☆•𝐂𝐔𝐀𝐑𝐄𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐔𝐍𝐎•✩
Minutos antes.
Jin finaliza la llamada, observando el celular durante unos segundos. Sus pies pican por correr hacia la colina, pero su cerebro le pide a gritos que no lo haga. Que solo se lastimará más, pero sabe que no puede dejarlo solo, a pesar de que Mew decidió llamarle a él, ni un pequeño brillo de esperanza hay en ese corazón lastimado, ese corazón que ama a alguien que no corresponde sus sentimientos.
Pero ese corazón también sabe, que sin importar cómo o con qué definición, él siempre estará para Mew. Conoce tan bien a este, que incluso intuye que este no llamó a Gulf debido a lo que le hizo con San, está lastimado y por eso lo hizo. De no ser así, Jin está completamente seguro de que a quien Mew hubiese recurrido hubiera sido a Kanawut, y no a él.
Se sienta en la cama, suspirando pesadamente, sus ojos se cristalizan de inmediato. Mira la hora en su celular: 8:15 pm.
A este punto a Mew aún le falta mucho por llegar a la colina, así que se da su tiempo de pensar tan solo unos segundos. Su entendible egoísmo le dice que vaya, pero la razón le exige todo lo contrario, se deja caer al suelo, juntando sus rodillas en su pecho y volviendo a suspirar. Cierra sus ojos y recuerda todos sus momentos al lado de Mew, sonríe.
—Está bien, Mew. Está bien, —Vuelve a sonreír —no vamos a perder eso, fortachón. — Una lágrima se resbala tan lentamente por su mejilla. La limpia con suavidad, toma su celular y lo enciende nuevamente, marcando el tercer número que aparece en su lista de contactos.
—Jin. ¡Que sorpresa que me hayas llamado! ¿Ya consideraste mi propuesta? — La emocionada voz del contrario, lo hace sonreír.
—Namjoon... — El otro guarda silencio por dos razones, primero: es la primera vez que Jin le llama por su nombre, y la segunda: Jin se escucha muy mal.
—Oye, Jinnie, ¿qué sucede? — El tono de su voz es suave.
—¿Puedes hacerme un favor? —cuestiona el castaño, sonriendo a la nada.
—Ah, c-claro, ¡claro! ¿Qué se te ofrece? — Jin vuelve a suspirar, sus lágrimas ahora han aumentado. Cierra sus ojos y busca fuerza de donde no la tiene. Remoja sus labios y traga grueso en un intento vano de desaparecer el nudo en su garganta. —¿Jin?...
—¿Puedes darme el número de Kanawut? — NamJoon guarda silencio, lo cual el castaño ya veía venir.
Los pensamientos de que el rubio no le daría el número del pelinegro, comenzaron a apoderarse de su mente, aún más cuando recordó que Gulf es uno de los mejores amigos de NamJoon, y para ser sinceros, el silencio que reinaba entre ambos, también lo hacía dudar.
—E-Está bien, te lo mando por mensajes, Jin. —Abrió aún más sus ojos, en sorpresa por esa respuesta. —Pero... ¿tú estás bien? —Sollozó ante esa interrogante —Jin...
—M-Mew...
—¡No! No me importa Mew, ¿tú estás bien? — El corazón de Jin se encogió ante esa pregunta, este chico siempre actuaba lindo y amable con él, a pesar de todo.
—N-No... —respondió, apenas audible.
—Bien, ¿estás en tu casa?
—Mmmm —Limpió sus lágrimas.
—Voy para allá, Jin.
—P-Pero...
—Pero nada. Nadie merece estar solo cuando atraviesas por una de esas tormentas de la vida, Jin. — Ni siquiera entendió por qué, pero la voz de NamJoon lo tranquilizó. —Voy para allá, espérame, ¿de acuerdo?
