Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

21: Una muy larga charla.

El reloj marcaba las horas más oscuras de la madrugada cuando el silencio de la mansión Briand fue interrumpido por el sonido estridente de un teléfono que resonaba en el despacho de Jerome. El duque, que se encontraba sumido en sus pensamientos, se sobresaltó al escuchar el sonido inoportuno.

Se levantó de su cómodo sillón y caminó con paso firme hacia su despacho. El teléfono continuaba su insistente llamado, resonando en cada rincón de la habitación lujosamente decorada. Jerome tomó el aparato y, sin siquiera mirar la pantalla, respondió con voz fría y contundente.

—¿Qué quiere, Terry?

La voz de Pete Terry, en el otro extremo de la línea, sonaba desesperada y agitada. Sus palabras eran difíciles de entender debido a su respiración entrecortada.

—Duque, escuche con atención...

El duque frunció el ceño, notando la gravedad en la voz de Pete. Aunque no tenía mucho aprecio por él, sabía que no llamaría por nada, algo debió o debía estar sucediendo para que llamara de esa forma. Además, ni siquiera el actual líder de la familia, sino, el hijo mayor, Pete.

—Habla claro, Pete. ¿Qué es lo que quieres decir?

Pete suspiró, tratando de recobrar la compostura.

—Si se lo dijera yo, usted, no me creería, pero sabe muy bien quién es Dereck Bianco. ¿Conoce el Queen Motel? Bueno, pregunte a su hijo qué sucedió en ese lugar. Pregúntele cuál fue el incidente del Queen Motel porque es algo grave. Y si se lo está preguntando, sí, Celio fue voluntariamente y salió herido.

Las palabras resonaron en los oídos de Jerome como un golpe. Celio había sido herido en algún altercado que desconocía totalmente. No era un secreto para nadie que su hijo solía ir al Queen Motel a verse con Bianco, pero no creyó que esas visitas se terminaron por una situación que involucraba heridas físicas.

—Pero, recibió ayuda de alguien. No tengo nombres porque no sé quién fue, pero téngalo presente. Y, como consejo, debe estar ligado a los medios de comunicación porque este incidente, no ha salido a la luz.

La mansión de los Briand se alzaba majestuosamente en medio de un vasto terreno, rodeada de exuberantes jardines y altos muros que le otorgaban privacidad y un aire de misterio. La imponente arquitectura de la mansión era una combinación única de grandiosidad y elegancia contemporánea.

La fachada de la mansión se destacaba por su blancura impoluta, que resplandecía bajo la luz del sol, creando un contraste sorprendente con el cielo azul. Los muros externos estaban adornados con detalles en tonos negros y grises, añadiendo un toque de sofisticación y vanguardismo. Las líneas rectas y limpias del diseño arquitectónico daban una sensación de orden y precisión.

La entrada principal de la mansión estaba flanqueada por imponentes columnas de mármol blanco, cuya perfección geométrica se veía realzada por sutiles detalles en tonos oscuros. Un amplio portal de cristal, enmarcado por una estructura de acero, invitaba a adentrarse en un mundo de lujo y refinamiento.

Al cruzar el umbral de la mansión, se revelaba un vestíbulo de techos altos y amplios espacios, inundado de luz natural que se filtraba a través de grandes ventanales. Los suelos de mármol blanco brillaban con elegancia, reflejando la luz y creando una sensación de amplitud.

Celio, quien ingresó primero, mantenía el ceño fruncido. No estaba preparado para enfrentarse a su padre en un interrogatorio, donde el interrogado, sería él. Le daba escalofríos y, si miraba a Frank, podía darse cuenta de que este estaba mucho peor. No lo culpaba, después de todo, su padre lograba causar esa impresión.

Ambos caminaron hasta toparse con la mirada penetrante de Jerome. Él los esperaba en la sala, sonriente y bebiendo algún tipo de té, pero Marion, estaba más que furiosa. Y se puso peor al verle el rostro.

