»I«
"El infierno está vacío, todos los demonios están aquí
-william shakespeare"
En un hermoso prado lleno de hermosas flores, se encontraba una hermosa mujer de cabellos rubios como el oro, parecía que brillaba gracias a los rayos del sol, la mujer se encontraba danzando. Disfrutando de la armonía que había en esos momentos. Sus accesorios que llevaba puesto hacían unos ligeros sonidos. Pero eso no perturba la paz que había en esos momentos.
La hermosa mujer, mantenía sus ojos cerrados y una amable y gentil sonrisa se mantenía plasmada en sus pequeños labios, los cuales estaban pintados de un color rosa pálido. Dando unas vueltas más en su danza, la misteriosa mujer alzó su mirada hacía el cielo azul, y los rayos del sol iluminó su rostro y aquella gema que tenía en su frente.
Lentamente abrió sus ojos, revelando unos misteriosos pero a la vez hermosos ojos de color rosa. Sus ojos parecían que brillaban. El viento sopló, haciendo que sus cabellos bailarán. Disfrutó de aquella gentil caricia.
Una voz masculina se escuchó detrás de ella, que al escucharla rio ligeramente. Para posteriormente darse la vuelta y mirarlo. Sonriendo aún más alzó su mano hacia la dirección de aquél ser que la miraba sonriendo. Abrió sus labios y suavemente y con amor, dijo el nombre de aquella persona.
——Sukuna...
Sukuna abrió los ojos con sorpresa, nuevamente había soñado con ella, desde que despertó. Algo que lo molestaba y le siguiera molestando. Además seguía un poco enojado, ya que lastimosamente el había despertado dentro de un mocoso.
El solamente podía rodar los ojos del aburrimiento, estar dentro de un mocoso como lo era Itadori, era verdaderamente humillante para el, la gran maldición mas temida y poderosa de la historia, atrapado en un mocoso.
No solo lo sellan, si no despierta, después de tantos años y ¡Sorpresa! Esta dentro de un mocoso, y de paso pueda controlarlo. Eso si que era fastidioso e humillante.
Nuevamente cerró los ojos por unos momentos y se dejó llevar por los recuerdos que el mantenía ocultos, unos recuerdos que el desea borrar pero a la vez no quiere.
Todo ardía en llamas, unas furiosas llamas. Aquél reino que era conocido por ser el más próspero y lleno de tranquilidad, estaba siendo consumido por las furiosas llamas, el reino estaba siendo destruido. Dentro del reino se estaba viviendo el mismísimo infierno, gritos de terror, el olor de la sangre mezclada con el olor de carne quemada no era para nada agradable, más la gente corría de un lado a otro pidiendo ayuda, los expertos todavía no habían llegado. Y la mayoría ya había sido aniquilada, por aquél horrible ser.
En el medio de todo el caos que se estaba desarrollando, se encontraba el culpable de todo ese caos, era un ser humanoide, alto, de gran musculatura de cuatro brazos y de doble cara, el se encontraba cubierto de sangre de pies a cabeza. La sangre goteaba de sus manos, a su alrededor se encontraban algunos cadáveres despedazados. Ni se podían identificar.
El era...
El Rey de las maldiciones
Sukuna Ryōmen.
El ser mas temido por todos, se encontraba realmente furioso, esta vez el no sonreía con diversión al ver tanta gente muerta, No, el estaba realmente enojado, no, el estaba sumamente furioso. Así que mirando a la poca gente que quedaban de aquél repugnante reino, decidió terminar todo de una vez por todas.
Miró al suelo, y cerca de sus pies se encontraba aquél humano que le arrebató lo más preciado para el. El humano, era el, ahora ex-rey de ese reino que estaba consumiendo en llamas, El humano se encontraba agonizando de dolor, le faltaban partes de su cuerpo, respiraba como podía. Ya que a un costado de su pecho, tenía encajado una espada. Su vida se estaba apagando lentamente, y de una manera dolorosa. Sus majestuosas vestimentas, ya no se veían tan deslumbrantes. El ser humano miró con terror al ser que se acercaba hacía el a paso lento.
Quería huir lejos de ese ser, pero no podía. No sentía sus piernas, estaba perdiendo la consciencia. Gimió del dolor al sentir como su cabeza era levantada para arriba. Gruesas lágrimas salían de uno de sus ojos, ya que el otro se encontraba cerrado y el cual sobresalía sangre, había perdido el ojo. Al intentar querer huir del rey de las maldiciónes.
Sukuna lo miraba con una gran furia que había crecido dentro de el, pero en su furia escondía un sentimiento que no quería demostrar, un sentimiento que lo estaba destrozando por dentro, lenta y dolorosamente. Por lo tanto utilizaba el sentimiento de la furia para esconder ese sentimiento que lo estaba matando por dentro.
Mientras que el humano miró que su cabeza había sido levantada con la punta del pie de la maldición. El cuál lo miraba con furia
——¡Tu! Sucia basura——empezó hablar sukuna Ryōmen——Sinceramente, la muerte es demasiado bella para alguien como tú.
El humano abría repetidamente la boca, pero de esta no salía ni una palabra, ni un sonido. Se encontraba muy aterrado como para decir aunque sea una palabra. Sukuna chasqueo la lengua, estaba perdiendo su valioso tiempo con una basura que no valía ni siquiera una mirada.
Por lo tanto, para que sufriera aún más, hizo unos simples movimientos con sus dedos y múltiples heridas aparecieron en el cuerpo del humano. El humano grito del dolor. Sus ojos se abrieron aún más al sentir como su boca se abría de más, su quijada se había abría de más, grandes chorros de sangre sobresalió de esta.
Intento parar el sangrado, pero al intentar miró que no tenía dedos en sus manos. Empezó a quejarse sin entendimiento.
Sukuna sin mirarlo paso de largo de el. Tenía que irse, esas molestias estaban por llegar, podía eliminarlas fácilmente, pero no podía perder el tiempo, tenía que moverse rápidamente. No podía dejarla sola por mas tiempo.
Alejándose del humano, se dirigió hacía cierto lugar. El lugar en dónde se encontraba aquél pequeño rayo de esperanza.
Su pequeña esperanza.
Durante el trayecto, miraba todo el caos que había ocasionado en tan pocos minutos. Las casas ardían en las furiosas llamas, aún se podían ver algunos cadáveres, los cuales se encontraban chamuscados y desprendían un olor insoportable, pero eso poco le importaba.
El caminó se encontraba grandes charcos de sangre, al pisar la sangre esta saltaba en pequeñas cantidades que se esparcía en el suelo. En el camino sin darse cuenta había empezado una pequeña y poco notable llovizna. Las pequeñas gotas de agua se mezclaba con la sangre del suelo.
En su camino se encontró con Uraume, el cuál sostenía una muda de ropa y un paraguas rojo. Mientras que caminaba se quitaba sus prendas ensangrentadas y de paso se limpio sus manos. Al tirar su vestimenta al fuego se puso las que Uraume traía en manos.
Paro de caminar, al ver que había llegado a su destino.
Era un palacio que se encontraba en ruinas. En la entrada se encontraban algunos guardias sin vida. Poco le importó, abriendo las puertas, estás al abrirse, rechinaron haciendo un gran ruido dentro del desolado palacio.
Adentrándose, le dijo unas cuantas palabras a Uraume, el cuál dando una pequeña inclinación, desapareció, dejándolo solo en la entrada del frío palacio. Caminó a cierto lugar, sus pasos empezaron a escucharse por el lugar, haciendo eco.
Con sus ojos miraba el mal estado que se encontraba el palacio, chasqueo la lengua del enojo, ¿Cómo se había atrevido a enviarlas a ese horrible lugar?
Hacía bien, si ese humano que se creía rey, ardiera en el infierno.
Dejó salir un suspiro silencioso, pasó por una columna, y de un momento a otro, su apariencia cambió un poco. Ya no tenía su doble cara ni sus cuatro brazos. Se veía un poco humano, aún que todavía tenía unos tatuajes en su cara. Pero era por un bien, así no la asustaría.
