Capítulo 44
La puerta de entrada se abrió dejando ver a la señora Kim.
— ¡Kookie! — Una amable sonrisa se extendió por la cara de la mayor inmediatamente en cuanto lo vio. — Pasa, pasa. Tae apenas va a desayunar, ¿gustas un poco?
— Normalmente le diría que sí inmediatamente señora Kim, pero necesito hablar urgentemente con Tae y con usted.
La beta lo observó durante lo que dura un parpadeo y solo eso basto para que la grande sonrisa geométrica se borrará de manera rápida para ser sustituida por una mueca de preocupación.
— ¿Pasa algo malo?
— Pues la verdad no se como vaya a tomar la noticia Tae.
Con un asentimiento la mayor empezó a caminar hasta que llegó a la pequeña estancia del departamento, él la siguió de cerca encontrando a su amigo ya acomodado en el sillón de dos plazas con una sonrisa en su rostro mientras observaba el celular.
En serio no quería que esa sonrisa se borrara del rostro de su amigo, pero Taehyung necesitaba saber lo que estaba sucediendo.
Fue cuestión de menos de un segundo para que Taehyung volteara hasta que se encontró con su mirada.
— Kookie, ven, ven. Tienes que ver el video que me mando Minjae, esta súper divertido.
Quiso regalarle una sonrisa, quería alargar esos segundos de felicidad, pero simplemente le fue imposible no ponerse a pensar en todo lo que había leído en los archivos que le dio Minjae, no podía dejar de pensar en las declaraciones que dio su único testigo, declaraciones en las cuales se preguntaba si un joven Taehyung había pasado por lo mismo y tras las cuales no pudo evitar llorar.
Su amigo se levantó, dejando el celular de lado, se acercó hasta que estuvo frente a él tomándolo de sus hombros.
— ¿Qué sucede Kookie?
Muchas veces había escuchado de parte del beta, lo feliz que era de que Jungkook lo conociera tan bien, pero su amigo olvidaba el hecho de que él también podía leer sus emociones tan libremente como si se escribieran en su rostro.
— Taetae, necesitamos hablar.
— Está bien. — Aunque esas dos palabras salieron temblorosas, su pequeña caminata hacia el sillón fue hecha de manera decidida al igual que sus movimientos cuando tomó asiento al lado de su madre, pero eso no le sorprendía, Taehyung siempre fue bueno escondiendo de todos cuanto miedo era el que en realidad sentía.
El único espacio vacío era en el sillón individual, por lo que tomó asiento quedando de frente a los dos pares de ojos que lo miraban con preocupación y curiosidad.
— Tae, ayer pase a ser parte del equipo de Minjae oficialmente. — Hizo una breve pausa para poder tomar una profunda respiración, intentando calmarse con todas sus fuerzas. — Eso quiere decir que también pase a formar parte de la investigación contra Dong Sung-wook.
El silencio sepulcral le siguió a sus palabras. Parecía que los tres en la habitación mantenían la respiración contenida, la única diferencia radicaba en el beta de cabellos rojos que estaba empezando a temblar.
Odiaba ver los ojos de su amigo llenos de miedo.
— Tae, puede que nuestro tiempo este contado antes de que se nos pida que cerremos la investigación y necesitamos reunir pruebas sólidas u otro testi-
— No, no, no... por favor no Kookie… no me lo pidas... no puedo…
Gruesas lágrimas caían por las mejillas de su amigo antes de que los protectores brazos de su madre lo acomodaran en un firme abrazo.
Quería hacer lo mismo, abrazar a su amigo y prometerle que todo estaría bien, pero debía de permanecer fuerte por el momento, por lo menos hasta que terminara de decirlo todo.
— Tae, escúchame. — Los llorosos ojos del beta estaban puestos en él nuevamente, dándole una mirada de dolor que partió su corazón. — Yo no te puedo y no quiero obligarte a nada, solo te estoy pidiendo que lo pienses, tú eres el único que puede decidir. Pero también tienes que saber otras cosas antes de que me digas si vas a hacerlo o no. Tae, no sabemos el número de víctimas que han sufrido a manos de Sung-wook, solo sabemos de quien lo denunció y otras dos que tienen demasiado miedo para confesar, contigo serian cuatro de los que sabemos pero pueden ser más que están igual de asustados para decir cualquier cosa y sabemos que Sung-wook no se detendrá si no hacemos algo, incluso ya tiene en puerta un nuevo matrimonio. — La reacción de su amigo fue inmediata cuando mencionó lo ultimo, los ojos se agrandaron y negaba levemente con la cabeza. — Por favor considera todo esto cuando decidas, también ten en cuenta que yo te protegeré, siempre estaré para ti y ahora tenemos más amigos que estoy seguro que te apoyaran en todo.
