Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

07: "Preparativos y marcas de besos".

—Denegado —respondió Jerome. Portaba una sonrisa alegre, pero de alegre, no tenía nada. La mujer que tenía consigo las muestras de telas, suspiró resignada—. No te mentiré, son muestras hermosas, pero no me gustan —agregó y se puso de pie.

—¿Y qué le gustaría, señor? —peguntó la chica y guardó las muestras—. Hay tantos diseños y colores que podría ser un poquito más específico.

—Es verdad, discúlpame por eso. Hay exactamente un estilo que busco, uno muy particular. Marion también estuvo de acuerdo con la elección y, diría que mi hijo también, pero no ha llegado todavía. Así que, lo hagamos sin él —habló el Duque Jerome mientras buscaba la carpeta con las fotos de lo que buscaba. En eso, escuchó la llegada de alguien. Por supuesto, sabía que era su hijo, su caminar lento y despreocupado lo delató—. Celio, llegas tarde.

—Por tres minutos —agregó el muchacho, haciéndose notar por la chica de las muestras, quien no había reparado en su presencia. Le molestaba que su padre siempre se diera cuenta de que era él quien llegaba por el sonido de sus pasos, intentaba engañarlo, pero simplemente no podía.

—De hecho, serían tres minutos y veintitrés segundos, que es lo que te toma abrir la puerta y hacer tus primeros dos pasos —comentó Jerome de espaldas a Celio y luego giró con una enorme sonrisa en su rostro—. Aquí está. —Celio sonrió ante la observación tan precisa de su progenitor y luego se dispuso a observar la carpeta que tenía en sus manos.

—¿Qué es? —preguntó el joven, a lo que Jerome le mostró el interior y le revolvió el cabello.

—Una idea para la velada —respondió y caminó lentamente mientras le dejaba tiempo a su hijo para que mirara y organizara su opinión. En eso, notó que Celio tenía el cuello enrojecido, parecían picaduras de mosquitos, pero sabía que el mosquito en cuestión tenía nombre y apellido. Lo dejaría pasar por el momento.

—¿Esta es tu idea? —Su padre asintió—. Debo decir que es arriesgada, pero me gusta. Además, ¿a quién no le gusta arriesgarse un poco? —Celio sonrió luego de decir aquello. Estaba seguro de que su padre elegiría algo bastante llamativo y, tal vez, controversial, y no se equivocó.

—Perfecto. Tome estas fotos y consiga muestras de este tipo —ordenó con suavidad para luego dejar que la chica tomara sus cosas y se marchara con una enorme sonrisa. Justo después, caminó hacia la cocina junto a Celio y se acercó a su hijo para levantarle el cuello de la camisa que llevaba—. Si tu madre ve eso, te colgará del mástil de la casa de tu abuela —comentó mientras veía que su hijo se desencajaba, pero, sin dudarlo más, llevó su mano al cuello, justo al lugar de las manchas.

—¿Qué pasa si son solo piquetes? —cuestionó Celio, como desafiando a su padre, quien rio. Se dio vuelta y se sirvió un poco de jugo de manzana. Bebió con tranquilidad y luego lo miró fijamente. Celio casi se ahoga.

—Y lo que sea que te picó se llama Frank Guess, ¿no? —Jerome iba a reírse demasiado al ver la expresión de su hijo, pero se contuvo—. No me interesa con quién salgas, porque pienso que eres lo suficientemente inteligente como para saber si, con quien sales, es bueno o no para ti. Sin embargo, tu madre no piensa igual. Ella está realmente preocupada por tu repentina decisión de vivir en el apartamento de Guess, por la inesperada amistad que tienes con el chico y porque el chico en cuestión, tiene un repertorio para nada agradable. —Celio estaba por hablar, pero calló de repente. No sabía muy bien cómo refutar lo que su padre le estaba diciendo—. Y, por supuesto, yo también me preocupo por ti. No creas que porque dejo que tomes decisiones libremente y no reprenda muchas veces tu actitud, no me preocupo por ti. Al contrario, confío lo suficiente en ti como para dejarte hacer muchas cosas, pero estaré al pendiente de que no hagas nada que ponga en riesgo tu integridad tanto física como mental.

—Entiendo. Lo siento mucho por preocuparte. Me disculparé con mamá también, pero solo por mis acciones, no por las decisiones que he tomado. Estoy seguro de lo que he elegido y si me equivoco, seré capaz de resolverlo por mi cuenta —aseguró Celio, descubriendo su cuello—. Gracias, papá.

—No tienes que agradecerme por algo que es, prácticamente, mi deber. Y respeto tus decisiones, sabes que siempre lo he hecho y, aunque se oponga al comienzo, ella también lo hace. No obstante, déjame dejarte algo en claro, hijo, somos tus padres y, aunque intentes arreglar las cosas, muchas veces ellas pueden superarte, por eso, no dudes nunca de pedirnos ayuda para cualquier problema —agregó Jerome, sonriendo dulcemente como siempre.