Paro de caminar, al ver que había llegado a su destino. Abriendo la puerta se adentro. Y con la mirada empezó a buscarle, y miró algunos cuerpos en el piso mientras que tenían grandes charcos de sangre de bajo de ellos, estaban muertos, pasó de largo, pero no sí antes decir unas palabras.
——Agradezco sus sacrificio...humanos.
Y se dirigió hacía una esquina en dónde se encontraba una cuna de bebé, al acercarse lo suficiente, contempló a la pequeña criatura que se encontraba acostada y la vio despierta entretenida con una horquilla. La cuál reconoció al instante.
Y con la poca luz de la luna entró por la gran ventana, iluminada la fría y desolada habitación, gracias a la poca luz pudo ver mejor a la bebé, la cuál lo miró con sus penetrantes ojos rosas brillantes, un horrible sentimiento se apodero de el, sukuna alzó su mano dispuesto a acabar con esa pequeña e inocente vida.
——Felicidades, por tu culpa...ella se sacrificó, ¡Solo para tenerte a ti!
Pero entonces, el, la miró sonreír y reír a la vez que levantaba ambas brazos hacía arriba, quería ser cargada. Era extrañó, cualquier bebé hubiera llorado de tan solo verlo, pero ella, ella reía alegremente, la miró a los ojos y pudo ver en ellos, una gran inocencia. Una inocencia que muchos carecían.
Cuánta inocencia había en ella.
Bajo su mano lentamente, ya no se atrevía a matar a la bebé, la cuál seguía sonriéndole.
——¿Por qué sonríes? ¿Porque te estás riendo?
Empezó hacer preguntas, preguntas que sabía que no tendría respuesta.
——¿Porque? ¿Porque te eligió a tí?
Puso una de sus manos en la cuna, y con dolor en sus ojos la miró, la bebé seguía sonriendo mientras que seguía sosteniendo la hermosa horquilla. Ella no apartaba sus ojos de el.
——¿Porque? ¿Porque no me eligió?
No entendía porque seguía haciendo preguntas que no se le serían contestadas, pero el quería que al menos una le fuera contestada, quería saber porque ella eligió a la bebé y no a el.
——Quiero entenderte——murmuro con agonía en su voz.
Quería entender la razón de su amada, quería saber porque no lo eligió, porque la eligió a ella por encima de el. Apretó los dientes de la frustración que sentía en esos momentos. Inconscientemente llevó una de sus manos hacía ella, pinchando con uno de sus dedos la regordeta mejilla rosada de la bebé, quién al sentir el tacto de la maldición, río de alegría.
Sukuna abrió los ojos en grande al ver cómo la bebé soltaba la horquilla para así poder abrazar su mano. Y pudo apreciar como la bebé lo miraba sonriendo mientras que abrazaba su mano.
Cálido.
Eso fue lo que el pensó, ella era cálida e inocente. A sus ojos se veía tan indefensa. Sería una presa muy fácil para los depredadores. Ella era la pequeña esperanza de su amada y ahora sería la de el.
——Esta bien, a partir de ahora no dejaré que nadie te lastimé ——murmuró aquél ser.
La protegería, eso estaba más que claro, no dejaría que nadie le lastimé. Ella seria su pequeño tesoro. Sin más la cargó entre sus brazos un tanto torpe, y la abrazo y miró como la bebé se acomodaba entre sus brazos, muy pequeña, pensó el. Tomando la horquilla que se encontraba dentro de la cuna, se la dió a la bebé quién la tomó con sus pequeñas manos. Abrigando la un poco mejor, empezó a caminar saliendo de la habitación. Sukuna nuevamente miraba el lugar. El palacio en ruinas era tan sombrío y frío.
——Al final, los humanos nunca cambiarán. Tú pequeña criatura no serás igual a ellos, yo me aseguraré de eso.
