Capítulo 25
Segunda actualización del día ♡
Era la primera vez que salía a un lugar que no fuera el trabajo desde que se encontró con su ex padrastro en el supermercado, ya habían pasado más de dos meses.
También había pasado casi una semana desde que había visto a Minjae.
Estuvo tentado a llamarle en más de una ocasión, pero se dijo a sí mismo que tenía que darle espacio al alfa. Después de que pasaron el celo del menor juntos Minjae se entero de lo que pasaba entre Jimin y Jin, dos días después pasó el encuentro con su ex padrastro y otros dos días después comenzaron con esa rutina donde el alfa lo esperaba fuera de su departamento. Todo mientras compartían una marca que provocaba el instinto protector de Minjae hacia él. Cuando pensó en todo eso, se dio cuenta de que ninguno de los dos había tenido mucho tiempo para pensar correctamente. En realidad nadie de su grupo de amigos había tenido mucho tiempo para procesar todos los eventos que habían vivido en tan poco tiempo.
Por eso cada noche que no estaba Minjae esperando por él, se decía que estaba bien, que él menor pronto aclararía su mente y tendrían una conversación adecuada.
Mientras tanto se dedicó a disfrutar del día en el centro comercial donde Jimin y él acompañaron a Namjoon y Hoseok a su prueba de trajes para la boda. Después de eso recorrieron las diferentes tiendas de ropa que Jimin conocía de memoria y visitaron otros tantos locales de comida que se le antojado a Hoseok en el camino.
Todo el paseo había sido divertido y realmente había despejado su mente. Aunque eso quizás había cansado a su embarazado amigo Hoseok, su rostro lucía cansado y adormilado.
— Hobi-hyung, ¿estas bien? — El omega pelirrojo abrió mucho los ojos, sorprendido por su voz. — Hyung, debiste decirnos que estabas cansado.
— No lo estoy. — Jimin y él no estuvieron de acuerdo, se notaba cansado. — Es verdad Taetae, me comenzó a dar sueño por todo lo que comí, solo necesito un poco de agua para mantenerme ocupado en algo.
— No hyung, es mejor que nos vayamos.
— Pero ustedes aún no terminan sus compras. Realmente solo necesito la botella de agua.
Sonrió conmovido de que su amigo pelirrojo quisiera continuar con la salida solo porque sabía que era la primera vez que salía en semanas. Pero realmente había disfrutado de ese día, no le importaba en lo absoluto retirarse del centro comercial en ese momento.
— Te traeremos el agua, pero también nos iremos. — Jimin lo dijo en su tono que no aceptaba reclamo, por lo que nadie más hablo, si había alguien sobreprotector con un Hoseok embarazado, a parte de Namjoon, era el bajito omega de cabello plateado. — Volvemos enseguida.
Su mano fue tomada con un agarre firme del más bajito y caminaron tranquilamente a las máquinas expendedoras. No se encontraban inmediatamente a la vista porque había un anexo escondido en una esquina donde sabía que había varios tipos de máquinas alineadas.
Avanzó decidido a conseguir una botella de agua, pero su billete estaba un poco doblado… bueno, muy doblado porque solo lo había empujado en su bolsillo delantero sin cuidado alguno. Pero debería de funcionar, si la maquina cooperaba, lo cual no estaba haciendo porque ya le había devuelto su billete varias veces.
Jimin estaba detrás de él riéndose, algo que él haría totalmente si fuera de manera contraria.
— Ya ríndete Taetae, usa mi tarjeta, será más rápido.
— Una máquina no va a despreciar mi billete.
Ya había utilizado la esquina de la propia máquina para alisarlo, las esquinas ya no estaban en ángulo, no mucho, así que ahora realmente tenía que aceptarlo.
Lo devolvió una vez más.
— ¡Maldición!
Pudo escuchar la carcajada que soltó Jimin. Su puchero se pronunció por no lograrlo. Intentaba averiguar como engañar a la tonta máquina cuando escuchó la orden con voz alfa que provocó que el miedo escalara por su columna vertebral.
— Quieto.
Se giró con el miedo aún aferrado a su piel y aumentando cuando encontró a su amigo bajito y Dong Sung-woo detrás de él sonriendo maliciosamente mientras rodeaba el cuello del omega con un brazo y presionaba un arma contra su costado.
Comenzó a temblar, tanto que cualquiera podría verlo, también las lágrimas que se acumularon en sus ojos.
— Te conviene no hacer nada estúpido — dijo Sung-woo quitando su mirada de él y enfocándose en Jimin —, tengo un arma apuntándote, así que será mejor que te calmes, seas un buen omega y te quites de mi camino para llevarme a Tae conmigo.
El rostro del más bajito estaba rojo de furia, también sus ojos tenían una mirada fulminante.
