Capítulo 11
— ¿Qué dijiste?
— U-Usted me gu-gusta Yoongi-hyung — volvió a repetir Jungkook.
Por segunda vez eran las mismas palabras pero no podía creer en ellas, o confiar. No había sido bueno en ocultar sus sonrojos ni su nerviosismo, era fácil para el menor entender que eso se debía a su enamoramiento y no podía arriesgarse a dejar que el alfa usará sus sentimientos en su contra para obtener lo que sea que quiera conseguir de él.
Ya tenía una vida planeada, no podía dejarse engañar y aceptar algo que acabaría mal solo para él.
— Se que no me cree. — La voz determinada y libre de tartamudeo del pelinegro lo sorprendió un poco, se encontraba mirando esos brillantes ojos en cuanto las primeras palabras salieron. — Deme por favor este día, si realmente no podemos tener nada entre nosotros por lo menos tendré este día para no arrepentirme. ¿L-Lo hará?
¿Lo haría?
Pasar un día completo con Jungkook, permitiendo que este actué como si se encontraran en una cita real, ¿era difícil?
Si, muy difícil.
Le costaba controlarse cuando solo pasaban juntos algunos minutos, se encontraría en una agotadora pelea constante contra su lobo por el control, también estaba el hecho de que compartir más tiempo con el alfa significaba que quizás le empezara a gustar más.
Pero realmente quería hacerlo. La lucha por el control sería soportable con tal de tener la atención de los bonitos ojos sobre él y aunque su enamoramiento se profundizara un poquito más, de cualquier manera tendría que acabar en cualquier momento y él por lo menos tendría ese día para recordar.
— Yo no voy a hacer nada que no quiera.. y tampoco actuare de la forma en que me digas...
— Y-Y-Yo no me a-atrevería a decirle que hacer o cómo actuar, so-solo quiero que pasemos tiempo juntos, solo q-quiero que hablemos... si hyung qui-quiere.
Observó algunos largos segundos hacia el pelinegro antes de contestar. No estaba seguro de que es lo que el menor quería obtener de eso, pero no tenía nada que perder y era probable que ganara más de lo que podía pensar.
— Está bien.
— 𝓐𝓵𝓯𝓪 —
Ahora recordaba porque él no frecuentaba ese lugar.
Podía contar con los dedos de una mano las veces que había estado en el parque Namsan desde que llegó a vivir a Seúl. Si volteabas a cualquier lugar parejas de todo tipo aparecerían ante ti, todos ellos estaban perdidos en su propia burbuja de enamorados ignorando al resto del mundo.
Él estuvo una vez allí con su segundo novio, pero podría jurar que no se veía ni una cuarta parte de felices como las otras parejas que caminaban tranquilamente por el lugar, la mayor parte del tiempo su acompañante se la pasó con la vista enfocada en el celular o estaba más ocupado en ver lo que otros estaban haciendo. Las dos horas que estuvieron ahí se habían sentido demasiado incómodas y al término de aquella cita él estaba totalmente triste cuando tomó valor para entrelazar la mano con la del contrario solo para recibir palabras que le dolieron.
"— Te invite a salir porque todos decían que tu no eras cursis como otros tantos omegas, pero veo que me equivoque. Me gustan los retos, pero no eres uno."
Después de eso, recuerda que le marcó a Jin para que fuera por él y al día siguiente fue el mayor quien dio por terminada su relación cuando aquel alfa lo fue a buscar al salón de clases en la universidad.
Solo había vuelto al parque en otras dos ocasiones, pero acompañado de Jin y Namjoon, realmente pensó que nunca volvería ahí para estar en una cita.
— Yoongi-hyung, vamos por un helado ahí.
El pelinegro estaba señalando con entusiasmo uno de los tantos coloridos locales y con su aroma a playa disparándose, no pudo evitar sonreír también ante la feliz y tierna sonrisa que le mostraba el menor.
Asintió con otra pequeña sonrisa dibujada en su rostro y siguió los pasos de Jungkook hasta la enorme fila. Esos minutos de espera estuvieron conversando sobre sabores de helado, lo sorprendente para él fue darse cuenta de que realmente estaba aportando a la conversación, era muy fácil hablar con alguien que te ponía atención como si fueras lo más importante en ese momento y que te regalaba reacciones tan sinceras.
Cuando su helado estuvo asegurado en su mano derecha él empezó a avanzar lentamente para que el pelinegro tuviera tiempo de pagar por su postre y alcanzarlo, no espero que una gran mano cálida entrelazara sus dedos con su mano libre.
— ¿Que.. haces? — pregunto intentando sacar la mano del fuerte agarre y tratando de controlar su aroma pero fallando en ambas.
— M-Me aseguro de que no quiera escapar de mi antes de que termine nuestra cita.
— N-No lo haré — afirmó con su saliva atorándose un poco ante la juguetona mueca en el rostro contrario.
— No me arriesgare — dijo de inmediato reforzando el agarre.
La voz de Jungkook iba tomando confianza en cuanto más hablaban y no pudo evitar notarlo, parecía que para él no podía pasar desapercibida cualquier cosa que hiciera el menor en ese momento.
— ¿Te pones nervioso con gente que no conoces? — preguntó de repente y al segundo después sintió el calor escalar por su cuello para instalarse en sus mejillas. — Lo siento.. es que dejaste de trabarte cuando hablas... quiero decir...
La suave risa del pelinegro solo asentó el sonrojo en su cara.
— Siempre he sido así, al menos desde que lo recuerdo y no importa con quien este, pero sí, definitivamente aumenta cuando estoy con alguien que no conozco.
— No pareces alguien tímido.
Jungkook siempre fue quien se le acercaba primero, quien iniciaba las conversaciones y quien se había confesado, en lugar de tímido a él le parecía tierno solo que no diría eso en voz alta, la mayoría de los alfas no se tomaban bien si un omega les decía tierno.
— Si lo soy, esa era una de las principales causas de que mi padre me regañara. De hecho el trabarme cuando hablo aumento cuando mi padre y mi madre comenzaron a exigir que hablara con más confianza.
— ¿Tus padres te regañaban por algo así? — pregunto un poco sorprendido.
De su familia también tenía bastantes cosas para hablar, sobre todo del pasado pero algo así de hecho le parecía una exigencia un poco absurda de parte de los padres del menor.
— Si, y con bastante frecuencia. Ellos querían que fuera como mi hermano mayor — declaró Jungkook pero no se podía escuchar ningún atisbo de enojo o resentimiento, ni siquiera nostalgia, se pregunto mentalmente si el menor también se había separado emocionalmente de su familia tal y como él lo hizo años atrás.
— ¿Tu hermano mayor también es detective?
— No, él estudió relaciones públicas, por lo que se, trabaja en la empresa de nuestros padres.
"Por lo que se", eso sonaba a que no tenia ni idea de que es lo que estaba haciendo su propio hermano.
— ¿Hace mucho que no se ven?
— Cinco años. Cuando termine la preparatoria salí de Busan y llegue aquí a Seúl junto a Taetae, no he visto a mi hyung ni a mis padres desde entonces.
Eso era mucho tiempo sin ver a su familia. Por lo que había dicho de las exigencias de sus padres podía decir que esa decisión de dejar su ciudad natal era a causa de esto, había tantas cosas que quería preguntar ahora pero no debería de saber más acerca del menor, no podía apegarse aun mas de ningún modo.
— Yo también tengo un hermano mayor y parece que nunca alcanzaré sus expectativas. — Los grandes ojos marrones se posaron en él y el aroma del alfa comenzó a salir mandando tranquilidad a cada poro de su piel en cuanto inhalo.
Durante los siguientes minutos siguieron caminando sin decir más sobre el tema que habían tenido hasta el momento, pero el silencio entre ellos era muy cómodo. Ambos se dedicaron a comer tranquilamente el helado y caminaban lentamente disfrutando del paisaje, y él disfrutando del fresco aroma a playa que le daba tanta calma.
En ningún momento Jungkook soltó su mano, incluso cuando se sentaron en el césped bajo la sombra de un árbol y el pelinegro reanudó la conversación con preguntas aleatorias desde su música favorita hasta como era su trabajo en el restaurante, todo el tiempo jugueteaba distraídamente con los dedos de su mano izquierda.
En varias ocasiones tuvo que pedir que le repitiera la pregunta porque el suave cosquilleo en la piel de su mano recorría su cuerpo hasta llegar a la punta de los dedos del pie.
— Yoongi-hyung, si todavia no esta muy aburrido, le gustaría acompañarme a otra parte.
La respuesta inmediata que apareció en su mente fue "no" pero hasta ese momento había disfrutado mucho el día con Jungkook, el desayuno, la comida, el helado, la pequeña caminata y sobretodo lo fácil que podía conversar con el alfa, no pudo resistir el querer seguir pasando algunas horas más en compañía del menor aún cuando el sol ya se había metido y probablemente no era la mejor de las ideas.
— Está bien.
La bonita sonrisa apareció en el joven rostro contrario y en unos segundos estaba siendo guiado hacia donde se encontraba el auto del pelinegro, en el momento en que tuvo que subir al asiento del pasajero empezó a extrañar rápidamente el calor que antes envolvía su mano y tuvo que contenerse de mirar con anhelo hacia donde sus dedos parecían querer ir.
A él solo le gustaban los mimos cuando su cuerpo estaba en celo y lleno de supresores, pero al parecer con Jungkook lo único que quería era que el cálido toque del menor siempre estuviera en su piel.
No era la mejor de las ideas si tenía en cuenta que su piel enseguida se erizaba con el toque del alfa y era más que evidente cuánto le gustaba, pero no podía tener suficiente de tal cercanía.
Cuando el auto se estaciono cerca del Río Han, ya sabía que estaban ahí para el espectáculo de luces que al parecer todas las parejas disfrutaban. Sus mejillas se calentaron nuevamente ante el recordatorio de que esa era una cita y así se quedaron cuando nuevamente Jungkook lo tomó de la mano y le sonrió.
— Perdón hyung, ¿le molesta? — pregunto mirando hacia sus dedos entrelazados.
— N-No.
Un suspiro aliviado escapó de los labios del pelinegro.
— Que bien, en poco tiempo me acostumbre a agarrar su mano hyung, mi lobo estaba peleando conmigo mientras conducía, a él también le gusta tenerlo cerca. — El cosquilleo en su piel aumento y de repente era aún más consciente de la cercanía contraria. — Oh, su latido está más rápido — agregó señalando con diversión hacia el centro de su pecho.
Como esperaba Jungkook que su corazón siguiera latiendo con normalidad cuando decía cosas así mientras lo tomaba de la mano y ponía toda su atención sobre él, como si sus gestos y palabras fueran lo más importante del mundo en ese momento para ver y escuchar.
— Hyung las luces ya están comenzando, mire.
Hasta que el menor habló no se había dado cuenta de que su atención estaba puesta en esos grandes ojos y no en lo que estaba sucediendo en la cascada artificial.
Mordiendo su labio inferior, guió su mirada hacia donde se suponía que tenía que estar, aunque le gustaba más ver todas las pequeñas motas de luces que estaban en los oscuros orbes del contrario y que hacían parecer que dos galaxias pequeñas estaban retenidas dentro.
Desde cuando mis pensamientos son tan tontos.
Se reprendió mentalmente y siguió con su atención en las bailarinas luces que se prendían al ritmo de una canción, nunca había disfrutado del espectáculo hasta ese día, la pregunta era si se debía a la música que estaba en ese momento o al pelinegro que estaba a su lado.
La respuesta es obvia.
Ni siquiera él mismo podía dejar de molestarse, pensó con un poco de frustración.
Cuando por fin dejó de pelear mentalmente consigo mismo y quería volver su atención hacia el rio, unas gotas de agua lo sorprendieron, y al parecer a toda la gente que estaba admirando el espectáculo de luces. La lluvia en esos meses era común en Seúl, pero le molesto que justo comenzaba cuando el estaba al aire libre y no cargaba un paraguas, sobretodo ahora que tendría que dar por terminada su cita.
Se dirigieron de vuelta al auto atorándose un poco entre la gente que iba en la misma dirección y sin poder evitar mojarse cuando las gotas empezaron a caer con más frecuencia y fuerza.
— Lo s-siento hyung, debí de haber revisado el clima y cargar un p-paraguas, ahora está así por m-mi culpa — fue lo primero que dijo el menor en cuanto estaban en el interior del auto.
La tristeza reflejada en los bonitos ojos y la suave voz no le gustó para nada. No quería que Jungkook se sintiera triste cuando le había dado un maravilloso día para recordar.
— Pero fue divertido... Todo el día me la pase muy bien — aseguró mirando a los dedos que jugaban en su regazo —. Gracias.. por invitarme.
Otra sonrisa volvió a iluminar la cara del menor cuando sus miradas se encontraron y su corazón dio un latido irregular.
— Oh, hyung se puede enfermar, deje que le de mi chaqueta.
Antes de que pudiera objetar el joven alfa ya se estaba estirando para conseguir la prenda del asiento trasero y en pocos segundos ya lo estaba rodeando por los hombros con esta.
El aroma del alfa lo rodeó por completo de inmediato ahora que tenía la tela cubriéndolo y al pelinegro justo enfrente a unos pocos centímetros de distancia.
— E-Estoy bi-bien... — Su voz salió como un susurro pero tenía miedo de hablar más alto cuando su respiración estaba chocando con la contraria de esa manera.
Parpadear tampoco era una opción, no cuando podía ver tan cerca las motas de luz dentro de los grandes ojos. Su cerebro dio unas pocas vueltas con el fuerte aroma que estaba invadiendo sus fosas nasales y su cuerpo temblaba un poco por el toque que se mantenía en sus hombros.
— Lo siento Yoongi-hyung — fue lo último que escuchó antes de que el espacio entre sus labios se cerrará.
Sus ojos no se pudieron mantener abiertos ante el primer roce y su corazón se descontroló por completo.
No tenía ni idea de cómo se enfrentaría al menor cuando aquel beso terminara, pero estaba dispuesto a perderse por completo en ese toque, de lo demás se preocuparía después.
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