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Suni y Felix hace unos días habían cumplido dos meses de noviazgo.
Después de que él la besara en la mitad del pasillo, hablaron sobre lo que sentían. El alfa se burló de ella cuando le contó lo desesperada que estaba porque él no le daba señales ni la besaba. Suni se enojó y él la besó para que dejara de tener el ceño fruncido.
Desde ese día el alfa no quería dejar de besar a la beta y la beta no se quejaba por eso.
En esos dos meses, Felix se mostraba sorprendentemente adicto al olor de la beta. Su olor nunca había sido muy notorio y los únicos que sabían con exactitud a que olía era su familia pero, al parecer desde que el alfa la conoció pudo identificar fácilmente su suave olor cítrico a limón y mandarina.
Cuando estaban a solas no quería despegarse de su cuello, otra cosa que Suni amaba de él.
Amaba todo lo que hacía, en realidad.
Cuando le contó a sus papás sobre lo que le había dicho Felix de su olor, Seokjin dijo que probablemente eran destinados así como Dakho y su novia o como Taehyung y Jungkook. Mentiría si dijera que su corazón no se aceleró cuando su papi dijo eso.
Namjoon, por su parte, se negó rotundamente a que eso fuera posible y actuó como un padre posesivo diciendo que ella era la única de sus monstruos que aún no encontraba destinado y que aún no estaba listo para ver a todos sus hijos con pareja y besando personas. Seokjin y Suni lo ignoraron, viendo como el alfa rizado fruncía el ceño y hacía un puchero, ambos rieron y continuaron hablando sobre ese tema y finalmente, luego de media hora, Namjoon dijo “invita a ese alfa a una cena, quiero conocerlo”.
Después de esa cena, Felix, se convirtió en el yerno favorito de Kim Namjoon.
Suni se sentía feliz y a veces, también estúpida por estar suspirando cada minuto pensando en su novio, pero se sentía bien.
—¿Puedes? —preguntaron JiSung y Lisa.
—Perdón, ¿de qué hablan? —preguntó confusa, mientras metía algunos libros en su bolso.
Ambos sonrieron, restándole importancia a que no les estuviera prestando atención.
—Ay, gruñona enamorada. —le dijo JiSung, pasándole uno de sus brazos por los hombros— Te decíamos que, como mañana es sábado y hace mucho no hacemos algo un sábado, quisieras ir a cine con tus pobres y abandonados mejores amigos.
Suni puso los ojos en blanco. Él le recordaba mucho a Jungkook y no sabía por qué era su amigo.
—Sólo si no vas a estar molestando.
—No puedo prometerte eso, pequeña gruñona. —Suni se soltó de los brazos del beta y le dio un puño en un brazo— ¡Hey! ¡No seas violenta con tu mejor amigo!
Lisa rió, metiéndose en medio de ambos, para que no empezaran a discutir.
—¿Vendrás, Sun? —preguntó la omega, Lisa.
—Sí, iré. —JiSung se emocionó— Pero, sólo lo haré porque quiero pasar tiempo con Lisa.
—También te quiero, amargada.
Los tres rieron y empezaron a caminar por el pasillo, hacia la salida.
Felix estaba parado a mitad del pasillo, recostado contra una de las paredes y Suni sabía que la estaba esperando, así que se despidió de sus amigos para acercarse a él.
—¡Tonto! —gritó cuando estuvo a su lado, asustándolo.
—Bonita manera de saludar a tu novio. —dijo, acercándose para tomarla por la cintura— Hola, tonta. —susurró cerca de sus labios.
Cuando Suni iba a responder, él la besó, callándola y haciéndola suspirar y posar sus manos en la nuca del alfa.
—Este saludo me gustó más. —dijo cuando se separaron y ella lo miró un poco sonrojada— ¿Harás algo esta tarde? —preguntó mientras caminaban hacia la salida. El alfa aún la sostenía por la cintura.
—Me veré con uno de mis siete amantes. —respondió divertida. El alfa frunció un poco el ceño— ¿Qué planes tienes, Lix?
—No lo sé, solo quiero pasar tiempo contigo. —el corazón de Suni se aceleró— Que dices si, salimos a caminar, tomados de la mano, mientras criticamos el mundo y lucimos como dos tontos enamorados. Sólo tú y yo.
Suni negó divertida.
—Me gusta la idea. —dijo— Pero tendré que cancelar la cita con mi amante.
—No digas eso, tonta. —le hizo un poco de cosquillas— ¿Paso por ti?
—Claro, a papá le encantará verte. —ambos sonrieron.
—Bien, nos vemos en dos horas. —asintió y se acercó para meter su cabeza en el cuello de la beta— Mm, siempre hueles delicioso. —dejó dos besos en su fuente de aroma y antes de separarse un pequeño mordisco que la hizo estremecer.
—No hagas eso.
—Me gusta la reacción que tiene tu cuerpo cuando lo hago. —se encogió de hombros— Adiós, tonta novia.
—Adiós, Lix.
Se despidieron con un pequeño beso, antes de alejarse y caminar en direcciones diferentes.
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Las gemelas estaban sentadas en la sala, viendo como su padre, Namjoon, trataba de descubrir por qué Dakho había llegado enojado y queriéndose comer toda la cocina.
Seokjin estaba en el jardín, así que no querían interrumpirlo.
—Mira, pequeño Kang. —dijo Namjoon, tratando de sonar serio— No sé que te sucedió pero, que estés enojado no quiere decir que puedes llegar tirando las cosas, cerrando las puertas con fuerza y comerte todas las galletas que tengan Hana y tu madre en la cocina.
—¿Por qué siempre que estamos enojados nos llama por el apellido de papi? —preguntó Hyori en voz baja a su gemela.
Suni se encogió de hombros, sin conocer la razón.
