𝒄𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒇𝒐𝒖𝒓
—̶ «̶ ̶̶̶ ̶ ̶ ̶̶̶ ̶« ̶ ̶̶̶ ⁺˚ * ・ ༓ ☾ ☽ ༓ ・ * ˚⁺ ̶ ̶ »̶ ̶̶̶ ̶ ̶ ̶̶̶ ̶» ̶ ̶̶̶ ̶ ̶
Too high, can't come down
Losing my head,
spinning 'round and 'round
Do you feel me now?
With a taste of your lips,
I'm on a ride
You're toxic, I'm slipping under
With a taste of a poison paradise
I'm addicted to you
Don't you know that you're toxic?
And I love what you do
Don't you know that you're toxic?
- Toxic, Britney Spears
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La música estaba demasiado fuerte y las luces en tonos neón no eran sus favoritas, sumándole que ella realmente no era fanática del alcohol, por lo que estar en una fiesta no era mucho su estilo, pero a pesar de todo estaba pasando un rato muy agradable con la alfa de Kappa Alpha.
Y en el momento en el que Jisoo la dejó sola para ir por un poco más de bebida, Rosé vio a Min salir de una de las puertas del pasillo de la casa, haciéndola fruncir el ceño confundida, porque está más que segura de no haber visto pasar con anterioridad al alfa en ningún momento de la noche y era raro verlo salir ahora.
- Regresé - comentó Jisoo alegremente.
La omega sonrió tímidamente.
- Te lo agradezco, pero... debo buscar a alguien - murmuró torpemente, con un presentimiento extraño en su pecho.
- Oh, esta bien. ¿Me darías tu número?, eres muy agradable. - respondió la alfa sin dejar de sonreír.
Rosé mordió su labio, pensando sí eso era buena idea, teniendo en mente que los de Kappa Alpha no era precisamente las personas favoritas de su líder actualmente.
- Si, creo que... esta bien. - respondió finalmente, esperando que no fuera una mala idea.
Jisoo celebró Internamente eso y le extendió su teléfono a la omega para que pudiera anotar su número telefónico.
Una vez que Rosé le dio su número, le dedicó una última sonrisa tímida a la chica, antes de dirigirse a la puerta de la que salió el alfa, teniendo aún ese presentimiento extraño en su pecho.
Pero antes de que ella misma pudiera abrir la puerta, está fue abierta por alguien más desde adentro.
La omega se encontró realmente sorprendida, sin saber que decir, con el corazón ligeramente acelerado, mirando a su líder, quien tenía la respiración agitada, cabello desordenado, mejillas sonrojadas y una ligera marca rojiza alrededor de su cuello.
Tenía la ligera sospecha de lo que pudo haber pasado detrás de aquella puerta, pero no podía creer a Louis capaz de eso.
- Min y ... - murmuró la chica desorientada y confundida, siendo interrumpida con la mano del pelirrojo sobre su boca, cubriéndola.
- Yo puedo explicártelo - dijo Hoseok de inmediato, entrando casi en pánico, con su corazón apunto de salirse de su pecho. - Ven - pidió tomando a la menor de la mano para llevarla con él a su habitación.
La chica tan solo asintió, dejándose guiar, encontrándose más que confundida, no podía ser lo que estaba pensando.
Hoseok era la persona más honesta que conocía, la única persona con la que sentía confianza, además de su amiga Jennie, él no podía estar haciendo lo que ella estaba pensaba, era imposible.
- Debo cambiarme y después te lo explicaré, solo... no te vayas de aquí, por favor, ¿Si? - habló el pelirrojo de nuevo, una vez que entraron a su habitación, cerraron la puerta con seguro.
Rosé tan solo asintió de nuevo sin mirarlo, no creyéndose capaz de decir algo al respecto, sentándose en la cama en espera de que el omega se cambiará de ropa.
Durante ese tiempo sola, ella trató de pensar en muchas justificaciones que no la llevarán a su idea original sobre Hoseok rompiendo la regla más importante, pero cada una de esas justificaciones eran inútiles.
- ¿Por qué lo hiciste? - fue lo primero que preguntó la omega, una vez que el pelirrojo regresó.
Hoseok suspiró pesadamente, sentándose a su lado sin saber qué responder y antes de poder decir una sola palabra al respecto, un par de lágrimas bajaron por sus mejillas.
- Sé que está mal - dijo finalmente, limpiando sus lágrimas, sintiendo la mirada de la omega sobre él. - Pero... no puedo evitarlo, cuando estoy con él es como si la parte racional de mi cerebro, que me recuerda que no debería de hacerlo, se nublara por completo y no puedo hacer nada más que querer estar con él. - explicó con un nudo en su garganta, acostándose en la cama, mirando el techo.
- ¿Lo amas? - cuestionó la menor, sintiéndose mal al ver al omega tan afectado.
