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Capítulo 32

Esto iba a ser fácil. Sólo presionaba el icono de “Llamar”, le haría una simple pregunta a Jungkook y después colgaría.

Fácil.

¿Cierto?

No penso acobardarse en el primer tono y tampoco olvidar absolutamente todo en cuando la voz del menor salió por la bocina de su celular.

¿Gatito-hyung? ¿Está todo bien? ¿Estás bien? — preguntó preocupado, después de todo era la primera vez que él iniciaba una llamada.

— S-Si, e-estoy bien.

Agradecía que en ese momento Jungkook no pudiera ver sus sonrojadas mejillas, pero probablemente ya lo había deducido por su nerviosa respuesta susurrada.

Lo siento Gatito-hyung, pero te sentí nervioso a través de nuestro enlace, creí que ocurría algo. — Lo único que ocurría era que comenzaba a acobardarse de hacer una simple pregunta, sólo porque la voz de Jungkook estaba sonando contra su oído. — E-Es la primera llamada que me haces Gatito-hyung, estoy fe-feliz de que llamaras.

¿Era necesario escucharse tan feliz?

N-no es l-la gran cosa.

¿Para qué llamaste hyung? ¿Quieres decirme algo?

Sus músculos respondieron antes de que siquiera pensara en lo que estaba haciendo. Ahora estaba mirando de frente la pantalla de su celular, donde unas pequeñas letras decían “Fin de la llamada”.

¡Había colgado solo porque le ganó el nerviosismo para decir una una simple pregunta!

Tras un momento de observar el aparato en sus manos volvió a marcar regañándose internamente por no poder hacer una simple pregunta por teléfono a la persona a la que vio casi a diario durante los últimos meses, también de paso maldijo a ese alfa pelinegro por causar tantas emociones dentro de sí a la vez, ¿qué acaso su tonto omega nunca se acostumbraría a la fuerte presencia del menor?

El primer tono de la llamada entrando sonó y él ya se encontraba masacrando su labio inferior entre sus dientes y preguntándose mentalmente si sería muy cobarde de su parte mandar mejor un mensaje de texto, pero antes de que siquiera terminara el segundo tono la llamada fue contestada dándole un ligero susto por la rapidez en que nuevamente se encontraba escuchando aquella voz que ponía tan contento a su lobo.

Yongi-hyung, ¿está todo bien?¿por qué colgaste?

— Fu-fue un accidente.

Ah.. esta bien. ¿Me quieres decir algo?

La linea se quedo en silencio, claramente Jungkook estaba esperando que le dijera el motivo de su llamada así que aspiro mucho aire y lo soltó lenta y silenciosamente para que no se escuchara a través de la llamada.

— Jungkook... hoy, cuando salgas del trabajo... pu-puedes ir a mi casa.. mas bi-en a la casa de Namjoon.. do-dónde vivo — genial eso no había sonado para nada como lo que tenía en mente.

Claro que si hyung. ¿Quieres qué pase por ti? ¿Le sucedió algo a tu coche?

— N-no, el auto esta bien, me re-refería a qué... si puedes i-i-ir a quedarte a-a dor...mir. — Durante unos segundos ambos se quedaron en silencio nuevamente, ni siquiera escuchaba la respiración del contrario y eran tantas las emociones que sentía a través de su lazo que no tenía ni idea de cuales pertenecían a si mismo. — S-Sólo me di cuenta d-de que nunca te he in-invitado y hoy Nam se quedará en casa de Hoseok así que p-p-pensé que te gustaría ve-venir...

Yongi-hyung, claro que puedo ir, me encantaría ir a tu casa.

¿Por qué una simple respuesta lo ponía tan contento?

— Oh... está bien... Entonces t-te espero... Co-Colgaré porque debo volver a tra...bajar, a-adiós. — Durante unos segundos mantuvo el celular pegado a su oreja pero el tono que indicaba la finalización de la llamada no llegaba.

¿Yongi-hyung? — Por segunda vez en tan solo unos minutos volvió a saltar ligeramente asustado cuándo su nombre salió de la bocina del celular.

— ¿S-Sí?

— Me hizo muy feliz tu llamada Nos vemos en un rato, adiós.

Ahora si la llamada fue terminada y su corazón parecía querer escapar de su pecho.

Definitivamente culpaba a Jeon Jungkook por hacerlo actuar como un inmaduro adolescente enamorado.

Guardó nuevamente su teléfono en el bolsillo de su pantalón y acomodó su gorro sobre sus cabellos mientras se dirigía nuevamente a la cocina con miles de sensaciones que cosquilleaban en su pecho.

Solo dio dos pasos a través de la puerta cuando fue detenido por las manos de Jin.

— Largo — fue lo único que dijo el alfa mientras lo hacía retroceder un paso.

— ¿Qué? No estoy para juegos Jin, hazte a un lado.

— Soy hyung irrespetuoso y no estoy jugando — una sonrisa se formó en esos gruesos labios antes de que volviera a hablar —. Namie ya me dijo que tendrás a un invitado en casa esta noche, así que te iras en este momento le prepararas su comida favorita y después te pondrás una sexy lencería para recibirlo.

La risa de beta castaño se escuchó y fue cuando por fin se dio cuenta de su presencia y le dirigió la peor de las miradas que era capaz hasta que el más alto desvió su vista hacia la bebida en sus manos.

— Déjense de tonterías los dos y déjenme pasar antes de que me enoje enserio.

— Yoongi-hyung deberías de hacerlo, bueno la primera parte la segunda es tu decisión, tu me dijiste que él siempre es él que te invita a citas y él que prepara de comer, esta noche ya lo invitaste así que deberías de sorprenderlo con una cita improvisada yo creo que eso lo pondrá muy contento.

Bueno su menor tenía un punto, si se sorprendió con una simple llamada, una cena y una pequeña cita improvisada tal vez lo hicieran ya no sentirse tan culpable por no poner más de su parte en su relación.

— Pero... no sé... cual es su comida favorita.

— No te preocupes por eso Yoongi-ah, preparale cualquier platillo, todos te salen muy bien, y como una disculpa por no saber su comida favorita recíbelo en lencería te aseguro que ni siquiera se fijara en lo que come — dijo el mayor con una sonrisa lasciva y provocando que la vergüenza se instalará en sus mejillas.

— Eres un idiota hyung — respondió con cara de fastidio.

— Bueno, al menos me dijiste hyung. Pero esa idea es enserio y si no tienes entre tu ropa estoy seguro de que Hobi te prestara uno de los muchos conjuntos que provocaron que la tarjeta de Nam llegará a su límite.

La fuerte tos de parte del más alto los hizo voltear a ambos mayores, quienes veían cómo se golpeaba en el pecho tratando de aminorarla.

— ¿Co-Cómo s-s-sabes eso hyung?

— Hobi me lo contó, sabes tu novio es muy platicador y fácil de engañar para sacar información, a la próxima que vayas al supermercado deberías de llevarlo si no quieres que alguien más se entere de algo así.

Los dos rieron por la forma en que el alto castaño abrió la boca y la volvió a cerrar al menos tres veces sin lograr que alguna palabra o sonido saliera.

— Bueno ya se como hacer que se quede mudo — su mayor se volteo hacia él pero ahora con uno de esos gestos que le parecían tan paternales y cálidos como los que le dedicaba cuando tenía alguna pelea con su hermano mayor durante su adolescencia —. Vete Yoongi-ah y pásala bien con tu novio.

Asintió y retiró al gorro que portaba para dejarlo en el mismo estante de siempre y empezó a caminar hacia la entrada del local despidiéndose de algunos de los meseros y de su nona Joohyun que estaba en la entrada para recibir a los clientes.

Durante el corto recorrido repasó una y otra vez lo poco que sabía del menor queriendo obtener alguna pista de lo que le podía preparar, pero se dio por vencido cuando llegó a la casa y aún no pudo encontrar información útil.

