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Capítulo 14

— Mamá, ¿cómo has estado?

Estoy bien Gigi, mis dolores de cabeza han sido terribles pero mi memoria ha estado presente. ¿Tu estas bien? — contestó la voz al otro lado de la línea escuchandose cansada pero al menos esta vez no estaba hablando con alguien estancada en el pasado.

— Lo estoy. El trabajo ha ido muy bien, tuvimos tantas reservaciones este mes que podríamos cerrar las siguientes dos semanas y tomar un descanso.

Claro que no haría esto último, le gustaba cocinar y disfrutaba del ambiente que se formaba entre todos los que laboraban en el lugar.

Pero podría tener tiempo libre para ir con Jungkook.

Sacudió de su mente la ultima idea que apareció y se concentró en la llamada que tenia en curso con el calor instalándose en sus mejillas.

Te escuchas contento, ¿a caso hay alguien que te tenga de buen humor?

Literalmente pudo sentir como su cara se enrojecía en su totalidad cuando nuevamente la imagen del alfa pelinegro de grandes ojos se coló en sus pensamientos.

— N-No, solo me pongo feliz cuando el restaurante tiene tantos clientes — dijo después de un par de segundos, odiando la manera en que su voz se trabo al empezar.

Sabes que me puedes contar sobre tu nueva pareja, no le diré nada a tu hermano, no hasta que sea formal.

Nunca sera formal. Se recordó a si mismo.

— No.. No tengo pareja mamá.

Bien no me digas, pero asegurate de que tenga el suficiente dinero para que no tengas que volver a trabajar, aún eres joven y lindo así que úsalo a tu favor.

— No tengo intenciones de dejar mi trabajo, me gusta. — El enojo empezó a formarse rápidamente en su interior y lo único que pensaba ahora era en gritarle unas cuantas verdades a la mujer que lo trajo al mundo.

No seas tonto Yoongi, estas en una edad perfecta para escoger un buen alfa y hacer que te marque, yo puedo-

— Mamá, tengo que colgar. Se termino mi descanso. — Interrumpió cualquier ofrecimiento que estaba formándose en la mente de la omega en ese momento, estaba seguro de que no quería escucharlo.

Lo ves, siempre estas trabajando. Consigue rápido un alfa que te mantenga, antes de que te pongas mas viejo.

— Adiós mamá.

Colgó la llamada sin darle la oportunidad a su madre de despedirse y estuvo a nada de lanzar el celular contra la pared, solo que en su lugar tomó una profunda respiración con los ojos cerrados fuertemente.

La habitación que le servía a Namjoon como oficina estaba repleta de su ácido aroma a naranja por lo que se levantó para abrir la pequeña ventana intentando recoger un poco del olor de la lluvia que caía afuera.

El neutro aroma del agua mezclándose con el asfalto y las pocas macetas que tenían en el exterior decorando el edificio normalmente le ayudaba, pero ahora solo podía pensar en una fragancia en específico que realmente lo calmaría.

Aroma a playa.

Estaba muy mal que lo único que quería en ese momento era estar al lado de Jungkook con su nariz enterrada en el hueco que se formaba entre el cuello y el musculoso hombro.

Después de su segunda cita en casa del menor ya no habían podido tener una tercera. El pelinegro confesó que la primera vez él había intercambiado su día de descanso para que coincidiera con el suyo pero ya no tenía oportunidad de hacer lo mismo nuevamente.

En su caso, simplemente no tenía el valor de inventarle una excusa creíble a Jin y Namjoon para ausentarse durante un domingo. Lo único que funcionaria sería el permiso de su celo pero eso ya lo había hecho la última vez.

Durante un mes y medio solamente había estado hablando con el pelinegro por medio de llamadas y mensajes, las conversaciones siempre eran en las noches cuando ambos se encontraban en casa y en las mañanas su celular siempre tenía un mensaje de buenos días de parte del menor.

Aún seguía sin creer que Jungkook seguía proclamando estar enamorado de él. Pensaba que para ese momento el alfa ya se habría aburrido pero la voz animada que siempre escuchaba durante sus llamadas no había disminuido ni un poco su energía.

También le era totalmente extraña la manera en que él se aferraba cada día mas al que se suponía debería de haber sido uno de sus tantos rápidos enamoramientos.

Soltó un largo suspiro y se reclinó contra el alfelizar de la ventana dejando que unas cuantas gotas salpicaran su rostro, quería dejar de pensar tanto por lo menos unos pocos segundos, porque su cabeza comenzaba a doler seriamente.

— Vaya, ahora duermes tan profundamente que ni siquiera el agua salpicando en tu cara te despierta.

La burla de Jin trajo a su rostro una pequeña sonrisa, sonrisa que desapareció en cuanto se enderezó para cerrar la ventana y ver al alfa rubio que se estaba acomodando en una de las cómodas sillas que Namjoon compró.

— No estaba durmiendo, solo quería sentir la lluvia en mi cara —aclaro con un fingido tono de molestia mientras tomaba asiento frente al mayor.

— Desde cuando a los gatos les gusta el agua.

