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Capítulo 14

Segunda actualización del día.

— ¿No crees que nuestras razones están mal? — pregunto Minjae haciéndolo más consciente de lo que estaba a punto de suceder.

La puerta de su habitación se había cerrado al menos medio minuto atrás y ellos aún no se habían movido. Taehyung ahora estaba inusualmente sensible a todo. La cercanía de Minjae detrás de él, el aroma completamente alfa que envolvía la habitación, el sonido de la respiración pesada que chocaba contra su cuello…

Quizás solo era hiperconsciente de Minjae después de todo.

Con nerviosismo, se dio media vuelta para enfrentar al menor.

— Nuestras razones no son las correctas. — Afirmó  con seguridad, pero nervioso de que el alfa se arrepintiera y se fuera.

No lo hizo.

En su lugar le dio la media vuelta y con una mirada larga y pesada casi le dobla las rodillas por el placer que sintió de ver el hambre en los ojos oscuros.

Minjae lo deseaba.

Podría ser solo el celo de este lo que provocaba ese mirada que recorría su cuerpo, pero aun se sintió complacido de ver la clara evidencia de excitación en el menor.

— ¿No estás asustado Tae? Es la primera vez que harás esto.

Casi llora cuando las palabras del alfa se detuvieron ahí. Es la primera vez que harás esto después de que él te violo. Esa debió de haber sido la frase completa, pero Minjae no lo dijo, o lo estaba omitiendo o realmente consideraba que era su primera vez, no lo dijo y no hubo una insinuación de asco o lastima.

Se sintió bien, que la persona que le gustaba estuviera dispuesto a ignorar el hecho de lo que le había sucedido  lo que ese alfa le había hecho.

No se sintió sucio ni contaminado.

Se sentía deseado.

— Confío en ti — fue su única respuesta, una que sentía con cada fibra de su ser.

Minjae hizo una mueca entre un ceño fruncido y una risa dolida.

— No deberías. Realmente no deberías, Taetae. Lo único que puedo pensar ahora es en lanzarte contra la cama y joderte sin ningún tipo de preparación. — Un gemido bajo y ronco escapó de sus labios antes de que supiera lo que esas palabras duras le provocaron. Minjae lo miro fijamente por un momento. — Tu gemido es tan sexy.

Y después sus labios se juntaron en un beso duro y descuidado. Se sintió primitivo, un alfa reclamando su propiedad.

Eso no debería de haberlo excitado, pero lo hizo.

Abrió sus labios codicioso por saborear una vez más esa lengua y fue recompensado de inmediato. Saboreo ese sabor único de los labios del menor, gimiendo por lo bien, lo correcto que se sentía. Su cabeza daba vueltas su cuerpo dejó de ser suyo, solo fue controlado por el momento que estaba compartiendo con la persona que le gustaba.

La persona que deseaba.

Comenzó a endurecerse, la necesidad de Minjae alimentando la suya propia. Estaba dolorido pero no podía usar sus propias manos para calmar su erección porque estas estaban recorriendo con necesidad el cuerpo musculoso y marcado del menor.

Quería más piel.

Desnudó con urgencia el torso del alfa, sintiéndose satisfecho solo cuando pudo tocar libremente la piel tensa sobre músculos firmes. Volvió a gemir por lo bien que se sentía.

Sus pezones se pusieron duros contra la tela de su propia playera, él gimió y chupó con más fuerza la lengua de Minjae. Obtuvo un gruñido y una mordida en su labio inferior que solo hizo que su pene se contrajera con placer. Y después de eso el menor terminó el beso abruptamente y se alejó un paso.

— Tae, ¿te das cuenta de que si hacemos esto, iremos hasta el final? — Preguntó con voz ronca y puños apretados, apenas conteniendose. —¿Realmente lo quieres?

Lamiendo sus labios, asintió con urgencia, ya necesitando tener esa piel bajo las palmas de sus manos nuevamente.

El alfa se volvió a acercar, pero esta vez su atención estuvo totalmente en desnudarlo. No fue brusco y exigente como él lo había sido, se tomó su tiempo y acariciaba la piel de sus brazos, sus muslos o su cintura mientras eliminaba cada prenda.

Después le dio media vuelta y pego el torso de músculos marcados a su espalda al tiempo que dejaba besos lentos en su nuca.

Había algo sobre estar completamente desnudo entre los brazos de Minjae que lo excitó al punto de casi tener su orgasmo ahí mismo. Estaba desnudo y vulnerable, con un alfa con el torso desnudo y una notoria erección tensando los pantalones, pero él quería estar ahí, entre esos brazos fuertes, con ese aroma alfa rodeándolo.

— Ve a recostarte en la cama, Taetae.