— Kookie, ellos... ellos...
— Tae, todos te queremos mucho, todos queremos ver siempre tu enorme sonrisa. Confía en ellos, sé que todo resultará bien. — Se levantó del lugar que ocupaba para poder acercarse y quedar de cuclillas frente a su amigo, tomando las manos delgadas entre las suyas, quería mantenerse cerca cuando dijera lo último que tenía que decirle al mayor. — Tengo que decirte algo más... Él está aquí en Seúl.
En un parpadeo la piel color canela de su mejor amigo se volvió pálida, todo el delgado cuerpo comenzó a temblar y más lágrimas siguieron saliendo de los ojos castaños frente a él.
Le desagradaba ver a su amigo con ese nivel de miedo, necesitaba atrapar a Dong Sung-wook rápidamente, solo necesitaba mantener el caso abierto para poder ir tras el alfa que había lastimado a jóvenes tan inocentes como su amigo.
— Tengo miedo Kookie… si declaro tendré que volver a ve-verlo…
— Pero esta vez no solo serán tú y tu mamá, me tendrás a mi a tu lado, también estará Minjae, Jimin, Hobi-hyung, Namjoon-hyung, Yoongi-hyung y Jin-hyung. Yo siempre te apoyaré y los hyungs también lo harán si les das la oportunidad.
Espero pacientemente en silencio por varios segundos, si su amigo necesitaba tiempo para tomar una decisión lo esperaría y apoyaría.
La señora Kim seguía sosteniendo fuertemente a su hijo y limpiaba con delicadeza las delgadas líneas de humedad que se dibujaban en las mejillas sonrojadas por el llanto.
— ¿P-Podemos decirles a los hyungs… después de que haga la de-declaración?
Eso significa que está aceptando declarar.
Abrazó con fuerza al mayor y lo sostuvo cuando el llanto nuevamente se reanudaba.
— Todo se hará como lo decidas Taetae.
Ahora su mejor amigo comenzaría una pelea muy difícil de llevar emocionalmente, pero fue sincero cuando declaró que todos esos nuevos hyungs que habían conocido lo apoyarían sin dudarlo. Ya no eran una pequeña familia de tres, ahora formaban parte de una familia mucho más grande pero igual de cálida.
Tan solo había pasado una semana desde que Jin había ido a Daegu, cuando ya estaba de regreso, y con un humor realmente malo.
La insistencia para que el alfa volviera a casa, había resultado ser un plan de compromiso con una omega.
Su amigo se había molestado por ello y le había revelado a sus padres lo que había pasado con Jimin y, por lo que entendía, las palabras del mayor no habían sido muy amables hacia su progenitor.
— Realmente no tenía intención de gritarle a papá y me dolió en el alma ver el dolor que llenó sus ojos, pero a mi también me dolieron los insultos que le dijo a Jimin. Entiendo que el elija defender a quienes son sus hijos, pero no entiendo porqué tomó esa actitud contra Jimin. Al final mi papá se encerró en su cuarto y mi padre me dijo que hablaría con él, yo tomé mi maleta y me fui al aeropuerto. Perdón por haberte hablado ayer tan temprano Nam, pero mi otra opción era Minjae y en ese momento mi lobo tenía muchas ganas de pelear.
— Wow… Creo que si fue buena idea que ayer te llevara a mi casa en cuanto bajaste de ese avión. Con el humor que te mando tu papá creo que no era una idea que hablaras con Minjae.
Namjoon parecía igual de angustiado que él por lo cansado que lucía Jin, el alfa ya no tenía su sonrisa o ese tono juguetón y divertido que lo caracterizaba.
— Lo se, gracias Nam. Pero ya pude descansar todo un día y ya no puedo aplazar más la plática con Jae. Hoy tendré que sentarme con él en cuanto salga del trabajo.
— No pongan esas caras tristes ni siquiera hemos abierto el restaurante aun y si ustedes andan con ese humor todo el día solo me voy a estresar, mejor díganme que pasa con Taetae, ¿saben si se encuentra bien?
— Kookie habló con él, dijo que estaba bien y que hoy se presentaría como siempre. — Su mente volvió a revivir la expresión triste en los ojos bonitos de su pelinegro cinco días atrás después de visitar a al beta, su lobo volvía a aullar de solo recordarlo. — Por lo que se, hace algunas semanas Tae está lidiando con un problema, Kookie me dijo que él y Minjae lo estaban ayudando pero que solo Tae puede decidir sin nos habla de ello o no.
— No creen que a Taetae le haya pasado algo, ¿cierto? — Namjoon estaba preocupado por el menor, parecía que por las mismas razones en las que no quería pensar. — Quiero estar muy equivocado, pero si busco la ayuda de Jungkook y Minjae puede ser porque son sus amigos o porque son detectives en casos que involucran victimas de violaciones y prostitución.
— Ya lo he pensado, Kookie ha estado nervioso y ansioso desde que lo asignaron al equipo de Minjae y habla con Tae todos los días para preguntarle sobre su estado de ánimo.
Él quería estar igual de equivocado que su castaño amigo.
— Pues será mejor que le hagamos saber que tiene nuestro completo apoyo en cualquier cosa, pero Jungkook tiene razón, depende de él si quiere contarnos o no. Creo que-
Jin dejo de hablar en cuanto la pequeña figura de Jimin se adentro velozmente en la oficina de Namjoon.
El omega de cabellos plateados no perdió ningún segundo en presionar los labios contra los del alfa.
No tenía hacia donde mirar, pues la pareja a su lado no era la única en esa habitación, el beta ahora tenía a Hoseok en su regazo y hablaban en voz baja con los ojos puestos en el contrario y creando ese mundo solo para ellos dos.
Tal y como le sucedía con su alfa pelinegro.
— Jungkook vendrá pronto y saben que tiene buen olfato, no creo que sea buena idea que sigan... emm... tan cerca.
La voz de Namjoon y él nombre de su menor lo pusieron en alerta. Su lobo ya meneaba la cola felizmente ante la idea de ver a su pareja, aunque solo habían pasado alrededor de cinco horas desde que se habían despedido cuando Jungkook fue llamado al trabajo.
Solo asintió distraídamente cuando le hicieron una preguntas y siguió los pasos de los demás cuando cambiaron la oficina de Namjoon por una de las mesas de los clientes que aun permanecían vacías.
Ya no estaba prestando atención a nada, desde la mención de su Jungkook ya solo quería verlo y asegurarse de que la tristeza y preocupación no estuvieran de nuevo en los ojos bonitos que tanto le gustaban.
Casi se dirige a la puerta del restaurante cuando el sentimiento de proximidad lleno su lazo, sin embargo espero pacientemente en su sitio hasta que su mirada se encontró con la de su alfa pelinegro.
Ya quería estar envuelto entre los brazos de su menor, y besar esa sonrisa que le dirigía… o que le estaba dirigiendo unos segundos atrás.
Alcanzo a ver ese movimiento casi imperceptible de las fosas nasales de Jungkook, lo hacía siempre que algún aroma captaba su atención y siempre pensó que se veía adorable haciéndolo, pero en ese momento solo podía sentirse ansioso cuando comenzó a olfatear alrededor de Hoseok.
Y se levantó de su sitio cuando los brazos de su pelinegro rodearon la delgada figura del omega pelirrojo en lugar de abrazarlo a él.
Estaba celoso. No dudaba del amor de su pelinegro hacia él, sus celos se debían a que él quería estar siendo abrazado y que su lobo reclamaba por ir a marcar a su alfa con su aroma.
Últimamente el omega viviendo en su interior se hacia notar más y más, no le daba miedo mostrarlo frente a su Jungkook pero los días pasados tuvo dificultades al intentar mantener el control cuando se encontraba en público.
Su lobo era completamente mimado, le gustaba estar siempre al lado de su pareja, cubriéndolo con su aroma y recibiendo sus atenciones, realmente era imposible que estuviera veinticuatro horas al lado de Jungkook pero eso no parecía importarle a su omega. En ese momento estaba muy molesto por no poder estar con su alfa y él estaba tratando de contenerlo mientras su menor cambiaba el abrazo hacia a Hoseok con un abrazo hacia Namjoon.
— Felicidades por su cachorro Namjoon-hyung.
Vio la cara en blanco de su amigo castaño mientras la expresión del omega pelirrojo se mostraba nerviosa y ansiosa por la reacción de su novio.
Por su parte, estaba feliz por la noticia y emocionado de conocer al cachorro de sus amigos, pero…
Él seguía esperando por su abrazo.
Capítulo cortito pero con mucho cariño para mis Makis lindos que han estado esperando tanto por las actualizaciones de esta historia.
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