—De acuerdo. —suspiró. NamJoon finalizó la llamada, dejando a un apenas sonriente Jin, observando el teléfono. —De ser un idiota, pasarás a ser mi paraguas —dijo, para él mismo únicamente. Acariciando por inercia la pantalla de su celular.
En ese momento llegó un mensaje con el número de Gulf, en el. Seguido de las palabras:
“Ahí lo tienes, confío en tí,
pero por favor no lo mates.
Te veo en unos minutos.🌷”
Volvió a sonreír y sin esperar más, marcó a ese número. Comenzó a sonar y sonar, tres timbres y no había respuesta. Cortó la llamada y empezó otra, esta vez el teléfono fue atendido en el segundo timbre.
—¿Hola? — La voz de Gulf le hacía hervir la sangre. La típica reacción cuando siquiera recuerdas que respira la persona que es tu rival en el amor, y aún más, cuando estás consciente de que esa persona ya ganó una batalla que aún cuando ni siquiera había empezado, sabías que ya perdiste. —¿Quién habla?
—La colina, lo más rápido que puedas —dijo, casi en un susurro.
—¿Jin?...
—Ujum...
—¿Es Mew? — El castaño sonrió al darse cuenta de como el tono en la voz de Gulf, de inmediato cambió a uno preocupado y completamente interesado en lo que Jin tenía para decirle.
“Siempre supe que lo amaste, idiota.” Pensó.
—Sí. —respondió, fuerte esta vez. —En la colina, tú ya conoces muy bien en donde queda.
—Sí, pero no tenía idea de que tú supieras también. — Jin rodó los ojos, molesto por lo dicho por Gulf, iba a finalizar la llamada, pero como si el pelinegro lo haya escuchado por telepatía, habló: —¡E-Espera, Jin! — No respondió, pero tampoco colgó. —Gracias... —dijo bajito, el otro. Jin sonrió.
“Educado cómo Mew.” Por inercia sonrió al pensar eso.
—No seas estúpido, no lo hago por tí, Kanawut. Lo hago por mí. — Hubo silencio unos cuantos segundos.
—No me importa por lo que sea que lo estás haciendo, Jin, lo único que me importa es que lo hiciste. Gracias... — Jin suspiró, una involuntaria sonrisa de lado se formó en sus labios.
—Solo no vuelvas a arruinarlo todo, Kanawut. Él sufrió mucho la última vez...
—Lo sé, y por eso te lo agradezco. — El castaño asiente a la nada, como si Gulf fuese capaz de verlo. —Si algún día lo superas, lo cual espero que sí, —ambos rien —ojalá podamos ser amigos... — Gulf dice. Siendo bastante sincero en realidad. Jin asiente.
—Sí, no lo creo. —Bromea, haciendo a Gulf reír. —Vete ahora, no lo dejes solo mucho tiempo.
—Iré en la motocicleta, llegaré rápido, lo prometo. — El castaño vuelve a asentir. —Cuídate, Jin, y gracias de nuevo. — Sin esperar respuesta alguna, Gulf finaliza la llamada.
En automático, la pantalla muestra abierta la conversación con NamJoon, pues realizó la llamada desde adentro. Teclea un "Gracias", al final, y apaga su teléfono para luego tirarlo en la cama. Vuelve a juntar sus rodillas y esta vez le permite a sus lágrimas salir incesantes, una a una, para estrellarse en sus piernas.
—Gulf... ¿que estás haciendo aquí? — Se gira hacia él, estirando sus pies y limpiando sus lágrimas. El moreno suspira, sintiendo a su corazón volverse añicos al ver el devastado estado del hombre al que ama.
—Jin me llamó —responde con sinceridad. Está dispuesto a hacer las cosas bien esta vez, y para ello, la sinceridad y el no guardar secretos, es algo bastante fundamental y aún más si quiere ganarse la confianza de Mew, y demostrarle que confía en él también.
—Oh, ¿de... verdad? — El semblante de Mew decae aún más. —Supongo que no quiere verme después de lo que pasó.
—¡No es eso! —Interviene de inmediato. Mew lo ve sorprendido, haciéndolo sonrojar de inmediato. —E-Es decir... yo s-supongo que no es así.
—Está bien. — Ambos guardan silencio, sintiendo los nervios que fluyen en esa atmósfera. Gulf quiere preguntar muchas cosas, abrazar a Mew hasta que su dolor desaparezca, pero más que muera por hacerlo, la cobardía no le deja.
Es como si no quedara rastro del Gulf intrépido que fue alguna vez, si ese Gulf estuviera aquí, ya lo hubiera golpeado ahí mismo por contenerse tanto, pero ese era el problema de ese Gulf, no pensaba mucho antes de actuar y eso lo llevó a enfrentar problemas en muchas ocasiones.
—Recuerdo la primera vez que estuvimos aquí... —habla por fin, Mew sonríe sin voltear a verle, simplemente viendo al cielo —ese día... la vista era igual de hermosa que hoy — Esta vez Mew ladea su cabeza hacia él, dándose cuenta que cuando Gulf dijo eso le estaba viendo fijamente a él. Ambos permanecen compartiendo sus miradas fijas, recordando el momento exacto en que se vieron por primera vez, y como si una película en cámara rápida se reprodujera en sus mentes, frente a sus ojos comenzaron a pasar todos y cada uno de sus momentos juntos, haciéndolos a ambos suspirar. —Yo, lo lamento. — El peliazul se le queda mirando tan sorprendido y confundido a la vez.
—¿Qué es lo que en realidad lamentas? — Gulf suspira.
—El haberte fallado.
—Gulf, ¿alguna vez dudaste de lo que sentías por mí?
—No —responde, de forma inmediata —de lo que yo sentía por tí, no, pero... — Guarda silencio, Mew le continúa observando fijamente —sí de lo que tú podías sentir por mí. — Mew alza ambas cejas en sorpresa, pero termina por sonreír.
—Creo que te dije que te amaba, muy pronto. — Gulf ríe. —Puedo entender eso, y no porque no lo hiciera, pero...
—No fue por eso, Mew, — lo interrumpe —llevábamos juntos un mes y a ese punto incluso yo ya sabía lo que sentía por tí. Pero, estaba asustado, asustado de que por ser la primera persona que se acercaba a tí y te brindaba comprensión, te hiciera confundirte y hacerte pensar que lo que sentías por mí era amor.
—Tenía diecinueve años, Gulf. Puede ser que habían muchas cosas en el mundo, que yo desconocía. Pero créeme que cuando solo te tienes a tí mismo de compañía, te basta y hasta te sobra el tiempo para conocerte a tí mismo, mejor que nadie. — Gulf asiente.
—Sí, lo entendí después. Solo, tenía miedo de salir lastimado, tenía miedo de que luego me dejaras y dijeras que te habías confundido, y yo acabar muerto de amor por tí. — Ambos vuelven a reír.
—¿Y ahora? — Gulf le ve con confusión. —¿Aún tienes miedo? — El moreno asiente con lentitud.
—Sí, pero le temo a otra cosa... —dice, mientras le mira fijamente. El peliceleste frunce su ceño, desviando su mirada solamente unos segundos para luego volver a verle, es entonces cuando habla.
—¿Y eso es? —cuestiona en voz baja.
—A no poder recuperarte —responde, con franqueza, mirándole directamente a los ojos, dejando sin palabras, al contrario. El cual solo desvía su mirada, con sus mejillas teñidas en rojo —. Mew...
—¿Mmm?... — Aún no lo ve, continúa con su rostro inclinado.
—¿Puedes confiar en mí? — Esas palabras hacen que Mew lleve su vista hacia el moreno, con sus ojos profundos clavados en los suyos. —Por favor... quiero estar contigo, quiero protegerte, que sepas que no estás solo.
—No necesito que nadie me proteja, y también soy consciente de que siempre he estado solo. Cuando creí que por fin tenía a alguien conmigo, ese alguien me dejó... — Gulf cierra sus ojos y asiente.
—Lo sé... perdóname. — Mew sonríe.
—Errar es de humanos... —Suspira — pero también es de humanos el crearte inseguridades y desconfiar de quien te falla.
—Es por eso que quiero luchar, Mew, no puedo decir que borraré lo que hice, porque sé que es imposible. Pero quiero reemplazar ese amargo recuerdo, por buenos, por los momentos felices que podemos compartir en el futuro. — La expresión en el rostro de Mew, es tranquila.
—Todavía no acabo con San.
—Lo sé, esperaré todo lo que tenga que esperar, Mew. No importa cuánto tiempo sea, yo estaré aquí, esperando por tí.
—Gulf... ¿puedes confiar en mí?
—Por supuesto que sí, lo hago, Mew.
—No quiero palabras, Gulf, quiero hechos. — El pelinegro sonríe.
—Está bien, Mew, te lo demostraré. — El peliazul le dedica una sincera sonrisa, ante esa respuesta. Gulf lo toma de ambas manos, depositado un beso en el dorso de cada una, para luego besar su frente; haciendo al menor cerrar sus ojos ante el tacto.
Al separarse solo un poco de él, va a besarlo, pero el peliazul mueve su cabeza y en su lugar lo abraza, haciendo a Gulf sonreír. Cierra sus ojos y recuesta su mentón en la cabeza de Mew, acariciando su espalda mientras Mew rodea su cintura con sus brazos.
—Te extrañé —expresa el menor, en voz temblorosa debido al nudo en su garganta —no sabes cuánto te extrañé. — Las lágrimas caen de los ojos de Gulf, sintiendo nuevamente el dolor y la culpa por haberlo dejado hace dos años.
—También te extrañé mucho, Mew. Y no sabes cómo me culpé día tras día, por lo que te hice, perdóname amor, perdóname, por favor. —Besa su cabeza con suavidad, Mew se separa lentamente de él y acaricia su mejilla, dedicándole una sonrisa. —Lo lamento tanto, de verdad, fuí un estúpido, fuí un idiota, perdóname.
—Ya no digas nada, Gulf. Deja el pasado en el pasado, no avanzaras si sigues ahí... —Vuelve a sonreír.
—Pero yo te fallé...
—Y acabas de decirme que vas a luchar por mí, ¿no? — Gulf sonríe y asiente. —Oye, ya no llores... te verás feo...
—Oh Mew — el moreno sonríe aún entre sus lágrimas —tú también estás llorando.
—Pero yo no me veo feo —bromea, Gulf vuelve a reír.
—Sí, no te ves feo —suspira. Ambos vuelven a abrazarse, esta vez Gulf apoyando su cabeza en el pecho de Mew. —¿Qué fue lo que sucedió? —pregunta, en voz baja. Sintiendo como el pecho de Mew sube y baja lentamente, al suspirar.
—Yo... conocí a mi otro padre... — Gulf por impulso se aleja de él y le ve con alegría.
—¡Mew! Eso es fantástico, me alegra mucho por tí. — El menor no responde. —Pero, viendo que acabaste aquí, creo que a tí no te alegra tanto, ¿verdad?
—No lo sé, no sé... darme cuenta que el hombre al que conocí hace dos años, quien me vio destrozado y en mis peores momentos, al que incluso le pedí que fuera un padre falso para mí, terminó siéndolo de verdad, pero no me lo dijo... me hace sentirme enojado. — Su voz se quiebra —Tuvo tantas oportunidades de decírmelo, en el Centro, en el hospital y... — Gulf lo interrumpe.
—Esta es la segunda vez que mencionas el hospital, ¿cuando estuviste ahí y por qué? — El otro ladea su cabeza, sabiendo que lo que está por venir lastimará mucho a Gulf, pero también entendiendo que mientras más rápido lo sepa, mejor será.
Sin decir ni una sola palabra, comienza a levantar poco a poco su camisa, teniendo la fuerte mirada de Gulf en sus movimientos, termina por subirla hasta un poco abajo de su pecho, mostrando el corte horizontal, es decir, su cicatriz. La expresión estupefacta en el rostro de Gulf, lo hace darse cuenta de lo sorprendido que este se siente, lentamente sube sus ojos hasta observar fijamente a los suyos, pidiendo silenciosamente una explicación.
Inevitablemente los ojos de Mew se cristalizan también, sonríe melancólico.
—Ese día... es decir, dos semanas después de que San fuera a visitarme y me mostrara el vídeo, el mismo día en que... — Su voz se quiebra.
—Me fuí a Canadá —Completa Gulf. Mew asiente.
—Fue Noppakao y su pandilla... aunque luché con ellos para defenderme, eran cuatro contra mí, — El mayor aprieta sus puños mientras sus lágrimas siguen cayendo —y no lo logré. — El llanto de Gulf se vuelve audible, su cuerpo tiembla, su boca entreabrierta, tirita, al mismo tiempo en que sus manos continúan temblando. —Terminé en el hospital y gracias a los primeros auxilios que me brindó el... él, —suspira —logré sobrevivir. Entonces, todavía estaba asustado... entonces, hubiera preferido morir. —Limpia sus lágrimas.
—No puede ser... —solloza —no puede ser, Mew... — No espera más tiempo y rompe la distancia entre ellos, abrazando al peliazul, aferrandolo a su cuerpo con fuerza —lo siento tanto, amor, lo siento mucho por abandonarte, yo me fuí y no sabía, no sabía... yo soy el peor de todos, perdóname. —Suplica, en voz desgarradora y un dolor tan fuerte que siente que su corazón va a salirse de su pecho.
¿Cómo pudo abandonarlo en su peor momento?
—Tú no lo sabías —dice Mew —, no lo sabías.
—No, pero te abandoné, si yo no me hubiera dejado manipular por San, esto no hubiera pasado, yo hubiera estado contigo y... y... Díos mío, perdóname, por favor. — Mew lo sujeta de la cintura y comienza a acariciar su espalda, arrullando con suaves "no es tu culpa", mientras que con la otra mano acaricia el largo cabello de Gulf. —Perdón... lo siento tanto...
—Está bien, Gulf, está bien, yo estoy bien...
—Pudiste haber muerto... — Su voz apenas se entiende, pues ha enterrado su rostro en el cuello de Mew, y hablado aún con su rostro escondido en ese lugar.
—Pero no morí y estoy aquí... y tú no volverás a dejarme. — Le dedica una sonrisa que Gulf no ve. —¿Verdad? — El mayor, asiente varias veces.
—Jamás, cariño, jamás volveré a dejarte... solo confía en mí, yo haré que confíes en mí — Mew vuelve a rodearlo con sus largos brazos, dejando a este sacar todo lo que siente debido a lo que acaba de descubrir.
A pesar de todo lo que ha pasado, y de todo el tiempo que ha transcurrido... se siente tan bien, volver a tener a Gulf entre sus brazos.
________________________________________________
Que bonito 🥺
Nuestro Gulfie ya supo la verdad 🥺,
y la neta sí dolió como reaccionó.
Pobrecito mi nene.🥺
¿Qué opinan de lo que hizo Jin?🥺
Si sienten que está cortito, es porque
aún estoy enferma, el ardor en los ojos es el que más me está afectando, pero a pesar de todo no quiero dejar pasar la inspiración, porque después me vuelve
hasta dentro de meses, y yo ya quiero
acabar esta historia. ❤️
Los estaré leyendo, recuerden que ya
estamos en los capítulos finales [cry].
Nos leemos pronto.
Besitos.
[Please me ayudan diciéndome si ven
algún errorcito por ahí, ya saben, con los ojos ardiendo, es súper fácil que se me pase un error. Gracias. ♡]
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro