-𝟎𝟎𝟓
⚠️: Puede que este capítulo también tenga algo de contenido inapropiado 🤭
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Ben's POV:
Abrí los ojos lentamente, con pocas ganas de querer estar despierto. El día de ayer había sido largo. Pero todo mejoró desde el momento en que me reencontré con Mal.
Todo fue tan perfecto. Nuestra charla en el club, nuestro baile juntos, nuestro primer beso en tantos años, el camino del club hasta su casa, nuestro baile y nuestras declaraciones en la sala. Y claramente, el momento en que hicimos el amor luego de más de tres años separados.
Ninguno de los dos planeaba llegar tan lejos anoche, pero sucedió. Nos dejamos llevar por el momento y nuestro amor, y eso está muy bien. Jamás amé ni amaré a nadie como la amo a ella. Saber que nuestros sentimientos siguieron ahí a pesar del tiempo fue un gran alivio.
Sí Mal ya no me amaba, lo hubiera tenido que aceptar. Hubiera soportado ser solo su amigo con tal de volver a su vida. Por suerte no es así. La amo tanto que mi corazón y mi mente solo lograron pensar en ella todos estos años. Y resulta que mi preciosa pelimorada tenía los mismos sentimientos.
Es tan bonito saber que podemos volver a nuestra vida habiendo evolucionado como personas.
Mal se movió entre mis brazos, comenzando a despertarse. Acaricié su espalda y su cabello tranquilamente hasta que por fin despertó por completo. Sonrió al alzar la mirada y encontrarse con la mía.
-Hola- saludó con timidez, sus mejillas rosadas la delataban.
Era normal. Apenas nos volvíamos a ver anoche y ambos amanecimos desnudos abrazados al otro. Sin contar que absolutamente todo mi cuerpo estaba pegado al de ella sin ningún tipo de pudor. Besé su coronilla y acaricié su cachete.
-Bonjour, mon amour.
Mal se rió y me besó. Sé cuánto ama que le hable en francés. Nos abrazamos unos cuantos minutos, manteniéndonos en un silencio cómodo y relajado.
-¿Qué hora es? - me preguntó, tapándose la boca al bostezar.
Me estiré un poco hasta encontrar mi reloj de muñeca en su mesa de noche.
-Van a ser las once de la mañana- dije.
-Ugh- Mal se quejó y volvió a esconder su cara en mi pecho- Quería pasar todo el día durmiendo contigo- reclamó.
Me reí.
-Creo que lo dejaremos para otra ocasión. No sé tú, pero yo tengo mucha hambre.
-Yo igual- admitió, volviendo a levantar su rostro- ¿Podrías cocinar algo para nosotros? - hizo pucheros.
Besé sus labios con suavidad.
-Claro que sí.
Una idea vino a mi cabeza.
-¿Quieres darte un baño? - pregunté- Prometo que me comportaré bien si me dejas acompañarte.
Mal se rió.
-No te creo ni un poco, Bennyboo - bromeó.
Salió de entre mis brazos y se levantó de la cama, estirándose de camino al baño. Apoyé mi cabeza sobre mis brazos. Las cortinas estaban abiertas, de modo que pude apreciar a detalle todo su cuerpo de espaldas. Sus lunares y cicatrices, su sexy trasero. Mordí mi labio, esta mujer me trae loco.
Oí que abría la llave del agua y esta comenzaba a caer al suelo. Se paró debajo del umbral de la puerta, mirándome.
-¿Vienes o no? - preguntó con diversión y coquetería.
Asentí, sin poder quitar mi mirada de ella. Mal se rió y volvió al baño. La puerta estaba ligeramente abierta para dejarme entrar. Ella ya dejaba que el agua cayera por su cuerpo. La abracé por la cintura y besé su hombro. Se dio la vuelta y me jaló hacia su cuerpo, metiéndome debajo del chorro también.
Nos reímos. Mal se puso de puntillas y me besó. El agua caliente rodando por nuestros cuerpos solo ayudó a que el calor aumentara.
-Um...-se separó ligeramente de mis labios- Lo que dijiste de portarte bien...
-¿Sí? - pregunté.
-Mándalo a la mierda- me respondió, lanzándose ferozmente a mi boca.
Apenas la pude sujetar bien de la cintura para no resbalarnos. Su boca y la mía luchaban por dominar la situación. La empujé con cuidado hacia la pared, acariciando su piel húmeda. Mal jugaba con mi cabello.
Su espalda quedó pegada a mi pecho. Besé con lentitud su cuello y sus hombros, dejando que disfrutara el momento. Sus suaves gemidos solo hicieron que todo en mí se alterara más.
-Si quieres que pare yo...
-No, por favor continúa - suplicó.
La abracé por la cintura y apoyé mi mano disponible en la pared. Me estremecí al sentir sus paredes rodeándome. Ambos gemimos. Una de sus manos se apoyó en la mía y la otra en la pared.
Terminamos cambiando de postura, con ella rodeando mis caderas con sus piernas y yo abrazándola para que no se cayera. Caminé más hacia el chorro, disfrutamos del agua mientras seguíamos haciendo el amor. Mal se apoyó en mis hombros, ayudándome a profundizar mis embestidas.
-Estoy... Ugh- gimió en mi oído- Estoy muy cerca, amor.
Esa era mi señal para volver a la pared. La apoyé suavemente, manteniendo el ritmo mientras que sentía como ambos cada vez nos debilitabamos más. Su lengua jugaba con la mía. Cerró los ojos, gritando con fuerza mi nombre antes de corrrerse. Eso bastó para que yo también lo hiciera.
Respirabámos con dificultad, pero eso no impidió que nos rieramos.
-Como en los viejos tiempos- le dije.
-Como en los viejos tiempos - sonrió ella.
Nos mantuvimos abrazados un rato hasta que todo se calmó. Caminamos hacia el agua y ella me permitió ayudarla. Enjuagué su cabello con champú y acondicionador. Llené su cuerpo de jabón con delicadeza. Dejé que ella me ayudara a mí.
Salimos de la ducha. Le coloqué una toalla alrededor de su cuerpo. Mal me besó castamente como agradecimiento.
Ella se secaba el cabello frente al espejo mientras que yo colocaba la toalla entorno a mi cintura. Aún con todo empañado por el vapor podía divisar su sonrisa en el reflejo. La abracé, gesto que ella correspondió.
-¿Tienes algo que pueda usar? No tengo ninguna ropa aparte de la de anoche- rasqué mi nuca.
Mal rió.
-En mi closet, último cajón a la derecha- me indicó.
Besé su mejilla y me dirigí a donde me dijo. Sonreí inmensamente al encontrar varias de mis cosas. Hace mucho que no las veía.
-Eres una ladrona, Igna.
Oí como soltaba una carcajada desde el baño.
-Fueron cosas que me prestaste o dejabas aquí para dormir cuando salíamos - se justificó- Sinceramente, no tenía el valor para devolvertelas. Y me sentía cómoda usándo muchas de ellas.
Sonreí.
-Te amo- grité.
Ella volvió a reír y se asomó un poco para verme.
-Y yo a ti- volvió al baño y oí el secador de pelo comenzar a sonar.
Tomé unos boxers, unos joggers de un gris azulado y una camiseta azul marino.
-Voy a preparar el desayuno- le avisé.
-Está bien.
Salí de la habitación luego de recoger un poco del desastre que dejamos.
(...)
Batí todos los ingredientes y vertí la mezcla para la masa sobre el sartén. Corté las frutas y colé el café. Mamá y la Señora Potts me enseñaron a cocinar desde niño, así que sé preparar bastantes cosas.
Un delicado perfume inundó mis fosas nasales y sentí las manos de Mal apoyándose en mi abdomen. Tomé sus dedos entre los míos, observando el diseño en sus uñas. Eran negras, pero unas tenían dragones dorados y otras escamas de dragón violetas y verdes.
-Es muy lindo.
Mal apoyó su mentón en mi hombro.
-Lo sé - sonrió- No estoy acostumbrada a cosas tan elaboradas, pero Dizzy insistió. Así que le hice un boceto de mi idea y ella las pintó.
-Tiene mucho talento.
-Muchísimo.
Dejó que terminara de vertir la fruta picada en un plato y se sentó en una de las sillas de la barra.
-¿Qu'est ce que vous cuisinez, mon roi?- me preguntó, apoyándose en el mesón.
(¿Qué estás cocinando, mi rey?)
Sonreí al oírla hablar en francés.
-Ah, je vois que tu as amélioré ton français, mon cœur- reí.
(Ah, veo que has mejorado tu francés, mi corazón/mi amor.)
La ojiverde se rió.
-Peut être que j'ai practiqué et que j'ai pris de classes pendant que j'étais a Corona- explicó sonriendo.
(Puede ser que haya practicado y tomado algunas clases mientras que estaba en Corona.)
-Tu parles parfaitement, princesse- Mal sonrió- Je cuisine de crêpes avec du chocolat, de fraises et de bananes.
(Lo hablas perfectamente, princesa... Estoy cocinado crêpes con chocolate, fresas y bananas.)
Hizo un ruido de gusto.
-Et aussi j'ai fait le cafe comme tu l'aimes- serví la bebida en una tasa. La coloqué frente a ella- Cafe amer, sans lait et sans sucre.
(Y también hice el café como te gusta... Café amargo, sin leche y sin azúcar.)
-Me conoces tan bien- se rió.
Se inclinó hacia adelante y me besó cortamente antes de dejarme seguir cocinando. Fui tomando de mi taza de café, con algo de leche y con azúcar, y emplaté la comida. Puse un plato para ella y otro para mí y comimos mientras que hablábamos de cosas sin sentido.
Detallé bien su vestimenta. Usa pantalones de cuero sintético negro, un top cuello tortuga manga larga y sus botas de combate. Secó su cabello lo suficiente como para que no se enrede pero para que tome su forma natural. Su rostro no tiene casi maquillaje. Se ve perfecta.
Luego de desayunar nos quedamos abrazados en el sillón viendo televisión. Mi teléfono vibró en la mesa de centro. Lo tomé, es un mensaje de mi papá.
-¿Sucedió algo? - interrogó ella.
Negué con la cabeza.
-Es para saber a que hora regresaré, harán un almuerzo cena porque también desayunaron tarde - contesté mientras escribía una repuesta.
Dejé mi teléfono en su lugar y la atraje a mi pecho.
-¿Les dijiste dónde estás?
-No, pero sí dije que llegaré con una sorpresa- besé su coronilla- Estarán muy felices de verte.
Mal sonrió.
-Y yo de verlos a ellos- apagó el televisor- Es mejor irnos ahora, no quiero que se preocupen de en donde pasaste la noche.
Se iba a parar pero la atraje hacia mí por la cintura.
-Espera, quiero decirte algo antes- la senté en mi regazo.
Puso los ojos en blanco, aunque terminó riéndose. Rodeó mi cuello con sus brazos.
-¿Qué quieres decirme? - preguntó con curiosidad.
No me tomó mucho tiempo pensarlo. Definitivamente no era algo que hubiera planeado, pero sentí que era el momento adecuado. Abrí la mochila que Mal me prestó para guardar mi ropa. Se asomó inocentemente.
-Cierra los ojos unos segundos- le pedí, apartándola delicadamente del bolso.
Alzó una ceja.
-Anda, confía en mí.
Bufó.
-Ok, señor mandón.
Me reí. Me hizo caso y cerró los ojos. Logré localizar mi billetera dentro del saco, de modo que la abrí y saqué lo que estaba buscando.
-Extiende tu palma.
Lo hizo. Ubiqué el objeto y cerré su puño suavemente al colocarlo.
-Ya puedes abrirlos.
Sus ojos se abrieron enormemente de la sorpresa.
-Ben- dijo sin aliento, llevándose su mano libre a la boca- ¿Lo conservaste todo este tiempo?
Asentí sonriendo.
-Tú me lo devolviste porque decías que sería muy doloroso tenerlo contigo al separarnos- acaricié sus dedos- Siempre lo llevaba conmigo, porque sentía que de ese modo te tenía más cerca.
Mal hizo pucheros, tratando de reprimir sus lágrimas.
-Es nuestro anillo de compromiso- sollozó.
-Sí.
-¿Porqué me lo muestras ahora? - cuestionó, secando sus mejillas.
-Porque creo que es momento de que regrese a su lugar junto con el anillo de mi familia.
Tomé su mano y bajé hacia el piso, arrodillándome frente a ella. Mal no pudo seguir conteniendo sus lágrimas, y yo mismo empecé a soltarlas también.
-Puede parecer loco, a penas retomamos nuestra relación anoche. Pasamos mucho tiempo lejos del otro y definitivamente hay muchas cosas sobre las que aún debemos hablar. Pero Mal, mi amor...- tomé el aire que necesitaba para llenarme de valor- Todavía quiero pasar el resto de mi vida junto a ti.
Ella sonrió.
-Quiero casarme contigo, reinar a tu lado y tener una hermosa familia- tomé el anillo- Y si en el proceso de reorganizar nuestra boda decides que no es lo que quieres, lo entenderé.
Se arrodilló frente a mí y tomó mis manos.
