TWELVE.
Final
★. ¿dónde está mark? ⭑ ⋆

Al día siguiente todos se repartieron tareas para limpiar la casa y dejarla como nueva. Algunas chicas se encargaron de la parte de arriba, mientras las otras de la parte de abajo. En cambio los chicos algunos estuvieron limpiando el patio, a excepción de los gemelos que estuvieron rejuntando todos sus juguetes.

Para el medio día ya todos habían terminado y ahora cada uno se estaba arreglando para cuando Oprah llegara.

Lydia terminó su labor con los gemelos ayudándo a cambiarlos. En su opinión se veían tan tiernos con su ropa deportiva del mismo color.

—Listo, vayan abajo. Iré a mi casa a cambiarme. —les dijo para dirigirse hacia las escaleras e irse a su casa.

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Una vez lista, Lydia se dirigió a la casa de los Baker. Pero vio a Charlie subiéndose a su carro al mismo tiempo que llegaba un taxi y de este se bajaba Kate Baker.

—¿Charlie? —preguntó la madre confundida a ver a su hijo mayor yéndose en su carro.

Luego volteó hacia donde se encontraba Lydia, quien tenía la mirada en la dirección donde se había ido Charlie. Está volteó hacia Kate y le dio una sonrisa.

—Me alegra que esté aquí —le dijo Lydia mientras la abrazaba.

—A mí también me alegra —le respondió el abrazo. —Aunque no haya sido por algo bueno.

Lydia hizo una pequeña mueca. —Le prometo que Tom, mi hermano y yo hicimos lo que pudimos con los niños.

Kate le dio una sonrisa tranquilizante.

—Lo sé, vamos adentro.

Miraron como todas la hijas Baker salían de la casa y corrían abrazar a su mamá.

—¡Mami! —gritaron las gemelas y Sarah.

—Mamá escucha —le hablo Lorraine abrazándola y mientras empezaban a caminar —escucha, papá está tan tenso que casi revienta. Charlie está a medio paso de irse y la rana de Mark está...

—Escucha cielo —habló Kate interrumpiéndola —Oprah ya viene, luego se discute. —para después entrar apresurada a la casa.

—Lo que digas —dijo Lorraine suspirando.

Todas las chicas entraron a la casa, para cada una irse a terminar lo que estaban haciendo.

Lydia y Lorraine se dirigieron a la cocina.

—¿Qué ibas a decir sobre la rana de Mark? —le preguntó Lydia a Lorraine con el ceño fruncido.

—Creo que se va a morir.

Lydia la miró preocupada, subió las escaleras para luego dirigirse hacia la habitación de Mark. Al llegar subió las escaleras de la habitación y encontró a un niño pelirrojo llorando mientras veía a su rana muerta.

Lydia al verlo recordó a su primera mascota; Orión. Cuando tenía cinco años sus papás le regalaron un perrito Husky Siberiano, en su opinión fue el mejor regalo de cumpleaños que haya tenido. Todos los días al terminar sus tareas y deberes salía al gran patio de su casa a jugar con Orión, a veces solo ellos dos, otras veces junto a su hermano.

Hasta que un día al llegar de la escuela, notó que había algo raro pues Orión siempre esperaba en la recepción de la casa a que la chica regresara de la escuela. Lydia empezó a buscarlo por todas partes, hasta que salió al patio y lo vio tirado. Llamó a sus papás y estos lo llevaron al veterinario, fue cuando el doctor les dijo que había muerto por un ataque al corazón.

Lydia pasó unos días en su habitación sin querer salir ni comer, solo su hermano podía entrar y lograba que pudiera comer algo.

Puede que muchos piensen que es ridículo llorar por un animal. Pero una mascota es como una persona, lo miras crecer, está en tus momentos difíciles y felices. Duerme contigo, comparten momentos divertidos.

El sentimiento de perder a una mascota, es como si te hayan arrebatado algo de ti, puede que algo mínimo a comparación de una persona, pero es algo que te marcará y recordarás siempre.

Lydia sabía el sentimiento que Mark está pasando, lo conocía muy bien. Así que, se acercó a él y lo abrazó, dejando que el niño se desahogara con ella.

Una vez que el niño se calmara, le agradeció a la castaña por acompañarlo en eso.

—No tienes porque agradecer Mark, conozco el sentimiento. —le dio una pequeña sonrisa —Así que lo único que puedo hacer es acompañarte y decirte que está bien llorar por una rana, aunque algunos piensen que no. Estás pasando por un sentimiento horrible y lo único que puedes hacer es llorar por tu mascota. —le limpio las lágrimas de sus mejillas —pero recuerda que tu rana ya está en un lugar mejor y sin sufrir, por fin se encontró con su mamá de nuevo y te están viendo y cuidando de donde sea que estén.

Mark la abrazo de nuevo con fuerza, la castaña lo abrazo de vuelta.

—Vamos abajo —ambos bajaron las escaleras de la habitación de Mark para ver a toda la familia Baker.

—Bien todo el mundo —empezó hablar Kate Baker mientras bajaban las escaleras —sé que ha sido un día difícil, pero los necesito a todos y en serio apreciaría que pusieran caras felices, ¿quieren? Todo está bien, somos una gran familia feliz y no olviden lo que le dirán a Oprah, que peinado tan lindo y cosas como esas, si se les olvida no digan nada. Quiero ver sus sonrisas.

Todos hicieron sonrisas que parecen más muecas que lo primero.

—Mamá —llamó Mark a Kate —mi rana se murió.

—A nadie le interesa tu estúpida rana FedEx —dijo Sarah en tono grosero.

—¡Sara! —la llamó Lydia en un tono de reproche.

—No me llames así —le dijo Mark mientras iba a empujarla.

Después de eso empezó el caos, todos los niños empezaron a discutir y empujarse entre ellos, mientras Tom, Kate, Lydia y Marcos trataban de poner orden y separarlos.

—¡Basta todos! —exclamo Lydia enojada, todos los Baker se sorprendieron pues ninguno había visto a la castaña enojada a excepción de Lorraine, Charlie y Marcos, quien hizo una mueca —¿pueden comportarse bien una vez? No les cuesta nada hacerlo. Esto es importante para su mamá, y ustedes se ven egoístas haciendo esto. Quiero que me digan, ¿porque están enojados con sus papás por esto? Sus papás arriesgaron todo y renunciaron a todo por ustedes, para criarlos y educarlos bien. Ustedes ya están grandes, ya deben entender que lo que hacen sus papás es para ustedes y para ellos, más para ellos. Porque son sueños de ellos —Lydia realmente estaba enojada y se le notaba en el tono de su voz y sus expresiones. Todos los niños estaban callados con la cabeza agachada —Se que no soy nada de ustedes y no tengo ningún derecho a hablarles así, pero apuesto toda mi fortuna que Tom y Kate estuvieron en cada momento importante para ustedes. ¿Por qué ustedes no pueden hacerlo por ellos?

Y con eso salió a paso apresurada de la casa de los Baker para dirigirse a su casa.

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Lydia se encontraba en su cama acostada leyendo un libro cuando su teléfono empezó a sonar. Leyó el nombre de Charlie y dejó su libro a lado mientras contestaba la llamada.

—Hola —dijo una vez que contestó.

—Hola linda —le dijo Charlie al otro lado del teléfono.

—¿Qué pasó? —le preguntó Lydia refiriéndose a lo de hace rato, cuando el se fue de su casa.

Escucho a Charlie suspirar. —Mi papá descubrió que me hecharon del equipo de futbol.

—¿Se molestó? —preguntó haciendo una mueca.

—Sí, mucho. ¿Cómo te fue con mi familia?

Ahora fue el turno de Lydia soltar un suspiro. —Difícil.

—¿Día agotador? —preguntó.

—No tienes idea.

—Yo creo que sí, las gemelas me preguntaron si seguías enojada con ellos. No entendí el porqué, así que, les pregunté que había pasado y me contaron todo.

—Me siento mal por haberles hablado de esa manera.

—Lydia hiciste bien en hacerlo, son mis hermanos y todo pero también uno mismo tiene límites.

—Tu no te libras Baker —Lydia se enderezó en su cama con el ceño fruncido —tu también te estás portando como un imbecil.

—Lo sé, creo que ahora que me fui de casa me hizo pensar mejor y es verdad que me he portado como un imbecil con mis papás. Les debo una disculpa y tal vez intenté entrar otra vez al equipo de futbol.

