se sentó y él imito el movimiento. — Primero te informo que este dinero no es mío, es tuyo. Te lo dije, he guardado todo lo que me has enviado desde que nos dejamos de ver y ahora te estoy entregando una parte y te daré todo si me lo permites. — Su madre alzó la mano frente a él como señal para que no dijera nada y continuó hablando. — Tae, ambos pasamos por situaciones difíciles en el pasado, pero no tienes ni idea de lo que estoy dispuesta a dar por volver el tiempo, no para cambiar nada en mi historia pero si para evitar que sufrieras de esa forma. Yo fui rechazada por mi familia cuando salí embarazada, fui rechazada por mi novio de ese tiempo, pero desde el primer instante en que supe de ti yo ya te amaba y sabía que no me importaría enfrentarme a nada con tal de verte crecer feliz, para mi nada de lo que hice fue un sacrificio, mi pequeño.

Las lágrimas ya estaban deslizándose fuera de sus ojos y lo mismo sucedía con la mayor frente a él.

— Pero no quiero volver a verte llegar tan agotada por tener dos turnos, no quiero que vuelvas a bajar de peso porque no tenías tiempo para comer y no quiero que todo eso lo hagas solo por mí. Nunca te vi comprarte unos zapatos por gusto, solo lo hacías cuando ya era absolutamente necesario, igual que con tu ropa o bolsas. Mamá yo quiero que disfrutes y no te limites si quieres algo.

— Y estoy dispuesta a hacerlo pero nunca lo haría si eso significa que tu mismo no podrás hacerlo. — La cálida y familiar mano acaricio su mejilla y limpio unas cuantas gotas que hacían su camino por ahí. — Todos tenemos una única vida y has evitado vivir la tuya por miedo y por querer mejorar la mía. Quien te hizo daño en el pasado ahora está enfrentando las consecuencias y yo estoy perfectamente sana y puedo trabajar para poder pagarme mis caprichos, ahora lo que necesito ver es que tu utilices el dinero que tú mismo has ganado y te des la oportunidad de buscar algo que realmente quieras hacer, a lo que te quieras dedicar, y por supuesto me encantaría que te des la oportunidad de amar y ser amado.

Vio una vez más la sonrisa que desaparecía sus miedos y después estaba envuelto en los brazos que siempre tenían un lugar disponible cuando él se quería refugiar en busca de consuelo, cariño o protección.

— Hoy es un día hermoso y tú necesitas salir a divertirte después de pasar tanto tiempo encerrado y después de la semana tan pesada que tuviste. — Su cuerpo fue empujado con suavidad de los brazos de su madre y otra vez estaba viendo el rostro feliz de la mayor. — Usa ese dinero para que vayas y compres ropa para salir y utiliza el resto para tener una muy, muy larga cita con ese alfa que tanto te gusta.

Sus ojos se abrieron demasiado por las últimas palabras. Normalmente le contaba todo a su madre, pero su enamoramiento por Minjae fue un secreto que se guardó hasta sí mismo. La mayor estaba en Daegu cuando se confesó ante sus amigos y solo tenía cinco días desde que había regresado por ello aun no le contaba nada.

— ¿D-de q-qué ha-blas mamá? – preguntó separándose un poco para poder ver los ojos de su madre.

— Mi vida, nunca habías hablado con tanta emoción de alguien. — Las manos delicadas acariciaron sus mejillas y se mantuvieron ahí, acunándolas. — Cuando conociste a tus nuevos amigos me hablaste y me describiste a cada uno, pero siempre te escuchabas especialmente feliz cuando hablabas de Minjae. Confirme lo que pensaba cuando llegué aquí y te vi mirarlo, tienes unos ojos hermosos mi pequeño bebe oso, pero ellos no pueden ocultar cuanto te gusta.

Bajó su mirada con vergüenza instalándose en su rostro.

— Se que estuvo mal que me fijara en él, sobre todo cuando Jimin se había convertido en un amigo increíble, pero no pude evitarlo, me dije muchas veces lo mal que estaba, pero no fui capaz de alejarme, a pesar de que sabía que no podría estar junto a él.

— ¿Ahora qué es lo que te impide ser feliz? ¿Qué es lo que te impide que le pidas una oportunidad? — Los dedos en su mentón lo hicieron levantar la mirada, pero sabía que lo que iba a decir provocaría que de nuevo se escondiera de los ojos inteligentes de su madre.

