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☆•𝐂𝐔𝐀𝐑𝐄𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐓𝐑𝐄𝐒•✩

Sus dedos se aprietan en las sábanas de la cama, su ceño se frunce, su frente está perleada de sudor, sus rodillas estira y encoge en segundos. Comienza a negar horrorizado, por inercia y con sus ojos aún cerrados, su cobija retira.

—N-No... no, no, no... — Jadea, lleva sus manos a intentar detener a un invisible agresor —por favor —solloza. Aún dormido, su rostro se desfigura a uno completamente asustado y suplicando piedad —. Se lo suplico, por favor no. ¡Padre! —grita a viva voz. —¡Ayúdame! Por favor, ayúdame, por favor, ¡¡Por favor!! — Aún no ha abierto sus ojos pero las lágrimas se resbalan por los costados de estos, apretando su pecho mientras continúa moviendo su cuerpo de un lado a otro, en protesta de que el hechor de su pesadilla, se acerque a él.

—¡San! — Chai, quien durante toda la noche ha estado despierto esperando a que Mew llegue a casa. Corre hacia el mayor de sus hijos, su expresión se torna a una de sorpresa y temor al verlo retorcerse en su cama, justamente como en su niñez. —¡San! ¡Aquí estoy, aquí estoy! Sshh, shhh, shhh — Toma sus muñecas y con suavidad tira de él hasta recostarlo en su pecho, su hijo aún no abre sus ojos y continúa llorando.

—Dile que no, padre, por favor, que no me toque, que no me toque. ¡Dile que no se me acerque! —grita, su voz pendiendo de un hilo, Chai intenta calmarlo.

—Tranquilo, San, nadie quiere hacerte daño, hijo, tranquilo. — Su primogénito niega, Chai limpia el sudor en la frente ajena.

—Él quiere hacerme daño... —susurra mientras llora.

—¿Quién hijo? ¿Quién?

Mew, padre. — Chai se le queda mirando tan sorprendido como puede, incluso alejando un tanto su cabeza, San continúa con sus ojos cerrados.

—San... —habla bajito. Quiere que su hijo despierte y le explique cuánto antes, lo que acaba de decir —San, despierta. —Comienza a dar leves palmas en el rostro del castaño.

—¡No! ¡Suéltame! ¡Suéltame! — San intenta empujarlo.

—¡SAN! SOY YO — Tomándolo de ambos hombros, lo mueve unas cuantas veces, hasta que su hijo abre de golpe sus ojos.

—Padre... —dice apenas, su respiración es errática y sus ojos aún tienen los rastros de sus lágrimas, una incluso aún se puede ver en su mejilla —¿que estás haciendo aquí? — Lo sorprendido de San, confunde a Chai.

—Tú estabas... —Traga grueso —tuviste una pesadilla, te escuché gritar y... — San continúa observándolo con incredulidad. Chai hace dos intentos de hablar, pero termina arrepintiéndose y volviendo a juntar sus labios —. San... tus... pesadillas, — Ambos guardan un tenso silencio —¿desde cuándo volvieron? — El menor traga grueso ante esa pregunta, desvía su mirada de la de su padre, traga grueso.

Sus pesadillas volvieron desde lo que Mew le hizo en los baños.

—No sé de qué estás hablando, padre. — Chai lo mira con un poco de molestia.

—San--

—Déjame dormir. — Lo interrumpe. —Estoy cansado, padre. — Chai asiente, no muy convencido de dejarlo solo.

—Está bien, descansa. — Se pone de pie y se retira de la habitación de su hijo mayor.

San traga grueso, en ese momento una lágrima se resbala por su mejilla. Recuesta su espalda en la pared, suspirando largo y profundo, acuna sus rodillas en su pecho y descansa su mentón en ellas, cubriéndose con la cobija y echando su cabeza hacia atrás, comienza a llorar lo más bajo que puede, pero desgarradoramente.

Pasa a sus manos a abrazarse a sí mismo, mientras continúa llorando.

Sí, recordar es volver a vivir, pero, es horrible, cuando esos recuerdos son horribles y te hacen revivir el infierno, un doloroso infierno.











