Capítulo 24
Primera actualización del día ♡
No hizo preguntas.
Cada noche que volvió a su departamento Minjae ya estaba ahí, esperando a un lado de su puerta. Algunas veces llevaba consigo bolsas de comida, otras veces llevaba algunas bebidas, pero por lo general solo estaba él ahí, en silencio mirando alguna cosa en su celular.
El menor siempre se encontraba con su mirada cuando salía del ascensor y después de un par de segundos él miraba a sus manos o al suelo tratando de ocultar el rubor que eso siempre le dejaba.
Y él dejó que todo continuará sin cuestionar nada, por el simple hecho de que lo hacía feliz volver a su departamento cada noche y ver a su alfa ahí esperando por él. Su marca siempre se ponía cálida cuando veía a Minjae, y no, no había signos de que desapareciera.
No siempre hablaron.
Hubo una semana completa en la que cada noche que se encontraron, simplemente entraban al departamento he iban directamente a dormir. Fue la misma semana en que se inauguró la academia de baile de Hoseok y Jimin, que a la vez fue la misma semana en que todos ellos, a excepción de Hoseok, ayudaron a Namjoon a planear la sorpresa donde le pediría matrimonio a su omega embarazado.
Pero cuando hablaban tampoco lo hacían mucho. Solo hablaban sobre sus días en el trabajo o alguna cosa graciosa que les pasó en su día. Podía jurar que en esas semanas habían pasado más tiempo viendo películas que hablando. Eso estaba bien para él. El silencio no era incómodo, no podía serlo cuando su alfa siempre lo tocaba de alguna manera, una mano en su espalda baja mientras caminaban, dedos limpiando las comisuras de sus labios durante sus cenas tardías en la cocina, el brazo alrededor de sus hombros con el sonido de la película reproduciéndose en el fondo y una manta sobre los dos y brazos fuertes envolviéndolo en un abrazo apretado cuando estaban a punto de dormir.
Aunque tenía que aclarar que el contacto de parte del alfa nunca había sido de carácter sexual. De hecho no se involucraron besos ni nada más, era simple contacto constante. Pero no podía dejar de sonrojarse y ponerse nervioso cuando el menor se quitaba la camisa antes de meterse en la cama. Ahora tenía ropa del alfa en su departamento, no mucha, una sola maleta deportiva en un rincón que cambiaba una vez por semana con nueva ropa para su trabajo. También había pijamas completas que terminaron compartiendo. Una vez mencionó que su camisa de pijama era muy linda y se la dio. Cuando iban a dormir Minjae traía el pantalón de su pijama sin nada cubriendo el torso y el usaba la amplia camisa con un pantalón suelto.
Solo lo hacían y ya. No hubo explicaciones, ninguno de los dos busco justificar su comportamiento o esas rutinas que se iban formando entre ellos. Como por las mañanas cuando ambos entraban juntos a lavar sus dientes, o cuando trabajaban juntos en la cocina para hacer un desayuno simple, realmente muy simple porque ninguno de los dos era bueno cocinando, pero estaba bien.
Todo su departamento olía a Minaje. A bosque de pino. Usaban el mismo shampoo, el mismo jabón, la misma crema corporal y en su piel podía oler la esencia del alfa como si fuera la suya propia. Él olía a Minjae. Eso le gustaba mucho.
Fueron mas de dos meses. Por todo ese tiempo durmieron en la misma cama y compartieron muchas cosas a pesar de lo poco que hablaron entre si. Su marca incompleta aún latía con calidez y no dio signos de desaparecer, no aún.
Hasta ese día que las cosas cambiaron de un momento a otro. Tan repentinamente.
La fiesta por el cumpleaños de Yoongi estaba llegando a su fin, habían comido y compartido recuerdos de los que su grupo de amigos hablaría por mucho tiempo.
Estaba feliz. Incluso declaró en su mente que no podía estar más feliz.
Quizás hacer esa declaración mental fue la que arruino todo.
Estaba sonriendo y un segundo después un dolor agudo atravesó su pecho. Sintió la desaparición de la marca incompleta como un delgado hilo rompiéndose. Le costó respirar por varios segundos puede que incluso derramará lágrimas porque Jimin y Jungkook lo apartaron de todos y lo llevaron a la oficina de Namjoon.
No tenía ni idea de cuanto tiempo había pasado cuando las voces de sus amigos volvieron a tener sentido y sus ojos dejaron de ver borroso.
— Me estas preocupando mucho Tae, dime que sucede — decía Jungkook con sus grandes ojos observándolo de cerca.
— S-Se fue… ya no esta…
Le dolió tanto decir esas palabras, más de lo que creyó posible. Le dolía saber que su conexión con Minjae ya no estaba.
— ¿A que te refieres Tae?
Ese fue Jimin, quien no dejaba de repartir caricias en su cabello.
— L-La marca…
Ambos entendieron. Ellos dos estaban al tanto y entendieron de inmediato. No dijeron nada y él lo agradeció porque si escuchaba algo como “todo estará bien", probablemente se derrumbaría ahí mismo hecho un mar de lagrimas.
Le costó trabajo volver a ponerse de pie y regresar a la fiesta. Agradeció que esta ya estuviera terminando. Y después se sintió un poco desesperado cuando no vio a Minjae por ningún lado.
Quizás se adelanto para ir al departamento.
Respiro profundamente decidiendo que era hora de hablar con el menor, tenían que abordar todos los temas que habían estado evitando.
Pero quedo claro que él era el único que se había hecho ilusiones y quien había malentendido las cosas porque esa noche Minjae no lo esperaba en la puerta de su departamento.
No recibió ni un mensaje o una llamada y tampoco se atrevió a tomar la iniciativa. Por dos horas solo miro su teléfono abrazando la almohada que aún tenía el aroma a pino.