—Tampoco debes descargar tu enojo con tu hermana Hyo o con Dong que ha trabajado por años para nosotros y es parte de la familia.
—Lo sé, pero…
—Además, apestas a celos, ¿esto es por Eunji? —lo interrumpió— Mira…
Su celular vibrando lo interrumpió y paró de hablar para mirar el mensaje.
Perrie:
Eunji no ha dejado de llorar desde que llegó del colegio.
Ay no.
Problemas de pareja.
Namjoon odia los problemas de pareja.
Perrie: Si tu pequeño alfa lleno de tus genes, tuvo algo que ver, te juro por lo más preciado que yo misma iré a tu casa y le raparé la cabeza. No es broma, Kim.
Namjoon bloqueó su teléfono para volver a hablarle a su hijo.
—Así que todo es por Eunji. —aseguró— Perrie amenazó con venir a raparte porque tu omega no deja de llorar.
Ambas gemelas se rieron y el alfa menor se estremeció.
—¿Qué pasó, Dakho? Habla.
—Terminamos. —susurró.
—¿Qué? —preguntaron los tres al mismo tiempo.
—¡Terminamos! —gritó— ¡Déjame en paz!
Se paró del sofá y subió a su habitación, dejando a todos sorprendidos.
—Yo creo que Lix ya llegó. —dijo la beta cuando el timbre sonó— Adiós.
Hyo se despidió con la mano y Namjoon se puso de pie para ir a saludar al alfa de Suni.
—Hola, tonta. —saludó cuando abrió la puerta.
—Hola, tonto.
—¡Felix! —gritó Namjoon— No te veo hace semanas.
—Señor Kim. —saludó— He estado ocupado, ¿sigue en pie lo de mañana?
—¿Mañana? —preguntó Suni con el ceño fruncido.
—Sí, iremos a boxeo. —explicó Namjoon— Hace mucho no entreno y Yoongi nos invitó.
—¿Yoongi?
—Sí, conocí a tu tío el otro día, es genial.
—Ya veo. —susurró— Ya nos vamos, adiós papá.
—Suerte en su cita. —sonrió— Ya saben, no llegues tarde, nada de besos subidos de tono y cuidado con las manos.
Ambos asintieron y se alejaron.
Namjoon estaba a punto de cerrar la puerta cuando vió un taxi aparcarse frente a su casa y de este salieron Jungkook y Yoongi.
Lo que faltaba.
—¡Amigo! —gritó Jungkook.
—Namjoon, vamos a tomar cerveza, necesito desahogarme. —dijo Yoongi.
—Primero, hola, estoy bien y ustedes. —replicó— Segundo, ¿Qué te sucede? Tercero, Jungkook, eres casado y con hijos, vete a tu casa a molestar a tu esposo.
Ambos suspiraron.
—Hola, Namjoon. Estoy loco porque cada día me consume más ese sentimiento llamado atracción amorosa por otra persona que no soy yo y quiero hablarlo con ustedes. Jungkook está acá por qué lo secuestre mientras Taehyung nos preparaba café.
—Yo… le diré a Seokjin que saldré, entren si quieren.
Los dos entraron a la casa y Namjoon fue el último en entrar, cuando iba a cerrar la puerta a sus espaldas, un grito lo detuvo.
—¡Kim Namjoon! —era Perrie.
—Hola, Perrie. —sonrió tenso— ¿Qué te trae por aquí?
—Necesito que me digas qué hizo tu pequeño alfa.
—Ah, eso. —dijo— Mira, estoy a punto de salir, si quieres puedes volver cuando…
—¡Perrie! —gritó Yoongi interrumpiendo— ¿Qué haces aquí?
—Vengo a hablar con tu amigo.
—¡Genial! Puedes hacerlo en el bar al que iremos
—Yo…
—Vamos, no seas aburrida. —insistió.
—Está bien… llamaré a Jade y vamos.
Todos asintieron y luego de media hora, salieron de la casa de Namjoon. Seokjin les dio algunas galletas antes de que se fueran y se despidió con un tierno beso de su alfa.
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Suni y Felix caminaban por algunas calles solitarias pero muy bien iluminadas.
Ambos tomados de la mano, mientras con sus manos libres sostenían unas bebidas.
—¿Cuándo tocarás la guitarra para mi? —preguntó el alfa.
—Nunca.
—Que odiosa eres.
Ella le sonrió y continuaron caminando hasta que encontraron un pequeño parque y se sentaron en el pasto.
—Oh mierda. —dijo Suni, arrugando su nariz cuando bebió el último trago de su bebida helada— El final siempre es el más frío.
Felix sonrió y le golpeó la nariz con el índice.
—Te ves linda cuando haces eso. —dijo— Tonta pero linda.
—Más tonto eres tú.
—Respeta a tu novio. —dijo haciéndola reir— Hablando en serio, ¿por qué no tocas la guitarra para mi?
—Es que… me da pena que no te guste o que lo haga mal, no lo sé…
El alfa rodeó sus hombros con un brazo.
—No seas estúpida, Sun. —susurró en su oído— Amo todo lo que haces. Absolutamente todo y seguro que eso no será la excepción. —dejo en beso en el lado derecho de su cuello.
—No lo sé, Lix…
—Amo todo lo que haces, ya te lo dije. —la interrumpió.
—Yo amo cuando me dices tonta.
—Ya lo sabía. —sonrió— Yo también amo que me digas tonto.
Suni sonrió antes de acercarse y darle un beso que los dejó a ambos sin aliento y sonriendo como unos tontos enamorados.
—Te quiero, tonta. —susurró Felix sobre sus labios, antes de volverlos a juntar.
El corazón de Suni se aceleró y se dejó llevar del beso que Felix, su alfa le estaba dando.
Que tonto es el amor.
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