𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒅𝒆𝒄𝒊𝒎𝒐𝒒𝒖𝒊𝒏𝒕𝒐
La suave brisa de esa tarde de otoño hacia sonar el llamador de ángeles de vidrio que colgaba en una ventana de la cocina. El pequeño bebé reía gracias al armonioso sonido, reposaba dentro de su sillita alta y estiraba sus manitos para intentar tocar los colores de los cristales que relucían.
Angus lo levantó para meterlo en su fular, quería que su hijo conociera bien su aroma. Kendrick balbuceo un poco, apenas tenía cuatro meses por lo que no sabía hablar; aún así se entendía perfectamente que estaba contento.
Buscó sus guantes de cocina para abrir el horno, había cocinado lasaña para ese almuerzo. Dejó la bandeja encima de la mesada para que se enfriara un poco antes de colocarla sobre la mesa ya puesta. Se quitó sus guantes para sostener por debajo a su hijo.
Todavía se le hacía difícil creer que ese niño en serio había salido de él. El último año había pasado demasiado rápido. Sus últimos meses de embarazo habían sido bastantes complicados y a eso se le había sumado la mudanza necesaria a una casa con un cuarto extra. Su bebé nació dos semanas antes de lo previsto, y a pesar de estar un poco bajo de peso, estaba sano.
-¿Te gusta, Ken? -preguntó viendo cómo el pequeño observaba tan atento hacia la ventana. Podía percibir un aroma suave y dulce, ya sabían que él era un omega.
Escuchó la puerta principal siendo abierta, así que se apresuró a terminar de organizar la mesa. Su esposo acababa de llegar del trabajo, así que seguramente estaba hambriento.
-¿Qué tal te fue, amor? -preguntó con suavidad luego de dejar un beso sobre sus labios.
-Fue una mañana pesada, pero en general me fue bien.
-Me alegra oír eso. -aseguró. Dejó que su alfa se acercara a él para besar la cabeza de su bebé.
-¿Cómo están ustedes dos?
-Creo que dormimos de más hoy. -rio un poco a la vez que comenzaba a cortar la lasaña en porciones. Luego sirvió una en cada plato que su pareja llevó a la mesa. -También jugamos, salimos a dar un paseo y cocinamos.
-Eso es bueno, muero de hambre. -se sentó frente a su pareja para almorzar.
Luego de su almuerzo, el pequeño omega durmió una siesta en el catre desmontable que estaba en la sala. Mientras, sus padres se daban mimos en el sofá.
-Te amo, Brimi -resoplaba y ronroneaba gracias a las caricias del más alto. Se sentía tan a gusto, tan cómodo allí. Estaba sentado con los pies arriba del almohadón y sus rodillas pegadas a su torso.
-Y yo a ti, cielo -aprovechando la posición besó los labios suaves de su esposo. Nunca perdería el amor por él.
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Darle un baño a Kendrick no era exactamente difícil, él se quedaba quieto y apenas protestaba. Angus se divertía bastante haciéndolo, le gustaba jugar con el agua con su bebé y mostrarle los pequeños patitos de hule.
Cuando lo sacó de la bañera para niños, lo envolvió por completo en una toalla. Así lo llevó al cuarto que le pertenecía. Lo secó rápido para vestirlo, no quería que pasara frío. Le gustaba que su ropita fuera de colores suaves, mayormente blancas, rosas y amarillas.
Lo dejó encima de su cuna por un momento en lo que vaciaba la bañera. Sin embargo, su esposo ya lo había hecho.
-Gracias, Bri -besó una de sus mejillas.
-No te preocupes, amor -habló Brian, estaba secando algunos de los juguetes para guardarlos.
El llanto de su hijo hizo que Angus regresara a la habitación. Sabía que a su bebé le gustaba estar siempre siendo abrazado. Brian fue detrás de él. -¿Necesitas ayuda? -preguntó, tenía trabajo por hacer todavía pero claro que podía dedicarle tiempo a su familia.
Levantó a Kendrick de su camita. -Estamos bien, supongo que sólo quiere estar conmigo -se sentó en la silla mecedora que tenían, había sido un regalo de los padres de Johnson.
-Bien, yo estaré en la cocina, tengo que llamar a un productor. Les hace falta un nuevo video musical.
El más bajo asintió, luego su pareja se retiró del cuarto. Se dispuso a darle el pecho a su hijo, apenas tenía leche pero era suficiente para un poco por la mañana y por la noche, aunque podía pasar esa toma nocturna a la tarde si le daba un biberón caliente antes de hacerlo dormir.
El bebé se aferraba a él cuando mamaba, lo hacía bastante tranquilo y solía tardar algunos minutos.
El resto de la tarde la pareja se la pasó jugando con su bebé, divirtiéndose con él. Sabían lo importante que era que una criaturita se sintiera protegida y amada desde la más tierna infancia.
Kendrick reposaba sobre el regazo de su padre cuando su madre le enseñaba diferentes juguetes. Pataleaba un poco, también extendía sus bracitos. El chiquillo estaba ya más que apegado a sus padres.
La cena pasó rápido, Angus preparó una ensalada que además de verduras hervidas contenía pollo. Después de comer, Brian se daba una ducha para dormir mientras el guitarrista buscaba que su hijo se durmiera.
Estaba sentado en la cama, con la espalda apoyada contra el respaldo. Mantenía al niño pegado a su pecho a la vez que tarareba una canción de cuna. En el cuarto tan silencioso sólo podia oír su propia voz y el sonido que provocaba Kendrick con su chupete. Todo eso le generaba tantos pensamientos en él. Lo hacía meditar quizás demasiado sobre su vida, sobre su infancia; sobre esos años lejanos que ya había dejado atrás pero que todavía le hacían daño cuando los recordaba.
Estaba seguro de que no cometería los mismos errores de sus padres. Su bebé iba a ser feliz. Un niño normal, sano. No le iba a faltar nada, sería amado por sus padres siempre y nunca iba a ser dejado de lado por ellos. Haría todo lo posible para que tenga buenos amigos y una educación de calidad, claro que sería en una escuela para niñas.
Cuando su esposo regresó al cuarto, se sentó a su lado. -Se ve tan tranquilo.
-Siempre va a verse así. Él no va a sufrir, Brian.
-No lo hará. -besó una de las mejillas apenas gorditas del bebé. -Ahora déjalo dormir en su cuna, tiene que descansar también. Desde ahí siente nuestros aromas, no pasa nada.
El omega obedeció, no tenía mucho más por hacer. Dejó un beso de buenas noches en su frente antes de arroparlo. Acarició un poco su rostro. Colocó despacio sus manos sobre el borde de la cuna, en serio no quería separarse de él.
Sintió como los brazos de su pareja lo rodeaban por atrás junto con su cabeza siendo apoyada en su hombro, aquella sensación lo llenaba de una paz que pavas podía describir.
-Te amo, Bri.
-Yo también te amo. -despacio lo guío hasta el colchón, quería que descansaran juntos.
El escocés no perdió el tiempo, se metió bajo las sábanas y abrazó a su esposo. Todas las noches dormían así. Estaba tan contento de estar ahí, sentía que la mayoría de las heridas de su vida había sido cerradas. Quería vivir tranquilo, sabía que se merecía hacerlo.
El beso suave que dejó su esposo encima su marca lo hizo suspirar sastisfecho. Se colocó encima del pecho del inglés para dormir. Ambos disfrutaban el calor del otro, el aroma del otro y el de su bebé.
Angus se sentía completo, casi completamente hecho. Estaba feliz de poder ser él mismo, de ser amado tal y como era. Cómo siempre se había sentido, como estaba destinado a ser.
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Gracias a quienes leyeron esta historia. Espero que haya sido de su agrado 。◕‿◕。
Discúlpenme que este capítulo no tenga los guiones largos que corresponden a los diálogos, wattpad no me deja editarlo.
Aprovecho para comentarles que en mi perfil ya está publicada "Live Wire", un fanfic Bon x Malcolm. No está relacionado con esta historia, pero a quienes les gusta el omegaverse van a disfrutarla.
-Palme.
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