Esa noche no tubo pesadillas, pero tampoco hubo brazos cálidos y fuertes abrazándolo. Por la mañana no hubo ojos adormilados devolviéndole la vista en el espejo mientras se lavaba los dientes y tampoco había nadie a su lado haciendo un desayuno sencillo.
Solo quedaban varias camisas de pijama sin su pantalón a juego recordándole lo que habían sido sus noches y mañanas por las últimas semanas.
Tenía un dolor de cabeza agudo. En su mente no dejaba de preguntarse… tantas cosas.
Cuando la marca se rompió dejó un eco en su pecho y un bloqueo en sus oídos por varios segundos. No sabía como sentirse aparte de aturdido. Antes de que se diera cuenta estaba caminando fuera del restaurante y subiéndose a su auto. Manejó en el mismo estado, su inconsciente guiándolo.
Terminó en el estacionamiento del edificio de Taehyung.
¿Pero que podía decir una vez que su beta llegara?
“Déjame hacerte una marca incompleta una vez más, porque aún estoy muy confundido acerca de lo que siento pero no quiero perder la conexión que teníamos.”
Incluso en su mente sonaba como lo más horrible para decirle a alguien que le importaba como Taehyung.
Enterró su rostro entre sus manos, frustrado con sus pensamientos y su lobo que no podían ponerse de acuerdo. Todo sería más fácil si tomaba una decisión, si finalmente resolviera que es lo que sentía por Taehyung y que sentía por Jimin. No podía resolverlo cuando sentía la necesidad de estar con su beta pero al mismo tiempo seguía molestando le que Jimin estuviera en la misma habitación que Jin.
¿Qué tenía que hacer para que su corazón, mente y su lobo toman una decisión?
Realmente quería saberlo.
Pero hasta deducirlo, la mejor idea que se le ocurrió fue mantenerse alejado. Alejado de Jimin y Taehyung. Los preparativos para la boda de Namjoon y Hoseok estaban casi finalizados, su presencia en el restaurante en las mañanas ya no era necesaria, lo había hecho porque cada mañana despertaba con Taehyung y lo llevaba al trabajo, su beta siempre lo jalaba al interior y terminaba en medio de muchas revistas de boda en la pequeña oficina de Namjoon donde todos se reunían antes de separarse para ir a sus trabajos correspondientes.
Se disculparía con Namjoon y Hoseok por ya no asistir, pero era necesario mantener espacio entre él y los dos seres que lo confundían.
Encendió nuevamente el auto para dirigirse a su propio y vacío departamento. Jin tampoco había dormido ahí. Llevaba dos meses durmiendo en el cuarto de invitados de Namjoon o al menos eso es lo que le había dicho Jungkook. No se habían topado a solas desde esa última conversación y estaba claro que Jin no sabía que había estado con Taehyung cada noche.
Al único que se lo confesó fue a Jungkook. Ya no quería volver a ocultarle nada que tuviera que ver con Taehyung. No solo porque el alfa era un buen amigo del beta, también porque le hizo prometer que lo alejaría si le hacía daño consciente o inconscientemente. No quería y no podía permitirse lastimar a su beta nuevamente, pero sabía que lo haría.
Quizás ya lo estaba haciendo al no darle ni una sola explicación de su ausencia en ese mismo momento, pero si Taehyung le pedía que fuera simplemente no podría decirle que no. Y ya estaba determinado a mantenerse a la distancia.
Concentraría todos sus esfuerzos en encontrar a Dong Sung-woo, no es que no lo estuvieran haciendo las últimas semanas pero no tenían nada para seguir y aún se negaba en confiar en alguien más fuera de su equipo en caso de que alguien le estuviera pasando información al alfa.
Aunque ya había comenzado a vigilar a cada integrante del equipo de informática e investigación. Había uno en especial que siempre se metía en problemas con el Sargento Byun. Park Chanyeol, un alfa tan concentrado en sus computadoras que constantemente se metía en problemas con los superiores por no seguir ordenes. Su prioridad número uno era su espacio cerrado donde podía estar con sus computadoras todo el día y… eso era todo. No le importaba mucho el funcionamiento de la sociedad fuera de los monitores. Constantemente se preguntaba como es que seguía estando en el departamento de policía si frustrada tanto al Sargento, pero luego recordaba que ese genio de las computadoras sabía demasiado de los años que llevaba trabajando ahí.
Además había una especie de dinámica de peleas entre Chanyeol y el Sargento Byun, si no se peleaban mínimo una vez por semana literalmente se iban a buscar a la oficina del otro para pelear por alguna tontería, como la última vez que el alfa geek se quejó por el cambio de la marca de café en su oficina.
Definitivamente necesitaba a alguien hábil para encontrar información si quería avanzar en la captura de Sung-woo, pero también tenía que ser cuidadoso a la hora de acercarse a Chanyeol para pedirle el favor. Estaba seguro de que el alfa aceptaría, su pasatiempo favorito era hacer enojar al Sargento y ocultarle información definitivamente lo molestaría.
Se metió a su cama vacía planeando como acercarse al día siguiente. Pero pronto se distrajo por la sensación vacía entre sus brazos. Tomó una almohada, pero esta no era cálida y no desprendía aroma a caramelo dulce y salado a la vez.
No era Taehyung.
Sin pensarlo tomó su celular, entró a los contactos y fijó su mirada sobre el nombre del beta por mucho tiempo, hasta que finalmente lo volvió a bloquear y lo dejó de nuevo en su mesita de noche.
No pudo dormir. La mañana llegó y el solo había cerrado los ojos por algunos minutos porque cada vez veía ojos castaños y una sonrisa rectangular.
Más tardecita estaré publicando otro capítulo mis lindxs Makis.
Nos leemos en los comentarios ♡
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