— Pues mejor dispara, veremos si eso no llama la atención. No vas a poner tus asquerosas manos en Tae.
Se asustó por el desafío en la voz de su amigo, lo decía totalmente en serio y no le importó la escalofriante risa del alfa que lo sostenía.
— No será necesario que usemos la violencia. Taehyung es un buen y obediente hijo que vendrá conmigo por las buenas si no quiere que lastime a su amiguito. — Esos ojos, esos malditos ojos se posaron en él nuevamente y de nuevo era un lío tembloroso de miedo. — ¿No es así Tae?
— No le hagas caso Tae, corre con Nam y Hobi.
Nunca podría hacer eso, nunca dejaría a su amigo en esas manos crueles que no les importaba lastimar.
Movió su cabeza con fuerza negándose a la petición de su amigo, quería decirle tantas cosas ahora que estaba tan cerca de ser llevado por Sung-woo, “gracias por ser mi amigo” era la principal, pero un nudo enorme en su garganta le impidió que hablara con el omega bajito.
En su lugar dirigió su vista al alfa.
— No. Suéltalo, no le hagas nada, vo-voy a ir contigo.
— ¡No!
El gritó de Jimin fue interrumpido por la mano del alfa que se había retirado con suficiente rapidez para sacar un pedazo de tela que después coloco encima de la boca y nariz de su amigo.
Dio un paso vacilante hacia enfrente pero Sung-woo movió el arma en el costado de Jimin recordándole que aún podía hacerle un daño irreversible al omega.
Con lágrimas deslizándose fue testigo de cómo su amigo luchaba con menos fuerza cada vez hasta que sus ojos comenzaron a parpadear más lento y sus piernas perdían fuerza.
Cuando el más bajito quedó en el suelo, Sung-woo lo siguió señalando con su arma, de esa manera se aseguró de que avanzará cuando le pidió que se acerca. Con sus piernas temblando hizo lo que pidió, no podía dejar que le disparará a Jimin nunca permitiría eso.
— Jimin…
Quería tocar a su amigo asegurarse de que estaba bien, pero el alfa lo tomó rápidamente del cuello y presionó el arma contra su costado, cubierta por la chaqueta que usaba, jalándolo hacia las puertas.
Cuando las grandes puertas del centro comercial estaban frente a él solo pudo pensar en sus amigos, en Minjae y el bebé de Hoseok que aún tenía que conocer. No se podía ir con ese alfa.
Disminuyó su paso, lo peor que podía hacerle Sung-woo era dispararle, pero aun así era una mejor alternativa que ir con él.
Estaba preparando todos sus músculos para dar media vuelta y correr cuando los labios del alfa y su aliento chocaron contra su oído.
— No te conviene escapar. Si lo intentas podría regresar por tu lindo amigo omega que esta inconsciente en el suelo o por ese otro que esta embarazado. — Cerró los ojos y siguió caminando en silencio, tendría que encontrar otra manera cuando estuvieran más lejos. — Perdón por tardar dos meses en volver por ti, pero tenía que mantener un perfil bajo y además el viejo tardó mucho en conseguirme el arma y un auto sin registrar.
Le dio un beso en la mejilla que solo le provocó unas inmensas ganas de vomitar. Se sentía sucio, contaminado teniendo el repugnante tacto y aroma de ese alfa sobre él. Casi se alegro cuando el mayor le señaló un auto para que subiera porque para hacerlo tuvo que separarse de él. Aunque antes le quitó si celular y lo arrojo debajo de otro auto del estacionamiento.
Cuando estuvo sentado y planeando como salir rápidamente cuando el mayor rodeara el auto, Sung-woo cerró la puerta con fuerza y se inclinó con una sonrisa en su rostro.
— Por cierto. Voy a rodear el auto para subirme pero se que tu serás un buen hijo y no harás nada estúpido. — Lo miró con un poco de desafío, algo que solo agrandó la sonrisa del alfa. — Veo que tomaste valor con los años, pero déjame revelarte algo que desconoces. Si tu intentas escapar, yo tomaré mi celular y le marcaré a mi gente en Daegu, donde están manteniendo una estrecha vigilancia de tu mamá.
¡No!
Su alma se encogió ante la mera idea de que su madre estuviera en peligro. Ya no pudo contener más las lágrimas. Lloró porque realmente el alfa había ganado, si él intentaba escapar podría herir a sus amigos o a su madre y no podía permitirlo.
Le hubiera gustado estar en la boda de Namjoon y Hoseok y conocer al bebito que tendrían, quería saber cuando Jungkook y Yoongi tendrían a su primer cachorro y le hubiera encantado ver el momento en que Jin y Jimin finalmente podrían estar juntos.
Y Minjae…
Ojalá hubiera tenido un último beso de Minjae, solo un beso le hubiera dado fuerzas para soportar lo que tendría que vivir en las manos de Sung-woo, quería ser envuelto nuevamente en esos brazos fuertes donde se sentía tan protegido.
Pero no podría hacer nada de eso, ya no vería a sus amigos, a su mamá, ya no podría agradecerles por lo mucho que habían iluminado su vida.
Lloro aún cuando el alfa le grito varias veces que se callara mientras conducía, no le importaba, había perdido la parte luminosa de su vida, ya no le importaba.
En algún semáforo finalmente se detuvieron y el mayor lo sacó con brusquedad del auto. No había prestado atención al camino. Se dijo que ya no importaba hasta que varios minutos después reconoció las calles que rodeaban la zona donde estaba su departamento y tuvo algo de esperanza cuando a lo lejos notó al señor Choi regando sus plantas.
Le había contado al anciano alfa sobre Sung-woo, esperaba que al pasar frente a su casa el mayor supiera reconocer su mirada angustiada o al menos lo detuviera para conversar como lo hacía siempre. Casi salta de alegría cuando el señor Choi volteo a verlo.
— Taehyung, hace mucho que no te veo, nunca volviste ese día para que conversáramos. — Detuvieron su paso frente a la casa del alfa mayor, estuvo feliz por una fracción de segundo hasta que el señor Choi se giró con Sung-woo. — Sobrino, hoy tardaste en volver a casa.
El aliento abandono sus pulmones cuando las cosas tomaron sentido en su mente que aún buscaba una manera de negar lo que estaba pasando.
Fue empujado hasta el interior de la casa con los dos alfas detrás de él y la pistola aún apuntándole cuando los mayores rodearon para estar frente a él.
— ¿S-Señor Choi…?
— No me veas así Taehyung. Al principio realmente no sabía quién eras, pero cuando me contaste tu historia lo asocie con la que me había contado mi propio sobrino tiempo atrás. Lo sospeche cuando me dijiste que tu madre estaba en Busan buscando pruebas, por eso llame a mi sobrino para advertirle y confirme que eras tú cuando él me dijo que te encontró en el supermercado ese último día que nos vimos hace mese.
— ¿Por qué lo ayudas? — Lloraba tanto que sus palabras salieron estranguladas y sin fuerza. — ¿Por qué si sabes lo que hace, te lo dije?
— Porque otra cosa va a ser. Me prometió un joven para mi mismo. Tu ya eres demasiado mayor, pero al parecer mi sobrino tiene algún tipo de obsesión contigo. A mi me siguen gustando esos jóvenes que Sung-woo consigue de madres desesperadas.
De nuevo estaban ahí las ganas de vomitar y gritar por su estupidez mientras los dos alfas se reían.
Después fue arrastrado por Sung-woo a una habitación fría y con sólo un colchón delgado en el suelo, sin nada más a la vista, sin mesita de noche o buro y con la gran ventana bloqueada desde el exterior con barrotes y por dentro con alguna pasta blanca.
— La ventana está sellada con pegamento, no pierdas tu tiempo tratando de abrirla para gritar por ayuda — dijo el hombre a sus espadas —. Ponte cómodo, estaremos un par de días aquí y después regresamos a Busan. Pero no te preocupes, más noche volveré a hacerte compañía.
Gritó y peleó cuando el alfa lamió el costado de su cuello, se sentía tan repugnante. Con el asco revolviendo su estómago se arrastró por el piso a gatas hasta que estuvo en la pared opuesta con sus brazos rodeando sus rodillas.
El alfa solo se rió a carcajadas mientras cerraba lentamente la puerta.
— ¡Ah! — Con una exagerada mueca, el mayor asomó solo su rostro por el gusto de la puerta. — Y tal vez quieras saber que en realidad no se donde esta tu madre, la maldita ha sabido donde esconderse de mi gente.
Después de eso solo cerró y después se escuchó el inconfundible sonido de las llaves y el seguro siendo puestos en su lugar.
Se quedó ahí llorando hasta que las lágrimas dejaron de salir, no sabía muy bien si por cansancio o porque simplemente ya no tenía más lágrimas.
Perdió la noción del tiempo, solo recuerda que algún momento atrás el sol había comenzado a esconderse en el horizonte y temía por ello, porque Sung-woo le había dicho que volvería al anochecer y la verdad prefería moría a tener esas manos repugnantes sobre él una vez más. Quizás podía hacer que el alfa se enojara lo suficiente como para matarlo antes de que le hiciera cualquier otra cosa.
De algo estaba seguro. Pelearía con todas sus fuerzas. Se preparo para ello cuando los pasos silenciosos sonaron al otro lado de la puerta.
Bonitos sueños mis Makis ♡
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