— Creo que él aún quiere a Jimin, no se si pueda olvidarlo.

— Eso no lo sabrás realmente hasta que lo intenten, ambos. Ahora vete mi niño, comienza a arriesgarte para conseguir a tu primer amor.

— Pero dicen que los primeros amores nunca duran.

— Cualquier relación se puede acabar, no importa si es la primera o la quinta, mantenerla solo dependerá de ti y de tu pareja. Esas son precisamente las experiencias que necesitas vivir y si algo sale mal, nunca olvides que estaré para ti.

Un rompimiento era algo agotador.

O tal vez solo lo era en su caso.

Después de que organizó el encuentro entre su hermano y su ex-novio, tomó cuatro días para que se volvieran a encontrar. Sabía que el celo de Jimin estaba cerca cuando lo decidió, por eso lo hizo, realmente esperaba que ellos dos pudieran avanzar.

Se dijo que en cuanto a la relación que formarán ellos dos, él iba a estar bien, pero pensarlo era algo sencillo, definitivamente no reaccionó de manera calmada cuando vio la marca reciente en el cuello del omega.

No formó un alboroto o una pelea, tampoco volvió a decir cosas hirientes, pero si se sinceró ante los dos mayores. Era difícil de procesar todo lo que pasó y no se sentía preparado para intentar formar una nueva relación de amistad con los dos.

Descubrir la mentira de dos de los seres que formaban parte importante en su vida había dejado una gran marca, una herida que no podía curar de un día para otro. Quería a Jimin, sin duda formó un lazo que iba más allá de la amistad. Jin es su familia, lo amaba y admiraba desde que tiene memoria, extrañaba todo lo que compartía con él.

Deseaba regresar a como era antes, pero la confianza era algo que no se recuperaba tan fácilmente, al menos en su caso. No podía saber lo que pasaría más adelante, pero estaba seguro de que tampoco se encerraría en sí mismo y se negaría a cualquier movimiento que intentarán ellos para reconstruir la relación que tenían, o para crear otra nueva.

Un sonoro suspiro salió de sus labios y se hundió más en el sofá individual en el que se encontraba, había ido a la casa de su amigo en cuanto salió del departamento que aún olía a Jimin y a Jin.

— Puedo oírte pensar. — Jeonghan lo miraba con una sonrisa desde el otro sillón, el omega mayor conocía la historia de lo que pasó con su hermano y Jimin, fue quien le ofreció quedarse en el departamento que compartía con su alfa, Seungcheol, el líder del equipo de homicidios. — ¿Ya decidiste si volverás hoy a tu departamento? Sabes que a Seungcheol y a mi nos gusta tenerte aquí, así que no regreses si aún no te sientes preparado.

— Ya platique con ellos, hyung. No volveremos a lo que éramos antes, por lo menos no por el momento, pero tampoco los evitare de por vida. Hoy me regresaré al departamento, Jin-hyung también volverá pero no forzaremos nada en nuestra relación.

El mayor solamente asintió y unos segundos después fue a atender a quien tocaba en la entrada principal. Trató de despejar un poco su mente y regreso su mirada a la pantalla donde estaba la película de acción a la que no le entendía nada por haberse perdido en sus pensamientos los primeros cuarenta minutos.

— Minjae, te buscan.

Miró en dirección hacia el omega y solo pudo ver la extraña sonrisa que le dedicaba antes de que su mirada se posara en unos hermosos ojos y una tímida sonrisa.

— Ho-Hola. — El beta pelirrojo habló lo suficientemente alto como para que lo escuchara y enseguida dirigió su mirada al piso con las mejillas rojas.

— Estaré en la habitación, ustedes pueden hablar aquí.

El mayor de los tres salió de ahí no sin antes darle esa extraña sonrisa nuevamente.

— ¿Sucede algo, Taetae? — Se levantó y acercó lentamente al más alto pero se detuvo a una distancia considerable para no invadir su espacio personal, aunque su lobo le gruñera por no envolver al beta entre sus brazos.

— Quería... Ve-Vengo a invi-invitarte... — Un bufido exasperado salió de los labios del contrario y un puchero se instaló un segundo después. El mayor estaba dudando en continuar y probablemente estaba un poco molesto son sigo mismo, pero él solo podía esconder una sonrisa ante lo adorable que se veía. — Minjae... vengo a invitarte a una… cita…

Parpadeo varias veces antes de poder procesar las palabras del mayor. Creyó que había escuchado mal, peor el sonrojo cubriendo el rostro y cuello del pelirrojo le confirmó que su oído estaba bien.

— Eh... S-Si…

— 𝓑𝓮𝓽𝓪 —

Después de haber pasado toda la tarde en el parque de diversiones y de haber recorrido casi todas las atracciones, su sonrisa no podía ser más grande.

Esa salida fue lo mejor que le había pasado en meses. El parque, la comida y los juegos mecánicos fueron divertidos, pero podía asegurar que la compañía de Taehyung era lo que le permitió disfrutar todo eso. Debía de darle las gracias y hablarle con la verdad y ya sabía cómo iba a hacerlo.

— Taetae, subamos a la rueda de la fortuna.

El mayor asintió con una sonrisa enorme en su cara y esta se transformó rápidamente en una tímida cuando él lo tomó de la mano y lo dirigió a la fila. No lo soltó en ningún segundo, la conversación que habían mantenido toda la tarde ya no estaba durante los minutos que tardaron en subir, pero el silencio no era incómodo y la mano de largos y delgados dedos se sentía muy bien entrelazada con la suya.

Cuando finalmente la rueda empezó a moverse y ellos ascendieron, fue cuando fijó su mirada en el perfil perfecto del rostro del pelirrojo.

Su mano libre se posó en la mejilla derecha del mayor y lo giró lentamente hasta que ambos se miraban a los ojos directamente.

Dejó una suave caricia en el rostro ajeno y cuando los ojos enmarcados con gruesas pestañas se cerraron fue cuando por fin unió ambos pares de labios.

El beso duró apenas unos segundos, solo movió mínimamente los labios en un toque gentil antes de separarse y dejar las frentes unidas.

Podía sentir bajo la palma de su mano el ligero temblor que tenía el cuerpo del mayor, podía oler el aroma dulce del caramelo que emanaba la suave piel y podía saborear los labios contrarios como si aún estuvieran unidos con los suyos, tuvo que cerrar los ojos durante un corto momento para poder tranquilizarse y no volver a abalanzarse en busca de otro beso.

— Taetae… —Pasaron varios latidos de su acelerado corazón antes de que reuniera la fuerza suficiente para separarse un poco. — Necesito decirte algo.

Su sonrojado beta asintió mientras aprisionaba el labio inferior entre sus dientes. El gesto era nervioso, lo sabía, pero no pudo evitar la necesidad de succionarlo y morderlo ligeramente él mismo. Presionó sus dientes con la suficiente fuerza como para sacar un gemido bajo del contrario y solo entonces esa loca necesidad en su mente cesó un poco y le permitió separarse.

La respiración del mayor estaba un poco entrecortada, el labio estaba hinchado y los ojos un poco desenfocados, se sentía tan bien saber que estaba así por su causa, pero también lo asustó tener esos pensamientos nuevamente.

— De esto es de lo que quiero hablar. — Dejó una caricia en los rojos cabellos y se detuvo en la curva del cuello largo y delgado. — Taetae, lo que me pasa contigo es demasiado confuso y algunas veces me da miedo del rumbo que toman mis pensamientos. — Esperaba la confusión que vio en la cara del beta. — Cuando nos conocimos me quedó claro con una sola vista que eras hermoso, cuando empecé a conocerte y ver tu personalidad supe que no solo lo eras en apariencia sino también en tu corazón, pero seguía viendo cierta tristeza en tus ojos que me intrigaba. Nunca antes me había sentido tan protector con alguien, ni siquiera con mi familia o Jimin, pero cada vez que te veía quería agárrate y abrazarte y no soltarte hasta que la tristeza se fuera de tus ojos, porque mi lobo insistía que eras mío. En varias ocasiones me sorprendí a mí mismo pensando en besarte, lo hice una vez cuando te quedaste dormido en mi auto, antes de la fiesta de Namjoon-hyung y Kookie.

Los ojos del mayor se abrieron bastante por la sorpresa.