-Eso no pasará - negó, sonriendo- Tienes razón, hay cosas que debemos saber sobre lo que pasó en estos años. Pero, no puedo negar como soñaba en que el destino volviera a colocarte en mi camino- se rió- Y esto sonará loco, pero sí.
-¿Sí quieres casarte conmigo? - pregunté ilusionado.
Mal se rió.
-¡Sí! - se abalanzó sobre mí, haciendo que cayeramos al piso.
Nos reímos a carcajadas. Deslicé el anillo dorado por su dedo y uní nuestras frentes.
-Mi amor por ti es ridículo, Mal Igna- le dije.
Ella rió, arrugando su nariz.
-El mío también, Benjamim Florean.
Sonreí antes de inclinarme hacia ella y besarla.
(...)
Luego de besarnos por un largo rato tomamos nuestras cosas para irnos. Ayudé a Mal para colocarse su chaqueta y salimos del apartamento después de que lo asegurara con la llave. Bajamos el ascensor y salimos del edificio. Caminamos con las manos entrelazadas.
-No recordaba haber estacionado tan lejos anoche- me quejé.
Se volvió a reír.
-Supongo que muchos de mis vecinos tuvieron reuniones por el año nuevo. Es normal que hayan tantos autos.
Ubicamos la camioneta poco después. Mal ajustó sus lentes de sol y me arrancó las llaves de la mano.
-Hey.
La oí reírse mientras que subía al vehículo. Imité su acción y me senté en el asiento del copiloto. Durante el camino nos la pasamos cantando la música que colocaban en la radio hasta que cruzamos las rejas del castillo.
Apagó el auto y me miró.
-¿Crees que debamos decirle a tus padres que nos comprometimos de nuevo?
-Solo si estás cómoda con eso.
Mi novia sonrió.
-Lo estoy.
Bajamos del auto y volvimos a tomarnos de la mano. Toqué la puerta dos veces antes de ingresar al comedor. Mal se quedó afuera esperando.
-Hola- saludé a mis padres.
Ellos detuvieron su conversación y me sonrieron.
-Hola, hijo- me saludó mi mamá.
Los dos se levantaron y me abrazaron.
-¿Te divertiste anoche en la fiesta? - preguntó mi padre.
-Así es- respondí sonriendo.
-En tu mensaje dijiste que nos tenías una sorpresa - comentó mi mamá.
Asentí. Abrí de nuevo la puerta y estiré mi brazo, Mal lo tomó y entró al comedor. Mi papá sonrió y mi mamá chilló de la emoción.
-¡Mal! - la abrazó.
La pelimorada se rió y correspondió el gesto. Es muy lindo ver el amor que le tiene, la quiere como si fuera su propia hija.
-Bella, suelta a la pobre. La vas a dejar sin aire- se rió mi papá.
Nosotros tres nos reímos. Mi mamá se separó y tomó de las manos a Mal, sorprendiéndose al notar el anillo de compromiso. Nos miró alternativamente a los dos.
-Veo que tienen mucho que contarnos- sonrió.
Pasé un brazo sobre los hombros de Mal.
-Definitivamente.
La ojiverde me sonrió. Nos sentamos en la mesa y les resumimos como nos reencontramos anoche, obviamente omitiendo muchos detalles que no necesitan ni quieren conocer. También les hablamos de mi propuesta de matrimonio.
Comimos tranquilamente. Ella les contaba con entusiasmo todo lo que ha hecho estos años con su carrera. Verlos convivir como hace tiempo lo hacían me alegra mucho, porque siempre han adorado a Mal.
Yo solo intervenía si era necesario o para bromear, sabía que ella necesitaba hablar con mis padres. Jugaba con nuestros dedos debajo de la mesa.
-Tenía una gran vida en Corona. Un buen lugar para vivir y varias ofertas de trabajo, pero sabía que nunca sería del todo feliz allá- apretó mi mano- No estaban mi papá y Perséfone, mis mejores amigos, los chicos, ustedes- ellos le sonrieron- Y tampoco estaba Ben.
Nos miramos unos segundos sin dejar de sonreír.
-¿Has visto a tu padre desde que llegaste? - le preguntó mi papá.
Mal asintió.
-Él mismo me buscó en el aeropuerto el día en que llegué - rió- De hecho, me gustaría que nos reunamos pronto todos, claro después de que le cuente de esto- miró el anillo en sus dedos.
Besé sus nudillos y le murmuré un te amo.
-Nos alegra poder volverte a dar la bienvenida en nuestra familia. Aunque bueno, nunca dejaste de ser parte de ella- dijo mamá.
