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Capítulo 21

Se sentía extraño despertar nuevamente en casa de Namjoon.

Después de la fiesta sorpresa para Namjoon y Jungkook por sus cumpleaños, él fue a casa de su alfa pelinegro para pasar una segunda noche en el nido que él había hecho en cama ajena, pero una noche se convirtio en dos y después en tres y cuando menos lo pensó ya había pasado seis noches seguidas en la casa de Jungkook.

Estar de vuelta en la habitación que él mismo había decorado, dormir nuevamente en la cama grande que lo había acompañado por dos años y usar su propia ropa en lugar de una playera que le quedaba muy grande, tendría que sentirse bien para muchos otros.

Pero no para él.

Toda la noche había extrañado el aroma del menor, dió muchas vueltas en toda la cama buscando el calor que le brindaban los brazos que lo sostuvieron las noches pasadas y había tardado horas en dormir porque no estaban un par de labios que repartían besos por su cara para arrullarlo.

Cuando el sol salió y dio en su cara tuvo que levantarse porque no estaba un enérgico alfa pelinegro que se levantaba de inmediato para cerrar las cortinas y le arrullaba con una suave voz para que volviera a soñar.

Se había sentido muy feliz y consentido por su joven alfa de ojos brillantes que realmente pasó por su cabeza el escabullirse en medio de la madrugada hasta la casa con la que rápidamente se había sentido más cómodo que nunca, pero al final su lado racional hizo acto de presencia y él se quedó dormido después de muchos intentos.

Ahora se encontraba en la cocina pensando en que hacer de desayunar para el par que seguía en la cama y para sí mismo, aunque realmente no tuviera mucho apetito, el ceño fruncido no había abandonado su cara desde que se había levantado y como sabía que ese dia no vería a Jungkook, era muy probable que esa mueca lo acompañará durante el resto del dia.

Claro que no porque "él" lo fuera a extrañar, era solo porque su lobo estaría aullando triste durante todo el día por no ver a su alfa.

Sigue repitiéndolo, quizás en algún punto logres engañarte a ti mismo.

Solto un largo suspiro que finalizo en un abultado labio inferior.

Jungkook ya estaría besandome si me viera hacer esto.

Jungkook. Jungkook. Jungkook. Realmente no podría pasar todo su turno del trabajo sin pensar cada minuto en su pelinegro y tendría que ser cuidadoso con Jin.

Una semana atrás, durante la fiesta, Jungkook logró escabullirlos a ambos de toda la multitud, con un poco de ayuda de Namjoon y el desastre que hizo con gran parte de su pastel. Durante ese rápido escape el menor se había dedicado a dejarlo totalmente atontado con uno de sus besos y podría haber continuado y ser atrapado en esa situación a menos de que su rubio amigo mayor no hubiera gritado y anunciado su presencia. Se habían separado tan rápido de aquel beso que él terminó golpeando su cabeza contra una de las estanterías del almacén, pero esa fue la menor de sus preocupaciones en el momento. Solamente suspiró aliviado cuando Jin se alejó y no le dio una de esas miradas que le daba cuando sabía que ocultaba algo.

Pero tengo que tener cuidado.

No necesariamente quería ocultárselo a su amigo, pero por el momento era necesario. Si aún no le había dicho el nombre de Jungkook era porque, aunque no lo dijera en voz alta, la opinión y aprobación de Jin era muy importante para él en lo referente a sus decisiones en lo personal.

El mayor había sido su soporte cuando la relación con su propio hermano terminó de deteriorarse y más adelante fue quien estuvo ahí para protegerlo tanto de sus malas decisiones como de las malas intenciones que tuvieron hacia él. Jin se había comportado como una verdadera familia cuando la suya ya tenía un vínculo muy dañado, el alfa siempre estuvo ahí cuando la soledad de repente se hacía muy evidente para recordarle que él estaba a su lado y que era muy difícil que se fuera.

Antes de confesarle una nueva relación a su mejor amigo, quería saber muy bien hacia dónde se dirigían Jungkook y él.

Otro suspiro se escapó de sus labios cuando su mente volvió a recordar cómo fueron sus mañanas durante los pasados días. En ese momento estaría sentado en la pequeña mesa de la cocina de Jungkook totalmente envuelto en una cobija mientras veía como su alfa pelinegro se movía con agilidad de un lado a otro con solamente un pantalón de chándal puesto.

Tenía que aclarar que si bien los músculos marcados no eran de su preferencia a la hora de elegir a quienes le gustaban en el pasado, ahora cada vez que veia los musculos de la espalda de Jungkook tensarse y relajarse con los movimientos de sus brazos no podía apartar la vista.

Cada vez que su mente comenzaba a divagar sobre ello, el menor giraba para atraparlo mientras lo miraba, pero cada una de las veces había recibido un beso en los labios así que ser atrapado solo era vergonzoso por un par de segundos.

Jungkook te está convirtiendo en un mimado, se reprendió mentalmente pero no le atraía la idea de cambiar como era cuando estaba con su alfa pelinegro.

Con su mente llendo y viniendo de lo relacionado con Jungkook, no se había percatado de la hora. Cuarenta minutos estuvo parado sin hacer nada mas que suspirar y pensar en el menor que seguramnete ya estaria desayunando.

De nuevo termino pensando en Jungkook.

Que el menor abarcara sus pensamientos no lo irritaba, que él dejara de hacer su vida cotidiana como solía en el pasado si le inquietaba.

Por ello cuando su celular sonó, él contesto mientras se comprometía mentalmente a dejar de pensar en su alfa pelinegro tanto tiempo como le fuera posible.

— ¿Qué?

No había mirado el identificador de llamadas porque sabía que Jin estaba por marcarle para verificar los precios del nuevo proveedor del restaurante, también usó su tono gruñón reservado para el alfa rubio que siempre tenía ganas de hacer bromas. Pero la voz suave del otro lado era de quien siempre hacía que sus mejillas enrojecieran.

¿Estas molesto Yoongi-hyung? ¿Alguien te molestó? ¿Estás molesto conmigo?

Las preguntas de Jungkook fueron tan rápidas y sin pausas que tuvo que esperar a que terminara para contestar, pero la preocupación palpable en el tono aceleró un poquito su corazón.

— N-No estoy b-bien... L-Lo siento, creí q-que eras Jin-hyung.. perdón.

Un suspiro aliviado se escuchó por la bocina de su celular.

Me alegro, me acabo de despertar hace unos minutos y escuché como me llamabas por medio del lazo, te sentías triste y molesto.

¡¿Por qué sigo olvidando controlar mis pensamientos?!

— ¿T-Te acabas de.. de despertar? — preguntó tratando de cambiar el tema.

Eh.. si... La verdad es que no pude dormir bien sin ti hyung. — Esas palabras lo afectaron, mucho. Parece que ya no podré dormir sin abrazarte Yoongi-hyung.

Tuvó que cerrar los ojos y morder su labio para no decir cuan mala habia sido su noche lejos de él.

— N-No digas cosas asi..

¿Por qué no hyung? Es totalmente cierto. Te extrañe mucho.

— N-No l-lo digas. — Si Jungkook seguía diciendo cosas así era mas que seguro que sus pies empezaran a ir hacia donde sabia que estaba su alfa pelinegro.

Puedo senir cuanto te gusta escucharlo, mi lindo hyung que parece un gatito.

— No m-me parezco a un gato.

Claro que si te pareces hyung, empezando por tus lindos ojos y terminando en cuanto te gusta dormir y que te haga mimos.

Como podia negar lo ultimo cuando esa ultima semana fingía no estar comodo solo para recibir caricias y besos del menor.

Era mejor terminar la llamada y evitar morir a causa de la timidez que lo invadía en ese momento.

— T-Tengo que p-preparar el desayuno-

¡Aun no cuelgues hyung! — No preguntó el por qué, pero esperaba atentamente en silencio para saber el motivo por el que su vínculo estaba empezando a llenarse de emoción por parte de Jungkook. — Quiero pedirte que vengas esta noche a mi casa, después de tu trabajo.

— T-toda la semana me quedé co-contigo, ¿para qué quieres que vaya hoy en la no-noche?

Tonto, sólo dí que sí, le prometiste a Namjoon que no esconderias lo que de verdad querías.

Te tengo una sorpresa Yoongi-hyung.

— ¿Qué es?

No te diré porque es una sorpresa, pero te estaré esperando mi lingo Gatito.

"Mi lindo Gatito". Esas palabras fueron una fuerte amenaza para su corazón y pulmones, el primero se aceleró descontroladamente y los segundos detuvieron su trabajo y lo dejaron sin aliento.

— N-no me digas así soy mayor que tú.. y no iré.

Hyung si dices eso, no tendré más opción que ir por ti a la hora en que tu trabajo termine y cargarte hasta mi auto, aunque todos los demás esten viendo.

Esa amenaza no hizo más que provocar un escalofrío en cada poro de su piel.

— N-no lo harías — contestó, con el nerviosismo llenándolo.

¿Por qué le gustaba tanto la idea de que el menor cumpliera exactamente lo que acababa de decir?