—¡Pasen adelante! —grita una muy feliz y emocionada Malaí. Recibiendo a los amigos de su hijo, y de paso a los amigos del "novio" de su hijo.

Sí, NamJoon y Suga han llegado con Jimin y Jin, a la casa de Gulf. Estos dos últimos porque se enteraron que Mew estaba ahí y que la había pasado mal la noche anterior. A Jimin no le costó llegar pues era vecino de Kanawut.

—¡Chicos! — Un emocionado Mew, sale al encuentro de sus dos mejores amigos.

Los tres comparten un abrazo ameno, transmitiendo en el mismo su cariño y apoyo al peliazul. Al separarse, Jin le sonríe.

—Perdón por no llegar, yo tuve un contratiempo y--

—Gulf me dijo que lo llamaste

—Ah, mierda, ese idiota —Chasquea la lengua. Mew sonríe.

Gracias, Jin, gracias de verdad. — Mew le abraza, haciendo a Gulf alzar la cabeza cual suricata desde su silla, Malaí ríe al notar esto.

Más, los ojos de Jin se cristalizan, no sabe si sentirse feliz porque a Mew le hizo bien que Gulf haya llegado, o sentirse dolido porque tal parece que al peliazul le ha dado igual que no fuese él quien llegara. Un nudo vuelve a acumularse en su garganta, en el momento en que va a rodear la cintura de Mew, con sus manos, este se separa haciendo que sus movimientos se congelen en el aire. Dándose por vencido, encoge sus dedos y baja sus manos, sonríe al hermoso chico frente a él.

—No agradezcas, fortachón. — Mew sonríe. NamJoon y Gulf, les andan observando desde la distancia, mientras que Jimin y Suga, andan más inmersos en cubrir una traviesa marca en el cuello del más bajito.

—Oh, me faltan las fresas — Malaí dice.

—¡Yo iré por ellas! — Se ofrece NamJoon. Justamente cuando Mew va a decirle algo a Jin, el rubio llega y tira  de su brazo, llamando la atención de ambos. Jin le ve con ojos bien expandidos. —La señora Kanawut ha dicho que vengas conmigo para comprar fresas. — Ambos chicos comparten una confundida mirada, frunciendo el ceño, y más aún porque NamJoon no está viendo en su dirección. —Vámonos — No espera respuesta alguna y tira de Jin hasta sacarlo de ahí.

Mew se queda de pie, intentando procesar lo que acaba de pasar. —Mi madre dijo — Susurra Gulf en el oído del menor.

—No fuí capaz de escucharla —dice Mew. Realmente creyendo que la señora Kanawut envió a Nam con Jin. Sea como sea, a Mew le alegra saber que Jin puede distraerse.

En ese momento suena el timbre de la casa, todos quedan expectantes, compartiendo miradas unos con otros, pues no esperaban a nadie más. Kaownah va bajando las escaleras, siendo un blanco fácil de las miradas de todos los presentes.

—¿Q-Qué? A-A mí no me vean, yo no invité a nadie — Menea ambas manitas en el aire.

Es entonces que la pelinegra de mechas fucsias, baja corriendo como loquita desquiciada, desde las escaleras. —¡Fuí yo! ¡Fuí yo! — Va diciendo, mientras corre hacia la puerta.

Al llegar hasta ahí, la abre con rapidez dejando ver a una Nikita que por milagro de Dios, o del de abajo talvez, viste formalmente hoy. Unos pantalones elegantes, un chaleco que cubre hasta arriba de su ombligo y una chaqueta manga larga que hace juego con sus pantalones, y eso sí, sus converse negros, toda una rebelde bien vestida. Pray se pone de puntitas para darle un beso de "piquito", haciendo que a Kao se le vayan los colores, a Malaí se le caiga la harina, y a Suga que le ayude a Jimin a subir más el cuello de tortuga de su camisa para que no se note la marca, pues no quieren dejar ir un bombazo como ese que acaban de presenciar justo ahora.

Pues ni ellos saben cómo rayos acabaron en la casa del mayor, bebiendo demás y terminando por tener una "clase de anatomía" bastante prolongada.

T-Te picó un mosquito — Balbucea Suga.

—S-Sí —dice Jimin —Ttzzzt — Imita el sumbido del mosquito.

Mew y Gulf solamente comparten una mirada complice, con sus rostros sonrojados, sonrisas tiernas y tímidas.

—Tía, ella es Nikita... mi n--

—¡¡AAAAAHHHH!! —gritan Kaownah, Gulf y Suga, cubriendo sus oídos, pues no quieren escuchar la palabra que prosigue.

—Tengo náuseas —dice Gulf.

—Mi niña ya creció —lloriquea Kaownah.

—Yo ví como le succionaban las culpas —comenta Suga, ganándose un codazo por parte de Jimin, y haciendo que Pray, Nikita y Malaí, casi se ahoguen con agua invisible.

—¡¿Le succionaban qué?! —pregunta Malaí sorprendida.

—¡Nada! —dicen Nikita y Pray al mismo tiempo. Mew y Gulf solo ríen.

—Nikita, bienvenida a la familia — La mayor se acerca a ellas y abraza a la de cabello corto. Esta corresponde el abrazo toda tímida y le entrega un paquete de galletas.

Mew abraza a Pray, apretujandola toda —Felicidades diablilla — Pray sonríe toda tímida, y se apega más a él, provocando la ira de su primo.

—Gracias, MewMew.

—Ejem... — Carraspean Gulf y Nikita, al mismo tiempo. Ambos dos se echan a reír y se separan.

—Bueno, vamos a la cocina —indica Malaí.

—Wow, ahora veo que el amor sí nace de un golpe. — Gulf ríe ante lo dicho por su hermano menor. —Ahora te llamaré: la fresa masoquista — Continúa molestando a las dos chicas, las cuales solo se echan a reír sonrojadas.

Todos caminan hacia la cocina, Kaownah disfrutando la vista, para su infortunio, su cuñado le gustó más de lo que debería, pero sabe que su hermano va a matarlo si se entera. De último van Jimin y Suga, este último intentando subirle aún más el cuello de tortuga, al menor.

—¡Si sigues así, terminarás por asfixiarme! —regaña Jimin en voz baja.

—Jiji, perdón — Suga sonríe de dientes, haciendo al bajito sonreír junto con él.







—Ya tenemos las fresas, NamJoon, ¿por qué no podemos volver aún? — Ambos están sentados en la acera frente al centro comercial, bebiendo un té en botella.

—Jin... — El de ojos verdes, vuelve a verlo.

—¿Mmm? —Da un trago a su té.

—¿Por fin dejarás de llamarme "idiota? — Jin ríe.

—No lo sé, ya me encariñé con ese sobrenombre. — NamJoon se le queda mirando indignado, lo cual hace a Jin reír. —¡Está bien! ¡Está bien! Ya no te llamaré así, ¿de acuerdo?

—Más te vale que ya no lo hagas — El rubio se pone de pie.

—¿O sino qué? — Reta Jin, sonriendo cual villano él. NamJoon se gira dándole la espalda —¡Ah! ¡¿Ya nos vamos, idiota?!

—Basta, Jin. Te lo estoy advirtiendo, llámame así una vez más y ya verás.

—¡Uuhh! — Jin se abraza a sí mismo —Que miedo — Vuelve a reír. NamJoon sonríe de lado pero sin dejar que Jin lo note.

—Solo te advierto —dice. Jin comienza a dar saltitos a su alrededor.

—Ahora te la llevas de misterioso —bromea, —¿qué me harás, eh? Idiota, idiota, idiota. — Va cotorreando en cada saltito que da alrededor del más alto. —Vamos, ¿qué me harás, idiota NamJoon? —Golpea sus hombros —Idiota, idio--

Sus labios se juntan y sus ojos se agrandan, sella su boca de inmediato, al sentir los labios ajenos sobre los suyos. Observa a NamJoon que tiene sus ojos cerrados mientras mantiene sus labios sobre los esponjosos suyos, traga grueso y no se mueve ni un poco, sus manos juntas en su pecho y las bolsas con las fresas, colgando de su muñeca. NamJoon con lentitud se separa de él, viéndolo fijamente, Jin ni siquiera entiende a su corazón ahora mismo, no sabe si es por la sorpresa o se deba a otra cosa, pero este parece que va a salirse de su pecho.

Esto —musita el rubio, con su rostro todavía muy cerquita al suyo. Jin se le queda viendo fijamente, su garganta se ha secado y quiere correr pero maldita sea, sus piernas no se mueven  —. Vuelve a llamarme idiota otra vez —Sonríe. Jin traga grueso.

Por fin saca valor sabrá Dios de dónde, y empuja con casi nada de fuerza a NamJoon. Retira la bolsa de su muñeca y se la lanza a NamJoon, este con buenos reflejos la toma, sonriendo como tonto.

—Estás loco, NamJoon. —Comienza a caminar con prisa, su mano en su pecho y hasta gracioso se ve de lo rápido que camina. Vuelve solo la mitad de su cuerpo hacia atrás al darse cuenta que NamJoon no está llendo tras él. —¡Camina, id!-- — El rubio alza una ceja a la vez que sonríe. Jin cubre su boca y sus mejillas se vuelven rositas, dejando una imágen muy tierna de apreciar. —¡Aish! — Se da la vuelta y sigue caminando. NamJoon aprovecha y corre tras él, sonriendo feliz. Logra alcanzarlo y nota como este le desvía la mirada.

—Me gustas, niño Zafiro. — Deja salir de repente, haciendo que los pies de Jin se congelen. —Me gustas, Jin. Mucho. — Se inclina para dar un beso en la mejilla de este, y ahora es él quien sale corriendo, dejando a un atónito Jin aún de pie, en medio del parqueo del centro comercial.

[WAAAAA-AAAAAAAHHHHH, a mí me insertan ese grito, porque sí. ¡¡¡Me muero!!! 😍🥺💜😭]



Los chicos van llegando a casa, ninguno de los dos ha dicho ni una sola palabra en todo el camino. Al entrar a la casa, encuentran completa soledad, a medida que se acercan a la cocina, escuchan las risas y carcajadas de todos. Desde una Pray que ha llenado a su tía de harina, hasta un Mew que no puede hacer bien la mezcla del fondant para el pastel, un Jimin que ha hechado el huevo con todo y cascarón, y un Kaownah que estaba echando las cáscaras de banana en el bowl, y las bananas en el bote de basura, por estar pendiente al vídeo.

NamJoon y Jin voltean a verse intentando escapar de ahí antes de que alguien más los vea. Pero justamente cuando se dan la vuelta, Jimin grita.

—¡Hey! Jin, ayúdame. El asesino de elfos es bueno cocinando. — Todos voltean a verlo.

—¿Eso es verdad? —pregunta Malaí. Jin al ver la expresión de "auxilio", de la pobre mujer, asiente.

—S-Sí —responde bajito.

—¡Oh! ¡Aleluya! — Exclama un poco exagerada la señora Kanawut, haciéndolos reír a todos. Nikita continúa lavando los trastos que han ensuciado hasta de gratis, todos.

Jin llega hacia ella y comienza a ayudarle a preparar una nueva mezcla para el pan que llevará el pastel, Jimin llega y tira de NamJoon para que este le ayude a Kaownah con las bananas porque ese chico ya es caso perdido. Tanto así que ni cuenta se da cuando NamJoon retira el recipiente en donde se supone deberían de ir las bananas, él continúa atento a su película de terror que está viendo en el celular.

Los chicos continúan intentando crear un fondant que pueda mantenerse sobre el pastel y no que se les corte cada vez que le pasen el rodillo. Gulf le hace demasiado fuerte y siempre se rompe, entonces Mew decide ayudarle, tomando desde atrás sus brazos e indicándole que lo haga con más suavidad.

Tampoco sabe ni "pío" de eso, solo quiere verse cool y poner nervioso al mayor.

Hoy amaneció travieso. Todos sonríen disimulados, al contemplar desde su lugar el acercamiento de ambos, Nikita le lanza un beso en el aire a Pray, y esta susurra:

Mi bella cenicienta — Ambas se sumen en una burbuja empalagosa, pero hermosa.

El único que no sonríe es Jin, intenta mandar a su cuerpo a que mueva su cabeza hacia otra dirección, pero simplemente no puede. NamJoon que siempre está tan pendiente de él, nota eso y corta un pedazo de banana y se lo mete en la boca, haciendo que este de un salto de sorpresa. Se echa a reír aún con sus ojos cristalinos, contemplando la bonita y alargada sonrisa que le regala el rubio.

Toma un poco de harina y se la lanza a este, espolvoreando de blanco su rostro. Este ni siquiera se espera y toma de la misma harina que Jin tiene y se la lanza, iniciando así una guerra de harina en la que se llevan consigo incluso a los demás.

Jimin le tira a Jin, haciendo que esta entre incluso en su boca pues este se estaba riendo.

—¡Oye, La-Lah !— Toma otro puñado y se la tira.

Gulf toma un poco de harina y se la restriega a Kaownah en el rostro, haciendo que este empiece a gritar. Todos se echan a reír.

Aún entre risas, Malaí sale de ahí, con el pastel que por milagro de Dios logró armar, esperando a que estos se calmen para poder meterlo al horno. Gulf va detrás de ella y ambos se quedan de pie al inicio de la puerta de la cocina, sus miradas fijas en los tres chicos que han tomado personal el llenarse de harina. Mew estando en medio de los dos, pues Jimin se cubre detrás del peliazul.

Gulf ríe en cuanto observa que Mew toma a Jin de los hombros y lo apega a su pecho para que Jimin lo pueda llenar de harina, los tres siendo como locos, como si ya estuvieran acostumbrados a ser solamente ellos.

El corazón del pelinegro se oprime, cuestionándose por primera vez, ¿cómo había nacido la amistad de esos tres? Mew no sonreía ni se divertía de esa forma cuando estaba con él, Jin se da la vuelta y comienza a llenar de harina el cabello de Mew, este no se resiste y al contrario intenta hacer lo mismo, mientras Jimin da saltitos alrededor de ellos animando la pelea.

[Vamos a Insertar "Happier" de mi poderosísimo Ed Sheeran, porque sí]

Jin y Mew se ponen de acuerdo en una mirada, para tomar a Jimin de un brazo cada uno, mientras Suga le echa harina. Todos en esa cocina están riendo, a excepción de Gulf que continúa observando fijamente al chico que ama, sonreír feliz al lado de esos dos. No sabe si tiene celos de ellos por conocer esa parte de Mew, antes que él, o si está molesto consigo mismo por haberse perdido esa parte de Mew.

¿Podrá hacer las cosas bien esta vez?
¿Esta vez podrá permanecer al lado de Mew y demostrarle que de verdad lo ama?

Es inevitable que una lágrima no se derrame sin siquiera él darse cuenta de ello, solloza. Su madre le observa, con sus brazos cruzados y su expresión tranquila.

—Si no estás seguro de ser capaz de permanecer a su lado, entonces no le des esperanzas, Gulf. Ese chico te ama y se le nota incluso a leguas de distancia. Ya dejaste que tus temores te ganaran una vez, no dejes que vuelva a suceder. — El pelinegro no dice nada, simplemente observa a su madre. —Él ya se volvió valiente... solo faltas tú.

Su madre se da la vuelta, dejando solo a Gulf ahí. Este suspira y limpia su lágrima, asiente. Esta vez harán las cosas bien, porque sabe que por más que Mew lo ame, de amor no se vive, y si solo existe amor pero no confianza o lucha por parte de ambos, en algún momento todo puede llegar a deteriorarse.

Sonríe feliz de saber que Mew lo ama, y él... ama mucho a Mew.

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No sé ustedes, pero amé este capítulo. 😍

Y ya vimos que Mew no es el único que tiene inseguridades.

¿Teorías al respecto del porqué de la pesadilla de San? Los estaré leyendo.💜

Créanme que la historia se quiere seguir alargando alguito, pero yo nomás no dejo, máximo llegamos a los 50 caps, pero de ahí no pasamos (espero 🤞)

Nos leemos en el siguiente.

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