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Capítulo 55

Mío... Mi omega.

Las lágrimas estaban acumuladas en sus ojos pero ni siquiera estas le impedían ver la mirada posesiva que Jungkook mantenía sobre él. Los iris que ahora estaban de un color escarlata, parecían estar reclamando su alma directamente, todo lo que él era se estaba entregando a esa mirada.

— Por favor... Jungkook... Alfa~

La desesperación en su voz y el fuego que sentía recorriendo cada centímetro de su piel realmente lo estaban haciendo dudar de quien de los dos estaba en celo. Pero incluso sus épocas de calor parecían menos intensas que ese momento en el que todo parecía avanzar mucho más lento.

Dese que su nariz logró captar el aroma del celo del menor, toda su mente daba vueltas. Había dejado el mando a su lobo interior porque él perdió la capacidad de pensar. Por momentos su razón volvía pero solo unos segundos de sentir la fuerte presencia de Jungkook bastaban para que nuevamente su cabeza diera vueltas y fuera incapaz de guiar sus acciones.

Había optado por cederle el control a su omega, ya no tenía miedo de ello y además su lobo parecía especialmente feliz ese día. También el alfa que vivía en el interior de Jungkook estaba lleno de alegría, el lazo solo estaba repleto de esos sentimientos de euforia y eso solo era una razón más para que ese momento se sintiera un poco diferente a las otras veces.

Las manos grandes de Jungkook recorriendo la piel sensible de su cintura y de su muslo lo tenían retorciéndose de placer e impaciencia. La espalda del menor estaría llena de rasguños, pero no podía ordenarle a sus manos que se detuvieran, sus uñas seguían aferrándose a la dermis que cubría los gruesos músculos tratando de acércalo más y más aunque eso ya no fuera posible.

Su entrada ya estaba totalmente húmeda por su lubricante natural y su erección estaba demasiado sensible a pesar de que no había recibido estímulo alguno, simplemente había estado presionada de manera firme contra su abdomen bajo pero aún así ya podía sentir como varios hilos de presemen se deslizaban desde la punta hacia abajo.

Jungkook estaba en celo, pero él era quien ya no podía esperar más.

Empujó con todas sus fuerzas al cuerpo que se había colocado encima del suyo, aunque sabía perfectamente que él menor era quien había retrocedido, él se sintió bien cuando pudo lograr que ambos dieran la media vuelta hasta que sus rodillas estaban colocadas a cada lado de la cadera del menor.

Ya no quedaba paciencia en él, cada toque de Jungkook en su piel sólo lo había provocado hasta que lágrimas de placer se acumularon en sus ojos y aún así su novio se negaba a continuar con algo que ambos quería. El menor siempre lo cuidaba durante sus celos y a pesar de que su mente no estuviera muy lúcida en ese instante, trataría de ser él quien cuidara de su alfa durante las siguientes horas.

Aunque en realidad se repetía esas palabras en su cabeza cuando la verdad era que se sentía ardiendo en deseo por su novio. En sus acciones se podía notar su desesperación pero eso no pudo importarle menos cuando finalmente estuvo unido a su alfa.

Los dedos de sus pies curvaron y las palmas de sus manos se deleitaron de tocar los músculos firmes del abdomen que estaba debajo de ellas. Los dedos gruesos tomando fuertemente su cintura y los gruñidos de placer que salían de la garganta del menor solo lo invitaron a que comenzará a moverse en cortos brincos que le dieron tanto placer a ambos.

Perdió el sentido del tiempo mientras seguía con el ritmo que sus caderas y las contrarias llevaban, ambas se movían al mismo ritmo sin siquiera haberlo acordado con Jungkook, sus gemidos y los profundos gruñidos de su novio completaban los sonidos húmedos que llenaban aquella habitación como si estuvieran en armonía perfecta, o al menos así sonaba para sus oídos.

Todo se sentía perfecto, su corazón está demasiado acelerado y su mente seguía dando vueltas, pero aún así todo se sentía perfecto. Sus sentidos, su lobo y su alma se sentían bien como nunca antes.

— Ju-Jungkook... mmhh... ¡ahh!

No tuvo tiempo de avisarle al menor de su liberación, apenas y lo había sentido formándose en su vientre bajo cuando esté sometió cada célula de su cuerpo de manera tan intensa que su vista se oscureció un par de segundos y su cuerpo colapso encima del contrario.

Un ligero temblor estaba atacando sus músculos y un cosquilleo se esparció por su espalda baja, sus muslos y su entrada. A pesar de eso se sentía tan bien que una sonrisa se instaló en sus labios mientras se acomodaba listo para descansar un poco después de tan increíble clímax.

Aunque parecía que su alfa no estaba de acuerdo con otorgarle un poco de tiempo para que se recuperara.

— ¿Q-Qué ha-haces-mgh?

Ya no se encontraban recostados, Jungkook se había enderezado hasta que pudo quedar en una posición sentada y él obviamente quedó a horcajadas con la erección punzante del alfa aún en su interior. El pequeño movimiento de embestida de las caderas ajenas le hizo tener por seguro el menor buscaría su liberación aun cuando el estaba demasiado sensible.

— Ju-Jungkook... e-e-espera...

Te necesito... te necesito, mi omega.

— Mmghh~

¿Cómo podía decirle que no a esos ojos bonitos y suplicantes?

Enterró su cara en la curva que unía el cuello y el hombro del menor y aferró sus antebrazos alrededor de su novio aceptando silenciosamente.

Ya no pudo hablar para informarle al alfa que los movimientos eran demasiado rápidos, de sus labios solo salieron gemidos de placer. Las embestidas estaban siendo demasiado estímulo para su cuerpo tan sensible pero quería seguir siendo el motivo por el cual los razgos hermosos de su Jungkook estaban llenos de placer.

Su orgasmo estaba formándose una vez más, aunque no podía creerlo, mucho más intenso que el anterior.

— ¡N-No!

Protestó y trato de aferrarse con fuerza a su alfa cuando este se detuvo y comenzó a salir de su interior, pero su esfuerzo fue en vano porque los brazos fuertes lograron separarlo y darle la media vuelta, aunque fueron solo unos segundos los que dejo de sentir el calor del menor quemando su piel porque de inmediato pudo sentir los músculos duros pegarse contra su espalda y la erección invadiendo nuevamente su entrada.

El peso del cuerpo más grande lo fue presionando lentamente hacia abajo, hasta que su mejilla se encontraba pegada contra la suave tela de la colcha, pero manteniendo sus caderas elevadas.

La embestidas comenzaron una vez más, igual de rápidas y precisas que un momento atrás, como si él menor nunca se hubieran detenido para reposicionarlos a ambos. También su orgasmo seguía ahí, cosquilleando en su abdomen y espalda baja, sintiéndose completamente intenso pero no lo suficiente para ser liberado.

Las lágrimas de placer ya estaban mojando la tela debajo de su cara, pero no podía hacer nada para limpiarlas pues sus manos estaban siendo apresadas por las de Jungkook, y tampoco podía impedir que se deslizaran fuera cuando todo su cuerpo se estaba sintiendo tan bien.

Sus piernas estaban temblando al igual que todo su cuerpo, ya no lo iban a sostener por mucho tiempo más y eso podía saberlo por sus rodillas que cada vez se deslizaban más y más.

Trató de decirle a su alfa, pero realmente su mente no lo estaba ayudando a juntar correctamente las letras, ni siquiera podía decir una palabra, los únicos sonidos que salían de sus labios eran los gemidos que parecían responder a cada gruñido que retumbaba contra su oído derecho.

Su vientre bajo dolía por haber mantenido demasiado tiempo la sensación de su próximo orgasmo sin poder liberarlo, pero no sabía por qué su cuerpo se negaba a alcanzar el clímax, todo se había vuelto confuso en algún punto, él solo sabía certeramente que a pesar del hormigueo en su abdomen y el leve adormecimiento en su espalda baja y sus piernas,  estaba recibiendo demasiado placer, sobretodo con esa nueva posición en donde Jungkook tocaba su punto dulce con cada embestida.

Sus sentidos parecían volverse más y más sensitivos con el paso de los minutos  en ese punto el sonido de sus cuerpos chocando y sus aromas combinados solo estaban añadiendo una espesa neblina de lujuria a sus pensamientos. Ni siquiera se había percatado de que sus manos ya no estaban siendo retenidas, solo se dio cuenta cuando las manos ajenas se sostuvieron con fuerza de su cintura para poder acelerar el ritmo de las embestidas.

La repentina desesperación que pudo sentir de su alfa a través del lazo solo le informó que ya se encontraba cerca de su liberación, tan cerca como el lo estaba dese hacia minutos, que para él se sintieron como horas.

Esperaba que ese nuevo ritmo finalmente lo hiciera llegar, pero algo se negaba a dejar que el orgasmo bañera su cuerpo. El gruñido que escuchó en su mente le hizo darse cuenta de que era su lobo quien estaba conteniéndose a la espera de su alfa, a la espera del nudo y de la mordida que una vez más reafirmaría su unión. Y él también lo deseaba.

Cuando la lengua caliente dejó el primer rastro de saliva por encima de las dos marcas de media luna que había en su cuello, una corriente recorrió cada centímetro de su piel dejándola completamente erizada y sensible. Las lamidas fueron aumentando en frecuencia hasta que en lugar de la lengua caliente sintió las puntas afiladas de los colmillos de su alfa.

El nudo de Jungkook expandiendo su interior, los colmillos rompiendo su piel, su clímax intenso y el semen en su vientre fueron demasiadas sensaciones juntas, pero aún así a todo ello se le sumó las imágenes pasando por su mente. Aunque en esa ocasión fue una experiencia muy diferente. No vio recuerdos del menor, no conoció una nueva y breve historia de su vida, sólo vio a un hermoso y grande lobo con pelaje negro mimar a uno un poco más pequeño y de color blanco, los dos animales contrastaban en su totalidad pero combinaban de manera tan armoniosa que lágrimas brotaron de sus ojos con tan solo verlos.

No quería dejar de admirar el amor que podía sentir que emanaba de esa pareja pero tampoco podía ignorar el llamado de su Jungkook, las caricias que podía sentir en su rostro y el aroma a playa le provocaron el deseo de ver el rostro de su hermoso mocoso.

Ya no estaba apoyado sobre sus rodillas, ahora estaba sobre su costado izquierdo, con el calor del menor pegado a su espalda y el nudo manteniéndolos unidos.

El rostro de su novio lo miraba con los grandes ojos de color escarlata llenos de amor y con una hermosa sonrisa estirando los labios.

— Mi Gatito-hyung, te amo.

— Yo también te amo Jungkook.

El beso que el menor comenzó le robo el aliento por completo, en algún punto el cansancio y el mundo de los sueños lo arrastraron hacia la oscuridad, pero le permitieron revivir una y otra vez la hermosa imagen que había visto de aquellos dos lobos que se miraban con tanto amor.

— 𝓐𝓵𝓯𝓪 —


¿Como su cuerpo podía sentirse más adolorido con solo dos días y medio de acompañar a su alfa en celo que con cinco días de su propia época de calor?

— Gatito-hyung, el desayuno está listo, ¿quieres que lo suba?

Vio la sonrisa perfecta en el rostro del menor pero eso solo le provoco ganas de gritar, quizás su novio lo noto y por ello dejó de sonreír tan alegremente o quizás fue por la mirada asesina que él le estaba dirigiendo aún cuando se encontraba boca abajo y con su mejilla presionada contra la almohada.

— ¡¿Acaso quieres que yo baje?! ¡La única parte de mi cuerpo que puedo mover es la cabeza!

— Lo siento Gatito-hyung, realmente no sé porque fui tan insistente, mi celo nunca había sido así de intenso.

El menor se acercó hasta él y gentilmente lo acomodó sobre su costado para poder cobijarlo en un abrazo. Su piel desnuda agradeció poder sentir el calor que emanaba el cuerpo ajeno.

— Mentiroso. En tu próximo celo te amarraré a la cama con tus propias esposas.

— Mmm~ no sabía que te gustaban esos juegos, pero si tu insistes hyung yo estaré encantado.

— Mocoso tonto.

Dio un golpe en el amplio pecho frente a él pero este fíe porque ahora ya no podría quitarse esa imagen de la mente. Quizás podían probar la sugerencia e Jungkook, pero eso tendría que esperar hasta que sus músculos dejaran de llorar por todo el esfuerzo físico que realizaron las pasadas horas.

Antes del próximo celo de su alfa tendría que ir a un gimnasio y ganar resistencia.

— Bajemos a desayunar Gatito-hyung y después te ayudare a ducharte.

— Es lo mínimo que puedes hacer, tu me dejaste todo pegajoso, mocoso.

— Gatito-hyung... podemos hablar acerca de lo que pasó... yo no pretendía nada, s-solo...

— Ya lo sé y además fue mi culpa que dese el inicio no usáramos condón. — Aunque un rubor llenaba su rostro por estar hablando del tema, se encontró con la mirada de los bonitos ojos que volvían a ser castaños. — Yo solo quería sentirte, quería que estuviéramos unidos, en ningún momento lo hice con el propósito de quedar embarazado, te lo aseguro.

— No tienes que asegurarme nada mi lindo Gatito-hyung, solo quería saber si estabas bien con ello y con lo que pueda pasar después.

— Estoy perfectamente bien con ello. Si un cachorro llega a nuestras vidas seré feliz, pero si no pasa aún así te tengo a ti, mi alfa y mi hogar. Te amo Jungkook.

— Yo también te amo Yoongi-hyung. Te amo demasiado.

Recibió encantado cada caricia, beso y abrazo que su alfa le dio mientras desayunaba, mientras se duchaban o cuando simplemente estuvieron recostados en los brazos del contrario. Solo ver el rostro de su alfa era suficiente para llenarlo de paz y felicidad. No se podía arrepentir nunca de haber encontrado su hogar en ese mocoso gentil y hermoso.

Como prometí, aquí esta el siguiente capítulo espero que les haya gustado.
Linda semanita mis lindxs Makis 💜

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