— Lo voy a hacer si no me prometes que vendrás hoy, mi Gatito-hyung.

— ¡Ca-cállate!

En serio, en serio, tenía que dejar de llamarlo así antes de que su corazón saliera de su pecho.

Por favor hyung, realmente me gustaría que vinieras.

— E-Esta bi-bien.

¡Sí! Muchas, muchas gracias por aceptar. Te estaré esperando mi lindo Gatito-hyung.

— ¡Que no me digas así! — Su grito fue literalmente hacia la nada, porque el tono que señalaba la llamada terminada sonaba contra su oído. Dejó su celular en la mesa mientras sentía un rubor más intenso escalando hacia sus mejillas. — Maldito, me colgó antes de que lo regañara.

Estaba molesto. Aunque era por no poder seguir escuchando su voz.

— Buenos días hyung.

Se sobresaltó un poco cuando un sonriente Hoseok se adentro a la cocina.

— Buenos días Hobi.

En cuanto fue capaz de pronunciar un saludo sin trabarse, se giró para ocultar el rubor que había quedado en sus mejillas después de hablar con Jungkook. Abrió el refrigerador buscando que el frío calmara un poco el calor que se había adueñado de su cara, aunque creía que el pelirrojo ya lo había notado pues una risita escapó de los delgados labios cuando él se había girado.

¿Habrá escuchado la conversación?

Si había sido de esa manera, entonces podría estar más que avergonzado porque Hoseok lo escuchó actuar como el Yoongi nervioso en el que se convertía cuando hablaba con Jungkook.

— Hyung porque no subes a arreglarte para el trabajo, yo puedo hacer el desayuno, con el buen profesor que eres ahora ya se hacer comida decente.

— No es necesario Hobi, de todas maneras aún queda mucho tiempo para que nos tengamos que ir al restaurante.

— Pero hoy es sábado, tal vez por la noche quieras salir en una cita con tu novio, así que sube y tomate tu tiempo para arreglarte.

Eso definitivamente le confirmó que el pelirrojo omega que ahora lo jalaba hacia las escaleras había escuchado su conversación.

Quiso negarse pero la idea de ver a Jungkook en la noche bastó para que tomara el favor que estaba ofreciendo Hosoek. También quiso agradecer una vez que se decidió, pero ningún sonido salió de sus labios y en su lugar optó por subir tan rápidamente como pudo hacia su habitación para escapar de la evaluadora mirada del menor.

Pero él no estaba super preocupado por su vestimenta ni por arreglarse suficiente, claro que no.

O bueno, eso se siguió repitiendo cuando abandonaba su habitación después de dos horas sabiendo que al volver de casa de Jungkook tendría que guardar nuevamente toda su ropa y su escaso maquillaje que en ese momento se quedaban esparcidos en su cama, el suelo y sus otros pocos muebles.

— 𝓐𝓵𝓯𝓪 —

A pesar de que toda la tarde se preparó mentalmente para ver a Jungkook, no sirvió de mucho cuando vio la feliz sonrisa que el pelinegro le regalaba en cuanto la puerta entre ellos fué abierta.

Cuando sus labios fueron apresados entre los contrarios ni siquiera fingió que no lo había estado esperando todo el día. Aferró sus dedos con fuerza a la playera del más alto y dejo que un gemido satisfecho saliera del fondo de su garganta para unirse al beso profundo que tenía su mente dando vueltas.

La sensación de cosquilleo en la boca de su estómago sólo aumentó cuando sus muslos fueron tomados entre las grandes manos y su cuerpo fue elevado para ser llevado al interior de la casa, posiblemente, pero la verdad es que no le importaba a dónde se dirigían.

Jungkook camino unos cuantos pasos en alguna dirección antes de dar por terminado el beso, aunque con un poco de resistencia de su parte, que con ojos cerrados, para evitar arrepentirse, siguió buscando el labio grueso que antes estaba succionando.

Pero solo lo obtuvo un par de veces por breves segundos en besos fugaces.

No pudo evitar comportarse como un pequeño niño y esconder su cara en el hombro amplio del menor cuando no continuaron con el beso.

— Yoongi-hyung, se que te pedí que vinieras solo porque te tenia una sorpresa, pero ahora no quiero dejarte ir — dijo mientras acariciaba la curva de su cuello con la punta de la nariz, mandando escalofríos a todo su cuerpo cada vez que pasaba por encima de su marca —. ¿Te puedes quedar esta noche conmigo?

¡Dí que sí!

— N-No traje r-ropa conmigo.

— No importa, te vez muy lindo con mi ropa hyung.

Y a mi me gusta usar tu ropa.