Su mirada recorrió el rostro golpeado de Celio, llenándose de preocupación y enfado a partes iguales. La ira burbujeaba en su interior mientras observaba las heridas de su hijo, y sus ojos se desviaron hacia Frank, buscando respuestas.

Celio, con gesto serio, condujo a Frank hasta uno de los sofás y se sentó a su lado. Podía sentir la tensión en el ambiente mientras Jerome los observaba con una sonrisa enigmática desde su posición. La sala, con su elegante decoración y tonos neutros, parecía en contraste con la atmósfera cargada de la situación.

Marion se levantó, su rostro expresando su determinación mientras se acercaba a Celio. Sus ojos oscuros se clavaron en él, buscando respuestas.

—¿Quién te hizo esto? —inquirió, con voz firme y entrecortada, su preocupación palpable en cada palabra. No esperaba una respuesta inmediata, pero su mirada indicaba que exigiría una explicación.

Celio suspiró, sintiendo la presión del interrogatorio que se avecinaba. Sabía que debía enfrentar a su padre y aclarar los eventos de la noche anterior, pero también temía las consecuencias que podrían derivarse.

—Si piensas que fue Frank, no es así —dictaminó Celio. Frank no podía decir nada, estaba demasiado nervioso por la mirada del duque clavada en él—. Fue Pete Terry —confesó y su madre apretó sus manos hechas puños. Jerome le tocó el hombro, como diciéndole que se relajara.

—¿Y por qué? —cuestionó Jerome, observando a Frank fijamente. Celio lo notó y rápidamente respondió.

La sala se sumió en un profundo silencio, uno que Frank no sabía si aguantaría. Jerome se puso de pie y fue hacia la cocina. Marion seguía mirándolos con una expresión de enojo y Celio se cruzó de brazos mientras resoplaba.

El ambiente en la sala se volvió aún más tenso cuando Jerome regresó con una bandeja de bebidas calientes. Mientras se servía una, observó fijamente a Frank, quien se sentía incómodo bajo su mirada penetrante. Celio notó la extraña expresión en el rostro de su padre y decidió intervenir antes de que la tensión se hiciera insoportable.

—Porque me lo busqué, aunque él tampoco es un santo. Es un hipócrita que no sabe recibir un "no" como respuesta —respondió Celio, provocando una mueca peculiar en el rostro de su padre. No era un reclamo directo, sino más bien una mezcla de molestia y decepción.

Un silencio profundo se apoderó de la sala, y Frank no sabía cómo soportarlo. Jerome se levantó de su asiento y se dirigió hacia la cocina. Mientras tanto, Marion los observaba con una expresión de enojo, y Celio cruzó los brazos y resopló en señal de frustración.

Jerome regresó con una bandeja llena de tazas de chocolate caliente, ofreciéndoles a cada uno. Tomó una para sí mismo y bebió con elegancia. Celio le pasó una taza a Frank, quien la recibió con las manos temblorosas, y luego tomó la suya. El pelinegro notó una expresión extraña en el rostro de su padre al percatarse de la bebida caliente.

—¿Y el Queen Motel? —preguntó Jerome, sorprendiendo a Celio, quien casi se atraganta con su bebida. No esperaba que Terry hubiera mencionado ese incidente. Estaba decidido a hacerle pagar a Pete por todas las malas jugadas.

—Ese es un tema aparte, muy aparte. Ni siquiera están relacionados —respondió Celio, mientras su padre lo observaba con una sonrisa enigmática.

—Lo sé, creo tener la línea temporal de los sucesos un poco formada —agregó el duque. Marion se contuvo de intervenir, consciente de que con cualquier comentario podría encerrar a Celio en su habitación para siempre—. Pero me gustaría saber por qué dejaste de ir a ver a Bianco. No me digas que no es así, porque eso es algo que sé desde el principio.

Celio frunció el ceño, y Frank lo observó nerviosamente. Era evidente que nadie se libraría de esa conversación. La atmósfera se volvió más pesada mientras todos esperaban las respuestas que Celio debía dar, enfrentando las consecuencias de sus acciones y revelando los secretos que habían sido ocultados durante mucho tiempo.

Vrga, juasjuas. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro