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☆•𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋•✩

Cansados y sudorosos llegan al final de las escaleras, Mew continúa corriendo con desesperación. Quiere ver a su hermano, quiere ver que esté bien, sus lágrimas caen a medida que corre más y más rápido.

—Gulf, él estará bien, ¿verdad? — El mayor divaga solo un poco, suspirando y esperando dar una buena respuesta a Mew, pero realmente no encuentra alguna.

—N-No lo sé, Mew. Esperemos que sí y que todo haya funcionado.

Al llegar por fin al lugar en el que San se tiró, suspira un tanto aliviado, pues alrededor de siete médicos están atendiendo a su hermano ya adentro de la ambulancia, esta misma preparándose para iniciar su camino rumbo al hospital. Hay más de cinco autos de policía y tres ambulancias, dos más, aparte de la que llevará a su hermano. Todos los autos de policía rodean a dos metros de distancia la enorme "cama inflable", la misma en la que San cayó al tirarse. Incluso la sangre por el corte en la garganta de San, aún puede verse en ese inflable.

—¡S-Señorita, ¿cómo está?! —pregunta preocupado. Una de las doctoras que atendió inmediatamente a San desde que este cayó, se acerca a Mew y lo aleja un poco de la multitud.

—Aún respira, gracias a la atención inmediata hemos controlado el sangrado y será llevado a urgencias para someterlo a cirugía. Debo irme. — La doctora de urgencias vuelve a la ambulancia. Mew suspira aliviado y camina hacia la acera de la universidad.

—¡Mew! — Los chicos corren hacia él, Jin es el primero en abrazarlo y seguido de él lo hace Jimin. —¿Estás bien? ¿No te hizo daño? — Se aleja solo un poco para empezar a revisarlo, Mew sonríe.

—Dentro de lo que cabe, yo estoy bien. Solo un poco mareado. — Todos sonríen aliviados, incluso Tee y Darvid están ahí.

—Creí que te perdería —susurra Gulf. Mew se pone de pie y tira de él para abrazarlo.

—Pero no lo hiciste, amor, aquí estoy, estoy bien. — Sujetando con suavidad su mentón, lo acerca a él y da un beso suave en sus labios.

Jin suspira profundo, pero sonriendo por su amigo, está bien y ahora por fin ya todo terminó. A pesar de todo, se siente feliz por Mew.

—Chicos, necesito su declaración, y saber cómo pasó todo. — El jefe de policías se acerca a ellos, es el mismo policía que llevó a Mew a la dirección por lo de la hierba encontrada en su casillero.

—¿Todo? —pregunta Pray.

—Mmm, sobretodo el cómo lograron conseguir 4 camas inflables a la vez, y tantas ambulancias para un solo lugar. — Todos comparten miradas cómplices y sonríen de lado.

—Bien, le contaremos todo, pero venga con nosotros a la ambulancia en la que revisarán a Mew —dice Gulf. El policía observa a Mew, este está todo golpeado y con su rostro lleno de sangre, asiente y saca su libreta para anotar todo lo que estos chicos le digan.

Comienzan a caminar atrás de Mew, este camina junto a Gulf, ambos tomados de las manos. Llegan a la ambulancia y la doctora que ya espera por Mew, comienza a atender sus lesiones.

—Bien, señor. Déjeme contarle —habla Gulf. —Todo fue así...






Flashback, minutos antes.


—Gulf, si no quieres que haga nada loco, ¿puedes ayudarme? — La mirada de Gulf es de sorpresa, pero sin dejar pasar mucho tiempo, asiente.

—P-Por supuesto, Mew. ¿Qué planeas hacer?

—San está esperando por mí, en la azotea de la facultad de ciencias. — Gulf frunce el ceño.

—¿I-Irás?...

—Sí

—¡Mew!

—Escúchame, iré, pero no iré sin seguridad, estoy seguro que no planea nada bueno. Así que, quiero que me ayudes en esto, llama a la policía y llama a una ambulancia.

—¿Q-Qué?... ¿por qué? ¿U-Una ambulancia?

—Gulf, — Mew lo toma de ambos hombros —conozco a mi hermano, y si me espera en la azotea, créeme que más de alguno tendrá que caer por ahí. No podemos salir ilesos de esto, sin importar quién de los dos sea el que caiga, no puedo dejar que muera.

—Mew, por favor no vayas.

—Escucha, no importa cuánto tengas que insistir, pídeles que pongan algo abajo para amortiguar la caída. Convéncelos de que hay un 98% de probabilidades de que alguien caiga de esa azotea, ¿me entendiste? — Gulf asiente. —Debemos cubrir los cuatro puntos de caída de ese edificio, no puedo hacerlo porque mientras más me tarde, San sospechará de que he planeado algo y quien sabe cómo reaccione. ¿Puedo confiar en tí?

—Por supuesto, Mew. Puedes hacerlo. — Ambos se acercan al otro y luego de compartir un fuerte abrazo, unen sus labios en un beso, no es intenso y tampoco apresurado.

Ambos temen. Gulf no quiere perder a Mew a manos de San, pero sabe que esto es algo que tiene que hacer por sí solo, tiene que afrontarlo solo y por fin acabar con ese pleito eterno. En cambio, Mew teme que todo salga terriblemente mal allá arriba, tiene un mal presentimiento de esto, pero no puede echarse para atrás, él sabía que este momento llegaría tarde o temprano, y debe afrontarlo.

Ambos terminan el beso y recuestan sus frentes en la contraria, con sus ojos cerrados y sus manos en las mejillas del otro. No quieren que parezca de esa forma, pero se siente como una despedida.

—Todo estará bien, ¿sí? — El menor besa su frente.

—Cuídate mucho, por favor.

—No me dejes morir, Gulf.

—No lo haré, cariño. Prometo que ese inflable estará ahí, te lo prometo, pero por favor, no permitas que te haga nada. — Ahora es Mew quien asiente.

—Te amo, Kanawut. — El mayor sonríe.

—Yo te amo aún más, mi amor. — Dedicándose bonitas sonrisas labiales, ambos vuelven a compartir un beso lleno de amor, ladeando sus cabezas y transmitiendo sus sentimientos en el.