— Pero... pase casi u-una semana du-durmiendo aquí.

— ¿Entonces no quieres quedarte conmigo?

Si quiero.

— Su-Supongo que si t-tu quieres.. me quedo...

No podía ver la cara de Jungkook porque aún se mantenía escondido, pero podía sentir por medio del lazo lo feliz que se había puesto con sus palabras. Él mismo ahora sonreía contagiado de la felicidad que emanaba su alfa pelinegro, y obviamente también porque sabía que por lo menos esa noche volvería a dormir cómodamente entre los brazos que tanto había extrañado la noche pasada.

Yo siempre voy a querer que te quedes aquí conmigo Yoongi-hyung.

Su corazón se descontroló por completo cuando esas palabras fueron susurradas en su oído, sus pulmones también parecían estar sufriendo cuando su aliento escapó de golpe y realmente tuvo que separarse un poco de su escondite y girar la cabeza hacia el lado contrario para buscar más aire.

Inhaló y exhaló varias veces lo más silenciosamente que pudo, aun sin mostrarle su sonrojada cara al pelinegro que lo mantenía firmemente sujeto.

Calmarse no fue tan fácil cuando las atenciones de Jungkook seguían siendo impartidas a lo largo de su cuello con esos labios suaves que antes habían estado contra los suyos y con los dedos fuertes que seguían haciendo movimientos ligeros en la parte trasera de sus muslos.

Solo logro distraerse lo suficiente cuando un aroma se filtró en su nariz desde la cocina e hizo que su estómago sonora.

— Creo que ya oliste mi sorpresa. — Volteo a ver al menor con la pregunta plasmada en sus ojos abiertos. — Le pregunté a Namjoon-hyung sobre tus comida favorita y hace dos días en el restaurante le pedi consejos a Jin-hyung sobre cómo preparla, pe-pero no le dije que eran para ti hyung, lo juro, solo le dia a entender que me gustaban mucho las brochetas de cerdo.

— ¿M-Me preparaste m-mi comida fa-favorita?

— S-Si. — Ahora fueron las mejillas de Jungkook a las que les toco teñirse de color rojo y él podia jurar que su corazon se acelero aun mas. — Se que no soy tan buen cocinero como t-tu, pero siempre dices que mis comidas saben bien, asi que me esforce mucho para que las brochetas quedarán a-aceptables.

Quería responderle que él era tan buen cocinero como para trabajar en el restaurante o que estaba seguro de que sabrían muy bien o simplemente darle las gracias por esforzarse en preparar su platillo favorito que pocas veces comía porque le daba pereza hacerlo, pero ninguna de esas frases salió de sus labios.

— E-Esta bien.

Se miraron fijamente a los ojos por un par de segundos antes de que una sonrisa creará arruguitas en las esquinas de los ojos contrarios y que una mano se posara en su mejilla derecha.

— De nada, Gatito-hyung.

Que Jungkook supiera interpretar sus palabras lo avergonzó más, porque desde el inicio debió de haber dado las gracias de manera correcta.

— Y-Yo.. gra-gra-

Varios besos fugaces en sus labios detuvieron su balbuceo y de nuevo se escondió en la curvatura del cuello del contrario cuando su cara se calentó.

— No te esfuerces hyung, tienes que ser tú mismo cuando estés conmigo a mi me gusta mucho como eres y siempre entenderé lo que quieres decirme en realidad, te lo prometo.

Que tu corazón lata demasiado rápido, tu respiración se acelere y tu mente de vueltas significaba un ataque cardiaco, ¿cierto?

Estaba bastante seguro de que estaba teniendo uno en esos momentos.

— Gatito-hyung, no puedo oler tu aroma.

— S-Si, supongo que tendré que to-tomar un baño para quitar el neutralizador d-de encima.

— Bien, vamos a bañarnos.

¿Bañarnos?...

¡¿Ba-Bañarnos?!

— Eh.. Ju-Jungkook, ¿qué quieres decir con-

Su pregunta fue silenciada, y completamente olvidada un segundo después, cuando los labios del menor finalmente volvían a estar unidos a los suyos.

Se estaban moviendo nuevamente con él aún aferrado al cuerpo del más alto y su mente nublada por el beso que estaba recibiendo.

Jungkook simplemente era su debilidad.

Me desaparecí sin avisar, lo sé y lo siento, pero estuve estudiando para mis ultimos examenes (que ya por fin terminaron). Gracias como siempre por esperar pacientemente por las actualizaciones, espero que les haya gustado el capítulo y lo siento si les parece que ya va mucho relleno y que la historia no avanza T.T
Tengan una linda semanita. I PURPLE YOU💜

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