Nuevamente paso por los mismos pasillos para salir del frío lugar. Caminaba de lo más calmado posible, no quería incomodar a la bebé, quién parecía que se iba a dormir. La miró cerrar sus ojos lentamente a la vez que soltaba un pequeño bostezo y cerró los ojos por completó, se había dormido. Su respiración era lenta y calmada.
Al salir completamente del palacio, paró de caminar y frunció el entrecejo al ver a los hechiceros delante de él. Esperándole, todos se encontraban listos para atacarle.
No podía perder el tiempo con esas basuras. Por lo tanto abrazándo un poco más a la bebé en sus brazos. Empezó a caminar, haciendo que los hechiceros retrocedieran un tanto asustados, sukuna paso de largo. Por cada paso que daba, los hechiceros eran asesinados de una forma violenta, algunos quisieron huir, pero al intentarlo morían.
Chasqueando la lengua con molestia, miró a Uraume el cuál tenía una que otras manchas de sangre. Uraume traía consigo en manos algunas pertenencías de la bebé.
Sin más que decir, sukuna empezó a caminar mientras que en silencio Uraume le seguía por detrás.
Ellos se alejaban del infierno que el rey de las maldiciónes había provocado, a la lejanía unas personas miraban todo el caos que había causado sukuna. Uno de ellos saco un arco y flecha, apuntando un poco más adelante de aquellas dos maldiciónes, la soltó. En el transcurso la flecha hizo un sonido por la gran velocidad en la que iba.
La flecha cayó delante de ambas maldiciónes, haciendo que ambos dejarán de caminar, sukuna reconoció la flecha al ver un pequeño listón de color púrpura envuelto en la flecha.
Quiso tomar la flecha y regresarse la al dueño de la flecha, pero se contuvo. Solamente miró hacia donde la flecha había venido y se encontró con esas personas, los cuales solamente dieron una pequeña reverencia y se daban la vuelta para irse. Uno de ellos solamente se quedó inmóvil, mirándolo pero no duró mucho ya que se dió la vuelta siguiendo a sus acompañantes.
Sukuna solamente no le dió mucha importancia, y siguió caminando hacia su destino. El lugar en dónde sería su hogar. Un lugar en dónde nadie lastimé a su pequeño rayo de esperanza.
Pero exactamente ¿que había pasado? ¿Como llegamos a esto?
Retrocedamos unos pocos años atrás.
🥀Hace 16 años atrás🥀
La primera vez que la conoció fue cuando ella tenía 15, ella la nueva princesa heredera de su clan, una hermosa mujer de cabellos rubios como el oro que caían como cascada por lo largo que era. Unas finas pestañas y sus hermosos ojos que dan a conocer de su clan, más estos tenían un color más intenso que hacia que resaltará más. Una piel blanca y suave, quien la viera quería hechizado ante su belleza al igual que su voz.
Aquella hermosa joven, se encontraba danzando en las afueras, fue ahí en dónde la conoció, se veía tan débil e indefensa, sonrió con burla ya que algunas maldiciónes hablaban de lo fuerte que era la bella jovencita. Esas estúpidas y débiles maldiciónes eran una total molestia, la única razón por la que la estaba buscando era porque le había llamado la atención de que era capaz de anular los rituales malditos, sin la necesidad de usar una reliquia bendecida por el dios Apolo.
El dios Apolo era quien dió a luz al clan Kasuga , el pequeño clan que venía de otro continente, hermosos y misteriosos ellos era muy famosa tanto en la vida humana como en la del mundo de la hechicería. Siendo forasteros se asentaron en la cima del poder y nadie estaba contento con eso, muchos intentaron destronar a ese pequeño clan. Pero cualquiera que se le imponía eran Masacrados ellos demostraron su poder y de lo que eran capaces de hacer.
Al estar en la cima eran ellos quiénes mantenían el orden en los demás clanes sobrevivientes. Aunque había otros clanes muy poderosos e importantes, nunca podrían compararse con el del clan Kasuga. Ya que estos eran descendientes del dios apolo y lo tenían todo, fuerza, dinero, poder, talentos, inmortalidad y belleza.
Podrían morir, pero jamás envejecer. Su belleza siempre era eterna para ellos. Por lo tanto; no podían salir mucho al exterior para no levantar sospechas en el mundo humano. Es por eso que siempre se consideran un clan que pocas veces se relacionan con los humanos.
Eran muy reservados.
El siempre quiso pelear contra alguien del clan Kasuga. Ya que, por más que lo intentará no podía entrar al lugar en dónde vivían. Una vez lo intento y todo sus rituales malditos eran anulados. El clan Kasuga tenía una gran barrera que los protegía de los ataques de los invitados no deseados.
Era conocida como la tierra santa del sol.
También cuando intentaba acercarse de más, sentía como su energía le era arrebatada de una manera dolorosa al menos había sentido un poco del poder del dios apolo.
Contemplando un poco más, sukuna miró como ella danzaba en el húmedo pasto, bailaba como sí su vida dependiera de ello. Se preparó para declararle la guerra, pero entonces cuando pensaba dar un paso hacía ella unas raíces con espinas salieron debajo de la tierra en donde se encontraba lo envolvieron por completó.
Eso no lo había vendió venír.
Ni Siquiera había sentido absolutamente nada, levanto la mirada al escuchar unos pasos que venían hacía el, al levantar por completo la mirada se encontró con aquella bella joven.
——Creiste que no me había dado cuenta de tu presencia Sukuna Ryōmen si no me equivocó, eres la maldición más temida en el mundo de la hechicería —— dijo, mientras que se cruzaba de brazos, mirándole molesta .
Sukuna al verla de frente sonrió.
——Jo, así que si sentiste mi presencia.
——Eres un idiota. Cualquiera se daría cuenta de tu presencia con lo enorme que eres, además de que sin importar cuántas veces te laves, el hedor a muerte que desprendes jamás se irá.
Mientras que ella lo sermoneaba, el rey de las maldiciónes se preguntaba el porque no podía romper aquellas raíces, además por más que lo intentará, estás le absorbían un poco su energía maldita.
——¡Ah!, dejame te aviso de una buena vez, que no importa lo que hagas, no podrás romperlas. ¿Son fuertes, verdad? ——río ligeramente al ver como la maldición seguía tratando de romperlas——Sin importar las veces que lo intentes, nunca las podrás romper.
——¿Con que es así? ——como pudo junto sus manos y ella supo lo que trataba de hacer.
——Ah, en serio que tu nunca te rindes.
——Expansión de dominio....¡Relicario demoniaco!
Y entonces en un parpadeo se encontró en el territorio de Sukuna.
——Ya veo, aunque este en mi dominio esto no desaparecerá, ¡Pero que interesante! Te felicitó——sonrió de medio lado, mientras que la veía.
——Oh, siendo alagada por el gran Sukuna es todo un honor. Así que este es tu territorio...si que pega mucho contigo.
Con mucho interés, observó dicho dominio. No pudo evitar pensar que sin duda, el era una maldición demasiado fuerte. No se comparaba con las otras maldiciones con las que había peleado.
——¿Asustada? ——le miró con burla, esperando alguna reacción de terror de parte de la femenina .
——La verdad no——negó con la cabeza——yo he visto cosas peores que este territorio, y por lo que veo no me dejaras salir de aquí. Por lo tanto tendré que usar también mis habilidades——ahora ella sonreía mientras que miraba hacia Sukuna que le miraba con una sonrisa arrogante——¡Preparate!
En su mano izquierda sostenía uno de los adornos que utilizaba para su cabello. Era una hermosa horquilla con hermosas flores de adorno. La horquilla emitió un brilló intenso, haciendo que sukuna cerrara los ojos por la intensa luz dorada que emitía la horquilla.
Abrió los ojos de la sorpresa al sentir algo metálico en su mentón que lo hizo levantar la mirada. Encontrándose con aquellos bellos ojos rosas brillantes. Los cuáles lo miraban con algo de burla, cosa que lo molestó un poco.
——Bien, déjame decirte que te has metido con la persona equivocada——le amenazó con burla.
No debía flaquear, no mentira que sintió miedo cuándo lo vio y sintió su energía maldita. Pero no podía perder su confianza en sí misma, tenía una misión y tenía que cumplirla, no podía retroceder, debía avanzar y pelear.
——Ja, ¿Equivocada? No me hagas reír mocosa.
——Ya veo, me estás subestimando como los otros, bien. Te mostraré que te has metido con la persona equivocada.
Con su bastón dorado, dió tres golpeas al suelo y todo volvió a la normalidad. Abrió sus ojos al presenciar como su dominio había sido anulado por completo. Eso lo sorprendió, bueno al menos una curiosidad ya había sido tachada de su lista.
Entonces para su sorpresa, las raíces desaparecieron. Cuando apenas se sintió libre, sintió un gran dolor a un costado de su estómago. Fue empujado lejos de dónde se encontraba. Rápidamente se incorporó, pero no sirvió de nada ya que nuevamente había sido golpeado.
Se cabreo más al escuchar la risa burlona de la jovencita más unas palabras llenas de arrogancia
——¿No que muy fuerte y no se que más? Tal parece que solamente sabes ladrar y no morder.
Eso lo hicieron enfurecer aún más. Esa chiquilla le estaba sacando de quicio.
——Hahaha, vamos ¡Muéstrame lo que puedes hacer!——le retó con diversión, obviamente no había malicia en sus palabras.
Así que preparándose para golpear nuevamente a la maldición, sukuna también se preparó, el no se quedará atrás. También le golpearía, tenía que regresarle los dos golpes que le había dado. No se iba a contener.
Ambos se miraron, el viento sopló y entonces ambos se atacaron, la bella jovencita esquivaba con mucha facilidad los ataques de la gran maldición. Sukuna hacía lo posible por quitarle el gran bastón, ya que si se lo quitaba, podría usar su dominio, pero por más que lo intentará, ella era demasiado rápida y se alejaba, poniendo una distancia prudente.
Eso ocasionó que sukuna descubrirá una debilidad, una debilidad que no pensaba en utilizarla. Debía quitárselo a toda costa.
——Ni lo intentes, no podrás quitarmelo——al ser descubierta, empezo a ser sincera——Si lo intentas te caerá un castigo divino——le hizo saber, el bastón en su mano brilló y tomó la forma de una citará——Estas son armas especiales que fueron dadas por nuestro dios apolo a nuestra familia. No cualquiera puede empuñarla.
——Jo, entonces solamente tengo que cortarte las manos para que no puedas utilizarlo——posó una de sus manos en su mentón——Diría que es fácil, pero algo me dice que no estás dando todo de ti.
——Vaya...sabes, me encantaría ver qué lo intentarás...¿y que no estoy dando todo de mi? Es verdad, pero tu tampoco estas dando todo de ti.
Sonriendo con soberbia, ambos se prepararon para comenzar a pelear, ninguno daría su brazo a torcer. Ninguno dejaban ninguna abertura, atacaban a diestra y siniestra. Todo a sus alrededores era destruido por la fuerza violenta que ambos ejercían en sus golpes y defensa.
Gritos, risas, cánticos y melodías, era sin duda una rara pero increíble mezcla que había en esa pelea. Quienes presenciaran dicha pelea, quedarían horrizados, pero para aquellos que nacieron con "talento" y "poder" quedarían horrizados.
Dándose un golpe más que hizo que ambos retrocedieran por el gran impacto. Ambos sonreían con diversión. De alguna manera, para ambos le resultaba divertido la situación en que la se encontraban en esos momentos.
——Es la primera vez que alguien me da una pelea sin morir en el primer golpe. Has no sólo anulado mi dominio, también has podido anular cada uno de mis habilidades.
——¿Gracias? Supongo——se encogió de hombros, se sentía tan emocionada——¡Oh! ¡¿Ya es tan tarde?!
Miró como el sol se empezaba a ocultar lentamente. Ya era hora que volviera a casa.
——Bueno, me tengo que ir, la próxima vez terminaré de patearte el trasero.
——Ja, eres muy descarada.
——Gracias, me lo suelen decir a menudo.
La bella jovencita río con algo de gentileza, sukuna rio también, de alguna forma le agrado un poco aquella chiquilla. A pesar que fuera algo descarada y rara.
——Uh, pero antes de irme te mostraré algo~
De alguna manera a sukuna le dió mala espina al ver la sonrisa de la jovencita. Con su bastón dió dos golpes al suelo. El suelo se iluminó por completo, sukuna cerró los ojos por la intensa luz.
——¡Hey! ya puedes abrir los ojos.
——En cerio que ustedes tienen la costumbre de cegar a su oponente.
Al abrirlos se vio sentado en una gran roca mientras que todo a su alrededor era como una hermosa pradera. Pero la única docencia era que las flores eran lycoris radiata y lirios blancos y uno que otras rosas, rojas, y el lago era de sangre en deber de agua normal.
——¿Lindo, no? Ojalá pudiera vivir en un lugar así, obviamente sin el lago de sangre, me gustaría vivir pacíficamente.
Sukuna al escuchar eso resoplo y rodó los ojos desinteresado.
——Exactamente ¿que es éste lugar?——le preguntó mirando a su alrededor, por alguna extraña razón se sentía sofocado.
——Bueno, es similar al extensión de dominio que ustedes y los hechiceros usan, esto podría decirse que es nuestra área, nuestro santuario.
——"No siento nada de energía maldita, bueno era más que obvio" tus palabras y tú forma de pensar me son aburridas.
——Ya entiendo, tu, que en verdad eres una maldición aburrida ~ ——eso hizo que Sukuna la viera ofendido, y ella solamente sonrió.
——Disculpa ¿aburrido yo? Si que no le tienes miedo a la muerte.
——¿Debería? Digo después de todo algún día tenemos que morir.
——Pero ustedes no mueren, y por lo que yo se ustedes no envejecen , pero si mueren si les quitan su preciado corazón.
——Veo que sabes mucho de mi familia. Pero lastimosamente tienes razón en eso. No moriremos al menos que nos quiten nuestro corazón ¡Ah! ‹¡Revelación divina!› ¡Ya se! ¡Cuando cumpla con mi sueño, te dejaré matarme!
Eso desconcentró demasiado a la maldición, ¿había escuchado bien?. Ella se dejaría matar, cuándo cumpliera su sueño, pero exactamente ¿Cual era su sueño?
——Eres bien rara.
——¡Lo se! Muchos me lo suelen decir, no directamente pero lo se, y bueno ¿Que quieres hacer?
——Mas rara no podrías llegar a ser~
Ella río ligeramente, aquella chica había captado completamente la atención de Sukuna.
Paso el tiempo y el en cada momento que podía trataba de tomarla por sorpresa, pero como siempre ella lo descubría primero. Ella solamente ría al ver como trataba de destruir aquéllos fuertes raíces.
——Hahahaha ¡Ya rinde te! ¡No puedes derrotarme!
——¡Maldita mocosa!
——Hahaha.
En ese pequeño periodo ellos se hicieron "amigos" si es que se podia decir si extraña relación . Ya que como de costumbre ella escapaba de su clan para explorar como de costumbre, pero la única diferencia era que Sukuna la acompañaba en sus pequeñas escapadas y le ayudaba a hacer una que otra travesuras.
Aunque en vez de cuándo ambos comenzaban una pelea.
Ella le dio su confianza y el por primera vez dio su confianza a una humana como ella. Ella había entrado sin ni siquiera avisar en sus pensamientos y tal vez la empezaba a ver de otra manera.
Al principio pensó que era normal, ya que solamente tenía el pensamiento de acostarse con ella y ya, pero no, ya no podía tener ese pensamiento, ahora solamente le gustaba estar en compañía de ella.
——¡Sukuna! ——corriendo, ella alzó su mano en forma de saludó, mientras que sonreía.
——Llegás tarde, ustedes los humanos son tan lentos——se burló.
——¿Disculpa? ¿lenta yo? ——ofendida se apuntó, para después llevar sus manos a su cintura ——¡Para tu información, me atrasé porque tengo tantos pretendientes, que muy apenas tengo tiempo para mi! ——refunfuñaba molesta a la vez que apartaba la mirada y miraba el paisaje.
Sukuna al escuchar, lo de los pretendientes, fruncio el ceño, celoso. Si ella era hermosa no lo negaba, era obvió que tendría muchos pretendientes, pero aun así celos, eran celos. Y no le agradaba eso ni un pelo.
¿Porque sentía celos? Era porque sentía una atracción sexual hacia ella, si eso era lo más posible. El quería ser el primero en probarla y sentirla ¿Cierto?
——¿Pretendientes?, Eh, pobre de ellos, si supieran tu verdadera naturaleza, huirían despavoridos——se burló con molestia, aunque él no sabía del porque se había sentido tan molestó.
——¡¿Disculpa?! Para tú información soy un buen partido, además ellos ya saben como soy, además de que mi padre también los ahuyenta ——se llevó una de sus manos a su mejilla, acunando la ——Según el; " Tu futuro esposo, tiene que ser alguien fuerte para que te proteja, que sea comprensivo y que te ame como tu lo ames, y que este contigo en todo momento. Y si no es capaz de hacer unas de esas cosas, ¡No sirve! ¡ni como ser humano, ni como hombre"——dijo todo eso imitando a su padre, hasta en los movimientos——y eso es lo que el me dijo —decía casi sin importancia, pero ella apreciaba mucho a su padre, por eso no podía enfadarse con el.
——Mira que eres bien rara——se volvió a burlar.
——¡Desgraciado!——se velteo a verlo con furia.
——Oh, vamos, sabes que tengo razón.
——¡Ninguna razón, ni que nada!
——Y entonces, ¿te casarás?——le preguntó un tanto indiferente, pero por dentro se encontraba molestó.
——Tal vez si, tal vez no, quién sabe~, últimamente unas personas han venido al pueblo y siempre hablan con mi padre, el patriarca y el no me quiere decir nada. ¡Que injusto!——se quejó, haciendo un puchero.
——Y después dices que ya no eres una niña, pero si te sigues comportando como una mocosa.
Obviamente al decir eso empezó a saltar entre los árboles, ya que la chica lo había empezado a perseguir enojada.
——¡Que no soy una niña! ——le dijo enojada.
El se detuvo y se llevó una de sus manos a su mentón y la miró de arriba y abajo.
——No, pero tu cuerpo ya no lo es——dijo mirándola, y mas sus pechos.
——¡Maldito pervertido!——intento cubrí su cuerpo.
——¡Hahahaha!
Todo enojo se fue y ella también se hecho a reír, nunca pensó que sería amiga de una maldición como lo era el, pero no le disgustaba, si no le agradaba, le agradaba pasar tiempo con Sukuna.
Esa maldición que la llevaría a su muerte.
🥀CONTINUARA🥀
ωωωωωωωωωωωωωωωω
¡Que alguien me maté!
¡Se suponía que este libró seria de un capítulos único, Pero no se como carajos término siendo una maldita historia!
Aclaró que será una mini-historia, o sea tendrá pocos capítulos.
Las letras así: Hello,
Es que quiere decir que están en el presente. O sea que esta dentro de itadori.
Y las letras así: Hello.
Son los recuerdos.
Bueno aquí la imagen de como son ustedes.
Para quienes no la conozcan, es Diana del manhwa: Princesa encantadora.
Es la madre de la protagonista del manhwa, y bueno a mi me encanto su diseño y en su personalidad.
Historia: describiendo.
Si va hacer un historia de poco capitulos, tiene que ser de muchas palabras.
Bueno eso es todo,
¡Voten, si les gustó!
Y
¡Comenten, para saber sus opiniones!
¡Hasta la próxima!
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
¡He vuelto!
Esperó y les guste esta nueva versión.
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