Lydia sonrió aunque él no pueda verlo. —Te quiero mucho Charlie.

Charlie también sonrió ante eso. —Yo también te quiero mucho.

En ese momento la puerta de la habitación de Charlie fue tocada para después ser abierta.

—Mark no está —le dijo Tom a su hijo mayor.

—¿Qué? —dijo Charlie sorprendió y preocupado.

—¿Cómo que Mark no está? —preguntó Lydia a través del teléfono.

Tom miró el teléfono de Charlie en la cama y le contestó la pregunta a Lydia.

—Se fue de la casa, solo dejó una nota diciendo; "las familias grandes apestan".

—Voy para allá —le comunicó Lydia a Charlie, para después colgarle.

Lydia rápidamente se puso unos tenis y una sudadera, para después dirigirse a la habitación de su hermano tocando su puerta y luego entrando en esta.

—Mark se fue de su casa —le dijo a su hermano.

Este rápidamente se levantó de su cama y así ambos bajar rápidamente al primer piso. Cuando pasaron a la sala se encontraron a sus tíos a quienes les dijeron lo que estaba pasando, los dos adultos también se ofrecieron a ayudar en la búsqueda.

Y así la familia Baker y Gamboa ayudaron a la búsqueda del pequeño Mark.

Después de un rato Nora había llegado. Está junto a Tom habían descifrado dónde estaba Mark.

Así que, en este momento todos se encontraban en la estación de tren de Midland esperando a que Tom y Mark llegaran. El tren llego y de inmediato corrieron hacia la parte de atrás, en donde vieron a Tom caminar junto a su hijo. Este último al ver a su mamá corrió hacia ella abrazándola, Kate lo había alzado dando una vuelta con él en sus brazos. Para después acercarse a los demás.

—Nunca vuelvas a hacer eso, nos tenías preocupados —le dijo Lydia mirándolo con ternura.

—Estábamos como locos buscándote —le dijo esta vez Marcos.

—Sí lo haces de nuevo, voy a tener que
golpearte —le advirtió Sarah.

—Pero creí que era FedEx —le dijo Mark viéndola.

—Tus excentricidades y problemas de visión, son herencias genéticas que pueden atribuirse a cualquier antepasado de los Baker —dijo Jessica, tratando de ser amable.

Algunos soltaron pequeñas risas.

—Si, además, sin ti ya no seriamos los doce Baker nunca más, seriamos...once —la mirada de Jake se volvio de preocupación.

Charlie puso la mano sobre su hermano, el cual aun seguía preocupado pensando que sin Mark serían once.

—Pensé que todo el mundo me odiaba, como Sarah y Lorraine se odian —comentó Mark mirándolas.

Lorraine miro a Sarah con una leve sonrisa. —Hay veces que quisiera asesinarla, pero mataría por ella, todo el tiempo —abrazo a su pequeña hermana.

Todos se dieron un abrazo para después irse a casa.

Al llegar a casa enterraron a la pequeña rana de Mark, dijeron unas palabras de despedida, para después cenar y acostarse a dormir.

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Al día siguiente los hermanos Gamboa se encontraban junto a los Baker yendo al estadio de los Stallions en donde Tom tuvo su último juego como entrenador de ese equipo, pues este había renunciado a su trabajo.

Al llegar al lugar todos los Baker tenían carteles, y se paraban a una distancia considerable de donde se encontraba Tom.

Esté al voltear sonrió al ver a su familia ahí con carteles que hacían una frase que dice; "amamos al entrenador". Se quedó unos segundos ahí mirándolos hasta que hizo un movimiento de cabeza, haciendo que todos corrieran hasta él, así uniéndose en un abrazo.

Marcos y Lydia estaban un poco apartados de ellos observando la tierna escena con una sonrisa nostálgica.

—¡Vengan chicos! —les pidió Tom notando que aún no estaban en el abrazo.

Ambos se unieron al abrazo grupal, sintiéndose parte de la familia. En ese abrazo grupal se dieron cuenta que hicieron la decisión correcta al mudarse con sus tíos. Porque no solo empezarían de nuevo, si no también consiguieron lo que posiblemente sea su lugar seguro.

FALTA SOLO UN CAPÍTULO PARA EL EPÍLOGO!!

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Las voy a leer💗