Su segunda opción fue preparar el platillo que mejor se le daba y por el cual lo elogiaban tantos clientes. Cuando terminó, revisó la hora dándose cuenta de que tenía tiempo suficiente para preparar un postre y darse una rápida ducha antes de que el menor llegara.

Se sonrojo nuevamente cuando limpió municiosamente un área en específico. No había invitado a su alfa pelinegro con esas intenciones, pero desde que su celo finalizó, exactamente un mes atrás, cada fin de semana que pasó en casa de Jungkook se habia vuelto un poco mas usual ese tipo de intimidad entre ellos.

¿Se le podía considerar pervertido por no dejar de pensar en esos encuentros? Jin le habia dicho de esa manera en varias ocasiones solo porque sus mejillas y ojos desenfocados lo delataban cuando se perdía en sus recuerdos. Menos mal que usaba neutralizador cuando estaba en el restaurante, de lo contrario toda la cocina estaría inundada de su aroma descontrolado.

Salió de la ducha un poco mas acalorado de lo que tenía que haber estado por el agua caliente, secó su cabello y comenzó a arreglar un poco las ropas cómodas que usaba en casa cuando el timbre se escuchó en la primera planta. No dudó en bajar con rápidos pasos que detuvo cuando estaba a poca distancia de la  puerta.

Por alguna razón su lobo se encontraba inquieto, moviéndose de un lado a otro en su interior y con el pelaje erizado, totalmente opuesto a lo que sentía con la presencia de Jungkook.

— ¿Quién es? — Preguntó gritando un poco por estar aún algo distanciado de la puerta, no quería acercarse más.

¿Yoon? soy Geumjae, ábreme quiero hablar contigo — le respondieron del otro lado causando que su sangre se helara un poco.

No puede ser.

¿Qué hacía su hyung en Seúl?

Más importante, ¿qué quería hablar con él?

Se acercó lentamente y con sus piernas temblando un poco. Su labio inferior tuvo que ser retenido entre sus dientes para que no saliera otro de esos chillidos que había usado para llamar la atención de Jungkook cuando entró en celo. Su alfa pelinegro estaba por llegar y él tenía que deshacerse de su hermano lo antes posible.

Abrió la puerta de madera encontrándose por fin de frente con su hermano mayor, vestido en uno de esos impecables trajes que usaba para su trabajo.

— ¿Por qué tardaste tanto? El clima no es especialmente cálido en ésta epoca, sabes.

Fue levemente empujado cuando el alfa pasó por su lado para dirigirse a la sala, dejando detrás de él un aroma a whisky y comino que volvió a erizar el pelaje de la espina dorsal de su lobo.

Salir corriendo parecia una buena idea en ese momento, pero tomó una respiración profunda y siguió el camino de su hyung asegurándose de quedar al otro extremo de dónde se encontraba el mayor.

— Ho-Hola hyung, no esperaba tu visita.

— Obviamente no, porque para iniciar desde que te mudaste a Seúl ni una vez se recibio una invitación de tu parte.

— Y-Yo…

— De cualquier manera no vengo por eso. Como si me interesara venir al lugar donde debes de vivir muy cómodamente con un alfa y un beta.

¿Por qué otra vez tenía que insinuar que mantenía una relación de ese tipo con sus dos mejores amigos?

— Hyung, no es-

— Vengo porque hace una semana me enteré de algo interesante hacerca de ti.

No tenía ni idea de que podía ser, pero su corazón ya estaba latiendo con un poco de miedo y ansiedad, si escuchó algo sobre su persona tenía que ser lo suficientemente importante para que volara de Daegu a Seúl.

— Creí que lo que me dijo Minjae debía de estar mal, creí que al llegar aquí me daría cuenta de que se trataba de un error. Pero apenas me abriste la puerta pude darme cuenta de que es verdad. Apestas a alfa, aunque ese aroma no esta en ninguna otra parte, vienen de ti y por si fuera poco exhibes tu marca como si estuvieras muy orgulloso de haber recibido una mordida que te declara como propiedad de alguien.

Su respiración pareció detenerse, y sus ojos rapidamente se llenaron de lágrimas, era miedo de lo que estaba pasando o mejor dicho de lo que iba a pasar ahora que su hermano sabía.

Acomodó el cuello demasiado grande de su playera con sus manos temblando pero era inútil porque la tela volvía a deslizarse hacia un lado. Sus piernas parecían ajenas a su cuerpo, como si quisieran dejar de sostener su peso.

— En el avión reflexioné un poco de lo que dijo Minjae, al parecer escondes esta unión y creí que el unico alfa lo suficientemente tonto para ayudarte con ello sería Seokjin, pero ese aroma no es de él. Dime como se llama quien te marcó.

Negó con su cabeza. Conocía a su hyung, queria saber el nombre de Jungkook sólo para saber de que manera arruinarlo. No lo permitiría.

— No te estoy dando oportunidad de no contestar Yoongi, te estoy exigiendo un nombre.

Volvio a negar, pero esta vez con un poco mas de fuerza.

— ¿Todavía crees que tienes opciones? Soy tu hermano mayor y el responsable de ti ya que nuestra madre se volvio inútil para poder decidir sobre algo. Me dirás el nombre de quién te marcó para poder hacerme cargo de él, tendrás que subir a tomar algunos cambios de ropa y después vendrás conmigo hacia el aeropuerto. Te llevaré de regreso a Daegu para que le hagas compañía a nuestra madre, quizas te de algunos consejos de como sobrellevar un enlace roto. Y harás todo esto porque yo decido por ti.

N-No es verdad. Jungkook es el único que tiene poder sonbre mi ahora. Por qué estamos enlazados. E-Es mi pareja.

— N-No me ire.

El enojo y la burla se representaron a la perfeccion en la mueca que el mayor estaba haciendo en esos instantes.

¡Dime su nombre!

La voz alfa del mayor cayó sobre su cuerpo y lo sacudió dejándolo desorientado. Su lobo rápidamente se sometió con miedo y se encogió en su interior, pero aunque prácticamente estaba obligado a respoder a esa exigencia, no cedió.

Apretó sus labios y no dejó que ningún sonido saliera de su boca. No estaba dispuesto a traicionar a su pelinegro. Aunque eso cobró factura en su cuerpo. Sus músculos se volvieron temblorosos y sus piernas cedieron ante su peso por la fuerza de las palabras que azotaron en su ser.

Dime quien es tu alfa.

— N-no qui-quiero.

Esa respuesta temblorosa solo empeoró el tirón que sintió, como una enorme fuerza invisible aplastándolo y mordiendo su cuello para que entendiera que estaba obligado a responder, sus genes así lo decían. Pero en ese momento el alma unida a la suya era más importante que su jerarquía.

Lo único que pudo hacer para no sentirse asfixiado, fue soltar su miedo en forma de llanto. Ahí arrodillado y con sus puños temblorosos cubriendo sus ojos para no ver el rostro de su hermano mayor.

Un agarre delicado pero firme lo tomó por los hombros y le ayudó a levantarse de su posición, manteniendo su peso.

— Yoongi-hyung, ya está bien, estoy aquí.

No pudo oler el relajante aroma a playa, pero si sintió la reconfortante presencia de su alfa pelinegro un poco antes de que este quitara los puños de sus ojos para poder ver ese cabello negro como la noche, los ojos redondeados que brillaban con cientos de motitas de luz propia y esa sonrisa que le aseguro sin ser necesaria ninguna otra palabra que todo estaba bien ahora.

Sus brazos se envolvieron con fuerza en la estrecha cintura del más alto y su cara se enterró en el centro del pecho firme que le prometía protección.

— N-no... quiero i-i-irme.

No quería y no podía alejarse de eso precisamente, de lo bien que se sentía estando entre los brazos de su pelinegro.

— No tienes que hacerlo hyung.

Si su alfa lo decía, es porque era verdad. Confío ciegamente en él y se relajó un poco ante las caricias dejadas en sus cabellos por los largos y fuertes dedos.

— Así que tú eres el maldito alfa que se atrevió a hacerle una marca a mi hermanito sin pedir mi autorización — escuchó la voz de su hyung, pero ahí escondido entre los brazos de Jungkook, se sintió como si nada pudiera alcanzarlo.

— ¿Su autorización? Hasta donde se Yoongi-hyung es bastante mayor como para tomar sus decisiones, yo solo necesitaba su permiso.

— Si fuera alguien inteligente que toma buenas decisiones claro que lo dejaría en paz, pero por lo visto tiene los genes cien por ciento de nuestra madre, salió igual de idiota para tomar decisiones que incluyan a alfas. — Sintió como un poco de tensión lleno el cuerpo de Jungkook, pero solo fue una fracción de segundo antes de que volviera a relajarse. — No tienes porque aceptar a alguien como Yoongi solo porque cometieron un error y se enlazaron antes de tiempo en alguna de sus noches de diversión, se ve que eres menor lo mejor será que rompas la marca, así te libraré de una responsabilidad y podrás encontrar a alguien mejor, a mi hermano me lo llevaré de vuelta a Daegu.

No quería irse lejos de Jungkook y de sus amigos. Lágrimas escaparon nuevamente con la sola idea de irse lejos de los lazos que habia formado en esa ciudad, solo para ser un prisionero en su antiguo hogar.

— Yoongi-hyung no es una responsabilidad, es mi omega le guste o no a usted y sólo él decidirá si me quiere o no a su lado. Nunca pensaría en él como alguien de una noche lo quiero para lo que me queda de mi vida solo si está de acuerdo. Ahora le pido por favor que se retire, él ya dijo que no se quiere ir y yo no permitiré que se lo lleve.

— ¿Piensas luchar contra un alfa mayor niño? No tengo ni porque hacerte caso, Yoongi se resistió a mi voz de mando hace unos momentos pero ya viste lo que causó en él, no me hagas hacerlo para doblegarte a ti también.

— Puede intentarlo. — La voz de su pelinegro iba bordeada con reto y burla.

— Mocoso impertinente. Largo de aquí.

Esta vez la voz de mando de su hermano no le causo nada, como si hubiera sido amortiguada por una gruesa pared.

— Que pena, me parece que no funcionó. — Sintió el movimiento de la mano del mas alto en el bolsillo intterno de su saco, pero con la otra lo sostuvo en el mismo lugar para que no se alejara ni un centímetro. — Ahora le informó como detective de la policía y le pido como alfa de Yoongi-hyung que tiene que retirarse en este momento a menos que quiera ser llevado por una patrulla.

— Eres un idiota Yoongi, este mocoso te dejará y regresarás llorando conmigo para que te ayude al igual que a mamá.

Escuchó el sonido de la puerta siendo azotada un segundo después sintió como el cuerpo que lo envolvía relajaba su postura.

— ¿Yoongi-hyung? — le llamó el menor al mismo tiempo que trataba de separarlo, pero él solo se aferró más a la estrecha cintura —. Déjame ver tu rostro hyung, no te he visto desde hace dos días y tampoco te he podido dar un beso.

Sonrió con diversión y se terminó de relajar entre los brazos de su alfa pelinegro. — Eres u-un tonto.

Dejo que su cuerpo fuera guiado hasta el sofá cercano y también que lo acomodara en su regazo. Sus piernas quedaron dobladas a los costados de los gruesos muslos del menor, sus brazos se movieron para rodear el cuello del contrario y cambió de posición su cara para enterrar su nariz encima de la glándula que desprendía el aroma a playa que tanto le gustaba y lo relajaba, pero con el neutralizador que su menor portaba no pudo llenar sus pulmones de esa esencia.

Decidió centrarse en las caricias que estaban siendo dejadas en su cabello y en la espalda, así como los sentimientos serenos que llegaban a través del lazo para calmar a su omega asustado y a el mismo, pero de todas maneras comenzaba a odiar el neutralizador que portaba Jungkook solo porque sus compañeros alfas se quejaban de su fuerte aroma.

La molestia llenó su pequeño ser tan pronto recordó la carita de su alfa pelinegro cuando le contaba aquello y se separó buscando esos bonitos ojos que brillaban, aunque estos no lo miraron, en su lugar los encontró perdidos en algún punto como solía ocurrir en algunas ocasiones.

Sonrió por su distraído alfa perdido en el espacio junto a la diosa Luna, se veía tierno cuando su bonita cara de bebé se hacía presente con sus labios un poco abultados.

Se movió hacia adelante para dejar que ambos pares de labios se unieran en ese beso que el menor le habia reclamado antes y que la verdad el también había esperado.

Jungkook no tardó ni siquiera un segundo en responder el movimiento pero manteniéndolo el ritmo que él estaba marcando. Los brazos fuertes lo envolvieron y acercaron un poco más dejándolo que sintiera como el ritmo cardíaco aumentaba en el pecho que lo estaba sosteniendo.

Su lengua pronto hizo acto de presencia, necesitando encontrarse con el sabor dulce que esos labios desprendían. Su lobo y él disfrutaron del suspiro que emergió de los labios cálidos de su alfa.

Solo estuvó satisfecho cuando se aseguro de probar completamente el sabor dulce de los labios del menor. Se separó lentamente con su omega protestando en su interior, y deslizó sus manos hasta el firme abdomen para dejar que sus dedos juguetearan distraidamente con uno de los botones en la camisa de vestir que cubría los músculos que podía sentir debajo.

— Gra-gracias... po-por defender…me — susurró apenas, sabiendo que Jungkook era capaz de escucharlo a la perfección.

La respuesta de su pelinegro fueron suaves y delicados besos en sus mejillas y en la punta de su nariz.

— Me gustaría saber por qué es que tu hyung te hablo de esa manera, pero estoy dispuesto a esperarte el tiempo necesario para que tu me lo cuentes por voluntad propia, ahora lo único que quiero es que quites esa carita triste, dime que puedo hacer para que eso suceda hyung.

¿Cómo podía ser tan tolerante y esperar pacientemente por respuestas que él seguía retrasando?

Definitivamente su alfa pelinegro era lo mejor que le podía pasar a cualquiera.

— Va-vamos a cenar... pre-prepare comida para ti — respo dio evitando los brillantes ojos que lo miraban fijamente.

— ¿A caso me invitaste para tener una cita Yoongi-hyung?

— So-solo es u-un agradecimiento por... por todas las veces que me has hecho de comer.

— Mmm... pues yo lo tomaré como nuestra primera cita planeada por mi Gatito-hyung.

— Tonto — dio un golpe en el pecho del menor y antes de avergonzarse por ello, dejó un beso rápido sobre el grueso labio inferior —. Eso fue como disculpa porque no se cual es tu comida favorita.

La hermosa sonrisa que se extendió en el rostro atractivo de su alfa lo deslumbró y aceleró su pulso.

— Eso es fácil, la comida de Yoongi-hyung es mi favorita.

— Ni siquiera la has probado.

— Pero ya estoy seguro de que es mi favorita.

Sonrió encantado con esa respuesta y se levantó rápidamente para tirar del más alto hacia la cocina. Estaba feliz y había dejado totalmente de lado el episodio que vivió con la repentina visita de su hyung.

Ya no podía evitar el tema de su pasado con Jungkook , pero dejaría esa platica para después. En ese instante era más importante alimentar a su alfa con comida hecha por él, subir y meterse en la ducha con el más alto sin importar qué él ya estuviera limpio y sonrojarse hasta las orejas cuando el menor estuviera por primera vez en su habitación y en su cama.

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