Mal sonrió.
-Creo que les sorprendió más ver a Mal que saber que volvimos - comenté.
Mis padres rieron.
-Creo que no han visto las noticias - se rió mi papá, buscando algo en su teléfono.
-No sabíamos si creer lo que decían o no dado a que podían ser fotos viejas- explicó mi progenitora.
Cuando al fin encontró lo que buscaba, mi papá nos entregó su celular. Ambos abrimos mucho la boca y los ojos al ver que ya habían miles de artículos sobre nosotros. Tanto en prensa como en redes.
Le di click a uno y lo leímos.
"The Auradon Herald.
El reencuentro de la pareja más amada del reino
Como todos deben saber, el día de ayer durante la noche del 31 de Diciembre de 2021 se llevó a cabo la fiesta anual de fin de año de la compañía de moda Evie's 4 Hearts.
Y no era una fiesta cualquiera, ya que era la fiesta de compromiso de Evie Grimhilde Mills (dueña de la marca) y Doug Dwarfson (administrador y socio de dicha empresa). Como siempre, fue una fiesta perfectamente elaborada. Y la lista de invitados fue tan exclusiva como en años anteriores.
Pero los invitados que más destacaron fueron el Rey Ben y nada más y nada menos que Mal Underworld, su exprometida y futura reina de Auradon.
Como sabrán, jamás se supieron los verdaderos motivos de su separación. Mal evitaba entrevistas a toda costa y nuestro rey solo contestaba lo necesario. Aunque se notaba el amor que aún le tenía... "
Mal besó mi mejilla al leer esa parte, haciéndome sonreír. Volví a tomar su mano y retomé la lectura.
" No se había visto ningún reencuentro oficial de ellos en varios años. Hasta ayer.
Fuentes cercanas nos afirmaron haberlos visto juntos toda la noche, y nos enviaron pruebas de ello..."
Al abrir las imágenes, ninguno pudo evitar sonrojarse. Había una del momento en que nos abrazamos apenas nos vimos, muchas de nosotros charlando y riendo en nuestra mesa.
Pero las que hicieron que el color subiera más en nuestros rostros fueron las que seguían. Eramos nosotros bailando y besándonos. Habían unas cuántas con los chicos también.
"No tenemos información de si ese encuentro fue planeado o fue una simple casualidad. Más es notorio el hecho de que probablemente hayan regresado. Algo que, en lo personal, a este periódico le encantaría que sea real.
Estaremos esperando a cualquier declaración de parte de alguno de los dos. Pero mientras tanto, los dejamos con la última imagen que recibimos... "
Era de esta tarde. Estábamos nosotros con las manos entrelazadas, caminando hacia mi auto. Ni siquiera nos dimos cuenta de eso, aunque sospechamos que en la fiesta si nos habían tomado varias.
Le devolví su teléfono a mi papá. Lo que menos nos esperábamos era que se comenzaran a reír.
-Creo que deberán muchas explicaciones si no quieren que inventen rumores - nos dijo él, controlando su risa.
El resto de la tarde ellos siguieron burlándose solo para molestarnos. Evidentemente comenzamos a recibir llamadas y mensajes de nuestros amigos. Incluso de Hades, así que Mal le aseguró que los veríamos al día siguiente y hablaríamos con él y su esposa.
Supongo que no era la manera en que queríamos que el mundo se enterara. Pero estaba bien. Sería más fácil a tener que ocultarlo hasta que encontraramos la manera de contarlo.
Tal vez sí era como Mal había dicho, estábamos destinados a volver a la vida del otro. Sea como sea, estoy contento e ilusionado de que esté de nuevo a mi lado.
En algunos meses nos casaremos, ¿y quién sabe? Puede que esta historia se convierta en el modo de relatarles a nuestros hijos como su mamá y su papá lograron superar cosas para conservar su amor.
Sé que soné cursi, pero para este punto creo que todos saben que lo soy. Y no me importa ser ridículo si se trata de Mal. El amor de vida.
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Espacio para gritar y llorar
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Así llegamos al fin de esta pequeña pero especial historia 🤧
El plan siempre fue ese, algo corto pero bonito. Y lo logré 💜💙
Claramente fue interesante experimentar escribiendo con más detalles😂🤭
Y en este capítulo quise poner en práctica mis conocimientos de francés. Sobretodo porque imaginar a Ben hablándolo es 🛐
Me encantaría saber que les pareció esto.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 04/01/2022.
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