—Te detesto. —Sonrió Celio—. Sigo sin entender cómo haces para desenvolverte frente a todos con esa personalidad. Aunque, es genial. Retorcido, pero genial —agregó y se sentó en una de las butacas de la cocina, frente a la mesada de mármol.

—¿Le dices retorcido a tu padre? —inquirió el Duque y acomodó su cabello dorado—. No digo que no tengas razón, pero es raro viniendo de ti.

—Sí, bueno, soy parecido a ti —le dijo a su padre para luego callarse por unos segundos—. Como sea, ¿tienes los detalles de la propuesta? Necesito verlos si quiero formar parte del equipo de anfitriones —manifestó y esperó la respuesta.

—Ja, ja —rio Jerome, resignándose al cambio de tema—. Los detalles están en mi habitación, justo sobre la cómoda, junto a la puerta —explicó y caminó rumbo a su estudio—. Ven a verme cuando hayas terminado de leerlos.

Celio asintió y corrió a la habitación de su padre. Aunque parecía raro, sus padres no dormían en la misma habitación. Cada uno, prácticamente, tenían sus cosas muy por aparte. Su madre se lo explicó cuando tuvo trece años y empezaba a cuestionar muchas más cosas.

"Nosotros nos queremos un montón, Celio. Tanto así que, Jerome me ayudó a conseguir lo que más anhelaba. Sin embargo, ese cariño es-

Como si ustedes fueran amigos y no una pareja. Lo entiendo.

Sí, hijo. Hemos sido amigos desde siempre, pero nunca nos vimos como algo más. Aun así, ambos te amamos, porque eres lo que les dio un sentido a nuestras vidas, aunque más a la de Jerome"

Las palabras de su madre nunca fueron olvidadas. Por supuesto que le costó asimilar eso, pero lo hizo y, ahora, era algo sumamente común para él. Aunque nunca logró saber el porqué detrás de aquel acuerdo, desistió de encontrarlo porque estaba seguro de que desenterraría un pasado que les había costado a sus padres. Estaba seguro de que, si eran felices, nada más importaba.

Siempre hubo un misterio rondando a su familia. Originalmente, Briand pertenecía a la Corona Europea, entonces, ¿por qué ahora pertenecía a la americana? Si tan solo se mudaron para cambiar de aires, ¿por qué era necesario desligarse completamente de la familia Imperial? ¿Qué ocultaban y por qué? ¿Qué era tan malo que los hizo huir al Imperio americano?

Celio suspiró cuando ingresó a la habitación. Realmente odiaba cuando pensaba tanto. Su padre le había dado una respuesta en su momento: "La Reina rusa hizo enojar a tu abuelo". Sabía que su padre no le mentiría, pero no le contó todo. Ocultó la verdad con partes de la verdad.

Miró la cómoda y encontró la carpeta que contenía los detalles de la Velada. Quiso sacarla, pero estaba enganchada a una caja musical, que casi cayó por el movimiento. Celio la atrapó y soltó la carpeta, le pareció más importante el adorno que las hojas que se dispersaron sobre el suelo, y se cuestionó si tal vez sus prioridades estaban un poco revueltas.

—Uf... —resopló y notó que la cajita estaba agrietada en una esquina que se extendía hasta la tapa, como si se hubiera caído con anterioridad. La acomodó y se sorprendió al escuchar que sonaba. Creyó que no funcionaría porque era bastante antigua. Buscó la manecilla y la giró varias veces hasta que la escuchó sonar. Las estatuillas de personas y todo el escenario dentro de la cajita empezaron a moverse al compás de la suave melodía. Incluso caían copos de nieve. Parecía algo sacado de un cuento de hadas porque Celio lo sintió casi mágico.

—Es hermosa, ¿no? —Celio se sobresaltó y giró bruscamente al escuchar la voz de su padre. Estaba apoyado en el marco de la puerta y mostraba una muy sutil sonrisa. Celio asintió en silencio.

—¿Dónde la conseguiste? —inquirió Celio, volviendo su vista a la caja que seguía sonando. Jerome suspiró y se sentó en la cama.

—Digamos que... fue un presente —respondió su padre. El pelinegro pareció interesarse mucho en aquello y lo miró para animarlo a seguir—. Fue en secundaria, cuando todavía vivía en Francia. Después nos mudamos y traje la caja conmigo —agregó, mostrándose risueño.

Celio se enderezó cuando la música se detuvo. Sus ojos todavía estaban grabando la belleza que acababan de presenciar. Casi no había escuchado lo que dijo su padre, así que se sentó a su lado.

—Es muy bonita... 

La cajita... aparece una vez más. ¿Creen que Jerome le contará todo a Celio? 🤨✨ 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro