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El embarazo de un lindo omega

Cuatro semanas...

El aroma de Yoongi embarazado era tan fuerte como el suyo mismo y sinceramente amaba entrar a su hogar y que esa esencia dulce llenara sus fosas nasales.

Había pasado solo tres días en el hospital después de haber recibido aquellos disparos y su recuperación había estado completa cuando llegó el día en que Namjoon y Hoseok celebraron su unión con una boda que a todos lleno de felicidad.

Yoongi finalmente se había mudado con él por completo y juntos comenzaron con la tarea de renovar su hogar, comenzando por convertir la habitación extra en la nueva habitación del pequeño cachorrito de cuatro semanas que seguía creciendo en el vientre de su lindo omega.

Saber que su familia se expandiría con un pequeño bebé lo llenaba de felicidad y preocupación al mismo tiempo. Se sentía demasiado inexperto para cuidar y ayudar a Yoongi durante los meses que tenían por delante y en cuanto al cachorro tenía más dudas que respuestas. La doctora Ahn Hee-yeon había explicado pacientemente varios aspectos sobre el proceso por el que su lindo novio pasaría, pero la felicidad y los nervios lo habían traicionado y la mitad de las cosas dichas por la beta se habían borrado de su memoria, su única salvación en ese momento era Namjoon ya que el inteligente beta castaño pasaba sus días investigando y compartiendo con él todo lo que lograba aprender sobre los embarazos de omegas masculinos.

Durante su hora de comida en ese día, se había apresurado al restaurante para descargar su inquietud con el beta mayor. Yoongi estaba bajando de peso.

En los embarazos se adquiría peso por llevar al cachorro y se asustó mucho el día anterior que llevo a su dormido omega en brazos descubriendo que en realidad había sido lo contrario. Namjoon lo tranquilizó asegurándose de explicarle a detalle como en las primeras semanas se pueden perder algunos kilos debido a que la mayoría de la comida les provocaba náuseas. También le dio una lista de los alimentos que normalmente ayudaban a que fuera más fácil combatir con la sensación de asco que provocaban los olores que llegaban a ese sentido del olfato que se desarrollaba aún más.

El beta castaño había sido su salvación esas últimas dos semanas cuando finalmente comenzaron a presentarse los síntomas del embarazo en Yoongi. Las náuseas, los mareos, el cansancio y el sueño en su lindo omega eran tantos que junto a Jin y Namjoon habían acordado que descansará esos días en casa.

La madre de Yoongi lo había visitado en cuanto se enteró de la noticia y junto a Yong-sun se habían encargado por unos días del cuidado de su novio, pero la salud mental de la omega mayor nunca sería del todo estable y por ello solo podía estar por unos momentos haciendo compañía a su hijo.

Hoseok y Jimin también visitaban su casa constantemente, pero dos omegas embarazados bajo un mismo techo estaban enloqueciendo al tercer omega que se encargaba de cuidar y consentir sus antojos.

Apreciaba la ayuda de la madre de Yoongi y sus amigos, pero en realidad le gustaba mas cuidar él mismo de su lindo novio. Amaba acurrucarse con él cuerpo pequeño mientras acariciaba el vientre bajo que aún permanecía plano, esperaba con ansias el final de su turno de trabajo para poder volver a casa y llenarse del aroma dulce de su omega embarazado.

Cada día corría hasta el segundo piso después de cruzar el umbral de la puerta de entrada y ese día no sería la excepción.

El último tramo de escaleras lo subió de dos en dos, amando como el aroma dulce y floral comenzaba a envolverlo. Las mañanas que despertaba con su Yoongi entre sus brazos y ese momento cuando volvía a casa eran los favoritos de cada uno de sus días, una sonrisa se instalaba en sus labios automáticamente cuando su mirada se encontraba con esos ojos gatunos.

Yoongi siempre lo esperaba despierto aún cuando el sueño lo acompañaba últimamente, su omega había declarado que necesitaba de su aroma a playa para poder dormir tranquilamente y él con gusto se recostaba al lado del mayor en cuanto entraba a la habitación.

— Gatito-hyung te extrañe mucho, a ti a nuestro cachorrito.

Envolvió con fuerza a su lindo pelinegro para dejar un beso en una de las esponjosas mejillas dejando que una de sus manos se deslizará hasta acunar el plano vientre donde el cachorro de ambos comenzaba a desarrollarse, pero esa noche había una diferencia notoria.

Podía sentir una pequeña protuberancia dura en la zona donde su mano comenzó a acariciar.

Su sonrisa solo se volvió más grande y su lobo aulló en su interior al poder apreciar ese ligero cambio y al pensar en lo adorable que su lindo omega se vería con su pancita de embarazado.

— ¿Como han estado tus náuseas Gatito-hyung?

— ... Bien...

A pesar de compartir un lazo, con solo ver a su mayor fácilmente podía decir que estaba mintiendo, esos ojos gatunos comenzaban a evitar mirarlo directamente y los bonitos dedos largos se retorcian en pequeños movimientos nerviosos.

— ¿Enserio Gatito-hyung?

— Si... hoy comí más...

— Entonces, ¿Namjoon-hyung me mintió cuando dijo que solo comiste dos bocados del platillo que te hizo Jin-hyung?

La pálida piel de las esponjosas mejillas se tiño con un intenso rubor.

— El aroma de la comida es demasiado fuerte... además no me da hambre...

— Prometiste que intentarías comer mi lindo Gatito-hyung, me preocupa que sigas bajando de peso. Además recuerda que nuestro cachorrito también tiene que alimentarse.

— A nuestro cachorro no le gusta la comida de Jin, es comida de conejos.

Tuvo que contener su risa ante ese comentario dicho con voz seria pero con un puchero totalmente adorable ante su vista.

— Nuestro cachorrito tiene que entender que su tío Jin sólo quiere que crezca saludable. Tendré que hablar seriamente con nuestro pequeño.

— ¡No!

Ante su ademán de acercarse al vientre de Yoongi, su novio se separó un poco hasta que tomó una postura totalmente sentada mientras rodeaba su vientre con sus antebrazos. Los pequeños ojos gatunos lo miraban con una cortina de humedad cubriéndolos y parecía que no faltaba mucho para que lágrimas se deslizaran por las comisuras.

— Nuestro cachorro no tiene la culpa... no lo regañes...

Abrazó con fuerza el cuerpo delgado y dejó caricias y besos para tranquilizar a su sensible omega. Los cambios de humor del mayor aún lo desconcertaban un poco cuando ocurrían, a pesar de que se habían vuelto bastante frecuentes, afortunadamente sabía que para lidiar con ellos solo tenía que comcentir mucho a su lindo novio hasta que estos pasaban.

— Perdóname Gatito, no quería hacerte llorar. Por supuesto que no regañare a nuestro cachorro, perdóname.

— Mocoso tonto... Te odio...

— Pero yo te amo mucho mi Gatito-hyung.

Dejo un beso en la punta de la naricita de botón al mismo tiempo que se aseguraba de eliminar cada rastro de lágrimas en la carita pequeña. La piel blanquecina estaba cubierta por un suave rubor que pintaba de color rosa algunas zonas, como las esponjosas mejillas, las cuales se encargo de cubrir por completo con muchos besos cortos hasta que el mayor se abrazó con fuerza a su torso y se escondió en su pecho.

— ... Yo también te amo... mu-mucho...

— Mi lindo omega — acarició el cabello azabache que se desordenada en varias direcciones e inhaló el dulce aroma que extrañaba cada vez más cuando estaban separados —, vamos abajo, te prepararé algo ligero para que no duermas con el estómago vacío y después te haré muchos mimos hasta que te quedes dormido.

Acomodó el cuerpo más pequeño a horcajadas sobre él y después solo se levantó apretando al mayor con firmeza contra su pecho. Tendría problemas en preparar un rápido aperitivo pues se sentía incapaz de soltar a su lindo omega que llevaba a su cachorrito de un mes.

