Capítulo 28
— Yoongi, ya se acabaron las órdenes, vamos a comenzar a limpiar.
— Bien.
Estiró sus brazos hacia enfrente tanto como pudo, tratando de relajar los músculos que estuvieron trabajando durante horas, pero no funcionó tan bien como en otras ocasiones.
El cansancio se había acumulado en su cuerpo los últimos días y lo único que ocupaba su mente en ese momento era recostarse y dejar que el aroma y los brazos de Jungkook lo envolvieran. Pero aún tenía que limpiar su área de trabajo antes de que eso sucediera.
— Vuelves a tener tu cara de amargado, ¿qué sucede?
Ya quiero estar en casa de Jungkook.
— Solo estoy limpiando Jin, no tengo que tener una sonrisa para quitar una mancha.
— Ya ni siquiera sé si tiene sentido recordarte que soy mayor y me tienes que decir hyung. Pero se que te sucede algo, dime que es lo que te pasa.
Se limitó a rodar los ojos y darse media vuelta, nunca se quitaría a Jin de encima a menos que admitiera realmente lo que quería pero hacerlo solo iba cubrir su cara con un sonrojo que el mayor podía utilizar para burlarse.
Era mejor tratar de ignorarlo y dejarlo que siguiera hablando hasta cansarse. Pero no siempre era posible.
— Ya se, Ju.. tu alfa no ha tenido sexo descontrolado contigo.
Cuando se volvio para encontrarse con la mirada del rubio alfa, debian de haber quedado claras sus intenciones de asesinato porque el mayor retrocedio unos pasos.
— Ya, lo siento. Pero es tu culpa por tratar de ignorarme.
— Es tu culpa por insistir.
— Buen punto.
En realidad no lo era. Era su culpa por no responder en primer lugar, por no querer decir lo que pasaba por su mente en ese momento "Me sucede que me siento cansado y quiero que el mocoso que tengo por alfa me llene de su aroma y me de un masaje mientras tomamos nuestra ducha".
Antes de conocer a su alfa pelinegro, Jin y Namjoon habían sido los únicos con los que sentía confianza de expresarse a medias y los que pensó que mejor lo entendían en el mundo. Ahora no, Jungkook había logrado descifrarlo a la perfección, en momentos no necesitaba ni siquiera pronunciar palabra y el menor siempre sabía lo que significaban cada una de sus acciones por más pequeña que fuera.
Se había convertido en un libro abierto para su pelinegro, el problema ahora estaba en que no parecía capaz de expresarse con nadie más, ni siquiera con su mejor amigo. Era ridículo que solo se sintiera seguro de ser él mismo frente a alguien que conocía hace cuatro meses y no fuera capaz de hablar con su amigo de hace años.
Seguía siendo Jin, el amigo que estuvo ahí para él cuando su propia casa y familia se volvieron insoportables. Siempre había hablado con su rubio amigo sobre casi cualquier cosa, excepto sus enamoramientos sin importancia y no quería tratar lo que estaba intentando con Jungkook como algo sin importancia.
Dejó que los minutos pasaran, hasta que ambos se encontraban solos, escribiendo el menú del día siguiente. Aprovecharía el momento para volver a hablar como antes, cuando siempre terminaba con el mayor dándole un consejo que lo ayudaría más de lo que le iba a admitir en voz alta.
— Jin... mi celo se acerca... Probablemente sea esta semana así que no hagas reservaciones grandes, porque no sé qué días me tomaré.
Seguía sin girarse a ver a su rubio amigo, no podía cuando su rostro se sentía caliente por el sonrojo. Aunque no tuvo opción cuando las manos del mayor tomaron sus hombros y lo giraron tan rápido que se mareo un poco.
— ¿Qué te parece si te tomas toda la siguiente semana? — preguntó su amigo sujetándolo firmemente y con una sonrisa enorme dibujada en su rostro.
— ¿Por qué me tomaría toda la semana?
— Porque, amigo mío, es el primer celo que pasarás con alguien, date la oportunidad de disfrutarlo plenamente y permítele a Kookie consentirte.
El mayor seguía sonriendo pero su tono se había vuelto serio, aquel tono que siempre acompañaba su voz cuando le daba consejos o su sincera opinión.
— U-Una semana es mucho..
— En realidad es poco, te diría que te tomaras mas dias pero se que dirás que no.
Bueno tenía razón, no podía aceptar eso.
— Pero.. es mucho trabajo durante una semana.
— Trabajo del que puedo hacerme perfectamente cargo.
— Jin-
— Ya se, ya se. No puedes creer que sea tan perfecto y no tienes que agradecerme. — interrumpió el mayor con su habitual tono juguetón.
— Gracias por decir eso, ahora me tomaré esta semana sin ningún remordimiento. — gruñó para después girarse y seguir escribiendo mientras escuchaba como el rubio intentaba disimular su risa sin poner mucho esfuerzo en ello.
— Ya gato gruñón, mejor dime que vas a planear con tu alfa.
Garabateó en la blanca hoja durante algunos segundos evitando responder. Necesitaba decirle para que pudiera ayudarlo, pero como le decía que ni siquiera le había mencionado a Jungkook que su celo estaba próximo.
— Aún no.. no le he dicho — terminó por confesar con sus mejillas calientes.
Un sonoro suspiro salió de los gruesos labios del mayor antes de que sus miradas se encontraran.
— Yoongi, Jungkook debe de estar bendecido por la diosa Luna para tener tanta paciencia. Es obvio que él ya se dio cuenta, cuando compartes suficiente tiempo al lado de otra persona puede notar los cambios sutiles en tu aroma, lo sabes. Yo no puedo justo ahora porque llevas el neutralizador, pero por lo general yo era capaz de percibir esos cambios en ti. Se que Kook ya lo notó y el pobre tal vez esté esperando a que tú se lo pidas.
Lo sabía, su alfa pelinegro había estado olfateando su aroma con más frecuencia de la usual. Pero aun asi no habia tenido el valor de preguntarle.
— Pero... No se si quiero..
— ¿No quieres.. pasar tu celo con Jungkook?
— Quiero que esté conmigo.. pero no se si quiero.. que pase a-algo..
— ¿No quieres tener sexo?
¿Acaso su amigo no podía ser más directo?
Toda su piel visible ahora estaba de un fuerte tono rojo.
— No estoy seguro.
— Pues entonces tomate tus supresores, pero pidele a Jungkook que pida el permiso para que sea él quien tranquilice a tu omega.
— ¿Y si él no quiere eso? ¿Y si él espera que pase algo entre nosotros?
— ¿Qué sucede Yoongi? Estoy seguro de que sabes tan bien como yo que de quien estamos hablando, no es ese tipo de alfa. — Si, lo sabía. — ¿Qué es lo que realmente te da miedo?
— Que se de cuenta.. de que la última vez solo fue su lobo en celo quien disfruto de estar conmigo. Yo no soy especial.
— Está bien, detente antes de que me enoje. — Su amigo estaba frotando el puente de su nariz entre su pulgar e índice, realmente comenzaba a verse molesto. — No vuelvas a decir algo como eso. No todos los alfas somos unos idiotas que solo buscan una cosa... Bueno, no es el mejor argumento considerando mi situación con Jimin, pero pienso, sinceramente piensa, en cómo es Jungkook. Piensa en cómo se ha comportado contigo, cuánto se esfuerza por que su relación funcione. Para él no debe de ser fácil toda esta situación de andarse ocultando, pero lo hace por ti, porque quiere que tú seas quien elija el momento en que te sientas lo suficientemente seguro para dar a conocer su unión. Él te quiere enserio Yoongi y no podrás disfrutar de ese cariño si constantemente te estás cuestionando cada paso.
— Pero.. él ni siquiera desea... Si-Siempre tomamos duchas juntos y él no...
— Si tu inseguridad es por que no se le levanta cuando te tiene desnudo frente a él, es una tontería.
¡¿Por qué tenía que usar palabras tan directas?!
— No l-lo digas a-así.
— He dicho cosas peores, no reclames por algo así. Mejor toma tus cosas y ve a casa de Jungkook, informale que a partir de mañana te tomaras una semana libre y que quieres que él pida permiso en el trabajo por el celo de su pareja. Dile que no estas seguro de si quieres tener sexo pero que lo quieres a tu lado.
— No voy a exigirle-
— No vas a exigirle nada, simplemente hablarás con él sinceramente y él aceptará de inmediato.
— ¿Cómo estás tan seguro?
— Porque siempre te está poniendo en primer lugar para que te sientas seguro y le des tu confianza. Así que ahora irás y le dirás tu miedo tal y como me lo dijiste a mi.
Prácticamente fue empujado hasta la puerta de su auto por el más alto, no se dio cuenta del momento en que Jin había tomado su celular, billetera y llaves, pero se las entregó cuando él ya estaba acomodado en el asiento detrás del volante.
No pudo decir ni una palabra más al mayor, porque este ya se estaba marchando de regreso al interior del restaurante.
Un suspiro escapó de sus labios cuando finalmente encendió el coche y emprendió camino hacia la casa de su alfa pelinegro. Realmente solo quería llegar y recostarse en la cama con aroma a playa, pero podía sentir los cambios en su cuerpo, no tenía más tiempo para retrasar la plática pendiente con Jungkook.
Tenía esos minutos de camino para tranquilizarse y poder pensar en las palabras que le diría a su alfa pelinegro.
Y quizás terminar de decidirse.
No podía mentirse a sí mismo. Deseaba a Jungkook, deseaba que sus manos recorrieran su cuerpo mientras esos ojos brillantes lo miraban con anhelo y pasión. Pero tenía miedo. El menor había estado en celo, hipnotizado por su aroma de omega cuando el alfa en el interior de su cuerpo se encontraba afiebrado y confundido por las feromonas.
¿Qué pasaría si Jungkook descubría que ese momento que pasaron juntos no fue como lo recordaba?
¿Qué pasaría si en algún punto se cansaba de su inexperiencia y timidez?
¿Qué pasaría si su propio lobo, nuevamente, no salía a la superficie en el momento que debía y su celo pasaba con él sin tener ningún tipo de deseo?
No podría evitar que en algún momento ambos quisieran más, pero se preguntaba si compartir un celo juntos era la mejor manera de que los dos descubrieran si realmente se deseaban como aquella vez o si solo se habían comportado como un alfa y un omega.
Ya tenía totalmente claro que a su menor le gustaba su aroma, y no quería utilizar su aroma cargado de feromonas solo para atraer aún más al menor.
Le gustaría ser más valiente y confiado en que con solo su personalidad pudiera atraer a alguien como Jungkook, pero lo cierto era que sus inseguridades eran muchas y habían estado arraigandose en su mente desde años atrás. Muchas veces trató de superarlas y aunque con la ayuda de su amable pelinegro había logrado eliminar un par de ellas, todavía había más que seguían invadiendo su corazón.
Cuando la casa blanca de dos pisos apareció frente al parabrisas ya tenía una decisión tomada.
Jin le había dicho que se tomara una semana de descanso, y si bien sus feromonas eran fuertes aun no podrían atontar a un alfa al punto de perder el control. Necesitaba y quería entregarse a Jungkook antes de que sus lobos tomaran el mando de sus acciones. Queria averiguaría si lo que había experimentado la primera vez aún se mantenía sin ambos gobernados por el instinto, quería comprobar si su alma se estremecía como en los recuerdos que atesoraba tanto.
Comenzó a tomar su billetera del asiento de al lado, sus movimientos eran pausados y al ritmo de las respiraciones lentas que estaba tomando para no acobardarse. Pero eso fue un poco inutil cuando la pantalla de su celular se encendió y apareció el nombre del contacto que menos quería ver en ese momento.
"Geumjae-hyung"
No quería contestar. Realmente no quería hacerlo pero siempre que su hermano mayor le llamaba era para algo relacionado con su madre y él no se había comunicado con ella en bastante tiempo. Las preguntas de si había tenido otra crisis o de si se encontraba bien su madre rápidamente aparecieron en su mente y ya se encontraba deslizando el círculo verde en la pantalla táctil.
— Hola hyung.
— Necesito que vengas a Daegu por unos días.
¿Qué? ¡No!
— Hy-Hyung, y-yo no-
— — Yoongi, nuestra madre está insoportable, tienes un mes y medio sin hablar con ella y me ha pedido verte al menos unas cien veces. Ya está cansando a la enfermera y a mi también. Estoy a nada de internarla en un centro especializado para ahorrarme las molestias de tratar con ella.
Es decir un psiquiátrico.
— Pero tu fuiste quien dijo que a mamá le haría mal verme.
— Lo que te tiene que importar es lo que estoy diciendo ahora.
— Puedo hacerle una videollamada-
— ¿No escuchas bien o es simplemente que tu mente de omega no puede entender? Quiero que vengas a Daegu, rápido.
No. No había manera de que lo obligara a ir a casa nuevamente. Tardó años en salir de ahí y no volvería solo para volver a ser el recipiente de insultos de su hermano y la niñera de su madre.
¿Pero qué le podía decir? Necesitaba liberarse de la promesa de ir.
— Hyung, mi celo comienza mañana. — Bueno, en realidad no tenía cómo saber en qué momento exacto pasaría, pero eso no lo sabía su hermano.
— Así que no vas a venir solo porque quieres pasar unos días divirtiendote con el primer alfa que encontraste.
Las lágrimas picaron en sus ojos y tuvo que morder su labio inferior para que no saliera ningún sollozo.
Odiaba que su hermano mayor lo considerara alguien así.
— M-Me refiero.. a que no puedo viajar a-así, está prohibido y tu lo sabes.
— Es una lata, a los alfas los dejan viajar si tomaron supresores, pero supongo que los omegas no se pueden controlar a sí mismos aun cuando su sistema está lleno de medicamento. Eso prueba lo necesitados que están.
No era así, era por seguridad, ya que un omega con supresores solían dormirse en los momentos menos oportunos y necesitar mucho cariño, pero como decir eso en voz alta si sabía que sus palabras terminarían retorcidas para conveniencia del mayor.
— Bien no vengas hasta que tu celo finalice.
— Pero no puedo dejar el restaurante.. hay muchas reservaciones.
— Lo dejaras para ir a pasar tu celo con quien sea que te ayudara esta vez.
Cerró los ojos y apretó en un puño la mano que no sostenía el celular contra su oreja. Las ganas de llorar de frustración se instalaron en su garganta.
— Sabes que, es verdad. Es mejor que no vengas y le recuerdes a nuestra madre por que está en ese estado. Haz la videollamada cuando termines con el alfa en turno que te atenderá, solo procura no salir tontamente marcado, por lo menos nuestra madre se aseguraba de que tuvieran una buena cuenta bancaria.
Cuando el sonido típico que señalaba el fin de la llamada sonó contra su oído ya no pudo contener su enojo y lo liberó en forma de unas pocas lágrimas.
Él no era como su madre, ni siquiera había estado íntimamente con nadie a parte de Jungkook, pero eso a su hermano no le importaba y tampoco le impedía insultarlo solo por su casta y los malos recuerdos que tenían de su infancia.
Pero ese era justamente uno de los problemas. Su hermano parecía haber olvidado que no fue el único que estuvo ahí, que no fue el único que vivió con las malas decisiones de su madre.
El mayor no tomaba en cuenta esa información y solo se dedicó a verlo como si él fuera una versión idéntica de la omega que les había dado la vida.
Podía haber seguido deprimiendose ahí solo en el asiento de su auto si no hubiera visto el perfil de Jungkook moviéndose en la cocina. Las cortinas estaban cerradas pero la luz del interior estaba encendida y eso le permitió que su atención se enfocara en la sombra que se movía al otro lado.
No sabía si habían pasado segundos o minutos mientras su mirada seguía concentrada en esa ventana en específico pero cuando se dio cuenta las lágrimas ya habían parado y su corazón ya no se sentía apretado en su pecho.
Realmente la llamada que compartió con su hermano ya había quedado enterrada en el fondo de su mente, sus pensamientos, en esos instantes, estaban dirigidos única y exclusivamente hacia su alfa pelinegro.
Todo lo demás dejó de importar. Ahora lo único que quería era correr hacia adentro de la casa y dejarse envolver en los brazos de Jungkook. Ese lugar se había vuelto un lugar seguro para él, un escudo entre él y cualquier cosa que pudiera dañarlo ya sea física o emocionalmente.
Y sinceramente no quería que fuera de otra manera.
I PURPLE YOU 💜
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