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Era sábado y Hyori no había hablado con Eunyeong desde el miércoles.
Sí, seguía enojada con ella y la estaba evitando.
Sabía que tal vez estaba exagerando pero simplemente no podía ignorar lo que sentía y además, esperaba a que Eunyeong le hablara primero.
Bajó de su habitación y se encontró a su gemela, comiendo helado y viendo una película de… ¿romance?
Bien, ese alfa empezaba a afectarla.
—¿Qué haces viendo películas de romance, Sun? —preguntó sentándose a su lado.
—Me apareció y quise verla. —trató de restarle importancia.
Hyori no le dijo nada y empezó a ver esa película con ella. Estaba segura de que terminaría llorando, ella lloraba con todo, pero no le importaba. Prefería llorar con una película que seguir encerrada en su cuarto haciendo ecuaciones matemáticas.
El teléfono de Suni vibró con tres mensajes y la beta los ignoró, haciendo una mueca.
—¿No responderás?
—Es Felix.
—Y… ¿eso es malo?
—No lo sé. —suspiró— Lo he evitado estos días y quiere saber por qué. No quiero decirle que es porque me puse celosa de verlo con un omega a la salida del miércoles y que por eso cancelé nuestra… lo que sea que fuera eso para ir a comprar libros, ¿sabes?
—No tienes que decirle eso, Sun. —dijo robándole un poco de helado— Puedes actuar como siempre actúas con él.
—No soy capaz de disimularlo, Hyo y sinceramente ya me estoy cansando de no saber que es lo que él siente. —suspiró— Es increíble que lleve dos meses esperando por un tonto beso que seguro nunca va a llegar.
—Si no le dices lo que tú sientes, ¿cómo vas a saber lo que él siente?
Hyori comió más helado.
—No sé, Hyo, yo no quiero arriesgarme a decirle para que luego me diga que no se siente igual o que tiene pareja. —hizo una pausa— Sería horrible.
—Sí, sería horrible, pero a veces necesitas tomar riesgos para no perder oportunidades.
Ambas se quedaron en silencio un momento, el cual fue interrumpido por el timbre.
—Ve tú. —dijeron ambas al mismo tiempo.
—Piedra, papel o tijera para saber quién va. —propuso Suni.
Hyori asintió y ambas jugaron tres rondas pequeñas y al final la beta ganó y Hyori tuvo que ir a abrir.
Genial.
Abrió la puerta y se encontró con Eunyeong parada ahí.
—Hey. —dijo sonrojada— ¿Qué… qué haces aquí?
Mierda, justo tenía que venir cuando ella estaba con un moño mal hecho, una camiseta vieja y pantalones de algodón anchos.
Muy genial.
—¿Podemos hablar? —pidió— Por favor.
Hyori asintió y cerró un poco la puerta detrás de ella.
—Ignora mi ropa, no me imaginé que vendrías. —dijo sentándose en uno de los escalones de la entrada.
La otra alfa la imitó.
—Siempre vas linda con lo que sea que lleves. —dijo bajito.
—Si tú lo dices.
Ambas sonrieron un poco antes de que Eunyeong hablara.
—Oye, Hyo —empezó— Lo siento, no quiero seguir sin hablarte. Mira, sé que estuvo mal que yo aceptara darle esas ayudas con la guitarra a Yeji aún sabiendo que a ti no te agrada, lo siento por eso. —suspiró, mirándola— No volveré a ayudarla ni nada de esas cosas.
—No, no. —se apresuró a decir— Si estoy o estaba, enojada por eso, no te lo niego es que… digamos que es algo que me genera inseguridad, ¿si? Pero no te voy a obligar o algo así para que dejes de ayudarla. Yo podré controlar mis celos así que no tienes razón por la que no puedas ayudarla, hablarle y esas cosas.
—No lo hago porque tú me obligues o algo así, Hyo. —dijo— El viernes, ayer, ella me preguntó si aún seguíamos sin hablar y yo le dije que sí pero que seguro lo solucionaríamos. Pensé que solo lo preguntaba por saber y ya, pero no, ella trató de besarme y me dijo unas cosas muy feas sobre nuestra relación y yo simplemente no puedo ser amiga o convivir con personas así.
