Capítulo 7
Los dedos de sus manos no se podían quedar quietos. Durante los minutos que llevaban de trayecto sus dedos no dejaban de entrelazarse entre ellos o de jugar con la bolsa de galletas, la cual había subido consigo al asiento delantero cuando su nerviosismo ganó un poco al ver que el menor le sostenía una mano para que pudiera subir al asiento del copiloto.
El silencio reinaba en aquel espacio cerrado, las únicas palabras que salieron de su boca habían sido las que le indicaban al menor como llegar a casa de Namjoon y después de eso ninguno de los dos se preocupo por llenar el camino con alguna conversación.
Su mirada se mantuvo fija hacia la ventana de su derecha, no quería mirar hacia enfrente porque sabía que de esa manera podría captar el perfil del alfa y ya estaba teniendo muchos problemas con mantener sus ojos lejos.
— ¿Es aquí hyung?
Parpadeó para alejar el aturdimiento que parecía haber en su cerebro y miro al frente para ver que efectivamente ya se encontraba en casa.
¿Cómo es posible que no reconociera los alrededores que había visto casi a diario los últimos tres años?
— S-si, es aquí — contestó con el calor instalándose en sus mejillas.
Desabrocho el cinturón de seguridad con manos torpes y salió hacia la calurosa noche. Su piel de inmediato se quejó ante el cambio de temperatura pero prefería soportar el cruel clima del verano que volver al interior del auto con ventilación si eso significaba que tenía que estar en un espacio cerrado con el alfa que sin proponérselo llamaba al omega que dormía en su interior.
— Si quiere puedo d-dejarlas frente a l-la puerta, hyung.
El menor estaba a un lado de él con todas las bolsas divididas en ambos brazos, en que momento bajó del auto y tomó las compras del maletero era un misterio para él. Jungkook realmente necesitaba un collar con un cascabel o algo que advirtiera a los demás cuando se movía.
— Está bien — respondió con el sonrojo aun pintando su rostro levemente y unos segundos después pintando todo su rostro al darse cuenta de que el pelinegro no se movía porque él no había abierto la reja de entrada.
Torpemente sacó las llaves ante el sonriente rostro del alfa y con la misma torpeza que lo estaba controlando en ese instante, avanzó detrás cuidando el mantener un par de pasos de distancia.
Las bolsas fueron dejadas al pie de la puerta de entrada y el menor se acortó uno de los pasos que él se había encargado de mantenerse lejos.
— Yo ya me voy, hyung.
— Si.. gracias..por todo.
Una sonrisa más dividió el rostro del menor confundiéndolo un poco. — Hyung, ¿no se está preguntando cómo es que le devolverán su auto?
Es verdad, su auto.
Lo había olvidado por completo y también el hecho de que el menor era quien había dado los datos para que lo arreglaran.
Nuevamente el tono rojo se instaló en él mientras veía como el pelinegro reía de manera poco discreta mientras lo observaba. A los pocos segundos el menor volvió a hablar con normalidad pero con los ojos aun llenos de diversión.
— Tuve que dar mis datos porque no sabía su dirección, me dijeron q-que lo dejarían en mi casa dentro de dos días, yo puedo venir a traer su auto o p-puedo venir y llevarlo para que usted conduzca de regreso.
Asintió lentamente y con timidez, no quería que la torpeza que parecía estar dominándolo en ese instante saliera a la luz otra vez.
— Gracias.. por la ayuda.
— Yoongi-hyung, ¿cómo irá mañana al trabajo? — pregunto Jungkook con rapidez en cuanto la última palabra salió de su boca.
— Emm.. supongo que le hablare a un servicio de autos o-
— Yo vendré por usted.
— N-no, no es necesario, tienes que ir a tu trabajo.
— Esta bien, siempre que tengo el turno de la tarde llevó a Tae al restaurante, p-pero mañana él descansa, no tengo ningún problema en pasar p-por usted. — No tenía ni idea del porque el menor parecía tan entusiasmado por la idea, eso lo intimidaba un poco.
— Pero no tienes porque-
Se interrumpió al ver la reverencia de despedida que el alfa le estaba dando.
— Lo veré mañana hyung — fue todo lo que dijo con una sonrisa en el rostro y de inmediato comenzó a caminar hacia su auto, dejándolo sin la posibilidad de rechazarlo.
Después de que el auto negro salio de su vista y se perdió en el final de la calle, él aun seguía sin moverse ni un centímetro analizando la situación.
Si, mañana vería nuevamente al alfa.
Su ritmo cardíaco aumentó y eso significaba que ya no podía negar la situación. Jungkook le gustaba, mucho.
Se había encontrado en esa situación otras tantas veces, le había pasado con Jin y Namjoon en algún momento, con amigos de la universidad, compañeros y un profesor. Su manera de comportarse normalmente hacía creer a los demás que era un omega frío al que no le interesaban las parejas, pero la realidad estaba algo alejada. Tenía cortos pero frecuentes enamoramientos cuando conocía a alguien con una sonrisa, un aroma o un comportamiento agradable para él. Le encantaba ver en películas o leer en libros los romances con la perfecta mezcla de problemas y amor para resolverlos pero tenía miedo de dejarse cegar por una pareja lo suficiente como para dar todo de él y después ser abandonado.
Tenía miedo de que su corazón fuera roto.
En el pasado tener un enamoramiento por alguien no lo habría asustado, sabía que nunca haría algo al respecto y siempre con el pasar de los días este terminaba como nada más que un recuerdo. Pero con Jungkook se sentía diferente, no le gustaba un solo aspecto del alfa, parecía que le gustaba hasta el más mínimo detalle, también le costaba trabajo asimilar que le gustaba alguien que era prácticamente desconocido, pero sin duda le asustaba más el hecho de que fuera tan rápido.
Siempre se dijo a sí mismo que se enamoraba por estar cerca de esa persona el tiempo suficiente, pero al pelinegro solo lo había conocido tres días atrás y ese día apenas y habían intercambiado algunas palabras, ninguna de gran importancia.
¿Cómo se había enamorado tan rápido?
Esa era una pregunta a la que nunca le tendría una respuesta, de eso estaba seguro. Se giró hacia la puerta de entrada y comenzó a abrirla para poder meter todas sus compras, de nada le serviría quedarse toda la noche ahí afuera, de cualquier forma no podía ordenarle nada a su acelerado corazón.
Mejor dejaría que todo se desarrollara por sí solo como siempre. Si se había enamorado tan rápidamente de Jungkook eso tenía que significar que su "flechazo" terminaría con la misma rapidez.
¿Cierto?
— 𝓐𝓵𝓯𝓪 —
Según el reloj de su celular solo faltaban veinte minutos para que los dígitos marcaran la hora en la que siempre salía con dirección al restaurante, pero ese día no tenía un auto para moverse libremente así que solo tenía dos opciones; llamar a un servicio de autos o esperar para saber si las palabras que Jungkook dijo la noche anterior eran ciertas y realmente pasaría por él para llevarlo hacia el trabajo.
El pelinegro no parecía estar jugando cuando dijo aquello, sin embargo cuando el alfa se despidió nunca acordó una hora.
¿Sabía el menor que él normalmente tenía que llegar con bastante tiempo de antelación para poder preparar el menú junto a Jin?
Sus dedos se movieron inquietos al lado del celular apoyado en la mesa del comedor y sus ganas de llamar a un servicio de autos se estaban haciendo más grandes. No tenía razones para desconfiar de Jungkook pero tampoco las tenía para confiar en alguien al que solo conocía desde hace cuatro días.
Después de unos segundos mas de indecisión, levanto su su vista por lo que debía de ser la décima vez desde que se sentó frente a la ventana pero en esta ocasión no volvió a bajarla pues el auto negro de Jungkook ya se estaba deteniendo frente a la casa.
Su pulso se aceleró y sus manos se volvieron torpes al tratar de tomar su celular y las llaves de la puerta de entrada. Cuando pudo recuperar ambas cosas del piso apresuró su caminar y salió de la casa tratando de mantener su cara neutra y sus manos nerviosas bajo control.
Cuando la reja de entrada estaba totalmente cerrada y asegurada se permitió girar y encarar al pelinegro que le regalaba una sonrisa a un par de pasos de distancia.
— Hola hyung, estaba a p-punto de tocar el timbre.
Una vez más sus sentidos se concentraron en el alfa frente a él, su lobo se removió en su interior intentando despertar y su mente casi cede después de quedar aturdido un poco con el aroma.
— S-si.. ehh yo estaba.. yo estaba en la cocina to-tomando un vaso de agua y vi tu auto llegar.
La tardía respuesta parecía ser analizada por el contrario quien sólo le regaló una sonrisa segundos después.
— Lamento si llegue muy temprano hyung, pero a-anoche no acordamos una hora y no quería que llegara tarde por mi culpa. — Apretó los labios y solo asintió como respuesta. Debía de parecer un tonto, pero a su cerebro le costaba trabajo formular palabras cuando tenia de frente a Jungkook sonriendo de esa manera. — ¿Ya nos vamos hyung?
Nuevamente asintió mientras abría la puerta del copiloto y tal como había pasado en el estacionamiento del supermercado su mano derecha fue tomada entre los dedos cálidos del menor que le intentaba ayudar a entrar al auto, solo que en esta ocasión un rápido roce en su espalda baja a través de la fina tela de su playera tenía toda su piel erizada a pesar del clima caluroso de ese día.
El calor se agrupó en su cara y de pronto el interior parecía sofocante aunque en realidad estuviera más fresco que el exterior. Fingió estar atento en el celular mientras Jungkook se acomodaba en el asiento del piloto pero su mirada seguía viajando hacia su izquierda para dar rápidos vistazos al pelinegro que se arremangaba la camisa blanca que portaba ese día.
Solo te falta babear para ser más obvio.
— Yoongi-hyung, su cara está roja, ¿se encuentra bien? — Cuando se giró para ver al alfa, no esperaba encontrarlo a pocos centímetros de él y en una demostración de la rapidez que jamás creyó poseer retrocedió ganando un golpe de la ventana contra la parte posterior de su cabeza. — ¡Yoongi-hyung! — El dolor apenas empezaba a punzar cuando sus mejillas quedaron atrapadas entre las dos grandes manos de Jungkook, las cuales ejercían la presión suficiente para no permitirle moverse ni un poco. — ¿Esta bien? ¿Se lastimó?
— Estoy bi-bien.
— ¿Se siente mareado? ¿Necesita que lo lleve a que lo revisen?
Necesito que te alejes un poco.
— En serio estoy bien... no duele — mucho.
— Lo siento, fue mi culpa p-por acercarme tanto, no quería asustarlo.
La presión en sus mejillas disminuyo poco a poco hasta que el calor de las manos ajenas se alejó de su piel, pero aún persistía un pequeño cosquilleo que volvió a mandar un pequeño escalofrío por todo su cuerpo.
— No me asustaste, solo me sorprendiste — dijo en apenas un susurro que dudaba que el pelinegro hubiera escuchado.
— ¿Está seguro de que no necesita una revisión?
— Estoy bien.
Después de unos segundos de mirarlo fijamente con duda en la mirada, Jungkook asintió y puso en marcha el automóvil dejando que por fin respirara tranquilamente, o por lo menos tan tranquilamente como el aroma del alfa se lo permitía.
Cuando el restaurante quedó a la vista se alegraba de que pronto estaría en una zona segura libre de Jungkook, pero también algo en el fondo de su mente le gritaba que inventara cualquier excusa para pasar unos minutos más cerca del alfa.
El auto paró en uno de los lugares disponibles cerca de la puerta de entrada pero en la zona que quedaba fuera de vista de las ventanas y él estaba agradecido de no tener que lidiar con las preguntas de nadie, aunque dudaba seriamente que alguien, a parte de Jin, se atreviera a cuestionarlo sobre el porqué estaba llegando acompañado de Jungkook.
— G-Gracias.
Su plan de salir huyendo después de dar una reverencia de despedida se vio interrumpido por unos dedos fuertes sujetando su antebrazo izquierdo.
— E-espere hyung. ¿Me p-podría dar su número de teléfono? — Parpadeo varias veces creyendo que había escuchado mal y sin atreverse a dar una respuesta sin antes asegurarse. — Es p-p-para hablarle cuando su auto esté en mi casa.
Eso tenía sentido, no la explicación que se estaba formando en su enamorada mente.
— S-Si.
Cuando terminó de recitar los dígitos volvió a agradecer una vez más y apresuró el paso hasta que se encontraba en la seguridad del local, lo suficientemente lejos de un pelinegro alfa con grandes ojos que seguía acelerando su corazón con cada acción que hacía.
Hola lindas personitas, les dejo otro capítulo más.
Siento que estoy tardando demasiado con este libro a comparación de los anteriores por ello pido una disculpa y agradezco el apoyo que le siguen dando 🥺❤
Si en alguna ocasión tengo un día completo libre de escuela y trabajo les deberé un maratón, lo prometo 🤚🏻😊.
Bonita semana.
I PURPLE YOU 💜
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