Capítulo 12 {Final}
Naruto intentaba con todas sus fuerzas no matar a Tsunade rápidamente, debía cumplir la petición de su novio, quería ver que tenía planeado y luego lo recordó, el plan era dejar a todas las personas encerradas dentro de una copula gigante hecha de chakra de Kurama, y con poco de su esfuerzo logró hacer que el sello que utilizaría, eso les imposibilitara procrear a los que están adentro.
Comprendiendo lo que tramaba Menma lanzó un rasengan contra la Gondaime, por los pelo la rubia pudo esquivarlo, sin darse cuenta que uno de los kunais especiales de Naruto se encontraban detrás de ella, rápidamente Naruto se posiciona detrás y le toma el brazo derecho quebrando lo rápidamente sin dejar reaccionar a Tsunade más que con un grito desgarrador.
En un intento de defenderse le proporciona un golpe con casi todas sus reservas de chakra dando de lleno en el pecho de Naruto mandando contra pared con un gran estruendo.
Rápidamente acomoda el brazo roto en su lugar, unas cuantas lágrimas bajaron por su mejilla, su temor por la sangre estaba volviendo, y ver el piso tintado de rojo le puso los pelos de punta. Estaba entrando en un ataque de pánico y sentía que el aire le faltaba, Naruto la observaba dándose cuenta enseguida de lo que sucedía con una sonrisa ladina se dirije hacia el cuerpo de Sakura, tomándolo y tirándolo enfrente de Tsunade.
Empezó que gritar con desespero perdiendo completamente la cabeza y posteriormente el conocimiento.
—Menma, es hora de utilizarlo—dijo acercándose a su novio que lo veía desde el suelo concentrado en una hormiga—Bebé debemos apresurarnos antes de que vengan personas a investigar—le habló con voz suave pero grave a la vez.
—Está bien, vamos—se levanto y rápidamente ambos salieron de la aldea.
Naruto empezó a trasar unos sellos y el chakra de Kurama empezó a salir rodeando toda la aldea de Konoha.
Los aldeanos se empezaron a asustar en el momento que vieron como se creaba la gran cópula, algunos intentaron salir pero ya era muy tarde y la aldea ya había quedado encerrada, las mujer empezaron a sentir un dolor horrible en el vientre, pero rápidamente pasó y se concentraron en buscar a sus hijos, que no estaban por ninguna parte.
Konoha estaba pagando cruelmente los errores pasados.
Naruto y Menma se retiraron tomados de la mano oyendo los gritos desesperados de lo había sido una gran aldea.
Todas las naciones y pueblos vinculados con Konoha decidieron romper vínculos con la aldea, el gran sello que hizo Naruto no permitía que los habitantes que quedaban salieran, poco a poco morían, ya sea de hambre, sed o alguna enfermedad. Tsunade fue odiada por el pueblo y por consiguiente desertó de su cargo como Hokage, ya no había quien sacará adelante a Konoha, esa es la mejor venganza que Naruto pudo hacer; gracias a Menma quien lo convenció de no matar a Tsunade en ese momento para que así sufra como el sufrió en su niñez, además de Hinata quien quedó ciega y sin posibilidad alguna de utilizar sus cuerdas vocales. Naruto se regocijaba de felicidad, por suerte sacó a todos los niños y en el mismo sello había algo que les hacía imposible a los aldeanos procrear.
Todo está tranquilo en Uzugakure, después de un tiempo con esfuerzo y sudor (además de muchos clones de sombra) lograron levantar a la aldea. Naruto era ahora el Uzukage de la Villa, y portando se había aliado con el Kage de la Arena, Gaara; por supuesto también se alió con el representante de el país de las Olas, Inari. Posteriormente se hizo una nueva alianza ninja con los Kages de las otras villas.
Así es como termina la historia de odio que se creó a base de prejuiciosos comentarios y poco a poco el odio dejó a Naruto, quien volvió casi a ser el de antes, Menma fue una parte muy importante ya que estuvo en todo momento con él.
Mientras Naruto y unos clones firmaban documentos en su oficina se ve interrumpido gracias a su hermoso esposo, sí esposo, Naruto al ser el jefe de su Villa creo la ley del matrimonio igualitario y con la aprobación de su, ahora, gran pueblo logro casarse con su querido Menma, aunque nadie se había enterado de que este es familia de Jiraya, decidieron callar eso, no era algo necesario que se debía saber.
Nushou, estaba orgullosa de todo lo que habían logrado hasta ahora, expresó lo feliz que le hacía ver a sus dos adoraciones casarse. Además de que les dijo que podrían adoptar a un pequeño niño para que le den mucho amor, ellos se rieron divertidos por el comentario.
Quien diría que si le darían nietos a Nushou...
—Amor, Jiraya quiere salir a comer helado con nosotros ¿Puedes venir o le digo estas ocupado?—se acercó al escritorio de su marido y le regalaba un tierno beso en los labios.
—Mhm, déjame terminar estos dos contratos y estaré con ustedes—respondió alegremente mientras volvía a besar a Menma con un poco más de pasión sin dejar de lado el amor.
—Está bien, te amo—respondió por último dedicándole un sonrisa y saliendo de la oficina dejando a un Naruto suspirando de amor y cansancio por el papeleo rápidamente revisó el contrato y firmó lo necesario, y desvaneciendo su clon decidió que estaba listo para salir con su pequeño y el amor de su vida.
—¡Papá!—exclamó con emoción Jiraya para correr a los brazos de su padre bajo la tierna mirada de Menma.
—¡Campeón!—devolvió con una gran sonrisa el saludo, cargando rápidamente a su hijo dándole un beso en la mejilla.
—Estabá muy impaciente, dijo quería pasar tiempo en familia, es un amor—mencionó acercándose a su hijo y tomándole las mejillas un poco llenas al niño.
—Es que papá trabaja mucho y papi quería estar contigo—se quejo haciendo un pequeño puchero, mientras Naruto reía y Menma se sonroja un poco.
—Yo también quiero estar contigo y con papi porque ambos son muy importantes para mí—le revolvió el cabello a su hijo y le dio un tierno beso en la nariz a Menma.
—Vamos por el helado y luego podemos comer ramen en Ichiraku—dio por finalizado el tema el pelinegro mientras reía un poco por las caras ilusionadas de sus personitas especiales.
—¡Vamos!—gritaron el rubio y el castaño mientras seguían a Menma.
Al salir de la torre Naruto bajo a su pequeño, a petición de este, nuestro Jiraya castaño tomó las manos de sus padres, con la derecha la de Naruto y con la izquierda la de Menma; ambos adultos se vieron entre sí y sonrieron en grande sujetando bien la manita de su pedazo de cielo.
Pasaron por la heladería y cada quien pido su helado, Menma ayudaba a su hijo para que lo coma bien y no se ensucie mucho su ropa, después de disfrutar un delicioso helada caminaron por varios rincones de la aldea, deteniéndose cuando les llama la atención o si Jiraya quería ir al baño, terminado el día comiendo ramen en Ichiraku.
—Naruto, un gusto verte por acá nuevamente—los recibió un muy anciano Teuchi sentado en el mostrador esperando un plato de ramen de su hija Ayame.
—Abuelo Teuchi, que bueno que lo veo, se ve que sigue envejeciendo—le siguió la plática tomando asiento a su lado y subiendo a su pequeño castaño en el asiento.
—Así es la vida, pero no puedo hacer nada, más que ver como mi hija lleva el negocio—dijo con mucho orgullo volviendo su mirada hacia Ayame quien habla con Menma sobre lo que pedirían.
—Espero ver algún día ver a Ayame con hijo, también espero ver como mi hijo forma su familia y su propio negocio—
Y así entre platicas amenas y uno que otro desastre por parte del niño, todos disfrutaron la noche, Naruto y Teuchi se pusieron a contar anécdotas de cuando el rubio era más joven siendo escuchados atentamente por Jiraya quien ya llevaba 10 tazones de ramen, pero sin superar a su padre por supuesto.
Menma estaba feliz, Naruto estaba feliz y ambos se habían olvidado que había existido una aldea tan hipócrita como lo era Konoha.
Por fin después de mucho tiempo Naruto pudo obtener su venganza, además de que conoció al amor de su vida y juntos creíaban a un hermoso niño.
Konoha nunca debió cometer el error de lastimar a su salvador, porque así como los salvó, también los destruyó y de una manera lenta y dolorosa.
Fin
—6/06/2020
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