—Esa pequeña mierda. —susurró y Eunyeong rió— Lo siento, es solo que me enoja mucho, perdón.
Eunyeong se acercó para tomar una de sus manos.
—¿Me perdonas entonces?
—Ya ni siquiera estaba enojada. Sólo estaba esperando a que tú me hablaras primero.
Ambas volvieron a reír y se acercaron más, hasta que Eunyeong rompió la poca distancia que quedaba entre ambas para juntar sus labios en un beso.
Hyori sintió su corazón acelerarse con el beso, y rápidamente lo correspondió empezando a mover sus labios al ritmo de los de la otra alfa y llevó una de sus manos a una de las mejillas de la otra, para acariciarla un poco.
Cuando se separaron se sonrieron, con los ojos brillantes.
—Mm, sabes a chocolate. —susurró Eunyeong pasándose la lengua por sus labios— Y extrañé besarte todos estos días, no podía esperar más.
—Yo también te extrañé y perdón por actuar tan celosa ese día.
—Eso no importa, cállate —dijo antes de darle otro beso, haciéndola sonreír.
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Cuando el lunes llegó, los tres hermanos fueron llevados al colegio por su padre.
Dakho fue el primero en bajarse del auto para ir a saludar a su omega, con quién se había disculpado al día siguiente por sus celos y ahora estaban bien.
Ambas gemelas se despidieron de Namjoon y caminaron dentro del colegio.
Suni iba nerviosa, no quería encontrarse con Felix y que él le preguntara por qué lo había estado evitando.
—Hola, gruñona. —saludó su amigo JiSung cuando la vió. Otro beta.
—Hola, fastidioso.
—Siempre tan amorosa. —le dijo pasándole un brazo por los hombros— Tengo que contarte a quién besé en la fiesta del sábado.
Suni suspiró y se dispuso a escuchar la historia de su amigo mientras caminaban hacia el salón de clases.
Cuando llegó pudo ver a Felix sentado en el fondo del salón, quién la miró con el ceño fruncido. Ella le dedicó una sonrisa tímida, antes de sentarse con su amigo y seguir escuchándolo.
Las primeras horas de clase pasaron realmente rápido y por alguna razón tenía más hambre que nunca. Sus dos amigos, JiSung y Lisa, la estaban esperando en la cafetería, así que iba caminando sola para encontrarse con ellos.
—¡Suni! —gritaron y sin girarse supo quién la estaba llamando.
Bien Suni, hora de pensar en tus mejores excusas.
—Hey, Lix yo… —fue interrumpida por los labios del otro sobre los suyos.
Espera… ¡¿Qué?!
Felix, el alfa que la traía loca en todos los sentidos, ¿la estaba besando?
Dios, esto tenía que ser un sueño, no podía ser posible que…
Un brazo rodeando y apretando su cintura la devolvió a la realidad y rápidamente, llevó sus manos al cuello del más alto y devolvió el beso.
Sintió al alfa gruñir un poco entre el beso y en ese momento se sintió como una omega, si es que eso era posible. Todo su cuerpo se estremeció y si no fuera porque él la sostenía de la cintura, hace rato habría caído al piso.
Cuando el aire les estaba faltando, ambos se separaron. Con sus labios rojos, hinchados y respiraciones aceleradas.
—Ok… ¿por qué fue eso? —preguntó Suni, aún aturdida por el beso.
—Llevas ignorándome cuatro días. —respondió, mirándole los labios.
—Entonces… ¿sólo tenía que ignorarte para que me besaras?
El alfa frunció el ceño.
—¿Qué?
—Nada… mis amigos me están esperando pero…—se aclaró la garganta— ¿Te veo a la salida?
—Si no escapas esta vez.
—No, créeme que no lo haré. —sonrió—Adiós, tonto.
El alfa asintió y le sonrió antes de que ella se alejara.
Aún podía sentir el sabor de los labios de él sobre los suyos y no pudo evitar sonreír orgullosa.
Por fin, después de dos meses de agonía, Felix y ella se habían besado.
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