Más tarde esa noche, Hermione dejó a Severus por un minuto en favor de hablar un poco con sus amigos después de que él prácticamente la arrastrara hacia ellos y luego se fuera a buscar algo para beber. Le dijo que no quería impedirle estar con sus amigos. Ella, por supuesto, sabía que su madre aprovecharía esa oportunidad, y por eso dudó al principio. Después de un pequeño concurso de miradas, que perdió, Hermione reconoció su derrota y le dejó a su aire durante un rato.

"¿Severus?"

El mago de pelo oscuro empezó a fruncir el ceño inmediatamente y la ignoró al principio, pero viendo que ella podía ser muy terca, se quedó donde estaba.

"¿Qué pasa?" contestó Severus fríamente al darse cuenta de que ella no se iría sin más.

"Sólo quiero hablar en privado, nada más. Como siempre me evitas, esta es la única forma en que puedo llegar a ti. Por favor, dame sólo un minuto de tu tiempo", le suplicó la bruja mayor a lo que él suspiró derrotado y la condujo a la siguiente mejor habitación, cerrando la puerta detrás de él.

"Tienes exactamente un minuto".

"Está bien, Severus, sé que ya te lo he dicho antes, pero siento mucho no haber estado ahí cuando más me necesitabas. Te dejé a tu suerte cuando no eras más que un joven perdido sin esperanzas de un buen futuro, de hecho, lo único que hice fue aumentar tu angustia. No voy a pedir perdón. No, eso está fuera de mi alcance, y soy consciente de ello. Pero lo que te pido es que trates de ver mis razones", dijo Eileen, que estaba de pie frente al hombre al que interiormente estaba muy orgullosa de llamar hijo, aunque no quisiera tener nada que ver con ella.

Severus se quedó parado, sin moverse ni un centímetro, pensando de nuevo en sus palabras. Tardó un buen rato en contestar.

"No me enfada que no estuvieras aquí cuando Potter y sus compinches atacaron. De hecho, las únicas personas que creo que tienen la culpa son Potter y Dumbledore. Potter, porque instruyó a los demás y los manipuló, y Dumbledore, porque, pasara lo que pasara, siempre me castigaba a mí en lugar de a sus preciados Gryffindors, que eran obviamente culpables. Ni siquiera te condeno por querer escapar de esa casa que yo llamaba hogar. No, vivir allí era como vivir en el infierno cuando Tobías estaba allí. Lo único que te reprocho es que hayas fingido tu muerte en lugar de divorciarte y que no me hayas llevado contigo. Sé lo que te llevó a hacer esto y en cierto modo te entiendo, pero te hago saber que aceptar esto te llevará tiempo. No tientes tu suerte y las cosas podrían cambiar para mejor. Ahora que eso está discutido, prefiero volver a mi cita de espera. Quiero bailar con ella al menos una vez más hasta que empiece el nuevo año", dijo Severus antes de bajar las vallas y volver al Gran Comedor.

"Severus, ¿dónde has estado? ¡Es casi medianoche!" preguntó Hermione al divisarlo.

"Acabo de aclarar algunas cosas con cierta persona. No te preocupes, fui civilizado todo el tiempo. Ahora, si no te importa, me encantaría bailar contigo hasta el año nuevo. Así es como quiero terminar este año y empezar el nuevo. Al lado de la persona que más quiero", sonrió Severus cuando volvieron a la pista de baile.

A Hermione le pilló desprevenida que admitiera abiertamente sus sentimientos por ella. Hacía tiempo que eran pareja, extraoficialmente o al menos nunca habían hablado de ello, pero esto era lo más parecido a una admisión oficial por parte de él.

"Qué gran idea, querido", sonrió Hermione mientras él la guiaba por la pista de baile.

Mientras bailaban, las pocas personas que los rodeaban empezaron a contar los últimos segundos del año viejo y vitorearon cuando el reloj dio las doce.

Se sonrieron antes de que Severus se inclinara y la besara.

"Feliz Año Nuevo, mi amor", susurró el pelinegro una vez que se separaron a lo que ella se limitó a responder: "Feliz año nuevo para ti también. Qué buena manera de empezar el año".

Todos brindaron por el Año Nuevo y se quedaron en el salón charlando y bailando durante un buen rato después y, a pesar de que realmente odiaba las charlas y chácharas, Severus también se dedicó a ellas, para alegría de Hermione.

"Oye, Mione, ¿qué es exactamente él para ti?" susurró Harry, que en algún momento se puso a su lado.

"El hombre con el que quiero pasar el resto de mi vida, pero por ahora, aceptaré el título de su novia", le guiñó un ojo Hermione, que estaba segura de que Severus podía oír lo que decían a pesar de estar hablando con Filius. Podía verlo en la forma en que sus ojos parpadeaban hacia ella, con bastante calor detrás de ellos.

"Veo que parece que vuelves a planificar con antelación... Bueno, ¿a quién quiero engañar? Por supuesto que planificarías con antelación, ¡eres Hermione Granger!" rió Harry.

"Verás, siempre he sido así y probablemente nunca cambie".

"Y por eso, estoy más que contento. No te querría de otra manera, mi pequeña sabelotodo", sonrió Severus, apretándola a su lado.

"Me alegro de verdad por ustedes dos, de verdad", dijo Harry antes de girarse para buscar a su novia pelirroja.

"Creo que es hora de que nos retiremos por esta noche" murmuró Severus al oído de Hermione a lo que ella asintió.

Se despidieron y bajaron a las mazmorras.

Una vez en sus aposentos, se dirigieron directamente al dormitorio y ambos tuvieron la sensación de que no dormirían pronto y ninguno de los dos estaba triste por ello.

En el Gran Comedor, sin embargo, Minerva y Poppy eran de las últimas personas y estaban sentadas en una mesa en un rincón, ambas sorbiendo un poco de ponche mientras charlaban ociosamente de todo y de todos. Al final, el tema de Hermione y Severus iba a surgir.

"Creo que Severus por fin ha encontrado a alguien adecuada. Alguien que lo acepte tal como es, con todas sus rarezas y cambios de humor", dijo Poppy.

Minerva asintió ante la afirmación de su mejor amiga.

"Me alegro por él y por Hermione. En mi opinión, todo el mundo debería encontrar a esa persona especial a la que amar. Por desgracia, el amor es lo que todo el mundo necesita, y todos merecen tener a alguien igual a ellos, alguien que les cuide y alguien que ame y sea amado. No es importante ser amado ampliamente, sino profundamente. Es el amor profundo que uno sólo puede experimentar una vez en la vida. Eso es lo que deberíamos anhelar, lo que nos hace seguir adelante, y todos deberíamos atraparlo y no dejarlo ir una vez que lo hayamos encontrado".

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