— 𝓐𝓵𝓯𝓪 —


Trece semanas...

No sabía si el rápido palpitar que escuchaba le pertenecía a Yoongi o a él mismo, estaban unidos en un abrazo tan apretado que le era imposible distinguir.

— ¿Por qué estás tan nervioso Kookie? — La manos de Yoongi comenzó a ir de arriba hacia abajo en su espalda con un ritmo calmado que pretendía transmitirle tranquilidad. — Por la cara que tienes prece que nuestro cachorro nacerá hoy mismo.

— Lo siento Gatito-hyung, es solo que... y-ya quiero ver a nuestro cachorrito en la pantalla.

— Ni siquiera entenderás lo que aparecerá ahí, solo asentiremos a lo que nos diga la doctora mientras tratamos de ver a nuestro cachorro en el ultrasonido.

Bueno eso era verdad, pero aún así le emocionaba. La pancita de Yoongi ya era bastante grande, realmente era casi del mismo tamaño que la de Hoseok a pesar de que el omega pelirrojo tenía tres meses más de embarazo.

Había bastantes diferencias entre los embarazos de ambos omegas, como las náuseas y el cansancio que aún no desaparecían de su lindo novio, incluso se habían vuelto más intensos.

Él había tratado con cada uno de esos síntomas con muchos mimos de su parte, ya que realmente no podía hacer nada mas por su asombroso omega que estaba creando al perfecto cachorrito que sería una combinación de ellos dos.

— Gatito-hyung, ¿te he dicho hoy que te amo mucho?

— Solo unas cinco veces — contesto su novio con esa sonrisa que a él tanto le gustaba.

— Te amo mucho Yoongi-hyung.

A pesar de que había otras parejas en la sala de espera, dejó un beso en esa hermosa sonrisa de encías color rosita hasta que su apenado novio lo empujó un poco con las mejillas sonrojadas por atraer la atención hacia ellos.

— Mocoso, no hagas eso — el mayor se escondió abrazándose a su torso tanto como la abultada pancita se lo permitió —... También te amo mucho.

El mayor le susurró esas palabras lo suficientemente bajito para que solo él pudiera disfrutar del hermoso tono meloso que utilizaba cuando solo eran ellos dos.

— Señor Jeon Yoongi, la doctora lo atenderá ahora.

La enfermera que ocupaba el lugar fuera del consultorio los miraba a ambos con una sonrisa en el rostro mientras les extendía la carpeta donde se encontraba la información de sus anteriores consultas donde veían el progreso del cachorro.

Él extendió la mano para recibir el papeleo pues su omega lindo caminaba a su lado pero con las mejillas sonrojadas completamente y la vista en el suelo.

— ¿Jeon... Yoongi?

Ah... era por eso que su lindo gatito estaba tan sonrojado.

— Namjoon-hyung parece muy feliz cuando Hobi-hyung se presenta con el apellido Kim... cuando hice la cita dije mi apellido... y-y me gusto mucho como se oye.

— A mi también me gusta mucho como se escucha... pero eso significa que ya no te podrás deshacer de mi, porque soy tuyo.

— Eres mio Gatito-hyung, tú y este hermoso cachorrito son míos así como yo soy de ustedes.

— Te podrías arrepentir en algunos años.

Yoongi sabi perfectamente que eso no podía suceder, incluso ya mostraba una de sus bonitas sonrisas en los labios rositas.

— Nunca podría arrepentirme de pertenecer le a los dos seres más lindos de todo el mundo.

Dejó un beso rápido en la mejilla abultada y caminaron los últimos pasos que les faltaba para entrar en el pulcro consultorio donde ya los esperaba la doctora beta.

Los primeros minutos en ese espacio cerrado los dedicaron a hablar de cada cambio notado en el ultimo mes desde la anterior consulta y a escuchar atentamente explicaciones y consejos que la beta tenía para ayudarles a que el embarazo fuera más llevadero para ambos.

Cuando llegó el momento en que la doctora le dio indicaciones a Yoongi para que se recostara, su corazón se aceleró al pensar en que vería a su cachorrito, exactamente igual de acelerado que los latidos que podía escuchar en el pecho de su novio.

Se dedicó a darle mimos a su lindo omega mientras esperaba que la beta castaña comenzará a explicar lo que había en la pequeña pantalla donde a él le era imposible ver algo claramente. Sinceramente solo veía manchas y cuando ella presiono algunos botones, también escuchó los sonidos que provenían de la pancita abultada combinados con el ruido que emergía de aquel aparato que estaba masajeando en círculos el vientre de su novio.

Por lo general nunca podía apreciar ningún sonido en concreto, pero ese día había un sonido rítmico que atrajo su atención total, sobretodo por el eco que lo acompañaba.

— ¿Por qué se escucha de esa manera doctora?

— ¿Cómo se escucha? — La voz de su omega sonó alarmada y de inmediato se arrepintió de preocuparlo. — ¿Qué está mal?

— ¿Qué es lo que escucha señor Jeon?

La doctora no parecía para nada preocupada, queria creer con todas sus fuerzas que eso significaba que todo estaba bien, así que trató de explicar lo mejor que pudo lo que estaba escuchando con voz tranquila por no preocupar a su novio.

— Parece el latido de nuestro cachorro, pero se escucha como... un eco... Como si fueran dos.

— Exactamente — contestó la doctora con una sonrisa en sus labios —, se escucha de esa manera porque son sos corazones. También hay dos pares de brazos, dos pares de piernas y dos cabecitas — dijo mientras señalaba algunas de las manchas que aparecían en la pequeña pantalla —. Felicidades señores Jeon, serán padres de gemelos.

Ambos dejaron de respirar al mismo tiempo, lo pudo escuchar perfectamente y supo que la doctora también se había dado cuenta por la sonrisa que les regalaba.

— Me alegra tanto ser yo quien les de est noticia, me sentía terriblemente mal de saber que fui yo también quien le entregó los dos resultados negativos al señor Yoongi y no podía dejar de pensar en su rostro triste la última vez que salió de mi consultorio. Ahora pueden estar seguros de que cuidare de estos dos pequeños dando lo mejor de mí. — Con delicadeza, limpió el gel y volvió a bajar la playera hasta que esta cubría nuevamente el vientre de su hyung. — Saldré un momento para que ustedes puedan asimilarlo y volveré en algunos minutos para que veamos a sus cachorros en la pantalla. — Antes de salir por completo de la cuadrada habitación, la mayor se giró para regalarles una sonrisa más. — Felicidades de nuevo.

El silencio reino por exactamente tres de sus respiraciones antes de que lágrimas de emoción se deslizaran fuera de sus ojos. Yoongi estaba en las mismas condiciones mientras miraba fijamente el abultado vientre.

Lo abrazó con fuerza y delicadeza, asegurándose de llenar de besos a su hermoso novio y de acariciar esa pancita donde estaban sus dos cachorros.

— Eres tan maravilloso mi lindo Gatito-hyung, estas creando a dos cachorritos lindos... Te amo tanto. A los tres los amo tanto.

Llenó de mimos a ese bello omega que no dejaba de mirarlo con emoción y amor resplandeciendo en los gatunos ojos.

Sin duda alguna, cada día se enamoraba más y más de ese lindo omega tanto como sabía que amaba a esos dos lindos seres que ya tenían tres meses de vida.

— 𝓐𝓵𝓯𝓪 —


Treinta semanas...

— Ni siquiera puedo caminar correctamente, no entiendo por qué me trajiste.

— Mis compañeros querían hacerme una fiesta por mi cumpleaños y también para celebrar nuestro primer año, recuerda que te marque en el mismo día.

— Sé e-eso mocoso... pero estan todos tus compañeros y sabes que no soy muy sociable...

Un bello puchero apareció en los labios rositas y él tuvo que dejar varios besos cortitos hasta que fue sustituido por una sonrisa.

— Eso no importa, porque estaré al lado de mi lindo Gatito-hyung durante toda la fiesta, quiero que mis compañeros se pongan celosos al ver que tengo a los tres seres más lindos del mundo a mi lado.

Acarició lenta y cuidadosamente la enorme pancita donde sus dos cachorros crecían. Los meses habían pasado lentamente para sus ansias de conocer esos pequeños y rápidamente para su nerviosismo de convertirse en padre, lo único que lograba calmar su corazón y a su lobo era lo radiante que se veía su lindo omega día con día.

— Si me ven caminar, en todo caso se burlaran en lugar de ponerse celosos, parezco un pato cuando camino — dijo su novio en tono de broma, pero aún así él se encargaría de desmentir eso.

— Cuando caminas solo te ves adorable. Todo lo que hace mi Gatito-hyung es demasiado tierno.

Puede que su opinión fuera totalmente parcial, pero no mentía y su Yoongi se dio cuenta de ello con el pasar de la fiesta. Todos sus compañeros repitieron una y otra vez ese mismo cumplido cuando se acercaban a saludar, además de que la mayoría eran alfas que de inmediato sentían su lado protector hacia su embarazado omega.

Él fue quien terminó en silencio por varios largos minutos pues todos se acercaban a conversar con su bello novio, pero eso solo lo hizo sonreír al ver lo animado que parecía hablando sobre sus cachorritos. Aunque su lobo se encontraba bastante posesivo, no dejaba de gruñir molesto por que su omega estuviera rodeado de tantos alfas.

— Jungkookie, tenemos perfectamente claro que es tu omega, no tienes por qué inundar todo el espacio con tus feromonas para que nos alejemos.

Wwonwoo no era de los que bromearan, pero al parecer ese día haría una excepción pues su comentario hizo que todos los que lo escucharan rieran y comenzarán a bromear a costa suya.

Fue su turno de sonrojarse y de ser mimado por su omega que le regalaba besos cortitos en la mejilla y el cuello, si le preguntaban a él había valido la pena por completo que sus amigos bromeaba sobre lo celoso que era.

Las horas pasaron rápido en el ambiente relajado que se había creado con todos sus compañeros, su lindo omega había logrado conversar tranquilamente y pasar un momento agradable a pesar de que en un principio decía que sucedería lo opuesto.

Aquella fiesta estaba por terminar y se alegraba de que todo saliera bien, pero se arrepintió de festejar con anticipación cuando volvió del baño y vio a su lindo omega con el ceño fruncido mientras Yunyon mostraba una sonrisa burlesca en el rostro con demasiado maquillaje.

Esa beta era quien había puesto la droga alfa en su bebida la vez anterior y el había abogado por ella para que no perdiera por completo su trahabía en su lugar solo la mantuvieran en la recepción principal del edificio dos de la enorme estación, de esa manera no tendría que toparse con ella y ya no habría problemas. Pero ahora habia molestado a su Yoongi y por su mente no pasaban pensamientos amables hacia la beta.

En cuanto alcanzo la figura de su li do omega, se abrazó a su cuerpo con fuerza y dejó un beso en la bonita mejilla mientras se encargaba de fulminar con la mirada a la recepcionista que enseguida se encogió un poco ante la presencia de su lobo.

— ¿Es verdad? — La voz baja del mayor sonaba molesta, muy molesta. — ¿Ella te puso la droga del celo hace un año?

— Yo no estoy mintiendo. Te marco por error y es demasiado bueno como para no hacerse responsible,  pero algún día ya no te querrá a su lado y se deshará de ti-

Silencio.

Su voz de mando hizo que todos los presentes se girarán a ver la escena y que la mayoría se estremeciera. Ahora él estaba furioso y sus compañeros lo notaron de inmediato.

Jun y Wonwoo se acercaron de inmediato junto al Sargento Byun.

— Te lo vuelvo a preguntar Jeon. A pesar de que ya pasó un año, aún se pueden tomar medidas contra la señorita Yunyon. Solo necesito que lo digas y procederemos con el despido de ella.

— Ya no quiero que este en la estación Sargento.

Sentir la molestia de Yoongi a través del lazo hizo que su lobo respondiera de inmediato, sin duda sus iris se habían vuelto de un escarlata brillante y pequeños gruñidos escapaban de su garganta.

— Correcto. Se tomaran medidas de inmediato. Detective Wen y Wonwoo, por favor acompañen a la señorita Yunyon a la oficina de personal.

Cuando la beta dejo de estar a la vista su novio comenzó a caminar también en esa dirección para salir del lugar donde antes habían estado felizmente celebrando su cumpleaños.

Siguió los pasos del mayor mientras en el camino se despedía con una inclinación ligera, agradecería correctamente después, sabía que todos ahí entendían a la perfección pues su omega embarazado había dejado un ácido y picante aroma de enojo a su paso.

Cuando alcanzaron el estacionamiento ya no se pudo contener más y rodeo el cuerpo del mayor en un agarre apretado para asegurarse de que no pudiera separarse ni un poco.

— Gatito-hyung, yo te amo demasiado nunca podría alejarme de ti.

— Eso ya lo sé mocoso.

La respuesta lo dejó en silencio por un par de segundos. — ¿Entonces por qué estas molesto?

— Porque me enoja saber que ella te drogo. — Golpes comenzaron a dar contra su pecho. — Tienes que ser cuidadoso mocoso tonto... ¡No sonrías!

— Lo siento mi lindo Gatito-hyung, pero eres demasiado tierno y bello.

Beso los labios color rosita con ternura hasta que estos cedieron y se movieron al mismo ritmo que los suyos. Dejó que una de sus manos descansara en el abultado vientre para sentir los movimientos de sus cachorros que siempre parecían activos cuando él le daba mimos a su lindo omega.

Los amaba con todo su corazón y su felicidad era inmensa al saber que cada vez faltaba menos para conocer a esos pequeños que ya estaban en su séptimo mes.

— 𝓐𝓵𝓯𝓪 —


Treinta y seis semanas...

— Tae, es el cumpleaños de Jiminie, no una celebración mundial.

— Es lo mismo en realidad. Mañana es el cumpleaños de Minie y se molestara si no está a la perfección hasta el papel que habrá en los baños. — Lo entendía, pero sinceramente prefería estar abrazando a su lindo omega embarazado, buscaría la mejor oportunidad para irse. — Ni siquiera lo pienses Jeon Jungkook, no me darás excusas para irte. Serás un buen amigo y me ayudaras hasta que todo este completamente preparado para mañana porque soy tu mejor amigo y me quieres mucho y porque no te gusta verme molesto.

No podía negarlo. Últimamente Taehyung siempre tenía una verdadera sonrisa en su rostro, había empezado una carrera corta en la universidad y dedicaba gran parte de su tiempo a ello y a cuidar al pequeño Minjoon, quien ya tenía un mes de edad, para que Hoseok recuperara el sueño perdido. A Tae le encantaban los niños y tenía por seguro de que constantemente su sonriente amigo estaría en su casa para visitar a sus cachorros cuando nacieran.

Ya faltaba cada vez menos tiempo para conocer a esos pequeños dos seres que se robarian su corazón con solo una mirada al igual que lo hacía su Yoongi.

Cada vez era más adorable la manera de comportarse mientras mas avanzaba el embarazo, pedía más mimos y pedía más de su atención. Le encantaba eso y no le importaba para nada pasar horas consintiendo a su lindo hyung.

Por eso estaba siguiendo las instrucciones de Taehyung tan rápido como le era posible, ya quería regresar y acariciar ese vientre abultado mientras llenaba de besos las mejillas esponjosas. Y sus impaciencia aumento cuando sintió angustia a través del lazo y el celular sonó en el bolsillo de su pantalón.

Ni era Yoongi quien lo llamaba, era Jin.

— Jin-hyung, ¿qué sucede?

Kookie, estoy llevando a Yoongi al hospital. Tus cachorros ya quieren nacer. — El aliento escapó de entre sus labios y Taehyung de inmediato se alertó. — Necesito que llegues tan pronto como puedas porque Yoongi esta muy asustado y te necesita. Te veo allá.

Corrió hacía su auto en cuanto la llamada quedó en silencio, fue apenas vagamente consciente de contestarle a su mejor amigo que lo seguía de cerca y escucho como el beta comenzaba a llamar por teléfono pero toda su concentración estaba en conducir tan rápidamente como el trafico se lo permitía.

Sentir la angustia y el miedo llenando el lazo no le estaba haciendo fácil mantener la calma pero tenía que hacerlo para que su Yoongi no se asustara más.

Cuando al fin logró ver a Jin en uno de los blancos pasillos, corrió hasta él para que le dijera donde estaba su lindo omega.

— Están preparando a Yoongi para que entre al quirofano, la doctora dijo que saldría en unos minutos para llevar a adentro a quien lo acompañaría en el proceso.

Se alegro de que el alfa mayor no perdiera tiempo en saludos y le dijera exactamente lo que quería escuchar. Sus amigos llegaron a los pocos minutos para hacerle compañía mientras dejaban que entrará a ver a su bello hyung.

— Estas bastante tranquilo y eso es bueno para Yoongi-hyung.

Hoseok se acercó a él con el pequeño Minjoon en brazos sabiendo que el aroma de omega combinado con el del cachorro le harían más fácil tranquilizarse.

— Puedo sentir que hyung esta asustado, necesito tranquilizarlo.

Paso su mano por la piel suave de la mejilla del pequeño Minjoon quien yacía dormido en los brazos de su papá pelirrojo.

— Lo estas haciendo muy bien Kookie. Yo tuve que mantener la calma por dos, cuando le dije a Namie que nuestro cachorro estaba por nacer el se encargo de subir la maleta al coche, de encontrar las llaves del auto y de asegurar la puerta principal, pero me olvido a mi dentro y no se dio cuenta hasta después de avanzar al menos diez cuadras.

El sonrojo cubrió la cara del alto beta ante la revelación de Hoseok y las risas de todos. Ese ambiente tranquilo le hizo más llevadero el pasar del tiempo mientras esperaba ver la cara de la doctora.

Cuando eso sucedió, el siguió las instrucciones con rapidez y prácticamente corrió cuando tuvo a la vista a su lindo omega.

— Kookie, aún no es tiempo, no quiero que les pase nada a nuestro cachorros.

Lágrimas cubrían la carita pequeña de su angustiado omega.

— Nada les pasara, son una parte de ti y una parte de mi así que nuestros dos cachorritos nacerán porque son muy fuertes.

En todo momento mantuvo su mirada conectada con los ojitos gatunos esperando que la doctora hiciera su trabajo. Sabía que sus pequeños estaban naciendo en ese instante, pero no tenía ni idea de lo que la doctora y las enfermeras hacían, solo escuchaba demasiado movimiento y ruidos rítmicos de todas las máquinas que había en esa habitación, hasta que un llanto agudo llamó su atención.

Sus ojos conectaron con su cachorrita y de inmediato su mirada se lleno de lágrimas. Era una bebida tan pequeña y lucía tan delicada que su corazón latió dolorosamente del amor inmediato que sintió por ella, tan inmenso como el que sentía por Yoongi y como el que sentiría cuando conociera a su otro cachorrito.

— Te amo demasiado Yoongi-hyung.

Las lágrimas hacían su visión muy borrosa pero eso no le impidió llenar de besos la frente de piel blanca, sobre todo cuando el segundo llanto lleno el quirofano y supo que su familia estaba completa con la llegada de sus dos lindos cachorritos y su lindo omega.

¡Mañana les publicaré el epílogo!
Finalmente terminamos con la historia de estos dos y tengo que admitir que aunque disfruto de escribir sobre varios ships, este siempre será mi favorito.
Los leo en los comentarios lindos y lindas Makis, tengan sueños bonitos 💜

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