Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 51

Había pasado cinco días desde que su hermano y su madre estaban en la ciudad y Geumjae aún no se había comunicado con él.

Esperaba que el mayor le hablara para decirle que ya habían llegado o la dirección de dónde se estarían quedando, pero cinco días después él había tenido que mandarle un mensaje a su hermano preguntando si podía visitar a su madre.

Ya habían pasado diez minutos exactos y aún estaba a la espera de la respuesta mientras mordía su labio inferior.

— ¿Ya te contestó?

Los brazos cálidos de Jungkook lo envolvieron por la cintura mientras el calor ajeno cubría su espalda y el aroma a playa y menta invadía sus fosas nasales. También podía sentir el sentimiento de tranquilidad que su alfa pelinegro enviaba a través del enlace que compartían.

— Aún no… ¿Crees que me impida ver a mi mamá?

Desde que envió el mensaje no dejaba de hacerse esa pregunta. Aunque al mismo tiempo se preguntaba por qué le informó que su madre estaría en Seúl si quería evitar que la viera.

— No puedo asegurarte lo que hará tu hyung, pero si esta tratando de hacerte pasar por un mal momento, no lo dejaré.

Separó finalmente la vista de su celular para dar la media vuelta y envolver sus propios brazos alrededor de su mocoso. La diferencia de altura permitió que su mejilla quedara perfectamente acomodada en el amplio pecho y que su oído se colocará justo por encima de donde se podían escuchar los rítmicos y tranquilos latidos del corazón ajeno. Su mente y cuerpo se relajaron siguiendo el ritmo que ese palpitar le imponía y en segundos dejó de pensar en sus preocupaciones.

Se quedo ahí, inmóvil dentro de la calidez y familiaridad que los brazos de Jungkook le brindaban. Cerró sus ojos por varios segundos, o minutos realmente no tenía ni idea de que tan rápido estaba pasando el tiempo, la calma de su alfa pelinegro le ayudó a eliminar las ideas malas formándose en su mente y le dio la confianza de creer que su hermano ya no podría influir de manera negativa en su vida.

Aunque quizás no iba a tener obstáculos por el momento, pues el mensaje de Geumjae finalmente llegó con una respuesta a su celular.

— ¿Está todo bien Gatito-hyung?

— Si… no lo sé… — aún sin poder creerlo, le mostró las palabras que había en la pantalla de su celular —. Creí que mi hermano insistirá en estar presente cuando yo quisiera ver a mamá… Las pocas veces que fui a Daegu a visitarla, él siempre controlaba lo que podía o no decir frente a ella.

Su alfa pelinegro quizás no entendía lo mucho que le extrañaba esa situación, nadie que no fuera él entendería lo odioso que era estar sentado frente a la omega que le dio la vida intentando responder sus preguntas o seguir su conversación mientras tu hermano mayor escuchaba con desaprobación cada palabra que salía de su boca para responder o mientras le indicaba que decir por medio de gestos. Eso se repetía en cada corta visita que el realizaba hacia su ciudad natal y con el paso de los meses esas visitas intento reducirlas al mínimo para no tener que pasar por ello tantas veces.

A veces era difícil enfrentar a su madre durante alguno de sus episodios, incluso por llamada telefónica, pero claramente extrañaba a la mayor, después de todo era su madre y el la quería. Por eso mismo le asombraba que esta vez no encontraría ningún obstáculo para verla y hablar con ella.

— ¿Quieres ir ahora Gatito-hyung? Aun queda tiempo antes de que comiencen nuestros turnos. O te puedo acompañar en mi día libre.

— Quiero ir ahora… ¿Puedes ir conmigo?

— Claro que si mi lindo Gatito.

— 𝓐𝓵𝓯𝓪 —


— Debes de ser el hermano menor del señor Min Geumjae. — Asintió de manera un poco tímida a la sonriente beta que estaba atendiendo la puerta, sinceramente esperaba encontrarse con una enfermera un poco mayor y que mostrará falsas sonrisas como la anterior, pero ella parecía ser muy energética y joven. — Mi nombre es Kim Yoong-sun, me alegra conocerlo al fin. Tengo dos meses cuidando de la señora Min y por sus platicas siento que lo conozco de siempre, he visto muchísimas fotografías.

Siguió el camino que le indicaba la castaña, pero la energía que emanaba la enfermera seguía haciéndolo sentir cohibido. Ahora se arrepentía de haberle dicho a Jungkook que podía irse y que él seguiría solo.

Amaba a su mamá, pero no había manera de saber si ella estaba pasando por uno de sus episodios que podían abrumar un poco a su alfa pelinegro y aunque la mente de la omega estuviera más despierta solía comportarse de mala manera frente a los alfas. Necesitaba hablar primero con ella a solas y tenia que hablar con Jungkook un poco más acerca de la condición que su madre padecía para que este no fuera a molestarse por el comportamiento que pudiera tener la mayor.

Ese día se daría la oportunidad de volver a ver y a conversar con su madre frente a frente después de mucho tiempo y después buscaría la oportunidad para que su mocoso la conociera. Solo rogaba a la Luna que ese encuentro se diera mejor que el encuentro con su hermano mayor.

— Debo decir que este es un día estupendo para visitar a su madre, el cambio de ciudad parece haberle hecho mucho bien y la he visto plenamente consciente por varios días. Se que hoy podrán conversar muy bien.

— Gra-Gracias por decírmelo… y también por cuidarla.

— Para mi no es ningún problema, platicar con la señora Min es muy entretenido, además de que he aprendido a cocinar más con ella en dos meses que lo que he aprendido en mis treinta años. También es divertido cuidar de Gigi, es muy juguetón… cuando se cansa de dormir.

— ¿Gigi?

Su respuesta llegó en forma de maullido. Un pequeño y rellenito gato color negro se estaba acercando a ellos con su cola esponjada totalmente elevada.

La enfermera se agachó un poco para dejar una rápida caricia detrás de una de las orejitas y de inmediato volvió a recobrar su postura permitiéndole al pequeño felino que siguiera con su tarea de frotarse contra sus piernas.

Cuando el Gatito se canso de ello dio un feliz maullido y se fue con su caminar elegante por el mismo camino por el que había llegado.

Si Jin conocía a ese pequeño felino y el nombre del mismo tendría que aguantar sus burlas de por vida, se aseguraría de nunca comentar nada al respecto aunque el alfa que tenía por amigo siempre terminaba averiguando las cosas de alguna manera.

— La señora Min esta en esa habitación donde entro Gigi. Lo acompañaría señor Min, pero algo me dice que ninguno de los dos me querrá ahí.

Otra sonrisa amistosa se dibujo en el rostro joven de la beta antes de retirarse por otra puerta del largo pasillo y en tan solo unos pocos minutos ya le agradaba mucho más ella que la antigua enfermera que cuidaba a su madre. Pero se preguntaba que le había pasado a su hermano para cambiar a aquella mujer mayor que había cuidado a su madre los últimos cinco años, Geumjae sabía perfectamente que clase de enfermera era aquella señora, las sonrisas y palabras falsas con las que se dirigía a ellos eran más que evidentes y por la manera en que la escuchó gritarle a su madre en más de una ocasión, dudaba que tuviera la suficiente paciencia para tratar con alguien que requería los cuidados de la omega.

Ya no tenía ni idea de si debería de relajarse un poco y dejar de buscar una explicación al nuevo comportamiento de su hermano o si debía de preocuparse y estar alerta por si todas esas acciones eran algún tipo de nuevo plan para separarlo de su alfa pelinegro.

Le daba dolor de cabeza darle tantas vueltas al asunto, pero ya no podía dejar de pensar en ello.

Otro nuevo maullido y la carita del gato azabache asomándose por el marco de la puerta fue lo que le hizo avanzar hacia la habitación en lugar de quedarse en medio del pasillo sumido en su mente. El felino parecía estar apresurándolo para que se adentrará en el espacio donde su madre estaba porque apenas alcanzó el lugar donde estaba sentado el gatito, este salió corriendo hacia el interior y fue hasta el regazo de la omega sentada en el sofá gris.

Su madre había perdido la belleza que la caracterizaba en su juventud, pero sin duda ese día se veía mucho mejor de lo que la había visto la última vez, o en los últimos años. La sonrisa, que era tan similar a la suya, se mostraba en el rostro de la omega que después de tantos años volvía a ver con el cabello arreglado y ropas que favorecían un poco más su figura delgada en lugar de los camisones que parecía haber adoptado desde el día que salió de su última hospitalización, cuando la quinta marca que había portado en su vida fue rota por el alfa que se la hizo.

También parecía mucho más despierta y consciente, ya no veía lucha en sus ojos por tratar de mantenerse en ese estado.

— Gigi, me alegra tanto verte.

— Hola mamá.

Definitivamente algo había cambiado en su madre, pues cuando tomó asiento a su lado fue inmediatamente rodeado por los brazos delgados de la mayor en un abrazo que antes se negaba a dar porque el contacto de ese tipo la ponían nerviosa.

En ese momento lo abrazaba como una madre que había extrañado a su hijo, cualquiera que los viera pensarían que ese era su primer encuentro después de muchos años y puede que es imagen se acercara bastante a la realidad, pues aunque solo habían pasado meses desde su último viaje a Daegu, parecía que está vez realmente estaba frente a aquella omega con la que pasó sus primeros años de vida.

Sin darse cuenta, sus brazos ya estaban apretados alrededor del cuerpo que ahora le parecía mas pequeño de lo que lo recordaba y sus párpados se movían más rápidamente para ahuyentar las lágrimas que se instalaron por debajo de ellos.

Se sentía bien abrazar a su mamá nuevamente, el aroma era diferente y el tamaño de la mayor también, pero se sentía bien. El único ser en esa habitación que no estaba de acuerdo con la cercanía era el pequeño felino azabache. Un fuerte maullido resonó en medio de su madre y de él, pues Gigi, que aún estaba en el regazo de la omega, salió corriendo en cuanto tuvo más espacio en aquel apretado agarre en el que se vio incluido.

Él se sonrojo cuando la distancia fue suficiente y los ojos de su madre cayeron en su rostro. Quería borrar esos pocos segundos en que se permitió ver como aquel pequeño que extrañaba a su madre. No se arrepentía, solo le daba pena que la mayor lo viera con esa pequeña sonrisa ladeada en el rostro.

— ¿Cómo has estado Gigi?

— Bien… Tú te ves mejor mamá.

— Me siento mejor. Tu hermano y Yoong-sun, han ayudado mucho en mis ejercicios de memoria, y me ayudaron a encontrar un nuevo pasatiempo en el que me puedo enfocar. Tener al pequeño Gigi también ayuda, es muy juguetón y cariñoso… Aunque sigue disgustándome todos los medicamentos que debo de tomar, me hacen sentir somnolienta.

— ¿Hyung… te ayuda?

— Si, lo hace. Desde hace varias semanas cuando volvió de su último viaje. — El silencio le siguió a esas palabras, su madre quería decir más pero analizaba sus gestos para saber si podía continuar, aunque ni siquiera él mismo sabia si quería escuchar más. — Tu hermano ha tenido un cambio muy grande desde hace varias semanas y se que no fue fácil pasar por el… No seas duro con él si intenta acercarse a ti.

Hasta ese momento había enfocado su mirada en los castaños ojos de su madre, pero escuchar esas palabras lo hicieron desviar la mirada. No estaba seguro de si podía comprometerse a cumplir esa petición, estaba reacio a dejar que su hermano tuviera la oportunidad nuevamente de lastimarlo.

La mano pequeña y cálida de la omega envolvió la suya para llamar su atención y nuevamente se encontró con la mirada contraria.

— Gigi no tienes que prometérmelo, solo te pido que lo tengas en mente y pienses en ello.

Mordió su labio inferior un poco para no aceptar ni tampoco negarse. Aunque su madre dijera que no le estaba pidiendo que lo prometiera, se notaba la esperanza en su mirada.

— ¿T-Te llevas bien con t-tu nueva enfermera?

— Ya te diste cuenta de que es así, si vamos a cambiar de tema, mejor cuéntame sobre tu alfa — una sonrisa estiró las comisuras de los labios de la mayor —. Geumjae me dijo, así que cuéntame algo sobre él. — ¿Podía? ¿Realmente Podía hablar de Jungkook con su madre sin que la conversación se transformará en un tema desagradable? — Lamento las cosas que te he dicho, no quería… — un muy largo suspiro y ojos tristes le comunicaron el arrepentimiento que vivía en la mente de su madre —. Perdóname, por todo lo que te he dicho… Háblame de él, te prometo que no diré nada fuera de lugar.

— S-Se llama Jungkook… es menor que yo por cuatro años… trabaja como detective… — tiene unos ojos muy bonitos y grandes, su sonrisa lo hace parecer un conejito, es muy guapo y me trata increíble… — N-No sé que más decirte…

— No me dijiste prácticamente nada Gigi — declaró la mayor con una pequeña risa divertida —. Dime como te trata, ¿sus ojos se ven igual de enamorados que los tuyos?

