-𝟎𝟎𝟒
⚠️Advertencia: El siguiente capítulo contiene escenas +18. Por lo tanto leanlo bajo su propia discreción.
Aunque estoy segura de que lo pasaran por alto y de todos modos lo leerán.
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Ambos se sentían increíblemente felices. Hacía muchos años que no se besaban, ni mucho menos ocurrían cosas como las que sucederían a continuación.
Ben acariciaba con delicadeza la mejilla de Mal mientras que con su otro brazo la mantenía cargada. Ella, por otro lado, acariciaba su barbilla. De algún modo u otro lograron entrar a la habitación de la pelimorada.
El castaño se sentó con cuidado sobre el colchón, la ojiverde quedó sentada a horcajadas sobre él. Trataron de recuperar el aire.
-¿Estás segura de querer esto? A penas estamos regresando, no quiero que te sientas obligada a hacer algo con lo que no estés cómoda- le dijo.
Mal sonrió.
-Estoy muy, pero muy segura, cariño- revolvió el cabello de Ben, haciéndolo reír.
Se besaron de nuevo. Esta vez el beso pasó de ser delicado a descontrolado en cuestión de segundos. Las lenguas de ambos batallaban por tener el control de la situación, solo que ambos aún no pretendían cederselo al otro.
Ben aflojó su corbata y dejó que Mal la deshiciera. La tiró al piso y continuó con la camisa, quitando botón por botón. Hasta que se hartó de tanto estorbo y le arrancó la prenda de un tirón. Se rieron al notar que dos botones salían volando con esa acción.
La Princesa del Inframundo besó su cuello y sus hombros sin prisa, solo queriendo disfrutar el momento. El rey acariciaba su espalda por sobre la tela del vestido. Logró ubicar el cierre, de modo que lo tomó y lo bajó por completo. Mal alzó los brazos y dejó que se lo quitara. Siguieron besándose.
Luego de algunos minutos él logró recostarla sobre el colchón, sonriendo ante su vista. Mal tenía puesto un conjunto de sostén y panties de encaje negro.
-¿Admirando la vista, rey pervertido?- se burló ella.
-Ujum- afirmó él.
-Podemos hacer las cosas más justas - dijo, refiriéndose a la cantidad de ropa que él aún tenía puesta.
Ben sonrió y besó la punta de su nariz. Se levantó con cuidado, quitándose el cinturón y su pantalón. Se colocó sobre ella de nuevo. Besó sus labios con suavidad un rato. Trazó un camino de besos por su mejilla y su mentón hasta llegar a su cuello. Mal cerró los ojos y jadeó al sentir la creciente erección de su novio rozar su intimidad.
El ojiverde-miel descendió hacia su pecho, besando su clavícula con dirección a sus hombros. Deslizó la primera cinta y seguida de la otra luego de lograr quitar los ganchos en la espalda. Acarició la suave piel del estómago de Mal, sonriendo al ver lo rojas que estaban sus mejillas.
-¿Con cuál empezaré primero? - cuestionó- ¿Con este? - masajeó su seno derecho- ¿O con este? - pellizcó su pezón izquierdo.
La pelimorada gimió.
-Creo que con el izquierdo- dijo sonriendo.
Llevó sus labios al pecho mencionado y su mano acariciaba el otro, provocando que su novia tomara en puños entre sus dedos las sábanas verdes y moradas debajo de ella. Después de darle atención a uno continuó con el otro. Siguió su recorrido de besos por todo el estómago de ella y sus delicadas piernas.
Al volver a la altura de su rostro pudo notar como Mal hacia un esfuerzo por no hacer mucho ruido.
-Si necesitas hacerlo no te reprimas, princesa- le dijo.
Ella sonrió y asintió.
Ben la besó con dulzura, demostrándole todo su amor. Al apartarse notó como las pupilas de Mal estaban dilatadas por el deseo, y supuso que las de él estaban iguales. Coló su mano hacia el interior de las panties de ella, haciéndola gemir.
-Estás bastante húmeda, princesa- le murmuró en su oído.
Su tacto y sus palabras solo lograron que se mojara más. La acarició superficialmente un rato antes de retirar la única prenda que le quedaba a ella. Deslizó dos dedos en su interior, haciendo que Mal retorciera los pies por el placer.
Fue aumentando el ritmo al ver que la pelimorada comenzaba a gemir con más intensidad. Agregó otro dedo entre sus pliegues mientras que otro se sumó a su clitoris. Mal arqueó la espalda, estaba al borde del orgasmo. Ben se detuvo al notar como las paredes de ella se estrechaban contra sus dedos.
-¡Ben! - le reclamó.
