— Tienes como dos horas sonriendo de esa manera, ¿tanto te gusta escuchar que eres buen detective?

Parpadeo un par de veces para que su mente volviera a la realidad, aunque a su lobo no le gusto mucho la idea de dejar de pensar en su omega y demostró esto con un gruñido de inconformidad. Vernon y Seokmin miraban con evidente diversión en sus rostros esperando por la respuesta a la pregunta que el segundo realizó.

— S-Supongo — dijo desviando la mirada hacia su computadora de escritorio para ocultar sus rojas mejillas.

Cuando llegó a su turno de trabajo ese día, el Sargento se acercó hasta su escritorio para felicitarlo por su trabajo realizado hasta el momento y para insinuar que su asignación a un equipo sería antes de lo esperado.

Realmente se había sentido bien ser alabado por un buen trabajo, pero esa sonrisa en su cara se debía a su lindo pelimenta y al beso que le había dado esa mañana, beso que el mayor inicio. Yoongi había pasado el fin de semana en su casa y prometió que el siguiente sería de la misma manera, todo lo había sugerido él mismo y él no pudo haber estado más que emocionado por ello.

Sabía que aún había un camino por recorrer antes de que su lindo omega dejara de sentirse inseguro y tímido a la hora de expresar sus deseos, pero él era muy paciente y realmente disfrutaba ser parte de los pequeños cambios que se presentarian a lo largo de ese recorrido.

Aunque había algunas cosas por las que si se sentía impaciente y eso era esperar hasta el siguiente fin de semana para poder estrechar a Yoongi entre sus brazos. Claro que lo vería esa misma noche y las siguientes en el restaurante, pero solo era capaz de robarle algunos besos fugaces en algunas ocasiones mientras que fingía ayudar en cualquier cosa que Taehyung sugiriera.

Yoongi siempre quedaba con un hermoso color rojo pintando las mejillas y con los pequeños ojitos brillando con anhelo de más.

Es tan lindo.

— Pues yo creo que en realidad es otra cosa. — La voz Vernon le hizo darse cuenta de que había dejado que su mente viajara de nuevo a sus pensamientos favoritos, dejando que el mundo a su alrededor se disolviera por completo.

— Yo también lo estoy empezando a creer, porque ese suspiro parece más de alguien enamorado — respondió el pelirrojo beta mirándolo fijamente como si quisiera encontrar la verdad en sus ojos.

Aunque en realidad no tendrá que buscar mucho.

— Por favor diganme que ustedes dos se refieren a Jungkookie.

Minjae entro por las cristalinas puertas dobles con algunos sobres de color manila en sus manos y la curiosidad reflejandose en sus orbes oscuros. De inmediato el aroma a pino, tierra y romero llenó sus fosas nasales y donde debería de haber sentido un reto por el fuerte linaje que el pelinegro portaba en su sangre, solo sintió a su lobo relajarse como si se sumergiera en medio de un bosque.

— A él nos referimos — dijo Seokmin sin dar oportunidad para que él dijera nada —. Estábamos hablando sobre lo que le dijo el Sargento hace una hora y de repente se puso a ver la computadora con ojos soñadores y soltó un largo suspiro, no soy un experto en ese tema, pero miraba la computadora igual que el Detective Choi mira al Detective Yoon.

Las sonrisas de sus tres amigos hicieron que sus mejillas se sintieran calientes, no por haber sido descubierto si no por la comparación. Los detectives Choi y Yoon habían estado enlazados por más de ocho años y sus intercambios de miradas no podían estar más llenas de amor.

— N-No-No.. Y-Yo estaba i-intentando tra-trabajar..

— No mientas Jungkookie, mejor dinos quien es la afortunada o afortunado que te esta robando tus suspiros.

Los dos alfas y el beta se acomodaron alrededor de su escritorio con miradas completamente atentas y sonrisas grandes en los rostros.

Si solo dependiera de él, ya estaría presumiendo a todo el mundo que se encontraba enlazado a su lindo Yoongi, pero el mayor aún tenía algunas cosas con las cuales lidiar y él había aceptado esperar a que estuviera listo para anunciarle a todos sobre su relación. Por ello ahora su mente estaba trabajando bastante en busca de algo que cambiará el rumbo de la conversación.

— C-reí que tenían u-una ronda en la p-patrulla — dijo hacia el rubio y el pelirrojo que estaban frente a él.

Ambos miraron la hora que marcaba el reloj que se encontraba justo encima de la puerta antes de que determinaran que ya estaban llegando tarde para iniciar su trabajo, pero aun así tuvieron suficiente tiempo para amenazarlo y declarar que tarde o temprano tendría que decirles.