— Cre-Creí que lo había soñado. — Nuevamente comenzó a morder un poco el labio inferior con un sonrojo más que evidente aún con la luz tenue. — Y-Yo... no se cuando empezó, pero sí sé que me ena-enamore de ti, me hacías sentir feliz, me sentía seguro y cada vez que hablábamos por teléfono me gustabas más. En todo momento me repetía que estabas en una relación con Jimin, me hacía sentirme culpable pero no quería dejar de tener ese sentimiento. Tenía y aun tengo miedo de lo que significa tener una relación amorosa con alguien, me asusta todo lo que implica. Pero... quie-quiero intentar una contigo.

Soltó un suspiro, a su lobo le encantaba la idea, ya estaba brincando en su interior, pero aún había algo que se lo impedía.

— Tae, no puedo negar que me gustas, eres asombroso en todos los sentidos, pero no quiero lastimarte. No se exactamente que es, pero aun siento algo por Jimin. No quiero usarte para olvidar por completo a Jimin, no quiero empezar nada contigo sin aclarar antes mis sentimientos por completo. No sé si lo amo o no. Hay algo que me impide avanzar y quiero estar seguro que lo que siento por ti no solo es posesividad, quiero tener sentimientos claros, es lo que tu te mereces.

Los ojos que lo miraban atentamente se llenaron de lágrimas y ahí estaba de nuevo su lobo reclamando que lo atrajera contra su cuerpo y no lo soltara.

— N-No... yo... no me importa, es-esta bien que me uses-

— No. — Dejó que sus manos acunaran el rostro de bellas facciones. — No, Taetae. Nunca vuelvas a decir algo así, ni a mi ni a nadie. Tu eres alguien hermoso, por dentro y por fuera te mereces lo mejor del mundo, nunca más permitas que alguien trate de usarte, nunca.

— Pero dijiste que te gusto, yo... yo puedo intentar gustarte mas… — La voz rota y el temblor en el cuerpo delgado del mayor se podía notar incluso aunque él no lo estuviera tocando. Lo jaló aún más contra sí y por fin cedió al impulso de rodearlo con sus brazos. — Yo lo intentaré…

— Shhh... — Empezó a dejar besos en los suaves cabellos. — Taetae, tú no tienes que intentar absolutamente nada, eres perfecto como eres. Lo que me da miedo no ser diferente de las personas con las que trato en el trabajo, a veces me siento tan posesivo contigo, no quiero que nadie te toque o esté cerca y cuando entré en celo no pude evitar querer marcarte con mi aroma. Eso no está bien Taetae, es confuso para mi que en momentos tenga la necesidad cuidarte y protegerte como lo haría con mi hermano o mis amigos pero al siguiente ser a quien no le importaría encerrarte en un cuarto en el que solo yo tenga acceso si así puedo evitar que alguien te haga daño. — Sintió el escalofrío que recorrió por el cuerpo del mayor. — Eso es lo que es confuso y me da miedo el alcance de mis pensamientos. No quiero ser alguien que añada una cicatriz a tu corazón. Quiero poder aclarar mis sentimientos por ti y por Jimin, después quiero obtener por lo menos un poco de control en mis emociones cuando pienso en ti, solo entonces, si aun lo quieres, me encantaría tener otra cita igual de increíble que esta, pero esta vez al finalizar la noche te estaré pidiendo que seas mi novio.

Se quedaron en silencio algunos segundos. Ambos miraban por el vidrio de la cabina donde estaban. Al parecer se encontraban en algún lugar cerca de la cima, podían apreciarse todas las luces de los altos edificios creando un bello y tranquilo paisaje nocturno.

— ¿Cómo... Cómo terminará la noche en esta cita?

La voz un poco ronca del mayor se escuchó algo dudosa y con un toque infantil. Cuando lo separó un poco de su cuerpo pudo ver, que efectivamente, tenía un puchero en los delgados labios.

Una sonrisa se extendió por su rostro. Detuvo firmemente la cara del mayor con sus dos manos y empezó con el tercer beso de esa noche.

Ese toque era el último, por el momento. Estaba seguro de que pronto tendría a su corazón, su mente y a su lobo, lo suficientemente preparados para poder avanzar, por ahora solo necesitaba sentir el sabor adictivo de esos labios una vez más.

Aún nos queda un último capítulo hoy, en u  ratito lo publico.

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