El nombrado se rió. Estaba apunto de maldecirlo hasta que vio como él se llevaba los dedos a su boca. Esa escena fue tan excitante para ella que jadeó tan solo verlo.
-Nunca te he dejado a medias, y lo sabes. Solo ten algo de paciencia- le guiñó un ojo.
Ni siquiera pudo reaccionar cuando lo observó descender por su cuerpo. Besó su intimidad, provocando que pusiera los ojos en blanco por el placer. Ben se esmeró en darle esa satisfacción que sabía que ella necesitaba.
La tomó de las caderas al notar como ella las movía, tratando de aumentar la sensación. Bastaron un par de minutos más hasta que ella se corrió. Miraba al techo, con el sudor cubriendo su frente. El castaño besó sus piernas un rato hasta volver a su rostro.
Mal sonrió al ver los ojos de él frente a los suyos.
-¿Sabes? Creí que usaríamos tu corbata dado a lo rápido que tomaste el control de la situación - bromeó.
El rey soltó una sonora carcajada, recordando las ocasiones en que le había atado las manos para impedir que lo tocara mientras la complacía.
-Tal vez en una próxima ocasión- sugirió.
-Me agrada la idea - se rió ella.
Lo acercó a sí misma para volverlo a besar. Aprovechó que Ben estaba distraído y les dio la vuelta, quedando encima de él. Sonrió con malicia al ver la expresión en el rostro de su amado.
-Ya te ocupaste de mí, así que es mi turno de hacer lo mismo por ti.
Besó sus labios repetidas veces antes de bajar hacia su cuello. Fue menos delicada que él, ya que mordisqueó su piel al punto en que lo más probable es que en la mañana fueran visibles varios chupetones.
Sonrió para sí misma al tener su pecho marcado y formado frente a ella. Besó cada centímetro de su piel hasta finalmente llegar a sus boxers. Los bajó lentamente, mirándolo a los ojos.
-Veo que no soy la única que disfrutaba lo de hace unos minutos- se burló.
Ben simplemente gruñó al sentir como los delicados dedos de Mal lo tomaban. Ella se acomodó para besarlo en los labios otra vez. Aumentando el ritmo de sus caricias al oír los gemidos de él entre sus besos. Acercó su boca a su oído.
-¿Puedo confesarte algo? - le preguntó.
El ojiverde enfocó su vista como pudo en ella.
-No he estado con nadie más desde nuestras despedida- dijo.
Ben sonrió.
-Lo supuse dado a tu declaración de no haber tenido citas- jadeó al sentir como lo apretaba entre sus dedos.
-Pero eso no es todo - jaló el lóbulo de su oreja- Creo que los dos sabemos que era inevitable no extrañar nuestra intimidad- sabía que lo que diría a continuación sería lo más directo que hubiera confesado en su vida- Y bueno, cuando me tocaba pensaba en ti. En ti y en nosotros haciendo el amor.
Ben gimió. Eso era algo que no se esperaba oír, al menos no tan directamente.
-Yo también pensaba en ti y en nosotros - confesó él.
Quería que Mal entendiera que así como ella le había confesado algo tan íntimo él también tenía la confianza para hacer lo mismo.
-Me alegra saber eso- rió.
Ben se relajó a tal punto que cuando llegó su orgasmo, sintió un hormigueo recorrer todo su cuerpo. Mal se limpió la mano con un pañuelo de una caja que tenía en su mesa de noche. Lo abrazó, esperando a que él lograra regular su respiración.
-Antes de continuar quiero decirte que no traje ningún condón. Realmente esperaba al menos acercarme de nuevo a ti y resultó llegar más lejos de lo que imaginé.
Mal soltó una carcajada. Se sentía tan bien saber que él no había planeado nada de esto, que simplemente fue algo que pasó porque ellos lo quisieron y ocurrió al calor del momento.
-Supongo que por hoy no importa. Aún sigo tomando mis pastillas por los desajustes hormonales, así que no hay mucho de qué preocuparse- le explicó, mirándolo.
Ben besó su frente con amor. Los dos entendían que eso no garantizaba nada, pero dado a que apenas retomaban su relación sabían que era muy pronto para buscar bebés. Al menos las posibilidades eran bastante reducidas con eso.
Se miraron un rato, disfrutando la compañía del otro. Él se acercó a besarla y ella aceptó con gusto. Mal retomó su postura sobre él, mirándolo con tanto amor y tanto deseo a la vez que Ben sentía que su corazón se saldría de su pecho por... Ya ni siquiera podía llevar la cuenta, de tanto que su amada le había hecho sentir en tan pocas horas.
Puso sus manos a cada lado de su cintura, sosteniéndola para hacerle de apoyo. Ambos gimieron poderosamente cuando por fin sus intimidades se unieron. Y no fue lento, todo lo contrario, entró todo de golpe. Mal apoyó sus manos en su pecho, impulsándose hacia arriba y hacia abajo.
Ben la miraba atontado, decir que tenerla de esa forma sobre él no causaba ningún efecto sería una completa mentira. Apretó la piel de la pelimorada entre sus dedos, haciéndola gemir. Quedarían marcas en su cintura y caderas, eso era seguro, pero no podía importarle menos.
Al tomarlo de los hombros cambió su acción, ahora haciendo movimientos circulares con sus caderas. Los dos estaban a punto de llegar. Se oían claramente los gemidos y jadeos de ambos por todo el apartamento.
Mal se desplomó sobre su pecho cuando el orgasmo la alcanzó. Ben la abrazó cuando el suyo también lo hizo, manteniendo sus movimientos para prolongar más la sensación. Al darse cuenta de que a ambos comenzaba a hacerle efecto de nuevo se dio la vuelta, dejando con delicadeza el cuerpo de la ojiverde debajo del suyo. Acarició sus cabellos morados, despegándolos de su rostro.
-Te amo- le dijo.
-Y yo te amo a... - no pudo articular la última palabra ya que un gemido escapó de su boca.
El rey había comenzando a moverse en su interior. Y demonios, se sentía mejor de lo que recordaba. Enredó sus piernas alrededor de las caderas de él, cerrando los ojos ante la sensación de sus cuerpos completamente unidos.
Arañó su espalda con sus uñas, tratando de hacerle entender lo bien que la estaba haciendo sentir. Ben extendió su mano y tomó una de las suyas, deslizando un anillo muy familiar para ella en su dedo pulgar. El anillo de la familia Beast.
-Creo que esto te pertenece a ti, amor- le sonrió- Me gustaría que vuelva a su lugar.
Mal sonrió, con lágrimas invadiendo sus ojos.
-Hey, no quería hacerte llorar. ¿Está todo bien? - cuestionó él con preocupación.
Ella asintió, aún con una sonrisa en sus labios.
-Solo me abrumé un poco, pero no de mala manera. No sabes lo feliz que me siento por estar aquí, contigo- le dijo.
Juntaron sus frentes. Ben entrelazó sus dedos. Y eso, de algún modo, hizo más romántica aún la escena.
Aumentó el ritmo, provocando que los dos hicieran más ruido. Mal apretaba sus dedos, y los apretó más aún cuando él se dedicó a besar su cuello y su pecho sin dejar de moverse. Lo tomó por las mejillas, devolviendo su boca a la de ella. Apenas pudieron besarse unos segundos cuando ambos llegaron a su tercer orgasmo de la noche.
Se mantuvieron con las manos entrelazadas. Ben apoyó su cara en su pecho y la abrazó. Mal acariciaba el cabello castaño de su amado con las pocas fuerzas que tenía. Estaba agotada, y él igual.
Él salió de su interior y se recostó a su lado. Besando sus nudillos y volteando a mirarla.
-¿Quieres que te lleve al baño para que te asees? - preguntó al notar que ella probablemente no tenía muchas fuerzas.
-Por favor- le pidió.
Ben se levantó y la tomó en sus brazos, cargándola como una princesa. Abrió la tapa del inodoro y la sentó. Mal le agradeció con la mirada, él cerró la puerta y se quedó allí para no incomodarla. A los minutos sintió como la puerta se abría.
Rió suavemente al notar que Mal apenas podía mantenerse de pie por el cansancio. La llevó a la cama y besó su frente.
-Ya vengo, ¿ok?- la arropó con las sábanas y cobijas.
-Ok- bostezó.
La pelimorada se acurrucó en su almohada, sonriendo al ver el anillo en su dedo. Esa pieza había tenido tanto significado en el comienzo de su relación, y Ben siempre afirmaba que era suyo a pesar de ser una herencia familiar.
Levantó un poco la sábana para que él entrara y lo abrazó, hundiendo su cara en su pecho. Las respiraciones de ambos poco a poco se fueron apasiguando, el sueño los vencía.
-Buenas noches, cielo- murmuró ella adormilada.
-Buenas noches, mi vida.
Cayeron profundamente dormidos. Sintiéndose más felices que en todos esos años distanciados.
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👁️👄👁️
Es la primera vez que escribo algo +18, al menos siendo tan explícita.
Espero que haya sido coherente 😂🤭
El siguiente es el capítulo final, así que prepárense, porque aún queda algo muy importante por leer.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 03/01/2022.
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