Dejó un golpe en el primer lugar que su pie alcanzó y comenzó a sonreír mientras un indignado Jin sobaba su pantorrilla derecha.

— Pero qué falta de respeto, yo vengo pacíficamente a hacerte compañía en tus últimos minutos de descanso y tu me golpeas.

— No vienes a hacerme compañía, vienes porque de seguro ya no hay pedidos y estabas aburrido en la cocina.

— Bueno, me atrapaste un poco. Ya no hay pedidos, pero en realidad vine porque Yeonjun-ssi dijo que tu aroma a naranja estaba saliendo de la oficina. — Jin dejó de lado el aire infantil que normalmente lo rodeaba y se acercó para tomar una de sus manos en un familiar gesto de apoyo. — ¿Qué sucede?

— Hable con mi mamá. — Sus ojos comenzaban a llenarse de humedad y comenzó a parpadear con más frecuencia para evitar que una lagrima escapara.

— ¿Ella estaba de nuevo en uno de sus ataques?

— No, esta vez estaba totalmente presente, pero ya no se si eso es mejor o no.

Los brazos del mayor lo rodearon por los hombros para atraerlo en un abrazo, durante su adolescencia ese gesto tan paternal de parte del alfa le había ayudado innumerables veces a sentirse mejor después de una pelea con su hermano. Dejó que el aroma a bosque de cedro y albahaca relajaran a su omega, el cual ya reconocía a Jin y a Namjoon como familia.

— ¿Qué fue lo que te dijo?

— Que me consiguiera un alfa con dinero antes de que me hiciera demasiado viejo para ello.

Su voz salió con resentimiento y nuevamente las lágrimas comenzaron a invadir su visión.

— Yoongi, tú no eres tu madre. Si te comienza a gusta alguien y quieres intentar una relación no tienes porque tener miedo de hacerlo.

— Entonces tu también piensas que debo de conseguirme un allfa. — Trato de salir del agarre que el rubio mantenía alrededor de él, pero no importó su esfuerzo porque no lo soltó ni un poco.

— Yo no dije eso. Yo solo quiero que seas consciente de que la historia de tu madre no se repetirá contigo porque tu no eres así y puedo asegurar que nunca lo seras, por lo que no debes de negarte a la oportunidad de amar si se presenta frente a ti.

Asintió sin dar una respuesta verbal. No quería prometer algo que no estaba haciendo.

Con Jungkook se estaba dando la oportunidad de disfrutar hasta que el enamoramiento del menor terminara, pero no se estaba entregando completamente a ello. Seguía reusándose a que el pelinegro conociera más de su persona o su pasado y se negaba a que alguien más aparte de ellos dos supiera sobre sus conversaciones y sus anteriores citas, aunque era cobarde esa era su manera de protegerse de las miradas de compasión en el momento en que todo terminara.

No era autocompasión, sólo era realista. En una relación tarde o temprano se conocían el uno al otro y él no estaba dispuesto a compartir el pasado de su familia para arriesgarse a que lo compararan con su madre, tal como lo hacía su hermano y como lo hacía él mismo.

Dejaría de negarse a sí mismo su obvia atracción a Jungkook, pero no permitiría que las cosas fueran mas lejos si el menor así lo quería.

El tenía un trabajo que le gustaba y amigos a los que quería demasiado, su vida estaba bien así.

El ruido fuerte de la música, las parpadeantes luces y los aromas mezclados del alcohol y sudor ya lo estaban mareando un poco, pero no podía ser grosero e irse cuando sus compañeros del trabajo estaban en ese antro para celebrarlo a él.

Vio a Minjae pasando con dificultad a través de la multitud en la pista de baile llevando dos botellas pequeñas de agua.

— Lo siento por todo esto Kookie. Trate de decirle sobre lo sensible que eres de tus sentidos, pero a ellos solo les importa tener una excusa para salir a beber y bailar y tu cumpleaños era lo más cercano que había para celebrarlo. — La mirada de disculpa en la cara del mayor estaba ahí desde que fue el encargado de decirle sobre la salida de esa noche.

— Está bien. Es la primera vez que vengo a uno lugar de estos y ahora se que no tengo que dejarme convencer por Tae ni por Jiminie cuando me inviten a uno.

Tomó la botella que le estaba siendo ofrecida por el alfa sentado a su lado y la colocó frente a él en la mesa.

— ¿A quien le pediste eso? — pregunto Minjae cuando noto el vaso ahora vacío que estaba al lado de la botella de agua.

— A nadie. Yunyon-ssi lo trajo para mi y dijo que lo tomara como un regalo.

Vio la mueca que atravesó el rostro del alfa ante la mención de la beta recepcionista de su piso en la estación de policías. Ya lo había notado desde el primer día, pero ahora podía confirmar el disgusto de Minjae por ella.

— ¿No te agrada Yunyon-ssi?

— Cuando la conocí me agradaba y ella se comportaba de manera amable conmigo, creí que era así con todo el mundo por lo que no lo tome de manera personal. Pero después ella comenzó a coquetear y no dejó de hacerlo incluso cuando le aclaré que tenía novio. Jeonghan-hyung me dijo que hizo lo mismo con Seungcheol-hyung incluso delante de él que es su omega. Simplemente no dejo de desconfiar de sus verdaderas intenciones cuando se porta amable.

Y ahora él tampoco podía confiar en la beta.

Solo saber que intentó meterse en una relación tan bonita como la que veía entre el detective Choi y el detective Yoon era suficiente para que no le agradara.

Además, él estaba siendo totalmente serio en intentar formar una relación con Yoongi y no dejaría que nadie lo arruinara.

Ya habían pasado seis semanas desde la última vez que había sostenido el cuerpo más pequeño y delgado mientras estaban recostados en el sofá de su casa viendo una película.

En cada oportunidad que tuvo, había robado rápidos besos al tierno puchero que se formaba constantemente en el abultado labio inferior del pelimenta y también entrelazo sus dedos con los contrarios para disfrutar del aumento de los latidos del mayor.

Durante esos días había disfrutado de sus, cada vez más comunes conversaciones en las mañanas y en las noches, pero ansiaba el día en que pudiera ver directamente los bonitos ojos gatunos y olfatear el aroma que tanto le encantaba.

Incluso pensaba en el omega cuando estuvo conversando con por varios minutos con Minjae, hasta que en un parpadeo su piel comenzó a calentarse, sus colmillos comenzaron a cosquillear y un fuerte calambre cruzó en su abdomen bajo.

Eso lo alertó porque esos eran los primeros síntomas de su celo, pero eso no era posible.

Su último celo había sido solo cuatro meses antes, aunque él era un alfa puro sus celos siempre habían ido con regularidad cada seis meses, además sus primeros síntomas llegaban de manera gradual pero en esa ocasión se habían formado de un segundo a otro.

Empezó a entrar un poco en pánico cuando se dio cuenta de que estaba en un lugar lleno con betas y omegas, pero también muchos alfas que pertenecían a la policía, no podía permitir que sospecharan siquiera de que un alfa puro estaba entrando en celo o de lo contrario era muy probable que una pelea comenzara y él no sería capaz de mantener a su lobo controlado.

— Jungkook, ¿qué sucede?

Vio los preocupados ojos de Minjae observándolo mientras sus manos seguían manteniendo un fuerte agarre alrededor de una destruida botella de plástico.

— Estoy entrando en celo.

— Por qué no dijiste que estos días era tu celo, es peligroso que estés aquí entre tanta gente.

— Ese es el problema, a mi siguiente celo le faltaban dos meses pero ahora está comenzando de manera muy rápida. — Las palabras ya comenzaban a ser difíciles de procesar para su cerebro, tenía que salir de ahí.

Vio como los ojos del mayor se abrieron y posaron en el vaso vació que yacía en la mesa, podía ver que sus conclusiones eran las mismas.

Droga.

El alfa comenzó a olfatearlo en busca del olor químico en su sistema sanguíneo, pero no pudo recoger ningún aroma.

— No puedo oler nada por el neutralizador que tienes puesto. Pero dejemos la investigación para después, ahora tengo que llevarte a casa.

Se dejó arrastrar por el mayor hacia la salida y posteriormente hacia el estacionamiento. Sabía que estaba siendo una carga para el otro alfa, pero si no se esforzaba y dejaba que el latido de su corazón fuera constante la droga avanzaría más lentamente por su cuerpo y le daría tiempo a Minjae para que lo dejara en la puerta de su hogar sin una pelea de por medio.

Durante el camino se concentró en tomar profundas respiraciones para mantener a su lobo a raya, pero con el paso de los minutos esta se volvía una tarea más difícil. Agradeció a la Luna cuando el mayor informó que estaban llegando porque los síntomas comenzaban a aumentar y se estaba volviendo doloroso.

— Te ayudaré a entrar, espera un poco.

— No, yo puedo entrar solo... Creo que es mejor que te vayas porque mi lobo está a punto de salir a la superficie.. y lo menos que quiero es tener una pelea contigo.

Salió con dificultad del auto y se despidió con una mano del mayor mientras avanzaba lentamente hacia la entrada.

Otro fuerte calambre azotó su cuerpo antes de que pusiera el código de acceso y una erección se presionó contra el cierre de su pantalón de vestir, tomar respiraciones profundas no estaba ayudando para detener el temblor en sus manos y se le dificulto aún más cuando la lluvia comenzó y el agua volvió más resbaloso el tablero con los números.

Sus colmillos estaban descendiendo y su cuerpo se estaba calentando cada vez más, no había nada que calmara a su lobo en ese momento.

Yoongi.

El aroma de Yoongi siempre lo calmaba, él y su alfa querían llenarse del aroma del omega.

Sus pies comenzaron a moverse en dirección a la casa del pelimenta, si era una buena idea o una mala idea no estaba seguro, pero ya no podía detenerse. Atravesó las desiertas calles con su ropa mojándose cada vez más y el asfalto volviendose resbaloso pero no le importó.

Necesitaba a su Yoongi.

Fue el último pensamiento antes de que puntos de luz empezaran a bailar en su vista y perdiera la consciencia en medio del vació parque.

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