Hoseok se quedó callado, pasando por su mente la confesión de amor de Yoongi a la que él no había respondido, teniendo las palabras del alfa repitiéndose en un bucle en su mente, junto con la pregunta de su amiga, sin saber que responder y cual era la respuesta correcta a eso.
- No lo sé - murmuró inseguro con su corazón latiendo con fuerza en su pecho.
- Tienes que saberlo - suspiró Rosé recostándose en la cama de la misma manera que él. - ¿Puedo decirte lo que pienso? - cuestionó la chica en un susurro bajo.
Hoseok asintió sin mirarla, rogando no llorar de nuevo.
- Yo creo que si lo amas - comentó la menor con un suspiro, como si hubiera dicho un profundo secreto. - No sé mucho sobre el amor y puede que sea la más joven de la casa, pero el poco tiempo que te he conocido ha sido suficiente, para saber lo mucho que significa para ti tu puesto, lo que significaría para ti perderlo, no lo arriesgarías por una aventura o algo así. Lo arriesgarías por algo que valga la pena, por alguien que ames - justificó su comentario.
El omega respiró profundamente, percibiendo ligeramente el aroma de Yoongi aún en él, lo que hizo sentir a su lobo seguro.
- Eso suena muy lindo - admitió el pelirrojo con una suave risa, que era más nostálgica que alegre. - Pero... en realidad no sé porqué lo hago, solo sé que el estar con él hace que mi omega se sienta bien, tranquilo y seguro, a pesar de ser incorrecto. Como sí fuera todo lo que necesitara para sentirme completo. - agregó en un suspiro.
- ¿Es tu alfa? - preguntó Rosé entre confundida y curiosa.
El pelirrojo sintió una presión en su pecho al escuchar esa pregunta, sintiendo la respuesta afirmativa en la punta de su lengua, pero sin la fuerza para decirlo en voz alta.
- Eso no importa Rosé - habló queriendo cambiar el tema lo más pronto posible. - Quiero que sepas que voy a terminar con esto, solo, no se los digas a nadie, por favor. - pidió casi rogando.
- Hoseok - habló la chica. - No tienes que terminar nada - negó de inmediato, sentándose de nuevo. - Yo no le diré nada a nadie, lo prometo - aseguró con una sonrisa.
- Si no termino con esto y alguien se entera de que tú lo sabías, puedes tener consecuencias, Rosie. Y no quiero arrastrarte a mis problemas. - explicó el chico.
- Es importante para ti. No puedes terminar con esto porque en el fondo sabes la respuesta a mis preguntas y tienes miedo de perderlo para siempre y puedo vivir con las consecuencias que puedan traerme esto, pero no podría vivir sabiendo que puedes perder a tu alfa por mi, cuando puedes seguir con él. - argumentó lo mejor que pudo, deseando haber escogido las palabras correctas.
- ¿No te molesta que rompa la regla más importante? - cuestionó el omega sin poder creerlo.
- No, es una regla estúpida como dice Jimin, no es como si fueran unos malos líderes solo por amarse. El amor y su desempeño como líder no debería ser un inconveniente. - respondió sincera, encogiéndose de hombros. - Así que, sigue con él y se lo más feliz que puedas, cuentas conmigo por si necesitas ayuda. - agregó mirándolo, con una sonrisa totalmente sincera que hizo que el pelirrojo se sintiera seguro y creyera en sus palabras.
- Gracias, Rosé - respondió abrazando a la chica, permitiéndose llorar un poco en su hombro. - No sabes lo mucho que significa esto para mi. - murmuró en voz baja.
- Tú has sido un excelente amigo conmigo, casi como mi hermano mayor, lo menos que puedo hacer es apoyarte de la misma manera que tú lo haces conmigo. - comentó la menor abrazándolo igual.
- Eres la única que sabe esto, de verdad te agradezco que lo tomarás bien y que fueras tú la que se enterará, de haber sido Emma o alguien más no sé que hubiera pasado. - confesó Hoseok más tranquilo.
- Oh, Emma de seguro hubiera enloquecido, pero no pienses en ella, su opinión es lo que menos debería importarte.
- Gracias - repitió el omega separándose del abrazo. - Eres increíble. - suspiró con una sonrisa.
- No tienes que agradecerme. - negó la menor, sonriendo igual. - Jennie y tú son mis únicos amigos y haría cualquier cosa por ustedes. - confesó con un ligero color carmesí en sus mejillas. - Son las únicas personas que siento realmente como una hermana y hermano. - agregó.
- Las demás y Jin igual te quieren. - dijo el castaño, pasando su mano por el cabello lacio y teñido de color rosa de la chica. - Emma es la única pesada, pero de seguro detrás de esa imagen de mala, también siente afecto por ti. - agregó riendo suavemente.
- Cuando estaba drogada dijo que era bonita. - recordó la menor riendo fuertemente.
- Dijo que eras la más bonita de la casa. - corrigió el chico riendo en alto igual.