Dos amenazas menos, por el momento.

Pero Minjae seguía mirando en su dirección, ya se encontraba cómodamente sentado contra la madera oscura de su escritorio, con los brazos cruzados y una sonrisa de victoria mostrándose.

— Yo ya entregue los informes y el equipo ya está trabajando en los casos pendientes asi que ni siquiera intentes deshacerte de mí, tengo tiempo suficiente para escucharte.

— T-Tengo trabajo...

— Y para tu buena suerte yo soy quien te lo asigno, así que me haré cargo justo cuando termines de contarme.

Minjae y él eran opuestos en muchas cosas, pero lamentablemente el rasgo que compartían era la determinación, así que soltó un suspiro resignado justo después de que mentalmente decidió que podía contar ciertas cosas que no comprometieran a su lindo omega pelimenta.

— Pu-Pues.. estoy co-comenzando a salir con a-alguien.

La sonrisa en el rostro de su amigo no se agrandó como pensó que pasaría y aunque tampoco se esfumó de su rostro podía oler cierta ansiedad en él, como si estuviera impaciente por conseguir respuestas. Fue un poco extraño el sentimiento pero no desagradable en lo absoluto por lo que lo dejó pasar y espero esos pocos segundos que el pelinegro permaneció en silencio.

— Es Tae, ¿cierto?

— ¡¿Qué?! ¡N-No! Te aseguro que no hyung, Tae es como mi hermano.

Ahora sí había una enorme sonrisa en el rostro del mayor, una que lo contagió y causó que una sonrisa igual se mostrará en su rostro. Eso le pasaba frecuentemente con Minjae y Taehyung, eran como dos propagadores de felicidad, aunque ahora tenía uno personal que solo necesitaba mirarlo con esos bonitos y gatunos ojos para que él sonriera automáticamente.

— Lo siento, pero hay que admitir que ustedes parecen pareja la mayor parte del tiempo, estoy seguro de que no soy el único que lo ha dicho — proclamó con diversión derramándose entre las palabras —. Bueno, mejor cuéntame sobre ese "alguien" con quien sales y porque no dices su nombre.

— Es solo que es algo muy reciente, él p-prefiere esperar un po-poco para aclarar bien lo que pasa entre no-nosotros antes de hacerlo oficial. — Mejor dicho, hacerlo público, porque supongo que nuestra marca ya lo hace oficial.

— Yo pienso que esa es una propuesta razonable, después de todo en cuanto se declare como tu novio oficial tendrá muchas y muchos interesados en ti con los que lidiar. Por cierto debes de advertirle que eres algo así como codiciado por todos.

Una estruendosa risa de su amigo hizo que la mayoría de los que se encontraban ahí voltearan con curiosidad. Sus mejillas, cuello y orejas se empezaron a sentir demasiado calientes, tanto por las miradas como por lo que había dicho el alfa que en ese momento parecía super divertido imaginando la situación.

— N-No es a-así, y-yo no soy co-codiciado p-por todos.

— Jungkookie, lamento desmentirte, pero realmente lo eres. Varios, no, la mayoría de los alfas que trabajan en todo este edificio han notado que la atención de casi todos los y las omegas están sobre ti. De hecho debería de comenzar a cobrar por dar información sobre ti, ya me han detenido varias veces en los pasillos solo para preguntarme acerca del Detective Jeon que tiene aroma a playa.

Un suspiro dramático salió de los labios llenos de su amigo, ocasionando risas pequeñas de su parte.

— Le tendré que decir a Jiminie-hyung que tu tono sonaba con un poco de envidia cuando dijiste eso.

Los ojos del mayor se abrieron al máximo.

— Eres un amigo tan malo, ¿acaso quieres que vaya a dormir a la bañera?

— Hyung, ni siquiera viven juntos — le recordó.

— ¡Lo se! Pero Jiminie puede guardar rencor por mucho tiempo, creeme, llevo un año disculpándome por haber arruinado su chaqueta blanca.

Su risa salió naturalmente cuando un fingido escalofrío cruzó por el cuerpo del mayor, también por las muecas de miedo que comenzó a hacer mientras contaba la historia sobre un furioso Jimin.

Había dejado de ser consciente de que se encontraba en el trabajo, hasta que dos suaves aromas llenaron sus fosas nasales, ambos contrastaban enormemente contra los aromas fuertes de alfas que estaban llenando la habitación y realmente serian difíciles de ubicar si su capacidad olfativa fuera normal.

Eran aromas de betas sin duda, el sencillo y casi imperceptible olor a almendra y la esencia cremosa a dulce de leche, nada fuera de lo común si ambos no hubieran estado cubiertos de un ácido y salado olor a tristeza.

Lo último fue lo que le hizo levantar la mirada y buscar a quienes estaban sumidos en tal tristeza, no tardó mucho en encontrar con la mirada a una mujer parada en la entrada del departamento sosteniendo fuertemente entre sus brazos a un adolecsente, el menor con lágrimas inundando sus ojos y resbalando por las mejillas.

Minjae de inmediato noto donde se encontraba su atención y fue él quien se dirigió a la mujer y el adolecsente que por el momento habían pasado desapercibidos para los pocos detectives que estaban con sus miradas fijas en las pantallas de sus computadoras.

Se levantó de la silla en la que había estado durante toda su plática con sus amigos, pero no se acercó hasta ellos, no quería que la mujer y el chico se sintieran incómodos con más de un detective rodeandolos y de cualquier forma su sentido del oído alcanzaba perfectamente para escuchar la conversación que se mantenía en voz baja y acercarse en caso de ser necesario.

— Hola, ¿les puedo ayudar en algo?

— ¿Usted es detective? — pregunto de inmediato la mujer, poniendose ligeramente frente a quien parecia ser su hijo.

— Así es, soy el Detective Kim Minjae.

— Queremos hacer una denuncia, pero primero necesito saber si protegerán a mi hijo.

— ¿Su hijo ha sido amenazado?

— No, pero lo será en cuanto él se entere de la denuncia.

Sus ojos se encontraron con los del chico que parecía ser menor de edad por un par de segundos hasta que los ojos llorosos volvieron a mirar hacia el suelo. El joven beta aparentaba encontrarse entre los trece y quince años, tenía una cara con rasgos delicados y definidos y tenía grueso cabello castaño que se desordenaba en todas direcciones, pero solo para completar el estilo sencillo que iba de la mano con el chico. Un nudo se formó en su estómago cuando pienso en las causas por las que alguien podría amenazar a un chico que se veía tan tranquilo e inocente.

Como Taehyung cuando lo conocí.

Esperaba que sus pensamientos estuvieran muy, muy equivocados. Solo que su lobo se mantenía inquieto en su interior y eso no profesaba nada bueno.

— Si me acompaña a una de las salas privadas, podremos comenzar con el proceso y su caso será asignado al departamento correspondiente.

— Quisiera hablar solo con el detective que llevará el caso. — La beta se mostraba cautelosa en cuanto a qué información dar, sus ojos parecían examinar a Minjae y al mismo tiempo fijarse alrededor.

— Para asignarle un detective tenemos que saber sobre que es su denuncia, ya que cada departamento maneja situaciones específicas, si usted me puede decir el porqué de su denuncia yo me encargare de llevarlos a ambos con un detective.

Madre e hijo se voltearon a ver, se debatían por el siguiente paso a seguir o querían determinar qué tan confiable era Minjae, quizás las dos. Titubearon por algunos largos segundos y reforzaron el abrazo que mantenían, el menor escondiendo su cara del resto en el cuello de su madre.

— Por.. violación.

Su amigo y él aspiraron aire al mismo tiempo. Realmente no importaba cuántos casos llevarán sobre violaciones a menores o cualquier tipo de violacion, estaba seguro de que nunca podrían desensibilizarse ante un nuevo caso, siempre sería difícil hacer los interrogatorios y buscar las evidencias, pero podía mantenerse firme en el camino de la investigación si eso significaba que podría ayudar a alguien a tener justicia.

Vio como Minjae tomaba un profundo y silencioso respiro, antes de colocar en su cara una sonrisa tranquila y amable pero endureció los demás rasgos para probar su seriedad en sus siguientes palabras.

— Entonces yo puedo hacerme cargo de ello. Por aquí, por favor.

Su amigo señaló con un gesto el camino a seguir para una de las salas de interrogatorio y después dirigió la mirada hacia él para encontrarse con sus ojos. No necesito palabras para entender que debía de acompañarlo y estar con él mientras empezaba a hacer las primeras notas del caso.

Asintió de vuelta y comenzó a caminar detrás del pelinegro, su estómago parecía un poco inestable de un segundo a otro y solo pudo rogar en silencio a su estómago que se controlara lo suficiente para pasar por las difíciles preguntas y respuestas a las que se enfrentarían los siguientes minutos.

💜