Dura tan solo unos segundos, luego de los cuales ambos se separan al mismo tiempo. Mew es el primero en alejarse pero sin soltar sus manos, van separándolas poco a poco pues ninguno quiere dejar ir al otro, pero saben que tienen que hacerlo. Mew termina por soltarse de Gulf e inicia su camino hacia el edificio de Ciencias.

Kanawut comienza a correr en busca de los doctores que venían en la ambulancia que atendió a Yoon Shi, pero estos ya no se encuentran, pues de inmediato habían llevado a Yoon al hospital.

—¡Gulf! ¿En dónde está Mew? —pregunta Jin.

—Fue con San.

—¡¿Q-Qué?! — Jimin, Jin, Pray y los otros dos, gritan al mismo tiempo.

—¿Por qué lo dejaste ir? ¿Estás loco?

—Jin, no quería que fuera ahí, ¡no quería! Pero él tiene que hacerlo... y debemos confiar en él.

—¡¡Puede matarlo, Gulf!! ¡¿No lo entiendes?! — NamJoon sujeta a Jin, pues este se encuentra histérico a la vez que llora desesperadamente.

—¡Lo entiendo! Pero Mew me pidió que confiara en él. Tiene un plan... — Todos se le quedan mirando con atención, Jin intenta calmar su histeria y se suelta de Nam.

—¿Un plan? —cuestiona Jimin. Gulf asiente.

—¿Pueden ayudarme? — Todos los presentes asienten, Nikita va llegando a ellos, pero también asiente.

—E-Está bien, sí. ¿Qué debemos hacer? —dice Jin. Gulf remoja sus labios y acomoda su cabello.

—Bien, esto es lo que debemos hacer...






Para cuando ya han transcurrido por lo menos unos veinte minutos, los chicos están llamado cada uno una ambulancia, esto como medida de que no vayan a atenderle la llamada a alguno.

Mientras los demás llamaban a las ambulancias, Gulf, NamJoon y Jin, llamaban a la policía.

—¿Un inflable? —pregunta, la trabajadora de la línea de atención al cliente, de la policía.

—Sí, señorita, un inflable de esos que usan para prevenir las caídas desde grandes alturas.

—Jóven, si esto es una brom--

—¡No lo es! —grita Gulf —.  Escuche, mi amigo está a punto de tirarse de un edificio y yo no quiero que muera, ¿entiende eso?

—¿Se trata de un suicidio?

—¡Sí! ¡Un intento de suicidio!

—E-Está bien, en este momento enviaré una unidad hacia la universidad.

—Gracias. — Finaliza la llamada. Guarda su celular y camina hacia Jin, quien aún está intentando que atiendan su llamada. —¿Y bien?

—Nada, —responde frustrado —no me creen, dicen que a diario reciben llamadas al respecto de que alguien va a suicidarse, pero simplemente son bromas.

—Mierda.

—¡Conseguí uno! —dice NamJoon, acercándose rápidamente a ellos, con el celular aún en su oreja.

—Perfecto, tenemos dos. Nos quedan dos.

—¡Nosotros también conseguimos uno! — Darvid y Tee, se acercan a ellos con una bonita sonrisa de labios.

—¿Q-Qué, ustedes cómo?...

—¿Cómo sabemos? — Darvid se adelanta.

—Los escuchamos antes, y decidimos ayudar —dice Tee, todo orgulloso él. Los chicos sonríen en muestra de un silencioso agradecimiento —. Conseguimos uno cada uno, así que ya estamos completos.

Alrededor de díez minutos después, los autos de policías van llegando a la universidad, del que encabeza la fila, se baja un policía que a leguas muestra su disgusto por la situación

—¿Quién llamó? —pregunta, con seriedad. Gulf y los demás voltean a ver hacia todos lados.

—Pues...

Nosotrosdicen, todos al mismo tiempo. El oficial los observa con escepticismo y curiosidad.

—Bien, ¿en dónde está su amigo?

—Están allá arriba —dice Jimin.

—¿Están? —cuestiona la autoridad. Los chicos asienten. —Mierda. ¡OIGAN, VAMOS A COLOCAR CADA UNO DE LOS INFLABLES EN LOS CUATRO PUNTOS DE CAÍDA DEL EDIFICIO! ¿ENTENDIERON?

—¡SÍ, SEÑOR! —responden, los demás oficiales.

—Y ustedes, quédense aquí, ya no se metan más en esto. A partir de ahora, nosotros controlamos la situación, ¿está claro? — Todos guardan silencio —dije: ¡¿está claro?!

—Sí, señor —responden esta vez.

Tiempo después, el radio que descansa sobre la bolsa de la camisa del policía, suena recibiendo el mensaje de que los cuatro inflables ya están ubicados en sus debidas posiciones, el policía gruñón asiente y llama a otros cuatro policías para que vayan con él.

—Subiremos para intentar ayudar un poco. — Los demás policías se acercan a él para entrar al edificio de Ciencias, pero, en cuanto dan el primer paso hacia el edificio, el arma cae desde arriba rebotando en el inflable y terminando en el suelo.

—Es un arma —informa uno de los doctores que está junto al inflable.

—M-Mew... —sisea Gulf, no deja pasar segundo alguno y comienza a correr a toda prisa hacia el edificio. Ignorando por completo los gritos del policía que le pide que se detenga.

Los policías corren tras él, Jin intenta seguirlo, pero NamJoon lo detiene. Tan solo unos minutos después, el cuerpo de San cae en el inflable alertando a todos los presentes.

—¡MEW! —gritan Jimin y Jin, corriendo hacia el enorme inflable, sintiendo un enorme alivio al percatarse de que no es su amigo quien ha caído.

Más, sus ojos observan expectantes a San. De forma inmediata los doctores comienzan a atenderlo, controlando el sangrado en su garganta y la herida en su pierna, brindando las necesarias atenciones para él.

Fin del flashback


—Y eso fue todo... —dice Gulf.

—Chico, ¿qué sucedió allá arriba? —pregunta el oficial a Mew. El peliazul suspira a la vez que divaga con su mirada.

—Mi hermano se dio cuenta de la clase de persona que ha sido todo este tiempo, forcejeamos por el arma. Dígame tonto, señor, pero no quería dejar que muriera, él no podía con la culpa... y en cierta parte también me sentí culpable de verlo así...

—Mew, no... no tienes la culpa —habla Gulf. El menor sonríe tristemente y guarda silencio, Gulf se acerca un poco más a él, para abrazarlo —está bien, todo terminó, ya todo terminó, tranquilo.

El policía cierra sus ojos y recuerda el momento en que vio a Mew reaccionar ante su padre, realmente parecía sorprendido, pero aún así este había ideado un plan para que su hermano, ese hermano que había dedicado toda su vida a simplemente lastimarlo, no muriera.

Eso, simplemente demostraba que ese chico no era para nada como su hermano o como su padre.

—Gracias por no dejarme morir —susurra Mew, Gulf sonríe y vuelve a abrazarlo.

—No hubiera podido hacerlo sin ellos — Señala a los chicos.

Todos se acercan a él y comienzan a abrazarlo, creando un bonito círculo de abrazos en el cual dejan a Mew y Gulf en medio. Darvid, Tee y Nikita, se unen a ese abrazo, transmitiendo la alegría de que Mew esté bien y de que todo esto haya acabado por fin.

El jefe de policía sonríe ante tal escena y decide que volverá después, es mejor dejarlos ahora, ese chico merece ser feliz y llevar una vida tranquila, lo cual podrá hacer a partir de ahora. Con una sonrisa casi invisible, comienza a retirarse de ahí.





Mew y Gulf se encuentran en la habitación de hospital, de Yoon Shi. El cual afortunadamente no murió gracias a que los doctores llegaron a tiempo, y, a pesar de que la cantidad de veneno que había en la botella era letal, pudieron controlarlo con un lavado gástrico, el cual por fortuna pudo resistir.

Aún así, tuvo que ser guiado a un coma inducido para que su cuerpo pudiera resistir los daños que el arsénico había causado en su organismo. Aunque Yoon Shi viviría, tendría consecuencias graves de por vida, producto del veneno que había ingerido.

Mew tenía vendada su cabeza y la parte de su abdomen. Tanto él como Gulf, se encontraban dormidos en el sofá de la habitación. Mew sobre el pecho de Gulf.

En ese momento la puerta se abre dejando ver a un Chai que a pasos lentos entra a la habitación, con un cambio de ropa para Mew, pues su hijo había corrido al hospital luego de ser atendido por los médicos en la universidad, y desde ese día (ayer) no cambiaba su ropa. Acarició la suave tela del suéter negro que iba por encima del pantalón y la camisa que había escogido para Mew, caminó hacia el sofá. Observando durante unos momentos a su hijo profundamente dormido, contemplando su cabeza vendada, tragó grueso en un intento de disminuir el nudo en su garganta, pero era imposible.

—Perdóname —susurra en voz baja. Gulf abre sus ojos de golpe, pero cuidando de no mover bruscamente su cuerpo para no despertar a Mew.

—S-Señor, Chai — Su voz suena ronca debido a la siesta que acaba de tomar.

—Gulf, ¿t-te desperté? — Sonríe de lado. El moreno le dedica una sonrisa, por primera vez desde que lo conoció.

—E-Está bien, no se preocupe. — Chai asiente —¿Cómo está San? — Los ojos de Chai ya no son capaces de retener tantas lágrimas acumuladas, muerde su labio para intentar recobrar fuerzas, e intenta sonreír.

—Todavía no lo sé... el doctor no ha dicho nada, sigue en cirugía. Y-Yo... solo vine para darle esta ropa a Mew, ¿podrías dársela tú? — Le extiende la ropa.

—Señor, con todo respeto, pero si ya vino hasta aquí, ¿por qué no se la da usted?

—Él no quiere verme, ¿y si me pide que me vaya?

—Señor Chai, Mew no es esa clase de persona, no es como usted o como San, y perdone que lo mencione ahora. Mew podrá perdonarlos, pero yo no, aún así, sé que él no es como yo, así que entréguele esa ropa usted mismo. ¿De acuerdo?

—D-De acuerdo.. 

Gulf comienza a acariciar la mejilla de Mew intentando despertarlo, mueve un poco su cuerpo para intentar sentarse, entonces recibe un gruñido de Mew como respuesta ante ese movimiento.

—Mew, tu padre está aquí, despierta. — El menor abre solo un ojo, mirando fugazmente a su padre y volviendo de inmediato su vista hacia Gulf, todavía muy adormecido. —Tu padre, Mew, está aquí.

—O-Oh... Chai, lo lamento, es solo que el dolor de cabeza, yo, tengo mucho sueño. — Su padre asiente comprensivo, nervioso porque por primera vez no sabe cómo hablar ante su hijo, es decir, es su hijo pero se siente tan inalcanzable, la culpa lo carcome, lo mata por dentro.

—Está bien, hijo, te traje ropa. No te has cambiado desde ayer.

—Sí, gracias. ¿Ya sabes cómo está San?

—N-No, aún no. ¿Quieres venir conmigo para cuando el doctor dé el diagnóstico? — Propone Chai.

—No, me quedaré aquí con Yoon Shi, pasaré a hablar con el doctor de San después.

—Mew--

—Iré después, Chai.

—D-De acuerdo... ¿podemos? — Su voz se corta —¿podemos hablar? — Gulf frota su mano en el hombro de Mew y asiente.

—Yo iré por unos cafés, ¿ok? — Esta vez es Mew quien afirma con su cabeza. —¿Usted quiere uno, señor?

—N-No, gracias...

—Bien. — Gulf se pone de pie y sale de la habitación.

Padre e hijo se quedan en un profundo silencio, Mew se mueve hasta el rincón del sofá y palmea el otro extremo indicándole a Chai que tome asiento ahí. El padre lo hace un poco lento, con movimientos torpes al principio pero termina por tomar asiento junto a Mew.

—¿Estás bien? — El chico es el primero en romper el silencio. Luego de parpadear unas cuantas veces, Chai responde.

—No, verdaderamente no lo estoy, y-yo... no puedo entender cómo todo terminó hasta esto, ¿cómo llegamos hasta aquí? Fue mi culpa, Mew, todo esto es mi culpa. Yo me obsesione con cuidar a San por lo que Tod... — Chai guarda silencio de la nada, recordando que Mew no sabe de esto.

Sin embargo, Mew inclina su cabeza posando su vista en el piso. —Por el abuso del tío Todd — Concluye. Chai se le queda mirando incrédulo y sorprendido.

—¿T-Tú c-cóm-mo lo sa-sabes? ¿San te lo dijo? — Mew asiente.

—Sí, él lo dijo. Pero extrañamente ya lo sospechaba, es decir, hace apenas unos días pero, temía que fuera verdad. ¿Por qué no lo sabía, Chai? ¿Por qué ni tú ni San me dijieron nada?

—Eso... hijo, tú esa noche fuiste... d-drogado y estuviste en el hospital también.

—¡¿Q-Qué?! ¿Drogado? Ahora todo tiene sentido...

—Sí, — El padre traga grueso y cerrando sus ojos se arma de valor —Todd puso una pastilla para dormir en tu leche y por eso no podías despertar. — Una casi invisible sonrisa se dibuja en el rostro de Mew, negando varias veces.

—Es mi culp--

—No, Mew, no es culpa de nadie... nadie más que Todd. — Chai toma ambas manos de su hijo y comienza a acariciar los dorsos de estas.

—Esa era la leche de San — Suelta de una sola vez. Dejando en un completo silencio a Chai.

—¿A-A qué te refieres?

—A que esa leche era para San y no para mí, — Lleva su vista a la de Chai —ese día yo quería jugar a ser el mayor... San solo estaba siguiendo mi juego, por eso intercambiamos los vasos... — Sus ojos se cristalizan.

—Oh Mew, no llores, no es tu culpa hijo. Tú no recordabas nada debido a la droga, estuviste dormido casi dos días y al despertar no recordabas nada de esa noche. El doctor dijo que los recuerdos vendrían tarde o temprano, pero, los años pasaban y no eras capaz de recordar. — Chai lo acerca más a él y lo abraza, frotando suavemente su hombro, Mew sonríe al momento en que una lágrima va cayendo por su mejilla.

—Para mí no es tan simple, Todd solo quería terminar lo que empezó conmigo y San pagó por algo que no debía.

—Mew, ¿de qué estás hablando?

—Sí, Chai, Todd se sobrepasó conmigo antes que con San. Fue la tarde de ese mismo día... en l-la... cocina. — La garganta de Chai se reseca, sus manos sudan y su cuerpo tiembla. —Yo estaba muy asustado, solo podía llorar y pedirle que dejara de hacer eso porque no me gustaba, San me salvó ese día, a lo mejor por eso Todd decidió dormirlo, eso tenía que pasarme a mí. — Solloza, apretando con tanta fuerza sus puños. Chai siente como su garganta se hela y su sangre hierve.

¿Cómo pudo ni siquiera preguntarle a Mew si Todd le había hecho algo?

¿Por qué no pensó que Mew también pudo ser abusado?

¿Cómo pudo ser tan mal padre durante tantos años y no darse cuenta de ello?

—H-Hijo... perdóname, solo espero que algún día puedas perdonarme, por favor. Por favor, he sido tan mal padre, he sido ciego, sordo y estúpido, te dejé solo durante muchos años. — Mew se aleja lentamente de él, limpia las lágrimas de Chai y le observa con un rostro inexpresivo pero amable.

—No importa, Chai, el pasado es el pasado. Ahora ya sabes la verdad... y el saber cómo lidiarás con eso, creo que es tu castigo.

—Mew, yo nunca pensé... nunca pensé que hubieses sufrido tanto, ¿y qué tal si esto jamás salía a la luz? — Chai continúa llorando.

—Chai... en la vida existen tres cosas difíciles de ocultar, — Su padre lo observa con atención —una es el sol, la otra es la luna... y la última, es la verdad. Así como el sol y la luna salen cuando el otro se oculta, así mismo la verdad saldrá a la luz cuando ya no haya más mentiras por decir, no importa el tiempo que pase, las estaciones que se lleve en el camino... la verdad siempre se sabrá. — Mew solloza, apretando sus manos con las de su padre —A mí me tocó que esperar muchos años para que mi verdad fuera escuchada, porque en aquel entonces era un marginado, ¿y sabes lo que significa eso?

—Lo lamento, hijo, n-no lo sé...

—Cuando eres un marginado tú ves cosas, te las callas y las comprendes, porque sabes que de igual forma a nadie va a interesarle tu opinión. — Sonríe tristemente. Chai solloza ante esas palabras.

—Mew, lo siento tanto, hijo. No sabes como desearía poder regresar el tiempo atrás y hacer todo bien, ¿podrías perdonarme? — Nuevamente toma las manos de Mew entre las suyas, y le observa fijamente con una mirada suplicante. —Por favor, hijo, esta vez haré todo bien. Te lo juro.

—Chai, ¿sabes? — Sonríe de lado —Yo dije alguna vez, que cuando tú supieras todo por fin... yo no te perdonaría y dejaría que sufrieras con ello porque lo merecías. Pero entendí que quiero ser feliz, entendí que ya no quiero volver a agachar la cabeza ante nadie, una persona me dijo una vez... que yo sería su fénix. Y aunque el precio de renacer lo pagué con lágrimas de sangre, lo logré, y ahora soy una nueva persona. No puedo guardarte rencor porque eres mi padre, eres el único que se quedó a nuestro lado, no nos abandonaste como lo hizo el alcaide Bae. Aunque estabas asustado te quedaste con nosotros y nos trajiste hasta aquí, por eso te lo agradezco, Chai, te lo agradezco tanto.

—Pero no fuí un buen padre, Mew. Te dejé sol--

Y te perdono. — Chai de inmediato levanta su rostro, mirada incrédula y lágrimas incesantes —Te perdono porque no quiero guardar rencores, quiero vivir feliz y ver por mí, por Gulf, por primera vez yo soy la única persona a la que quiero cuidar y proteger, aparte de Gulf. Lamento tanto que esto tenga que ser así, pero si quieres enmendar tus errores... entonces haz las cosas bien con San esta vez.

—Pero, Mew, no puedes dejarnos de lado, nosotros somos t-t--

—¿Mi familia? Lo sé, y no puedo cambiar eso, pero quiero salir de ahí, vivir mi vida aparte, Chai, con Gulf, con los chicos, con el señor Bae.

—Mew, ¿t-tú me odias?

—No lo hago, ni siquiera odio a San. Pero prefiero mantenerme al margen de esto, ¿puedes entenderlo? — Chai asiente.

—Claro que sí, hijo. Tienes todo el derecho de hacerlo, juro por Dios que viviré con la culpa toda mi vida y siempre esperaré por tí, hijo mío. — Mew no puede controlar el hecho de que sus lágrimas se acumulen, aún así no deja que ninguna de estas salga de sus ojos. —¿Puedo?... ¿puedo darte un abrazo?

—Aa-ah, —tartamudea —s-sí, claro, Chai. — Ambos se ponen de pie e inician un abrazo, Chai apretando con fuerza a su hijo y aferrando su cuerpo al suyo, sintiendo con tanta devoción a ese hijo al que abandonó durante todo este tiempo.

Incluso para él se sentía demasiado bien y una emoción completamente nueva el estar abrazando a su hijo, ni siquiera él recordaba cuándo fue la última vez que le dio un abrazo, cuando fue la última vez que le dijo un "tú puedes, eres fuerte" o un "estoy orgulloso de tí"

Al recordar esto su llanto incrementó al igual que el dolor en su corazón. Está bien arrepentirse, pero el arrepentimiento no borra lo que hiciste, el arrepentimiento no cura las heridas que causaste y aunque la vida sigue luego de los errores, la conciencia y la culpa se encargan día tras días, de recordarte lo que hiciste.

—Cuídate mucho, hijo. Cuídate, —dice su padre, al separarse de él. Mew cierra los ojos al momento en que Chai limpia las lágrimas que salen de estos —te amo, hijo, ojalá algún día me permitas demostrarte que lo hago. — Mew no responde, únicamente asiente. —Vive una vida feliz con Gulf, ese chico te ama, te ama muchísimo.

—Lo sé, lo sé. Gracias, Chai, tú y San cuídense mucho también. — Ambos vuelve a asentir y comparten miradas, el mayor queriendo abrazar nuevamente a Mew, pero este retrocede. Chai decide darse la vuelta y salir de la habitación de hospital. Al este salir por completo, Mew se deja caer en el sofá, llorando y abrazándose a sí mismo, cubriendo su boca para callar su llanto. —Yo también te amo, papá. —Susurra.

Gulf entra a la habitación y de inmediato se dirige hacia Mew, sin decir una sola palabra lo abraza y lo arrulla en su pecho. El peliazul se aferra a esa cintura delgada, y continúa llorando.

—Lo hiciste bien, amor, lo hiciste muy bien. — Besa su frente, y continúa consolando a su chico.





Un mes después.

Yoon Shi había despertado del coma inducido, dos semanas después. Los efectos secundarios de haber tenido arsénico en su sistema, eran la posible aparición de cáncer, y la migraña, aún así, desde que despertó pudo recuperar su vida, es decir que aunque se sentía un poco cohibido ante los nuevos amigos de Mew, con el pasar del tiempo comenzó a acostumbrarse a ellos, pues estos junto con Mew iban cada día de la semana a visitarlo.

Le llevaban obsequios, medicinas, mucho, mucho, pero mucho té. Incluso Gulf lo cuidaba, era genial, amaba ver feliz a Mew y estaba feliz de que ya no era más un tímido sin amigos.

Fue dado de alta al día siguiente de haber despertado, su madre siendo doctora, lo cuidaba mejor que nadie. Aunque Tricia también ayudaba mucho a ello, pues la chica llegaba todas los días por la mañana y la tarde a su casa para cuidarlo, le compraba chocolates tanto para comer como para beber, pues sabía que esta era la bebida favorita de Yoon.

Quién sabe y entre esos dos podría estar creciendo algo más allá que solo amistad.

Bueno, el tiempo lo dirá.

—Bien, entonces, ¿entendimos? — First le dedica una sonrisa a su amigo, este asiente mientras sonríe, al mismo tiempo suspira al observar el manual de lenguaje de señas en las manos de First.

El caso de San era distinto, este había despertado una semana después de la cirugía. Aunque afortunadamente pudieron salvar su vida, no había sido el mismo fin para su garganta y su pierna izquierda. Pues los pedazos de cristal de esa botella estaban altamente contaminados, al uno ser incrustado en su pierna y al luego San caer desde la azotea, ese cristal se había introducido aún más en su pierna, llegando a tocar su fémur e infectar este. Dado a la alta contaminación en el cristal, no pudieron hacer más que amputarle la pierna.

En el caso de su garganta, el corte que realizó fue bastante profundo y en su camino lesionó ambas cuerdas vocales, haciéndolo perder por completo su voz. Los doctores intentaron hacer mucho para ayudarlo, desde traqueotomías hasta Tiroplastias, pero ninguna funcionó.

[(*¹) La traqueotomía es un procedimiento quirúrgico mediante el cual se hace una incisión en la tráquea para extraer cuerpos extraños, tratar lesiones locales u obtener muestras para biopsias y, a diferencia de otros procedimientos similares, supone el cierre inmediato de la incisión traqueal.
(*²) Tiroplastias, se puede realizar esta técnica quirúrgica cuya finalidad es modificar el esqueleto laríngeo para alterar la forma y la tensión de las cuerdas vocales con el fin de modificar el cierre glótico -para resolver los problemas de aspiración- y el tono de la voz.]


El karma es cruel, dicen por ahí. Te cobra hasta dos o cuatro veces lo que tú algún día hiciste. Y aunque a San no le arrebató la vida, sí le arrebató aquello con lo que más daño hizo en su vida:

Sus palabras. Sus filosas e hirientes palabras.

Aunque San podía escuchar, había decidido aprender el lenguaje de señas, Mew le había sugerido que lo hiciera pues sería en parte un poco mejor para él, aunque siempre llevaba consigo su teléfono celular para escribir lo que quería decir, cuando tenía pereza para mover sus manos. Justamente como ahora.

Tomó su celular de la mesita que estaba al lado de su cama, la misma sobre la cual descansaban su par de muletas. Abriendo el bloc de notas, escribió en este:

“¿Estás bien?” Y le mostró a First la pantalla. Su amigo lo observó en silencio unos segundos.

San aún tenía un collarín cervical blando, el cual llevaba desde lo que pasó, así mismo tenía pequeños parches en su ceja y mejillas, estas aún no alcanzaban la sanación completa. Su cabello caía todo hacia el frente, llegando hasta sus cejas, incluso el aura de su rostro parecía el de otra persona.

—L-Lo estoy, San. ¿Mew ha venido a visitarte? — El castaño asiente. Emocionado vuelve a escribir en el celular:

“Vino ayer con Gulf y nuestro otro padre, me trajo uvas. Mis favoritas, él aún lo recuerda.”

First sonríe, con sus ojos cristalinos y su corazón doliendo por el estado en que su amigo se encuentra, pero prefiere verlo así a haberse tenido que despedir de él para siempre.

—S-Sí, aún lo recuerda. — San sonríe —Mew es una gran persona. — El gemelo teclea un "lo es", en el celular, y vuelve su vista hacia First. —San... y-yo me iré a Estados Unidos... — Su amigo lo observa con ojos cristalinos y mirada triste, cabizbajo. First se apresura a tomar su rostro con cuidado y hacer que lo vea —no, no, hey, no. No te pongas así, por favor. Tengo que irme, mi padre descubrió todo lo que hice y dice que estaré mejor allá, creo que quiere enlistarme, pero no importa, estoy dispuesto a aceptarlo. San vuelve a escribir en su teléfono.

“Perdóname, First, todo esto es por mi culpa.”

El pelinegro sonríe al leerlo y niega, limpia las mejillas de San y se acerca a él para abrazarlo con cuidado de no lastimarlo. —Está bien, amigo, todo está bien, volveré y te buscaré, lo prometo. — Ambos comienzan a llorar, San correspondiendo a ese abrazo con la misma intensidad en que First lo hace.

Al momento de separarse, San vuelve a tomar su teléfono para escribir algo.

“Gracias por decirle a mi padre, First, no te odio... mejor amigo."

Vuelven a compartir un abrazo, el cual es interrumpido por Chai, quien anuncia una visita de Victoria y Tricia, ambas llevando galletas y golosinas, aunque San aún no puede comer esas cosas porque dañarían aún más su garganta, sonríe emocionado de ver a las.

Aunque aún no lo hace, él aceptará la nueva forma de vida que el destino le brindó. Aunque quería morir porque no soportaba el peso de la culpa, aunque quería huir de este mundo, el destino no se lo permitió, era un castigo disfrazado de oportunidad. Ese castigo que no le permitiría olvidar lo que hizo, pero que sí le brindaba un nuevo camino, uno que debería de saber aprovechar esta vez.

—¡¿Quién quiere más carne?! —pregunta un eufórico NamJoon.

—¡Ah, yo, yo, yo, YOO! —responde Jimin, dando saltitos desde su silla.

—Quieto devora carne, ¿acaso no estás lo suficientemente gordo? —reprende Yoongi.

—¡Oye! Pero bien que te comes estos rollitos todas las noches, ¿verdad?

Mew escupe su agua, Gulf se atraganta con su cerveza, Bae casi se va de espaldas y Pray solo ríe junto a su novia.

Todos se encuentran en el patio de la casa del alcaide Bae Yong, por fin ese día habían concluido por completo la mudanza, es decir que el último camión con las cosas de Bae desde Chiang Mai, había llegado ya. Y también habían terminado de desempacar.

Habían pintando, decorado y amueblado la casa, con ayuda de todos los chicos, incluso Pray y Nikita habían ayudado, por lo cual en recompensa de la laboriosa ayuda recibida, Bae había comprado mucha carne para hacer una parrillada y estrenar de esa forma la que sería su nueva casa y la casa de su hijo. Zigor, NamJoon y Jin eran los encargados de cocinar.

—Estos jóvenes de hoy en día, no se callan nada —Comenta Malaí. Sí, Mew había invitado a la madre de Gulf a la parrillada.

—Miel, miel y más miel, solo tienen miel. — Apoya Zigor.

—Uy sí, y solo es cosa de jóvenes —dice Nikita, de forma sarcástica, claro está, pues Zigor se encuentra sentado sobre las piernas de Bae. Todos ríen al unísono por ello.

—Hablando de miel, primita, ¿cuándo te irás? —pregunta Gulf —o mejor dicho, ¿cuándo se irán? — Voltea hacia Nikita.

NamJoon y Jin llegan hasta la larga mesa y toman asiento junto a los demás, todos prestando atención a lo que tiene que decir la ahora pelirosa. Esta toma la mano de su novia y sonríe melancólica.

—Nos iremos pasado mañana, mi padre tiene su audiencia en una semana y el tío Yannick quiere que esté ahí, Nikita vendrá conmigo. — Ambas se sonríen bonito.

—¿Y... volverás? —pregunta Kaownah.

—No lo creo —suspira melancólica —, el tío Yannick cree que es mejor que termine mis estudios en Canadá para estar al tanto de lo de papá. Le hablé de Nikita y fue tan amable de decirme que ella podría quedarse con nosotros, que él y su esposo Alexander nos aceptaban, siempre y cuando Nikita quiera venir, claro está. — Vuelve a sonreír nerviosa.

—Yo te seguiría al fin del mundo, preciosa. — Todos ríen nerviosos por esas palabras de la chica.

—El mundo es redondo, por lo cual no tiene fin —dice Kaownah. Todos ruedan los ojos ante su comentario, pero Mew solo sonríe.

—Vamos a extrañarte mucho, Pray —dice Jin —, cuídate mucho y sé feliz, y tú... — mira severamente a Nikita —debes cuidar muy bien a nuestra niña, sino te mataré.

—Lo haré, Jin.

—Sí, sí, para mí es mejor que te vayas, así ya no estarás cerca de Mew y tampoco lo abrazarás más —dice Gulf, todos rien por ello, incluso Pray. Pero Mew no lo hace, pues conoce demasiado bien a Gulf y sabe que le duele que su prima se vaya, pero es muy orgulloso como para aceptarlo.

—Sí, estoy de acuerdo. — Apoya Nikita.

Las horas transcurren entre ese ambiente cálido y agradable, ya no hay tristezas y tampoco amarguras, ya no hay más dolor ni preocupaciones, por fin todo se siente bien... por fin todo está bien.


El reloj en la pared de la sala, marca las nueve treinta de la noche. Mew y Gulf se miran mutuamente y asienten sincronizados, de la misma forma se ponen de pie llamando la atención de todos.

—Padre, gracias por la comida, pero nosotros saldremos un momento. — Bae observa a su sonriente hijo, tomado de la mano con Gulf, no dice nada y simplemente asiente.

—Entonces, ¿debería de esperarte esta noche, hijo? —pregunta Malaí. Mew y Gulf ríen.

—Solo serán unas horas mamá, no seas dramática. — Comienza a caminar hacia la salida.

Mew ríe malicioso y acercándose a la mayor, dice: —No le crea, suegra, solamente está siendo tímido, pero es mejor que no lo espere.

—Oh, ok. Ok, no voy a esperarlo, ni quería esperarlo —habla ella, toda sonriente.

—Nos vemos, chicos, Zig, no se porten bien hoy — Le guiña el ojo, haciendo a todos carcajearse.

—¡Oye, Mew! ¡Oye, no seas así! ¡Yo los escuché a tí y a Gulf hace unos días! — Las risas continúan y los gritos de Zigor paran hasta que el alcaide lo vuelve a sentar en su regazo.

—Déjalos, son jóvenes. — Todos asienten.

—Creo que los consienten mucho — Berrinchea el guardia. Bae da un beso en su mejilla.

Continúan disfrutando de sus comidas y bebidas, contando chistes o cualquier otra historia interesante o graciosa.

Al llegar afuera Mew se detiene frente a la casa, mirando hacia atrás y sonriendo alegre. Sí, toda esa es su familia.

—¿Listo, amante de las motocicletas? — Gulf llega hacia él y le extiende el casco. Abrazándolo por la cintura y recostando su mentón en su hombro. —¿Recuerdas la primera vez que nos conocimos?

—Por supuesto que lo hago, amor. Desde ese día me deslumbraste, el famoso líder de la banda motociclista — Gulf ríe desde su garganta.

—¿Cuál líder y cuál banda? — Besa la mejilla de Mew.

—No lo sé, ¿deberíamos preguntarle a San?

—En la próxima visita, lo hacemos sin falta. — Mew ríe y se gira hacia su novio, pasando las manos de este a su espalda y aferrándolo a su cuerpo.

—Gulf, ¿quieres ser mi novio? Novio oficial, de verdad, verdad, verdad. — El pelinegro sonríe de lado y niega incrédulo.

—Tú y yo hemos hecho todo al revés, Mew. Nuestras familias ya se conocen, nuestros amigos incluso se han vuelto pareja, y tú y yo... — Comienza a deslizar su índice por todo el pecho de Mew —ya sabes. — Le guiña un ojo.

—Sí, lo sé, pero nunca te lo pregunté oficialmente, amor. Entonces, ¿quieres serlo?

—Sabes que sí, Mew, sí acepto ser tu novio, en esta y en mil vidas más. Acepto. — Mew lo levanta de inmediato y este enrolla sus piernas en su cintura, iniciando un beso profundo, dándose el tiempo de disfrutar el sabor del otro.

Mew lo lleva hasta la motocicleta y lo hace sentarse ahí, Gulf acaricia su cabello por la parte de atrás, tirando levemente de algunas hebras de ese largo cabello, comienza a bajarle la chaqueta de cuero que Mew lleva puesta, es ahí cuando el menor se aleja de su ahora novio.

—E-Espera, Gulf, no podemos hacerlo aquí. — Respira agitado.

—¿Por qué no? Sería excitante, ¡rawr! — Mew ríe sorprendido por ello, palmea su trasero para hacerlo que se siente bien en la moto, y luego de colocarle el casco, da un suave y fugaz beso en esos belfos rosita.

—Cariño, amo hacer el amor contigo — Gulf se sonroja por ello —pero, últimamente pienso que tomas algo para querer estar tan "activo", ¿me entiendes? — El moreno ríe apenado.

—Solo déjame, seguramente son las hormonas. — Acomoda mejor su posición en la moto y girando solamente la mitad de su cuerpo, toma el casco y se lo coloca a Mew. Ahora es él quien lo besa fugazmente y luego de chocar ambas frentes de sus cascos, ríen y Mew termina de subirse a la moto.

Obviamente en la parte de atrás, rodeando esa delgada y perfecta cintura, apretando sus dedos en ella como muestra de que le pertenece. Aunque los cascos son un poco estorbosos, recuesta su mentón en el hombro de Gulf, inhalando su aroma afrodisíaco.

—Estoy listo, —susurra Mew, con sus ojitos cerrados y manos bien apegadas a esa cintura —llévame al cielo, amor.

—Sus deseos son órdenes —responde Gulf.

Enciende la moto haciendo que esas llantas rujan con tanta fuerza, sus manos bien sujetas a los costados de cada manubrio, barriendo sus guantes en cada subir y bajar de sus manos al encenderla. Segundos bastan para que esta arranque derrapando en el asfalto.

—¡¡WUUUJUUUU!! — Mew grita eufóricamente, amando la sensación de montar en moto junto a su chico.

Esta es tan rápida que los autos a su alrededor parecen manchas borrosas, la oscuridad de la noche y la luz de las farolas a los costados de la calle, vuelven hermosa la vista.

—Sujétate fuerte, estámos por llegar al túnel. — Anuncia Gulf. Mew obedece y se sujeta con fuerza. Tal como Gulf dijo, más adelante se aproximan al túnel en bajada. Ambos sienten la adrenalina de bajar por ahí, las luces del mismo se encienden y apagan. —¿Listo? —pregunta emocionado. El peliazul asiente, avanzan un poco más y llegando a la profundidad del túnel, grita: —¡Ahora!

Mew suelta la cintura de Gulf y extiende sus brazos a los costados, cada uno bien estirado y espalda un poco echada hacia atrás, comienza a gritar lo más fuerte que puede, estirando sus comisuras lo más que estas le permiten. Su novio  sonríe ante ello e incrementa la velocidad.

Ambos recordando la primera vez que se conocieron, ese día Gulf descubrió que Mew también amaba las motos. Los recuerdos de ese día venían uno a uno, el tiempo avanzaba gradualmente más rápido, con la diferencia de que ahora... nadie los separaría.

Gulf estaciona la moto frente a la colina, esa colina tan simple para los demás, pero extremadamente especial y significativa para ellos, el lugar de su primer encuentro y también de su reencuentro.

—Llegamos, llegamos, llegamos. — Mew es el primero en bajarse de la moto, abre la caja que habían amarrado a la moto, saca los dos combos de alitas picantes y un six-pack de Coca-Cola, corre hacia la colina.

Gulf sonríe y saca el pequeño radio de casettes, antigüo. Era de Kaownah pero él lo tomó prestado. Llega hacia Mew y este ya está acomodando la manta con decoración de constelaciones, sonríe al observarlo.

—La cita perfecta —musita Gulf.

—Sí, todo es perfecto, alitas picantes, lo único para lo que no soy vegetariano, — El mayor ríe —Coca-cola, estrellas y, ¿sabes que es lo único que falta? Mi p--

—Tu película favorita —responde Gulf, Mew se le queda mirando tan enamorado, con ese hermoso brillo en sus ojos. Ese brillo que únicamente Gulf puede causar —. No pude traer tu película aquí, Mew, pero traje esto. — Lleva hacia adelante el pequeño radio, inserta el casette que él mismo hizo, y de inmediato comienza a sonar "Let Me In"

—¡Gulf! E-Esto es--

—La playlist de Bajo la misma estrella —Sonríe orgulloso al contemplar la sonrisa de Mew.

—¡Y en casette! ¿Cómo lo lograste? — Camina hacia él y tira de su cintura para acercarlo más a su cuerpo.

—Siendo sincero, no lo diré. — Besa su mejilla. —Un mago jamás revela sus secretos. — Da un beso en su otra mejilla.

—Oh, vamos, dime, dime, hay muchas canciones que quiero tener así.

—Bueno, entonces dime cuales son, yo lo haré por tí, no tienes que volver a hacer nada tú solo, Mew. Estoy contigo, estamos juntos ahora. — El menor sonríe con sus ojos cristalinos.

—Gulf, hay una pregunta que quiero hacerte desde hace mucho. — El mayor no le responde, pero lo observa atento indicando que puede hacer la pregunta. —¿Tu padre sufría bullying en la escuela? — Gulf detiene sus movimientos, pues estaba moviéndose de un lado a otro aún con los brazos de Mew en su cintura.

—S-Sí... ¿cómo lo sabes? —pregunta sorprendido. Mew le regala una sonrisa más expandida ahora, tragando grueso para bajar el nudo en su garganta. —¿Qué ocurre, amor? ¿Por qué lloras? — Limpia las lágrimas de Mew.

—Porque... — El menor inhala para poder hablar —tú me salvaste desde hace mucho, Gulf. — Lo acerca más a él y lo abraza fuertemente —Gracias, gracias por llegar a mí aún después de muchos años. — Aunque Gulf no entendía porqué Mew decía eso, se dejó abrazar por el menor, sonriendo y acariciando su espalda. Mew se separa de él segundos después y mirándolo fijamente, dice: —te amo, mi ángel.

—También te amo, mi ave fénix. — Ambos vuelven a sonreír e inician un beso lento, pausado y profundo.

Con la música, la oscuridad de la noche y el brillo de las estrellas, creando un hermoso lienzo que adorna ese amor sincero, ese amor que esperó aún después de dos años, que superó cada obstáculo y sobrepasó cada dificultad.

La vida es dura, cruel e injusta. Aunque nosotros sufrimos, no sabemos si hay personas que en este preciso momento se encuentran sufriendo el doble o el triple de lo que nosotros lo estamos haciendo.

Aún cuando esto sucede y el dolor que sentimos parece que va a matarnos, no pasará, no pasará si no tiramos la toalla. Vamos a levantarnos, te prometo que el dolor no durará para siempre, no importa si lloras, si gritas o si pones tu mundo al revés, no importa si luego de hacer eso vuelves de nuevo.

Hazlo, no es la vida la que ha sido mala, solo lo fue el momento, así que vamos a ponernos de pie y a luchar con más intensidad que ayer, saca el pecho, levanta el rostro y vamos allá, si ya fallamos una vez, está bien, en los errores se encuentran los detalles que te llevan a perfeccionar tu estrategia para la próxima ocasión. Mira al cielo, suspira y busca en lo profundo de tu interior, ahí está el "tú" que te hará fuerte, ese tú que te ayudará a ir a la batalla nuevamente.

Aunque estés asustado y no tengas nada que ofrecerte a tí mismo, entonces cierra los ojos, respira, y ofrécete la esperanza de volver a pelear. Recuerda que no importa si caes, lo que importa es la fuerza misma para superar todo, derrumbarte por dentro y darte el tiempo de lamentarte por ello, pero así mismo al día siguiente cuando el sol se pone, levantar la frente e iniciar con nuevas fuerzas, porque lo que ayer lloraste, que ahora te haga más fuerte. Así mismo como el fénix que muere en lágrimas, pero renace resplandeciente y con más fuerzas.

Vamos, puedes hacerlo. Yo lo hice, sé que también lo harás. Por ello, ahora mi pregunta para tí, es:

¿Y tú... te atreves a ser como el fénix?











☆•𝙁𝙄𝙉•✩

(Esto ha sido "Marginado")











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Bueno Feeniks, hemos llegado al final,
y juro que no puedo creerlo.

Lamento si a alguien no le gustó o quedó inconforme, pero yo lo amé, lo amo y para mí está genial.

Solo me queda decir gracias, por su paciencia y apoyo, gracias porque por ustedes llegamos hasta aquí aunque mis bellos haters intentaron detenerme desde el principio.

Gracias a todos por acompañarme en este viaje que exitosamente llegó a su final.

Misión cumplida, Feeniks: nuestro ave fénix por fin es feliz.

Espero por sus comentarios, nos leemos en una próxima ocasión.

Bye.

PD: Nos vemos en el epílogo, Nukis.♡

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