- ¿Por qué diría eso? - dijo la chica curiosa sin dejar de reír.
- Porqué es verdad, eres muy bonita. - respondió Hoseok con una sonrisa de orgullo al ver el brillo de ilusión en los ojos de la menor.
- Oh, sólo estás molestándome. - aseguró la omega, tratando de ocultar el sonrojo de su rostro cubriéndose con sus manos.
Hoseok tan solo pudo reír más por eso.
Después de aquella fiesta, Hoseok no habló más del tema con la omega menor de Omega Tau y tampoco había visto al alfa por más de una semana, lo cual era la razón por la que su omega estaba tan inquieto en los últimos días.
Por lo que cuando Taylor comentó que su práctica del equipo de porristas de ese día sería junto con el equipo de deportivo de la Universidad, del cual Yoongi era parte, él entendió el porqué se ofreció a acompañarla casi de manera inmediata, desesperada y un poco obvia, haciendo que tanto Jin, Jimin y las chicas de la casa le dedicarán una mirada de confusión por su actitud, pero no puede culparse por ello, porqué justamente así es como se siente su lobo, desesperado y confundido por ver al alfa aunque fuera con la estúpida excusa de acompañar a su amiga a su práctica; aunque estaba agradecido de que Rosé saltará en su auxilio, cuando no supo qué responder a esas miradas.
- ¡Si!, yo igual quiero ir - habló la menor rompiendo la tensión que se había generado por la interrupción de Hoseok por ir. - ¿Puedo, Tay? ¡Por favor! - suplicó haciendo un puchero con sus labios.
- Creí que odiabas los deportes y los alfas sudorosos, pequeña. - dijo Taylor confundida.
- Pero quiero verte a ti y las chicas. Nunca he visto una práctica de porristas. ¿Me dejas ir con ustedes? - insistió la menor.
- Está bien - suspiró la rubia con una sonrisa. - Quizás les guste tanto que se unan al equipo. - opinó encogiéndose de hombros, restándole importancia a la previa actitud del castaño.
- Gracias, eres la mejor. - respondió Rosé sonriendo en grande.
Hoseok no supo si debía sonreír igual, sintiéndose culpable al saber que Rosé claramente había hecho eso para que él no pareciera extraño y desesperado por ir solo, ya que a la menor realmente le molestaban e incomodaban los aromas intensos de los alfas y sobre todo cuando estos estaban demasiado sudados o excitados.
- No tenías que hacerlo, Rosé. - comentó el pelirrojo al día siguiente, cuando iban en camino al estadio Universitario, donde sería la práctica.
- Te estaban mirando raro y tú te quedaste en blanco, tenía que hacer algo para que no pareciera que eras el único que quería venir. - dijo la chica nerviosa.
- Odias los aromas de alfa sudado y de los alfas en general. Además, no eres la fanática número uno del fútbol. - dijo Hoseok torciendo los labios.
- Si, lo sé - murmuró la menor, haciendo la misma mueca con sus labios. - Pero, bueno. Tú querías venir a verlo a él y yo trataré de concentrarme en Taylor y su equipo, no te preocupes estaré bien. - agregó con su mejor sonrisa. - Además, si después quieres ir con él puedes decirme y yo distraigo a Taylor. - opinó con una pequeña risa.
Hoseok rió de igual manera, abrazando a la chica por los hombros.
- Eres la mejor, pequeña. - se limitó a responder alegremente.
Aunque su alegría no duró mucho cuando llegaron y su mirada se encontró con Yoongi charlando animadamente con una chica pelirroja del equipo de porristas de Taylor, sin ni siquiera notar su presencia, lo que hacia preguntarse si el alfa también se había sentido desesperado estos días o ni siquiera le importó el que no se vieran, y pensar en eso último no lo hacía sentir nada bien.
Además, de que estaba siendo una costumbre desagradable siempre encontrar al alfa estar hablando o coqueteando con una omega diferente.
"Si tanto le gustan las omegas debería acostarse con una", "O quizás ya lo hizo", pensó lleno de molestia.
- Es un idiota - gruñó sentándose en una banca con Rosé, lo suficientemente lejos para que nadie más los escuchará, pero para ver bien a Taylor y al equipo de fútbol.
- ¿Qué pasa? - preguntó la menor sin entenderlo por completo.
- Nada - bufó Hoseok, mirando de nuevo al alfa pálido riendo con la chica y esa sensación de vacío y enojó que sentía en su pecho eran celos sin duda alguna, y no podía simplemente quedarse ahí y fingir que no sentía nada en absoluto. Así que, suspiró frustrado de nuevo, con su mirada centrándose en alguien familiar que estaba en la primera fila de bancas, lo suficientemente cerca de Yoongi como para que esté notará su presencia. - Regreso en un momento - le avisó a la chica antes de ponerse de pie y dirigirse al chico que conocía como parte de Kappa Alpha.