 El sonrojo le cubrió la cara en un instante con la pregunta de su madre. Nuevamente le avergonzaba un poco mostrarse tan transparente frente a la omega a la que por años le oculto sus emociones para no derrumbarse frente a ella. Era vergonzoso y extraño.

— Creo que esas mejillas rojas son un si. Me alegra tanto que encontraras a alguien a quien amar y que te ame, es bueno saber que mis decisiones estúpidas y el trato de tu hermano no te impidieran encontrar el amor. Aunque imagino que fue un camino duro llegar hasta donde estás ahora con tu alfa, y te pido perdón por eso, por no haber estado y por ser una de las causas.

— En realidad… creo que fue fácil… Jungkook me guió por completo, él fue quien hizo prácticamente todo en esta relación para que funcionara… yo solo fui llevado por él.

— Me pone muy feliz escucharte hablar así. Me encantaría conocer a ese chico que hace tan feliz a mi Gigi, pero eso será cuando tú decidas que esta bien — aclaró rápidamente —. Debo confesarte que me siento un poco impaciente por que llegue el día en que me digas que tendrán un cachorro, te veras adorable cuando estés embarazado… — la sonrisa en el rostro de su madre cambio a una de sorpresa tan rápido que no le dio tiempo de decirle que estaba casi seguro de que ya lo estaba —. Por cierto, te tengo que advertir que los síntomas en nuestra familia son increíblemente intensos. Cuando estuve embarazada de tu hermano y de ti sentí que moriría de hambre los primeros meses, todo lo que comía lo devolvía en un instante, ¡y los aromas! Me daban náuseas con casi cada cosa que olía.

— Pero no en todos los omegas es así…

— En nuestra familia si, yo, tu abuela, tu bisabuelo y la lista sigue. Lo bueno de todo esto es que nos damos cuenta de inmediato cuando estábamos en cinta, desde la primer semana es notorio en nuestra familia.

Ya había pasado una semana desde su último celo.

— Mamá.., ¿a alguien de nuestra familia se le dificultó… concebir?

— ¿Mmmm? Oh si, mi tío, el hermano omega de tu abuela, lo intento por años pero fue inútil porque era estéril. Anheló un pequeño cachorro por años, pero nunca fue bendecido por la Luna.

Un nudo se formó en su estómago. Eso no quería decir nada, pero de alguna manera la preocupación logró instalarse en su mente y siguió ahí durante todo el tiempo que duró la visita a su madre.

Cuando dejo atrás las puertas de la recepción del edificio ya tenía un destino en mente, se quitaría la duda de una vez por todas.

— 𝓐𝓵𝓯𝓪 —


— Negativo… Señor Min, usted no está en cinta. Pero si usted y su pareja ya tienen planeado darle la bienvenida a un cachorro, con mucho gusto puedo hacerle un estudio y un programa para planear su embarazo.

La sonrisa en la doctora beta no vaciló ni un segundo. Parecía determinada a darle esperanzas para que logrará concebir, pero esas esperanzas solo lo hicieron sentirse peor.

Su primera vez con Jungkook, el menor estaba en celo y el no tomaba ninguna clase de anticonceptivos, la segunda vez que no usaron protección él ya tomaba un tratamiento pero creyó que quedaría anulado porque su mocoso era  un alfa puro. Pero ya no había como negar la realidad. El estuvó en celo una semana atrás, su alfa puro no uso protección y él ya no tomaba anticonceptivos… ya no podía engañarse a sí mismo.

Salió rápidamente de ese blanco y pulcro consultorio cuadrado sin despedirse de la doctora que se había portado tan amablemente con él y se fue caminando hasta el lugar donde tendría que plantarse nuevamente frente a la dolorosa verdad.

Makis lindxs.
De nuevo el Covid me atrapó, es inevitable cuando trabajo a diario con personas que llegan al seguro enfermas de lo mismo, tengo las dos dosis de la vacuna y es por eso que no me siento tan mal, pero aún así sigo con sueño y cansada como no tienen idea. Perdon por los errores que encuentren en la lectura, si me dejan un comentario en el párrafo en el que este, lo corregiré enseguida.
Espero que ustedes si se encuentren de lo mejor y sus familias también. Cuídense mucho lindxs y no dejen de protegerse de este virus.
I PURPLE YOU
💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro