☆•𝐒𝐄𝐈𝐒•✩
☀️ Maratón 2/2 🌻
Mew jugaba con sus dedos y sonreía nervioso al encontrarse en la habitación de Gulf, este sonreía a escondidas mientras lo observaba comportarse tan tímido.
—Calma, mi casa es tu casa —dijo Gulf. Mew lo observó atento y sonrió.
—S-Sí... gracias, P'Gulf —dijo el de lentes.
—¡Vaya! Es bastante nuevo — Mew lo observó confundido —Lo de que me llamen “Phi”, normalmente no me relaciono con menores — explicó el pelinegro.
—Ya veo —respondió Mew.
—Bien, creo que ya está todo —comentó Gulf —Alitas de pollo picantes —Colocó sobre el suelo la caja de alitas de pollo —, mucha pero mucha Coca-Cola. — Ambos sonrieron — Y... — Gulf buscó bajo el colchón de su cama —una película que es triste y romántica a la vez. —Levantó en alto la caja de la película que llevaba por nombre “The fault in our star” (bajo la misma estrella) —¿Olvidé algo? —preguntó, con una sonrisa.
—N-No... — respondió Mew con nerviosismo —me sorprende que hayas recordado absolutamente todo.
—Mis amigos dicen que tengo buena memoria, ¿sabes?
—Creo que están en lo correcto —dijo Mew.
—Bien, ¿comemos? —preguntó el pelinegro.
—Y si... ¿primero ponemos la película? —preguntó Mew.
—¡Oh! ¡Sí! ¡Si! Que distraído soy haha— Mew rió enternecido por aquello —carajo —susurró Gulf para sí mismo.
Luego de poner la película y apretar el play para que iniciara su reproducción, Gulf volvió a su lugar en el piso, a un costado de Mew. La caja con las alitas de pollo picante se encontraba en el centro y dos sixpack de coca-cola se encontraba un poco más al frente de la caja con las alitas.
Ambos se encontraban con sus piernas estiradas, siendo Gulf unos cinco centímetros más grande que Mew, ambos hombro con hombro a una distancia de menos de diez centímetros que se interponía entre ellos. Mew miraba atentamente la pantalla, perdido entre la trama de la película, Gulf observaba la pantalla por momentos pero por momentos también observaba a Mew y sonreía al mirarlo tan atento y absorto en aquel mundo.
Pensaba que seguramente Mew muchas veces habría querido simplemente estar así, en paz, su sonrisa emocionada lo era todo en ese mundo, el sonrojo en sus mejillas en las escenas que los protagonistas se volvían tímidos. Gulf volvió a sonreír quizá ya por vigésima vez al observar el nerviosismo en la sonrisa de Mew al momento en que los protagonistas se daban su primer beso.
—Su amor es muy puro — Mew rompió el silencio y lo sacó de su ensoñación al girar su rostro hacia él.
Gulf parpadeó y asintió de inmediato —Lo es —respondió, en un suspiro —. Tú... ¿te has enamorado alguna vez?
Mew no lo miró, simplemente guardó silencio y suspiró, inclinó su rostro y jugó con sus dedos un momento — N-No... creo que es porque sé que nadie podría fijarse en alguien como yo, entonces no me tomo la molestia de siquiera intentar ver a alguien de esa manera.
El de piel canela sintió un pesar en su corazón, sintió coraje, vaya autoestima la de Mew.
—No pienses así. En el mundo hay una persona para todos, recuerda que el amor no se ve, tampoco se encuentra con los ojos, ambas cosas se hacen con el alma. Además... tú eres guapo —dijo, casi en un susurro.
—Phi...
—¡I-Iré por más alitas! — Gulf de inmediato se puso de pie y salió de la habitación.
Mew sonrió emocionado y con su corazón latiendo al mil por aquello. Esbozó una risita al observar la caja con todavía cinco alitas de pollo en su interior, negó con la cabeza y regresó su atención a la película.
•
—Me considero como Hazel Grace —dijo Mew, Gulf lo observó atento y regresó su mirada a la gran pantalla —. También considero que todo puede solucionarse con una disculpa.
—¿Sí? ¿Qué hay de la venganza? — Mew río.
—Creo que no lleva a nada bueno, ¿sabes? Si ella hubiera querido vengarse del señor VanHauteng lo hubiera hecho publicando en su muro que era un maldito escritor retirado y amargado que vivía su vida de la peor forma posible luego de haber escrito un libro magníficamente hermoso que llegó al corazón de muchas personas pero que para él ahora simplemente fué un libro sin un sentido alguno.
—Wow — Gulf rió —. Creo que tú sí te hubieses vengado de él. — Mew negó mientras reía —Hace unos segundos tenía dudas pero ahora estoy completamente seguro de que te leíste su libro, ¿verdad? — Mew cubrió su rostro con ambas manos y comenzó a reír —¿Mew? —preguntó Gulf entre risas —¿Sí lo leíste? — Volvió a reír. Gulf continuó preguntando mientras daba pequeños pellizcos en los costados de Mew.
—¡No pude evitarlo! ¡Un dolor imperial es el libro perfecto para una persona como yo!
—¿Una persona como tú? —preguntó Gulf con cuesta curiosidad. Mew asintió mientras acomodaba su camisa —¿Y cómo es una persona como tú? —siseó bajito.
—Un Marginado — Mew suspiró luego de decir aquello, causando un nudo desagradable en el estómago de Gulf. —Ellos eran marginados gracias al cáncer... yo lo soy gracias a mi hermano... — Gulf guardó silencio pero permaneció observando a Mew —sin duda alguna yo soy Hazel Grace.
La música romántica comenzó a sonar, en la pantalla se mostraba la escena en la que los protagonistas tenían su primera vez en la intimidad. Mew observaba aquello con un sonrojo en sus mejillas y lágrimas acumuladas en sus ojos. Gulf parpadeó y miró hacia el suelo, guardó silencio durante un momento.
—Entonces déjame ser tu Augustus Waters —susurró, colocando su vista en la pantalla y jugando con sus dedos.
Mew giró su rostro hacia él y lo observó con sus ojos bastante expandidos —¿Q-Qué?... ¿qué fue lo que... di-jiste?
—Si tú eres Hazel Grace... yo seré tu Augustus Waters, Mew.
Ambos sonrieron, sus corazones latiendo con frenesí, el nerviosismo inundando sus venas. Las palabras salían sobrando, Mew se limitó a asentir y a mirar fijamente aquellos hermosos orbes marrón, no sabía qué era en realidad lo que sentía, o quizás sí pero se negaba a creerlo. Es que tenía que ser imposible que Gulf le gustase, claro estaba que su Phi ya había demostrado que él no lo miraba como lo hacían los demás, pero aún así, Mew no podía evitar tener miedo.
Miedo de sí mismo y de su apariencia, pues después de todo él no dejaba de ser un Marginado.
—Muchas gracias por lo de hoy, phi, realmente me la pasé muy bien contigo. —Agradeció Mew.
—Ni lo menciones, también me gustó tu compañía, pero tengo que irme. Le prometí a mis amigos que los vería a las ocho y ya son las nueve, gracias por haber aceptado ir conmigo, Mew.
—Las gracias debería darlas yo —Sonrió.
—Ya lo hiciste, así que estamos bien, ¿de acuerdo? — Mew asintió. —Nos vemos, Mew.
—Adiós, phi.
Gulf salió de la habitación de Mew, sí, lo había llevado hasta su habitación, según él para evitar otro ataque de San hacia el menor.
Al bajar a la sala al primero que se encontró fué al protagonista de sus recientes furias: San.
—Bien, estoy harto de esto, dime, ¿qué rayos sucede? —preguntó molesto.
—Mira, San, no creo que sea asunto tuyo —respondió Gulf.
—Dime de una maldita vez ¿qué sucede contigo y mi hermano?
—¡Ah! Que curioso ¿Ahora sí es tu hermano? —preguntó Gulf con un notorio sarcasmo. —Qué irónico.
—¡Diablos! ¿Te gusta? ¿Es eso? ¿Él te gusta?
—San, déjame decirte una cosa: no tiene absolutamente nada que ver contigo. Te lo repito ya que al parecer no te ha quedado claro —dijo Gulf.
—¡Oh Rayos! ¡De verdad que te gusta! — Se echó a reír. Gulf enarcó una ceja y se cruzó de brazos —Pero que equivocado estás, querido Gulf. Eres muy hermoso como para desperdiciar tus gustos en alguien como él... aunque creo saber lo que en realidad sucede.
—A ver — Gulf rodó los ojos —. Apuesto mi vida a que me harás reír. Dime, ¿qué es lo que sucede en realidad?
—Simple, soy yo a quien quieres — Se encogió de hombros y Gulf esbozó una pequeña risita.
—¿Disculpa?
—Pero como anteriormente me dijiste que no eres gay, que salías solo con chicas, tienes miedo que ahora te rechace solo por ello, entonces buscas al fracasado de mi hermano para acercarte a mí poco a poco o para al menos tener la versión barata de mí. — San caminó hacia él, dejando unos escasos centímetros de distancia entre ambos —Pero, oye, cariñito, créeme que él no es como yo.
—Eso me consta —respondió Gulf, con seguridad y firmeza.
—Si quieres al real, estoy aquí, tómame, yo puedo ser tuyo si lo quieres. —Intentó besar a Gulf, pero éste fué más rápido y le dejó ir un puñetazo que lo hizo retroceder.
—¡Nunca en la vida me había topado con alguien tan horrible como tú!, estás chiflado. Por supuesto que no te quiero a tí, de hecho, San, me resultas bastante repulsivo, tu hermano es tranquilo y buen chico, pero tú!... — Gulf lo observó de pies a cabeza —eres tú quien es el verdadero perdedor.
—¡¿Qué dijiste?! —espetó furioso.
—¿A poco la maldad no te deja escuchar? ¿Quieres que lo intente de nuevo?, ¡¡Bien!! — Gulf acomodó su chaqueta —¡NO.ME.GUS.TAS.! ¡ME RESULTAS REPULSIVO! ¡La manera en que tratas a tu hermano me da asco, él es un chico bastante inteligente y listo, él sin duda logrará muchas cosas. En cambio tú lo único que haces es manipular a todo el mundo para que sean tus marionetas! Y sí, cierto, ¡NO SOY GAY!, y si algún día tuviera que llegar a serlo, ¡créeme que sería por una persona como tu hermano, jamás por una persona como tú, porque él lo vale, sin embargo tú no vales ni siquiera un centavo partido por la mitad!
—... — El pecho de San subía y bajaba y la furia se notaba en sus ojos, ambos ardían con intensidad, sus puños estaban apretados mientras sostenía su mejilla golpeada.
—Y un último consejo, vete olvidando de tu relación con Krist pues no creo que luego de saber esto él quiera continuar al lado de alguien como tú, que pena que haya tenido que descubrir su sexualidad contigo.
—¡¡Cállate!! ¡Él jamás te lo creería!
—Bien, San, como tú digas, pero ya veremos. Con permiso. — Gulf se giró sobre sus pies y caminó hacia la salida, un portazo fué lo que se escuchó seguido del ruido de la motocicleta al arrancar.
San miró hacia las escaleras y bufó con rabia —¡Maldito fracasado! ¡Maldito! —Golpeó la mesa de la sala —¿Cómo pudo escogerte a tí y no a mí? —Bufó —Bien, Kanawut, está bien, esta no te la perdono, ¿te gusta Mew? Correcto, sufre por él entonces. — San sacó su celular y marcó el número de su padre.
—Hola, San. Aún estoy trabajando, ¿sucede algo? ¿Todo bien en casa? — preguntó Chai, preocupado.
—Eh s-sí... o bueno...
—San, ¿todo bien? — La preocupación de Chai incrementó.
—Padre, es Mew... no te creerás lo que acaba de suceder.
—¡Ay, San! ¿Y ahora qué?
—Padre, yo llegué de hacer las compras de la comida y encontré a Mew con un chico en su habitación, el mismo que es el líder de la banda motociclista de la universidad.
—¿Con el que se escapó la ocasión anterior?
—El mismo, padre. Estaban fumando y bebiendo, toda la casa huele a alcohol y cigarrillos, intenté decirle que estaba mal pero él se molestó mucho, incluso el tipo me golpeó en la cara.
—¡¡¿QUÉ?!! ¡¿Y MEW NO HIZO NADA?!
—Es la peor parte, él dijo que me lo merecía por ser un maldito entrometido. Padre, estoy muy preocupado por Mew.
—San... ¿estás seguro de lo que me dices?
—Completamente seguro, padre.
—¡Dios! ¿Por qué ese chico se estará portando tan mal últimamente? — San escuchó el suspiro pesado de su padre al otro lado de la línea y sonrió satisfecho.
—Pues... también quisiera saberlo padre, pero siento que se está pasando del límite, me preocupa demasiado.
—Lo entiendo, San. Muchas gracias por decírmelo, eres un muy buen hermano.
—Tres segundos, ¿recuerdas?
—Lo recuerdo — Ambos rieron —. Déjalo así por ahora, yo me ocuparé de todo al llegar a casa esta noche.
—De acuerdo, padre. Te quiero mucho, por favor cuídate y no te estreses demasiado.
—También te quiero, San. — La llamada finalizó.
San tiró el celular sobre el sofá, caminó hacia el refrigerador y sacó un pequeño jugo de caja, caminó a sentarse en el sofá y suspiró aliviado, llevó a poner una pierna sobre la otra y permaneció observando la ventana que daba a la calle.
De pronto escuchó a Mew que bajaba por las escaleras, este iba emocionado pero al verlo toda aquella emoción se esfumó. San rió irónico al darse cuenta de ello.
—¡Vaya! También me alegro de esa forma cuando te veo, hermanito — Dijo, con sarcasmo.
—Como si yo fuese a creerme ese cuento —soltó Mew, yendo hasta el refrigerador y tomando su vaso con jugo de zanahoria, dió un sorbo a este y su labio inferior quedó manchado —. Voy a la biblioteca, necesito unos libros más acerca de las constelaciones y recuerdo que los tienen en la biblioteca de aquí cerca.
—Lárgate, como si me importara que te vayas, de hecho, la casa se siente mejor sin tí. — Mew rodó los ojos.
—Lo sé, te da igual, aún así mi padre me ha pedido que te informe a donde vaya, ni siquiera entiendo ¿por qué tres segundos hacen la diferencia?
San parpadeó y lo ignoró, Mew tomó su abrigo pues hacía un poco de frío y tomó la manecilla de la puerta, San lo observó mientras hacía todo eso, la mancha de su jugo de zanahoria aún estaba sobre su labio inferior.
«La forma en que tratas a tu hermano, me da asco»
Frunció el ceño al recordar las palabras de Gulf, su corazón dolió y aquello le enfureció. No iba a negar que Gulf le gustó desde que lo vió, pero ¿por qué tendría que importarle lo que ese chico piense de él?
«¡Por supuesto que no te quiero a tí, de hecho, San, me resultas bastante repulsivo, tu hermano es tranquilo y buen chico, pero tú!... eres tú quien es el verdadero perdedor.»
Se puso de pie mientras Mew terminaba de colocarse su abrigo y acomodaba su gorro de alien, el de lentes lo miró fijamente al darse cuenta que estaba de pie, mirándolo pero sin decir absolutamente nada, Mew parpadeó y se dió la vuelta con la intención de salir.
—Espera... —habló San, Mew hizo chillar la suela de su zapato al detenerse —límpiate... aquí. — San tocó su labio inferior en demostración a Mew —Está manchado de tu estúpido jugo de zanahoria.
—Oh... g-gracias —dijo Mew, con una sonrisa y sacó su pañuelito de aliens de su bolsillo, lo pasó sobre su labio inferior para limpiar y volvió a mirar a San con una enorme sonrisa que mostraba toda su perfecta dentadura.
—Lárgate — Fué lo único que San dijo.
—¿Eh?, a-ah sí, ahora mismo —respondió —. ¡Volveré temprano!
Lo que para San fué algo sin valor, algo que hizo únicamente por las palabras de Gulf, para Mew fué una luz en el camino, una esperanza que le gritaba en su interior que existía la más mínima posibilidad de que San aún lo quisiera, un rayito de esperanza que le pedía que tuviese fé en que San podría cambiar y que ambos volverían a ser los hermanos que se amaban, así mismo como cuando eran niños. Pero... cuan equivocado estaba... en realidad, lo peor estaba por venir.
______________________________________
¿Quién más siente una infinita ternura
por nuestro bebé Mew?
Bueno bebés, estaré esperando por sus comentarios y sus opiniones al respecto del capítulo.
Vayamos preparando los pañuelitos porque no crean que la maldad de San se acaba aquí.
Espero les haya gustado el maratón y el acercamiento de nuestros bebés, de nuevo mil gracias por su apoyo y mensajitos de ánimo, me hicieron sentir bien cálido y querido mi corazón, gracias por todo bebés. ♡
Sin más por decir, nos leemos en el próximo cap.
Besitoss
♡•Jeff Suppasit•♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro