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☆•𝐂𝐈𝐍𝐂𝐎•✩

Maratón 1/2 🌻

Beibis💜, les traigo este maratón bueno y bonito, en agradecimiento por todo su apoyo y por todos los mensajes bonitos que recibí de ustedes hoy. Realmente son lo mejor de lo mejor para mí, prometo que este cap y el siguiente están bastante llenitos de amor (por ahora un amor medidito, sincero y puro). Espero les guste tanto como a mí, disfrútenlo, mis solecitos hermosos y de nuevo millones de gracias por su hermoso apoyo y sus mensajes de ánimo, por supuesto la historia continúa.

¡¡Comencémos!!

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Mew se encontraba en su habitación con un libro entre sus manos, una semana había transcurrido ya desde que su padre le dijo que hablarían acerca del asunto de su "escapada" de la universidad. Pero no fué así, llegó el fin de semana y no habían discutido absolutamente nada acerca del tema, pero había algo en aquel silencio que ponía nervioso a Mew, sabía perfectamente que su padre estaba enfadado con él y aquello era la mejor de las situaciones para San, eso le encantaba, que su padre se enojara con Mew. El segundo gemelo había intentado hablar con Chai pero, este se negaba a escucharlo. Ignorándolo a cada oportunidad que tuviera o evitando cruzar miradas con él.

Era sábado por la tarde y se encontraba en casa solamente con su hermano, el cual por milagro de Dios no había querido salir a ningún lugar, Mew había pasado toda la tarde intentando estudiar pero estaba demasiado distraído, siempre terminaba leyendo el mismo párrafo una y otra vez así que, al final de cuentas decidió rendirse y dejar las tareas para otra ocasión. Se recostó en el respaldar de la cama y cerró sus ojos.

La ocasión en la que San le dijo que a nadie le importaba lo que él sentía, Mew pensó que aquello era mentira, que se lo dijo solamente por ser cruel... pues él jamás imaginó que aquello fuera verdad. ¿Pero ahora? No lo sabía en realidad, la semana que acababa de transcurrir le mostró que, a pesar de ser cruel, también era verdad, pues a medida que transcurrían los días parecía aumentar el hecho de que a nadie le importaba su versión de la historia, él lo sabía bien, sabía muy bien que no merecía el trato que recibía... pero, ¿qué podía hacer? Él ni siquiera lo sabía.

¿Por qué me pasa esto? —se preguntó a sí mismo —¿Qué harás, padre? ¿Por qué no me has hablado? —Restregó su rostro con sus manos y suspiró decepcionado, debía admitirlo: se auto-compadecía un poco.

Pero intentaba comprenderlo, comprender lo que ocurría, él era capaz de soportar ser un Marginado en la universidad, más bien estaba acostumbrado a ello, pero... ¿ser un Marginado en su propia casa? ¿Con su propia familia? Sí, definitivamente eso dolía más, era más difícil de soportar y de intentar sobrellevar, de aceptarlo. Sí, era bastante difícil.

San se encontraba en la sala viendo vídeos en YouTube en su celular, riendo como maniático al observar accidentes de caídas, el vídeo finalizó y él continuó riendo. Miró en dirección a la habitación de Mew en la segunda planta y río aún más alegre. Mew no salía de su habitación desde el jueves, los dos últimos días sus clases habían sido suspendidas, por lo cual habían permanecido en casa desde el jueves, días en los cuales Mew no se había asomado ni siquiera a la cocina y su padre ni siquiera se había molestado en subir a saludarlo.

Escuchó golpeteos en la puerta y cruzando los ojos se puso de pie y caminó a abrirla. Grande fué su sorpresa al observar quien estaba frente a su puerta.

—¡Gulf! —exclamó asombrado, pero de inmediato la malicia llegó a su sistema — ¿Qué estás haciendo aquí?

—Oye niñito, sé que es raro presentarme así de la nada, pero...--

—Para nada, —Interrumpió San —sé que has venido por mí y me alegra saberlo, pasa. — Gulf frunció el ceño pero decidió pasar —¿Puedo ayudarte en algo?

—Sí puedes, primeramente no te hagas ilusiones de que estoy aquí por tí y segundo pero más importante, ¿podrías decirme si tu hermano está en casa? Por favor.

—¡¡¿Cómo?!! ¡¿Buscas a Mew?! — Gulf asintió —Ya entiendo, esto es una maldita broma, ¿cierto? — Gulf negó.

—Supéralo, ahora dime si se encuentra o no.

—A menos que necesites ayuda con tus trabajos de la universidad o algo así, no me creo que hayas venido a buscar a ese fracasado —soltó San.

—¡No lo llames así! Al menos no en mi presencia. ¿Se encuentra o no se encuentra? —Volvió a preguntar, molesto.

—Ya te lo dije, es un estúpido sin amigos. — Gulf apretó sus puños. —Está arriba en su cuarto. — Gulf se dió la vuelta de inmediato en dirección a las escaleras, ignorando los protestantes gritos de San diciendo que ni siquiera sabía a qué cuarto debía ir. —Gulf, ¡¿quieres que te guíe?!

—¡Gracias, pero paso! —respondió, cruzando los ojos.

Llegó al final de las escaleras y suspiró un poco aliviado al descubrir de inmediato cuál era la habitación de Mew, era súper fácil ya que una de las dos puertas tenía un póster de la NASA y por lo que pudo observar la ocasión anterior, Mew llevaba consigo varios libros de constelaciones y esas cosas. Sin dudarlo ni un segundo se dirigió a esa puerta y tocó un poco fuerte.

—¡A menos que se trate de que la casa se está incendiando! ¡LÁRGATE Y DÉJAME EN PAZ! —Escuchó el grito de Mew.

Llevó su mano a cubrir su boca debido a que aquello le causó bastante gracia, intentó calmar su risa y aclaró su garganta.

—¡Vaya! No tenía idea de que podías ser mal educado —dijo, con su voz un poco temblorosa. Fué testigo de un ensordecedor silencio que se apoderó del interior de aquel cuarto y volvió a reír. —¿Me permitirías pasar? Por favor. —Pidió.

Escuchó los pasos y luego un golpe, seguido de eso un quejido y por último el ruido de la manecilla de la puerta siendo girada. Su corazón se detuvo al observar el bonito rostro del chico al cual no veía desde que lo conoció, este siempre vistiendo sus enormes suéteres y sus gorros de aliens, sus gafas adornando su rostro.

—P-Pasa... — Él le sonrió y asintió. Observó con atención todo el lugar y luego se giró hacia Mew quien había permanecido frente a la puerta.

—Es muy bonito, me gusta esto. —Tomó el peluche de astronauta.

—Gracias... ¿y bien?

—¿Y bien? —repitió Gulf, sintiéndose bastante nervioso. Mew lo observó confundido.

—¿Qué necesitas? — Le preguntó, realmente se sentía muy nervioso al tener a Gulf en su habitación. ¡¡En su habitación!! Aquello incrementó el nerviosismo en el mayor y dejó caer el peluche.

—Ah, sí, eso... escucha, Mew... llevo toda la bendita semana pensando y recordándome a mí mismo que esto no tiene absolutamente nada que ver conmigo. — Mew asintió mientras lo observaba atento —Así que, por eso mismo quiero pedirte unas muy sinceras y anticipadas disculpas por ser un completo entrometido en esto, ¿de acuerdo? — Mew volvió a asentir. —Pero, así mismo he estado pensando mucho, demasiado, en lo que sucedió la vez anterior y... —Suspiró —escuché la manera en la que te trata San, lo cruel que fué al decirte todas esas cosas. — Mew cambió su semblante de inmediato y él también suspiró.

—Mira, no es nada importante, él me trata así todo el tiempo, eso siempre es así. —Explicó Mew.

—¿Te refieres a que siempre te ha tratado de esa forma? — Mew asintió —¿A diario? —Volvió a asentir.

—Gulf, de verdad siento mucho que hayas escuchado eso, discúlpame. — Aquello hizo fruncir el ceño a Gulf. Rió con sarcasmo.

—¿Por qué te disculpas? — Mew parpadeó y ladeó la cabeza.

—Aún no entiendo por qué te importa —preguntó Mew, la timidez se podía sentir en al ambiente. —. Nos conocemos hace apenas unos días. — Gulf rascó su cuello con una de sus manos y sonrió.

—Sí, te juro que me he repetido lo mismo más de una sola vez. — Ambos sonrieron —De hecho, toda esta bendita semana para ser exactos.

—Y entonces... ¿por qué estás aquí, precisamente? — Mew creía que de un momento a otro los fuertes latidos de su corazón lo dejarían completamente sordo.

—Quiero creer que se debe a que yo también tengo un hermano, a diferencia de ustedes, yo soy mayor que él. Discutimos y en algunas ocasiones tenemos nuestros roces y problemas, pero aún así jamás nos hemos tratado de la forma en que San lo hace contigo, incluso yo no puedo verme tratándolo de esa forma y tampoco a él haciéndolo conmigo. — Mew comprendió y asintió. —A pesar de todo eso, siempre que lo he necesitado y aunque a veces me vuelva complicado o viceversa, nos apoyamos, siempre estamos para el otro. — Los ojos de Mew se cristalizaron y Gulf se sintió el peor chico del mundo.

Tragó grueso antes de hablar.

—Pues, en ese caso, déjame decirte que tienes mucha suerte... al igual tu hermano.

—Durante esta semana me he planteado mucho el estar en tu lugar, intentar imaginar lo que se sentiría y llegué solamente a una conclusión...

—... — Mew lo observó atento.

—La cual es: que me sentiría muy solo, completamente solo. El de lentes sonrió con pesar —Supongo que no soportaría un maltrato así. ¡Mucho menos de mi propia familia! — Suspiró y jugó con sus dedos.— Así que... supongo que estoy aquí porque quiero hacerte saber una cosa: A lo mejor te sientas que estás completamente solo en el mundo, como si fueras una persona a la que todo el mundo ignora y absolutamente nadie ve. — Se acercó a Mew y tomó sus manos.

—... — El gemelo ni siquiera sabía qué decir, las palabras se quedaban atoradas en su garganta y se consumían entre la calidez que su corazón sentía ahora mismo.

—Pero déjame decirte esto, Mew: yo te veo... y estoy aquí, estoy para tí. Lamento mucho que tu hermano no te vea y que tu padre tampoco lo haga, pero yo sí, Mew dejó escapar un sollozo —sé que casi no te conozco pero... — Los ojos de ambos estaban conectados, lo demás pasó a segundo plano, solamente eran ellos y sus miradas convertidas en una sola —por si tengo razón en que te sientes solo, quiero que recuerdes que a partir de hoy, yo voy a estar para tí. Eres una persona bastante fuerte y el que soportes todos estos maltratos habla mucho de tí y muy poco de tu hermano, ten por seguro que su karma llegará algún día, siempre lo hace. — Mew le sonrió.

—Creo... d-de verdad muchas gracias, Gulf. Eres la primera persona que me ha dicho algo como esto.

—No es nada, también estoy aquí por una cosa más. — Mew lo observó atento. —Sé que es muy pronto y esas cosas pero... ¿quisieras salir conmigo? — El de lentes abrió grandemente sus ojos —S-Salir a distraernos, quiero decir. —Tragó grueso. —Si... si no te gustan los lugares públicos podemos ir a mi casa y... —Nuevamente pasó saliva —eh.. recrear tu cita ideal, ¿sabes? Veamos películas y comamos helado, vayamos al centro comercial en motocicleta ya que me dí cuenta que te gustó mucho, contemos los autos al pasar o inventamos historias y y...

—Por supuesto que me encantaría — Gulf sonrió ampliamente ante aquella respuesta. Llevó la mano a su bolsillo y sintió aquel material de lo que había llevado destinado como un regalo para Mew.

—¡Espera! — Mew se giró de inmediato hacia él. —Hay algo que quiero darte.

—¿A mí? ¿En serio? — La cálida y tierna sonrisa de Mew no hizo más que derretir su corazón. Caminó hacia el de lentes y sacó una cadena fina de la cual colgaba un pendiente de una ave fénix, esta pintada de un color naranja pálido.

—Mi padre me dió esto antes de morir, yo tenía siete años. —Extendió sus brazos y los pasó por el cuello de Mew, cerrando la cadena en la parte trasera del mismo. —Él sabía que iba a morir a causa de su enfermedad así que, decidió obsequíarmela. Me dijo que debía ser como el ave fénix quien muere pero resucita, y cuando lo hace lo hace con una fuerza tres veces más grande que la de antes. Siempre que tuve problemas o llevaba una mala racha en mi vida... esa cadena me ayudó mucho, prometí que siempre la mantendría conmigo pero... quiero que la conserves, Mew.

—¡Pero... Gulf, y-yo...

El pelinegro llevó uno de sus dedos a los labios de Mew y lo hizo guardar silencio.

—Por favor, sé que tú la cuidarás tanto como yo, o quizá aún más, recuerda que no estarás solo y que para mí, a partir de ahora tú serás mi ave fénix. — Mew tragó grueso y asintió —De ahora en adelante en cada ocasión que San te ataque, que tu padre no te crea o que sientas que estás solo, observa cada una de las perlas que tiene el ave, y quiero que por cada una pienses en una cosa que te haga feliz, que por cada una pienses en algo que sientas que haga valer la vida, que te haga agradecer el hecho de estar vivo. — Mew le sonrió nuevamente y suspiró.

Permaneció observándolo a los ojos. No sé atrevió a decirle que en ese momento tan solo necesitaba de una perla, porque la razón del seguir viviendo ya la tenía, estaba justo frente a él. Su corazón latía con locura y por primera vez experimentó aquello llamado: "mariposas en el estómago."

"¿Por qué me siento así si apenas lo conozco?" Se preguntó a sí mismo.

Pero aunque así fuere, aunque llevara apenas unos días de conocerlo, sentía una conexión instantánea con él. Y cuando recordaba que había resistido a todas las mentiras y el "encanto" de San, sentía que podía confiar plenamente en él, por primera vez había encontrado a una persona en la cual él podría confiar.


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*Grititos de emoción*

Hi, el quinto cap y por fin con un final bueno y bonito.😍

Esperaré por sus comentarios y sus opiniones al respecto y... no es por alarmarlos pero...

Lo peor está por venir

Nos leemos a la próxima😍.

Bye.

Besitoss

♡•Jeff Suppasit•♡

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