Algo oscuro y satisfecho bordeo la voz de Minjae cuando dio la orden con su tono bajo.

Él obedeció con sus piernas un poco temblorosas. El tono del menor le había provocado eso, ese nerviosismo y esa impaciencia por tener las manos ajenas recorriendo su piel.

Se estiró sobre su espalda, sintiéndose extraño bajo la mirada intensa del menor. No se sentía exactamente cohibido, pero no se sentía relajado tampoco, era otra cosa, algo en el fondo de su mente le decía que estaba mal pero al mismo tiempo parecía que era lo correcto.

Observó a Minjae desvestirse con la mirada aún recorriendo su cuerpo, sus piernas su abdomen y su rostro, cada lugar se sintió sensible, como si hubieran sido acariciados físicamente.

 Cuando la erección de Minjae salto libre, apuntando en su dirección, la realidad lo golpeó. Iban a tener sexo, el alfa iba a poner esa erección dura dentro de él. Su entrada se contrajo involuntariamente mientras veía la forma erecta de ese pene recto y mucho más grueso en la protuberancia del nudo, el nudo que se inflamaría cuando el menor tuviera su orgasmo, el nudo que crecería dentro de él.

Bien, él estaba un poquito asustado.

Recordaba el dolor que eso provocaba. No quería pensar en ello pero tampoco pudo evitar recordarlo.

Minjae se acercó y puso ambas manos a los lados de su cara, atrayendo su atención a esos ojos que aún lo miraban con hambre.

— No me tengas miedo, no me gusta que me tengas miedo. — Un beso suave y superficial fue dejado en sus labios. — puedo irme si es demasiado para ti.

— N-No, solo… ¿podrías no… a-a-anuda… anudarme?

Recibió una mirada intensa que aceleró su respiración.

Podía ver algo salvaje moviéndose detrás de los ojos oscuros. Su lobo. Con quien hablaba era un alfa en celo que estaba siendo dominado por su lobo, un alfa que buscaba su placer tal y como le había dicho Minjae momentos antes. Probablemente sería un poco doloroso y cansado llevarle el ritmo a alguien en el mismo estado del menor. Su miedo volvió un poco pero no lo suficiente como para hacerlo detener lo que estaba pasando.

— O-Olvídalo.

Trató de sonreír pero probablemente fue más una mueca nerviosa.

Minjae lo miro de nuevo. Acababa de descubrir que le encantaba que lo mirara. Y que lo tocara. La mano del menor acarició su mejilla y bajo lentamente por su cuello hasta su pecho, hasta que el pulgar se encontró con su pezón derecho y lo rodeó, lo presionó y lo jaló ligeramente. Él  se estremeció.

Sus ojos se encontraron.

— ¿Estas nervioso Taetae?

Él asintió.

Un poco del primario instinto en los ojos oscuros retrocedió. Minjae lo jaló a sus brazos en un abrazo apretado, que se sintió mucho más íntimo y excitante ahora que ambos estaban desnudos.

 El menor tomó su barbilla y le hizo mirarlo. Sus pupilas estaban tan dilatadas que sus ojos parecían negros.

— Dime si te parece demasiado. No trates de complacerme. Tienes que pararme mientras aún pueda parar.

Asintió tímidamente.

— Lo digo enserió, Taetae. No quiero lastimarte o asustarte. Durante mi celo no me contengo, soy exigente.

— Esta bien, yo realmente quiero… te deseo — finalizó mordiendo su labio.

Minjae se inclinó y le mordió el lóbulo de la oreja. Él se estremeció y se retorció en esos fuertes brazos que lo sostenían.

— No me voy a contener, hermoso — dijo el menor recorriendo su columna con las yemas de sus dedos, provocando escalofríos de placer.

— Confío en ti — reafirmó.

Con un gruñido de satisfacción, el menor lo volvió a poner sobre la cama y comenzó a besarlo. En todas partes. Taehyung solo pudo jadear con los labios entreabiertos recibiendo esas caricias, algo que nunca antes había sentido y que estaba causando estragos en su sensible piel. Se retorció, inseguro de que tenía que hacer, inseguro de su debía participar, pero completamente perdido en lo que eso labios carnosos le provocaban.

Cuando la lengua caliente se unió a la placentera tortura sobre su pezón su mente comenzó a dar vueltas, sus manos aferrándose a la cobija con fuerza, su pene palpitando, pidiendo atención. Pero Minjae estaba evitando tocarlo en ese lugar, sus manos recorrieron minuciosamente la piel de sus muslos y la piel sensible de su abdomen bajo evitando por completo la dura erección que tenía.

— Minjae, por favor.

— ¿Qué sucede hermoso? — preguntó con una sonrisa maliciosa y un tono inocente totalmente fingido.

— Mgh~

Se lamento frustrado, tratando de empujar la mano que descansaba contra su cintura hacia abajo, solo un poco más.

Con una risa ronca, Minjae comenzó a bajar. En lugar de envolver los fuertes dedos alrededor de su dura erección, una cálida boca húmeda succionó con fuerza la punta.

Gritó por la sorpresa e inmediatamente después sintió que se derretía en ese calor placentero donde su pene estaba metido. Trató de mover sus caderas, trató de hundirse más profundo, pero las manos ajenas lo sostuvieron con fuerza contra el colchón.

Miro hacia abajo. Quería exigir más. Pero su aliento escapó en un gemido cuando se encontró con los ojos intensos de Minjae sobre él, sus labios gruesos estirados alrededor de su erección. Se veía tan irreal y excitante tener la cara de ese alfa entre sus piernas.

Hubo un destello de satisfacción en la oscura mirada y luego Minjae lo estaba succionado duro, su cabeza balanceándose arriba y abajo, tomándolo por completo hasta que la nariz del menor quedaba enterrada entre los escasos vellos de su ingle y después se retiraba hasta que parecía que su pene estaba a punto de alejarse de esa calidez, pero no fue así.

Podía sentirlo, su orgasmo en su vientre bajo buscando salir. Pero solo sintió frustración cuando la húmeda lengua dio una última lamida en la punta de su pene y finalmente se alejó.

— ¡No!

Enredo sus dedos en el espeso cabello negro y empujó de nuevo esos labios contra su erección, pero el alfa giró un poco la cabeza y sus labios terminaron besando el lado izquierdo de su cadera mientras se reía roncamente.

— Lo siento, no todavía. No quiero que estés saciado antes de que empecemos de verdad.

Su cuerpo se estremeció, esas palabras le causaron cosas que no tuvo tiempo de analizar cuando las mejillas de su trasero fueron abiertas de manera exigente y una lengua se introducía en su entrada sin advertencia alguna.

Gimió fuerte. Sus manos pasaron de estar enredadas en el cabello de Minjae a la cobija y de vuelta a las hebras azabaches, no podía decidirse. Terminó con una mano jalando el edredón suave y la otra empujando el rostro del alfa más cerca contra su cuerpo.

No tenia ni idea de porque todo se sentía tan intenso. Por que no había ningún tipo de inhibición o miedo mientras Minjae lo tocaba, mientras metía un dedo junto con su lengua con claras intenciones de ampliarlo, de prepararlo para recibirlo.

Un escalofrío lo hizo arquearse.

— Lo siento, Taetae. Seré más rápido porque realmente me está costando trabajo contenerme.

Después de eso metió otros dos dedos, la incomodidad hizo que tratara de alejarse, pero Minjae fue rápido calmando ese sentimiento y remplazándolo con placer cuando volvió a tomar su dura erección entre sus labios.

Los tres dedos dentro de él resbalaba gracias a la saliva pero aun se sentían apretados, aunque eso no impidió que el alfa los moviera con movimientos rápidos, abriéndonos y doblándolos hasta que tocaron ese punto dentro de él que le hizo correrse con fuerza.

Minjae tomó todo su semen, y siguió succionado aún después de eso hasta que él se quejó por estar tan sensible. Su cuerpo satisfecho se quedó lánguido contra el colchón, permitió que los dedos dentro de él aumentarán su velocidad, permitió ser acomodado a placer del alfa hasta que dos almohadas estaban debajo de sus caderas y el cuerpo de Minjae encima de él sin tocarlo completamente.

— Mantén tus piernas abiertas para mí.

Medio perdido en su mente, apenas registro las palabras del menor, hasta que este llamó su atención mordiendo ligeramente su labio inferior.

— Sostén tus piernas abiertas para mí, hermoso.

Esos ojos. Nuevamente eran salvajes e impacientes, las mismas emociones que se dejaban ver en la tensa mandíbula.

Él obedeció. Tomó sus piernas por detrás de sus rodillas y las abrió ampliamente, sintiéndose sonrojado cuando Minjae lo observó.

Inhaló bruscamente cuando sintió la punta de la caliente erección del alfa contra su entrada. Todo fue tan intenso y de alguna manera placentero que su pene estaba comenzando a ponerse duro nuevamente.

El pesado cuerpo musculoso de Minjae se empujó hacia adelante haciendo que los músculos de su entrada se abrieran para acomodarlo, permitiendo que lo llenará hasta que sintió la presión contra su abdomen bajo.

— ¿Estás bien? — La pregunta quería sonar preocupada, pero solo logró que saliera desesperada, claramente no quería contenerse.

Le conmovió que a pesar de estar en celo, el alfa no lo usará simplemente para su liberación. Sinceramente creyó que todo sería más duro y rápido, pero el alfa se había tomado el tiempo de prepararlo y complacerlo. Ahora era su turno de darle placer.

Enredo sus brazos y piernas alrededor del menor, lo acercó hasta que no había un solo centímetro entre sus cuerpos apretados.

— Sigue, por favor.

Minjae se movió un poco, apoyándose sobre los codos por encima de Taehyung. Su pene se movió un poco también en su interior. Sus miradas se encontraron y se mantuvieron mientras que el menor aumentaba un poco el ritmo. Era increíblemente íntimo, sintió a todo su cuerpo temblar. La erección de Minjae se sentía gruesa y pesada dentro de él, creando una plenitud de la que necesitaba más. La sensación era diferente a todo lo que había sentido antes.

Puso su mano en la nuca del alfa y tiró de él hacia abajo, repentinamente necesitando ser besado, para sentir el aliento caliente del pelinegro. Minjae le dio un beso profundo. Era un poco demasiado duro, pero no le importó. Los besos profundos añadieron a la intensidad dolorosamente placentera de tener ese pene dentro de él.

Cuando el ritmo aumentó aún más, fue difícil mantener sus labios unidos pero no se alejaron mucho, respiraba directamente en la boca del otro mientras las embestidas duras golpearon sin tregua en su interior. No era gentil, Minjae estaba perdido en buscar su placer. Los dedos se clavaban en los huesos de su cadera mientras su pene frotaba ese lugar que lo tenía con una erección completa goteando sobre su vientre bajo.

 Le encantaba el sentimiento de vulnerabilidad que lo invadió, le encantaba la sensación del pesado cuerpo de Minjae moviéndose encima de él, la gruesa longitud de ese pene tomándolo en la forma más íntima posible. Se sentía dolorosamente correcto. Sentía que le pertenecía a ese alfa, primero se había adueñado de sus pensamientos y sueños, después de sus sentimientos y ahora su cuerpo. Quería pertenecerle solo a Minjae.

Pero una parte de él todavía no podía creer que realmente estuvieran haciendo esto, y se sonrojó, recordando la manera en que se había ofrecido a ayudarle con su celo cuando el alfa dio señales de irse. Se sonrojo por el egoísmo de sus pensamientos en ese momento.

No vayas con Jimin, pasa tu celo conmigo.

Quería sentirse mal por su egoísmo, pero en su lugar se perdió en el placer que se expandía por su cuerpo. Los únicos pensamientos en su mente fueron que quería ser embestido más rápido, más duro.

Y Minjae complació sus palabras no dichas. Aumentó el ritmo en algo arritmico y desesperado haciendo crujir la base de la cama, y sin duda, dejando marcas de dedos en su cadera y moretones en la parte trasera de sus muslos.

El alfa encajó cada embestida contra su próstata una y otra vez hasta que todos los sonidos que salían de sus labios eran una mezcla de jadeos, gemidos y sollozos.

Placer puro se apoderó de cada célula de su cuerpo cuando se corrió por segunda vez, los dedos de sus pies curvados y su interior apretándose fuertemente alrededor del pene en su interior. Su orgasmo parecía durar por siempre, cada oleada de placer erizado su piel una y otra vez.

Y cuando creía que podría relajarse, Minjae se movió buscando su liberación.

Gritó y gritó por lo sensible que se sentía todo su cuerpo pero no impidió que el alfa se moviera, había algo placentero en ayudarle a Minjae a obtener su orgasmo. Así que se abrazó con fuerza al cuerpo duro y recibió todo lo que ese pelinegro quería darle.

Con la mandíbula apretada, Minjae salió de su cuerpo y después tiras de semen caliente golpearon su estómago uniéndose con su propia corrida.

Estaba agradecido de que el alfa no lo anudara, pero también se sentía un poco insatisfecho por no haber quedado unido al menor.

Aunque el sentimiento quedó olvidado cuando Minjae gruñó y lo besó profundamente mientras los giraba para ponerlo a él encima de ese torso de músculos duros.

Las manos del menor se deslizaron hacia arriba y abajo de su espalda con el beso perezoso calmando el temblor de placer que aún recorría su cuerpo como pequeñas descargas eléctricas.

— Trata de dormir hermoso, porque no tardaré mucho en querer estar nuevamente dentro de ti.

Asintió con una sonrisa tímida y mejillas sonrojadas mientras acomodaba su cabeza en el pecho amplio, con el latido de Minjae arrullándolo y la seguridad de esos brazos envolviéndolo.

Espero que les gustaron las actualizaciones de hoy. Nos leemos en otro capítulo mis Makis

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