Aaron era un chico agradable a opinión de Hoseok, claramente no eran íntimos amigos, ni siquiera amigos diría él, pero las pocas veces que habían cruzado palabras había sido agradable, así que no veía el problema en acercarse a él para tener llamar la atención de Yoongi, aunque sea por un segundo.
Era desesperante y quizás algo patético, pero no podía evitarlo ni culparse por sentirse de esa manera.
- Hola, Aaron - habló con su mejor sonrisa en sus labios, sentándose junto al alfa. - No sabía que eras parte del equipo. - comentó notando el uniforme del chico que era igual al de Yoongi.
- Bueno, no lo sabías porque nunca habías venido a una práctica y menos a un partido. De hecho, es raro verte por aquí - respondió Aaron con la voz suave, dejando salir el humo del cigarrillo de sus labios. - Además, me uní al equipo el mes pasado. - agregó encogiéndose de hombros.
- No suenas muy feliz por eso - dijo Hoseok mirando con curiosidad al chico, no queriendo entrometerse en su vida, pero cayendo en cuenta de que nunca había visto al chico totalmente sobrio o sin algún tipo de sustancia en su sistema, incluyendo la evidente nicotina que estaba consumiendo en ese preciso momento.
- No quería hacerlo - suspiró el alfa, quitándose el cigarro de sus labios y quitando la ceniza acumulada en la punta. - Yoongi me obligo hacerlo - dijo torciendo los labios. - Dice que debo tener por lo menos un hobby saludable. Además de que en dos semanas empiezan los torneos y necesito estar sobrio la mayor parte del tiempo para ser parte del equipo. Fue su manera poco sutil de decirme que deje de drogarme. - explicó después, sin mirar a Hoseok en ningún momento.
- Es tu líder, solo quiere cuidarte. - susurró el pelirrojo, sin saber qué decir precisamente y si eso era lo que quería escuchar el alfa en esos momentos.
- Lo sé - suspiró Aaron - Por eso acepté unirme, incluso cortaré comunicación con mi proveedor en cuanto pague lo último. Estoy tratando de estar limpio de las drogas, pero al parecer ahora no puedo dejar de fumar nicotina, es como si hubiera reemplazado la metanfetamina por esta mierda. - confesó, mirando su cigarrillo casi a la mitad.
Hoseok suspiró entendiendo de cierta lo difícil que podía ser para alguien dejar algo a lo que ya era dependiente, sin sentir la necesidad de reemplazarlo con algo igual de malo.
- Si, deberías también dejar eso - habló quitándole el cigarrillo. - Un deportista necesita buenos pulmones. - agregó antes de tirarlo y apagarlo con la suela de sus zapatos.
Aaron rió amargamente y asintió, haciendo reír igual a Hoseok, tanto que el pelirrojo había olvidado el porqué se había acercado al chico, hasta que él mismo chico se lo recordó de cierta manera.
- Tienes suerte de ser agradable - comentó el chico sin borrar su sonrisa floja de sus labios. - Y de que Min nos esté mirando. - agregó dirigiendo una mirada nada disimulada hacia donde estaba el pelinegro.
Hoseok dirigió su mirada a Yoongi, encontrándose con sus ojos oscuros y no pudo evitar sonreír, aunque su sonrisa se desvaneció casi de inmediato cuando el pálido desvío su mirada.
- ¡Muévete tu trasero a la cancha, Paul! - gritó uno de los chicos.
- Odio que me llamen así - bufó Aaron poniéndose de pie. - Es bueno verte aquí y charlar contigo, Hoseok. Eres agradable. - comentó antes de dirigirse a la cancha.
El omega miró de nuevo en dirección a Yoongi, encontrándose una vez más con los ojos de alfa, pero esta vez fue él fue el que desvió su mirada y se apresuró a regresar a su banca con Rosé.
Y durante toda la práctica Louis se esforzó en no mirar a nadie que no fuera su amiga o por lo menos eso intento, pero fracasó en los primero quince minutos cuando su mirada no podía dejar de desviarse hacia Min y su atlético cuerpo, Min sonriendo cada vez que daba un pase correcto, Min bromeando con su equipo, Min, Min...
Estaba tan distraído por el alfa, que no se había dado cuenta de que su amiga le estaba hablando hasta tiempo después, cuando la música de las porristas se había detenido por completo, fue ahí que bajó de su nube y se dio cuenta de que la práctica ya había terminado.
- ¿Hoseok? - habló la menor de nuevo, obteniendo esta vez la atención del pelirrojo. - Taylor dice que sí quieres ir a comer pizza con ella y su equipo. - repitió, sabiendo que su amigo no la había escuchado anteriormente.
Louis tragó en seco, siguiendo con la mirada a Yoongi y al resto del equipo, viendo como se dirigían a los vestidores entre burlas y risas bajas que no alcanzaba a escuchar realmente con claridad.
No quería irse de ahí, no quería comer pizza y pasar tiempo con las chicas porristas que ni siquiera conocía, menos cuando entré ese grupo estaba la chica con la que había estado hablando anteriormente con Yoongi, y sabe que no sería la mejor compañía con sus celos.
- No quiero ir - murmuró en voz baja, solo para la chica.
- Bien - suspiró logrando entender de alguna manera en lo que estaba pensando el chico.
- ¿Entonces, chicos? - habló Taylor llegando con ellos de nuevo; una vez que todos el equipo se había cambiado.
Hoseok estaba sorprendido por no haber notado en qué momento se había ido a cambiar su amiga, realmente había estado tan sumergido en Yoongi durante toda la práctica y no sabe que tan bueno era eso.
- Lo lamento - habló Rosé de inmediato antes de que el omega pudiera decir aunque sea una palabra. - Necesito ir a la biblioteca a buscar unos libros para un ensayo y Hoseok va ayudarme a buscarlos. - mintió rápidamente, casi con naturalidad.
- Oh, de acuerdo - asintió la rubia sin problemas con eso. - Nos vemos en casa. - agregó con una sonrisa, dirigiéndose a las chicas de nuevo para irse.
Hoseok miró con sorpresa a la chica menor, eso había sido algo realmente nuevo, Rosé no mentía, no le gustaba hacerlo, pero esa excusa había sido muy útil en realidad.
- Vaya, mentiste. Eso es nuevo. - exclamó con alegría, notando como varios del equipo de fútbol comenzaban a salir del vestidor minutos después. - No tenías que mentir por mi, Rosé. Sé que odias las mentiras. - comentó con un suspiro y una mueca en sus labios.
- Está bien - suspiró la menor. - No es una mentira del todo, en realidad si necesito hacer un ensayo, pero puedo buscar mis libros sola. - explicó con una sonrisa floja.
- Puedo ayudarte, si quieres... - murmuró Hoseok, sin dejar de mirar discretamente la puerta de los vestidores.
Rosé siguió la mirada de su amigo y sonrió al notar lo que estaba pasando, mejor dicho, esperando.
- Dieciocho - dijo la chica una vez que alguien más salió de los vestidores.
- ¿Qué? - cuestionó Hoseok, mirándolo de nuevo.
- Es el chico número dieciocho en salir, lo que significa que queda alguien más y Min ahí adentro. - informó con seguridad en sus palabras.
Hoseok se sonrojó notablemente con eso.
- Diecinueve - dijo de nuevo Rosé, mirando como esta vez el que salía era Aaron. - Así que, este es tu momento para ir con él, si quieres. - comentó un poco insegura.
- ¿Debería hacerlo? - preguntó el pelirrojo en su lugar, algo inseguro igual.
- Viniste a verlo a él, ¿No? - animó la omega.
- No fue así - bufó Louis poniéndose de pie. - ¿Estarás bien regresando sola? - preguntó preocupado.
- Si, siempre puedo llamar a Jennie si necesito ayuda - comentó antes de ponerse de pie. - Estaré bien. Nos vemos - se apresuró a decir, dándole un beso en la mejilla al castaño, para luego irse de ahí, dejando al castaño solo en la cancha.
Hoseok suspiró y con el corazón latiendo con fuerza en su pecho se dirigió a los vestidores, sintiéndose más nervioso que antes.
Y no sabe de dónde sacó la valentía para entrar a los vestidores y cerrar la puerta detrás de él, haciendo que Min se volteara para mirarlo.
- ¿Hola? - dijo Yoongi con una boba sonrisa, que hizo sonreír al omega involuntariamente. - Nunca habías venido a las prácticas. - comentó aún con su sonrisa blanca y perfecta en su rostro.
- Si, no me gusta perder mi tiempo para ver a los alfas coquetear con las porristas. - soltó sin pensar, haciendo demasiado evidente su punto y sus celos sobre todo.
Min soltó una baja risa, arrugando su nariz, antes de cerrar su casillero para acercarse al omega.
- ¿Esos son celos, omega? - cuestionó, una vez que tenía casi acorralado al omega entre su cuerpo y la puerta.
- Jódete - bufó, rodando los ojos y evitando mirarlo, para no sonrojarse. - Ya quisieras que estuviera celoso. - agregó estando a la defensiva.
- Si no estás celoso, ¿Por qué estás aquí? - preguntó Yoongi colocando sus manos a los lados de la cabeza del omega.
- Quizás quería follar - respondió Hoseok encogiéndose de hombros, alzando la mirada para ver los ojos al alfa.
- Claro, eso es lo que querías - murmuró el alfa, no creyéndole del todo. - Pero también estabas celoso - afirmó acercándose más a él.
- Eres un idiota. - escupió el omega amando la cercanía y el aroma varonil de Yoongi, junto con su calor. - ¿Vas a dejarme chuparte o no? - cuestionó, no pudiendo resistirse mucho, estando seguro que comenzaría a lubricar en cualquier momento.
Hoseok pudo apreciar las pupilas dilatadas del alfa y sentir como su aroma se hacía más fuerte, haciendo obvia su excitación.
Y el omega sintió su respiración cortarse por un momento, cuando el alfa colocó su mano pesada en su cuello, pasando su dedo pulgar por sus labios, acariciándolos y mirándolos con intensidad.
- ¿Me dejarías besarte? - preguntó en voz baja el alfa.
Hoseok no sabía que responder, ellos no se habían besado nunca, siente que eso sería un paso más que no los dejaría retroceder cuando fuera necesario, pero tampoco es como sí dejarlo ahora fuera una opción para ellos, aunque sabe en el fondo que quizás algún día deberán hacerlo y entre más intimidad haya, más difícil será. Pero igual piensa que él ya ha dejado que Yoongi lo anude varias veces, cuando antes no había dejado que ningún otro alfa lo hiciera, incluso sí el pálido le pidiera que se dejará anudar ahí mismo lo haría sin pensarlo mucho, así que no sabe porque un simple beso lo hace dudar tanto y darle demasiadas vueltas al asunto.
Quizás, porqué en el fondo sabe que al besarlo no podría negarse más a sí mismo que se estaba enamorando de él y no podría seguir mintiéndose, diciendo que era algo meramente sexual.
Pero incluso después de pensar todo eso, no puede tener una respuesta clara antes de que Yoongi vuelva a hablar.
- Yo... lo siento. Si no quieres hacerlo, lo entiendo - dijo algo apenado, alejándose su dedo pulgar de sus labios, pero dejando su mano aún en el cuello del omega.
Hoseok tragó en seco y se dejó llevar por su deseo, tomando al alfa por la camiseta para atraerlo a sus labios, besándolo.
No había vuelta atrás, el beso fue más intenso con cada segundo que pasaba, con ambas manos del alfa acunando su rostro y su cuerpo empujándolo contra la puerta como si quisiera empotrarlo, a la par de que movía sus caderas contra él, deseoso de algo más y el omega estaba seguro de que iba a lubricar en cualquier momento, al igual que estaba seguro de que se estaba quedando sin aliento por el beso, pero no podía detenerlo, no quería, amaba lo bien que se sentía el cuerpo de Yoongi contra el suyo, el como sus labios se movían casi de manera desesperada, queriéndose comer la boca del contrario.
- Yoon - gimió contra sus labios, sin romper el beso por completo.
- ¿Quieres que te folle, omega? - preguntó el alfa, casi gimiendo de la misma manera que el menor, moliendo su erección contra la cintura del omega.
Había algo en la manera en la que Yoongi lo llamaba "omega", que no le permitía pensar correctamente o simplemente lo dejaba sin habla, justo como en ese momento.
Quería tanto ser follado, besado, anudado, de tomar todo lo que quisiera darle el alfa.
- Si, alfa - respondió besándolo otra vez, llevando sus manos al cabello negro del alfa, para profundizar el beso.
Hoseok solo pudo sentir como el mayor lo guiaba a una de las bancas, sin romper su beso, y él podía jurar que el alfa sentía esa misma adrenalina en su cuerpo, mezclada con la excitación del momento.
- Acuéstate en la banca - pidió el alfa contra sus labios, antes de terminar con el beso.
El omega tan solo asintió sumiso, aún sin creer que realmente iban hacerlo ahí, con el riesgo de que alguien los escuchará o descubriera, pero era tan peligroso que no podía evitar excitarse aún más.
- Quítate la ropa, bebé. - ordenó Yoongi está vez, antes de regresar a la puerta para asegurarla y regresar con él, quitándose su camiseta en el camino.
Hoseok podía respirar técnicamente el deseo del alfa por él y eso tan solo lograba que se sintiera más sensible y excitado, nublando su juicio lo suficiente como para permitirse hacerlo ahí sin pensar en las posibles consecuencias, mientras se quitaba la ropa justo como el pelinegro se lo había pedido.
- Quieres tanto esto, omega. - comentó Yoongi en voz baja, casi ronca, mientras que el omega tan solo jadeo en respuesta. - Vamos, déjame prepararte. Abre esas bonitas piernas para alfa. - dijo acercándose, para ponerse entre ellas, una vez que el omega obedeció.
Y la poca cordura que podía tener Hoseok en ese momento se desvaneció una vez que Min se inclinó y lo besó de nuevo, llevando sus dedos a su entrada para comenzar a prepararlo con ayuda de su propio lubricante natural.
- Puedo... tomarlo... - habló el pelirrojo con dificultad contra los labios del contrario, después de unos segundos que se sintieron eternos para él. - Estoy listo, hyung - dijo seguro enredando sus piernas en la cintura del más alto, invitándolo a penetrarlo.
- Me pone tanto que me digas hyung ‐ admitió el alfa en un gruñido bajo - Sigue llamándome así y esto no durará mucho. - advirtió Yoongi, antes de sacar sus dedos del omega, para alinearse a su entrada.
- Siempre puede haber un segundo round - respondió Hoseok en un jadeo, soltando un gemido alto una vez que el alfa embistió con fuerza en su interior, entrando de golpe.
- Si, yo puedo follarte todas las veces que quieras omega - respondió el alfa, sosteniéndose con sus manos a los costados de la cabeza pelirroja del omega.
Hoseok se mordió su labio inferior para evitar preguntar algo tonto como: "¿Solo a mi?"
- Entonces, hazlo ahora - se limitó a decir en su lugar, colocando su manos en los hombros del alfa para sostenerse.
Yoongi soltó un gruñido ronco, más parecido a un jadeo que a otra cosa, antes de comenzar a moverse en su interior.
No le importó que alguien pudiera escucharlos, no le importó que fueran a descubrirlos, él tan solo estaba perdido en la sensación de calor en su pecho de tener al alfa tomándolo de nuevo, de lo bien que se sentía tenerlo follándolo, con su gruesa polla entrando y saliendo de su interior, como si eso fuera lo único que necesitará y lo correcto que se sienta ser deseado por Yoongi.
Mientras que el alfa no se encontraba en un mejor estado, estando totalmente perdido en Hoseok, en lo bonito que se veía con sus mejillas rojas, labios brillantes, cabello desordenado y ojos cristalizados mientras soltaba bajos sollozos con cada embestida, tan entregado a él.
- Eres muy hermoso. - murmuró Yoongi bajando sus labios por el cuello del chico, sin detener el movimiento fuerte de sus caderas.
- Yoongi - sollozó sensible, apretándose alrededor de él. - Anúdame - rogó en un gemido alto.
- ¿Eso quieres? - preguntó el alfa.
- Si, lo quiero tanto - asintió desesperado, rasguñando la espalda del pelinegro, sintiéndose al borde del abismo.
El alfa gruñó algo que no puedo entender, antes de alzarse sobre él y tomar sus caderas entre sus manos y comenzar a impulsarse con mayor fuerza, follándolo con determinación para conseguir poner su nudo en lo más profundo de su interior.
Hoseok sentía quemarse vivo, atinando solo a sostenerse de la banca, con los ojos cerrados mientras arqueaba su espalda y sollozaba en alto con cada movimiento, sintiendo al alfa por todas partes. Y no sabe cuánto tiempo había pasado, solo es consciente de no poder dejar de decir el nombre del alfa entre sollozos y de escuchar el sonido de su cuerpo siendo embestido con una fuerza brutal, junto con los gemidos roncos del alfa.
Cuando abre los ojos, se encuentra con el alfa tensando su mandíbula, con las venas marcándose en la piel pálida de su cuello y brazos, con el sudor recorriendo su cuerpo, mientras continuaba follándolo, y esa imagen es suficiente para dejarse llevar por el placer, sintiendo su cuerpo temblar cuando su mirada y la del alfa se encuentran, haciendo que su orgasmo lo golpeé con fuerza y manchando a ambos.
Y aún después del orgasmos devastador que tuvo, él puede sentir como el alfa golpea en su interior un par de veces más antes de correrse de la misma manera arrasadora y brutal que el omega, con su nudo formándose y llenándolo al tope con su semen, con su parte animal deseando lograr dejarlo en cita con sus cachorros, aunque no estuviera en celo. Y sin más se deja caer encima de Hoseok, tratando de regular su respiración agitada y escondiendo su rostro en el cuello del chico, llenándose con su aroma dulce.
Hoseok se abraza al alfa, costándole respirar por el peso del otro encima suyo, pero le gusta esa calidez y la sensación de sus aromas mezclándose, aunque sea por un momento.
- Somos unos idiotas - suspiró el pelirrojo después de unos segundos, acariciando la espalda del alfa.
- ¿Lo somos? - repitió el pelinegro dejando besos flojos por el cuello del omega. - ¿Por qué?, ¿Por qué te folle en una banca por estar celoso? - preguntó con una sonrisa que Hoseok no podía ver, pero si sentir contra su piel.
- No estaba celoso - negó el menor, dándole de manera inconsciente más acceso a su cuello al pálido, haciendo a un lado su cabeza. - Pero tal vez jugarían mejor si no se la pasarán sonriéndole a las porristas. - comentó sin pensar, con los celos punzando en su pecho.
- Jugamos bien - respondió Yoongi, alzando su rostro del cuello del pelirrojo, para mirarlo a la cara. - Ganaremos el siguiente partido. - aseguró con una sonrisa, que el omega encontró encantadora.
- ¿Si?, ¿Qué quieres apostar? - retó Hoseok divertido.
- ¿Qué ofreces, omega? - cuestionó el pálido, peinando el flequillo del chico con sus dedos.
- Si, ganan... - habló el omega apretando su trasero alrededor de la polla del alfa, ganándose un jadeo de su parte. - Voy a montarte en tu auto y si pierden... - antes de que pudiera terminar su idea, Yoongi lo había interrumpido besándolo, haciéndolo jadear contra su boca. - No puedes interrumpirme besándome. - se quejó.
- Ya lo hice - dijo Yoongi sonriendo. - Además, no necesito escuchar lo demás, porque vamos a ganar. - agregó con un guiño.
- Vaya, confianza - suspiró Hoseok con una risa.
El pálido solo sonrió y lo besó de nuevo, ahora mucho más suave, sintiéndose casi romántico de alguna manera.
- Yoongi - habló de nuevo el omega, rompiendo el beso. - Me has anudado tres veces... - comenzó a hablar tímido sin mirar al alfa a los ojos. - Sin protección y yo... quiero saber si soy el único con el que has estado desde entonces. - dijo lo mejor que le fue posible, con su corazón martillándole en su pecho.
- Estoy limpio, omega - aseguró Yoongi con su voz suave, volviendo a besar el cuello del chico. - Quizás si es un poco tarde para hablar de ello, hemos sido demasiado torpes, dejándonos llevar por el deseo. Pero estoy limpio y claro que eres el único con el que he estado. Nunca te arriesgaría de esa manera - respondió sincero, sin detener sus besos en la piel del chico.
- Si - suspiró Hoseok sintiéndose más tranquilo. - También estoy limpio - dijo - Y estoy en un tratamiento anticonceptivo, el cual deberías pagarme, ya que eres el único que me ha anudado. - agregó en forma de broma y riendo.
- Si, claro. Lo haré. - aseguró el pelinegro sin problema. - Solo dime cuanto es y te daré el dinero, igual puedes decirme si necesitas algo más. – agregó dándole una sonrisa al omega.
Hoseok no sabe si sentirse encantado por eso o si era normal o simplemente estaba siendo patético.
- Así que... - volvió a suspirar el omega sintiéndose ansioso por lo que quería preguntarle al pálido. - ¿Somos exclusivos, Yoongi? - preguntó mordiendo su labio inferior.
- ¿Exclusivos? - cuestionó Yoongi deteniendo sus besos, para mirarlo de nuevo.
- Si, ya sabes... - murmuró nervioso el omega. - Seré el único omega que folles y serás el único alfa que me folle - explicó con las mejillas calientes.
- Si, omega. Somos exclusivos. - asintió el pelinegro con una sonrisa.
- ¿Igual con los besos? - cuestionó sin pensar de nuevo, sintiéndose aún más avergonzado, preguntándose a dónde quería llegar realmente con todas esas preguntas.
Yoongi no respondió a eso y lo besó profundamente, mordiendo ligeramente su labio inferior.
- También en los besos. - murmuró el pelinegro en respuesta contra sus labios, haciéndolo sonreír. - Ahora, ¿tenemos un trato? - preguntó.
- ¿Un trato? - respondió Hoseok sin borrar su sonrisa, con sus labios adormecidos deseando volver a ser besado una y otra vez.
- Si, la apuesta - aclaró el pálido.
- Oh - rió Hoseok con alegría. - Si, alfa. Es un trato. - respondió, guiñandole un ojo.
- Bien - dijo Yoongi sonriendo. - Deberías darme tu número. - pidió.
- ¿Para qué? - cuestionó Hoseok jugando un poco con él.
- Para tener sexting, obvio. - bromeó el alfa, riendo igual.
- ¿Si?, ¿Eso quieres? - preguntó el pelirrojo sin dejar de reír. - ¿Quieres que te envíe fotos en lencería? - cuestionó alegremente.
- No - negó Yoongi - Prefiero verte la lencería puesta en persona. - respondió alegremente.
- Puedo ponerme lencería el día del partido. ¿Eso te gustaría?, ¿Te motivaría a ganar? - preguntó Hoseok coquetamente.
- Me encantaría eso. - admitió el alfa, sonriendo. - Entonces, ¿Me darás tu número? - volvió a pedir.
Hoseok sonrió en grande y asintió, antes de besarlo una vez más, enredando sus dedos en el cabello lacio y largo del alfa.
- Y no estaba celoso de la chica pelirroja - aclaró el omega, sintiendo como el nudo comenzaba abajar.
- No tienes porque estarlo - dijo Yoongi riendo en voz baja. - Me van los omegas hombres. Además, el rojo se ve mejor en ti. - agregó mirándolo con un brillo especial en sus ojos.
- Vaya, es un placer cumplir tus estándares. - dijo Hoseok sarcásticamente y riendo de nuevo.
- Bien - suspiró el alfa. - Me va en específico un omega pelirrojo con sonrisa de corazón y con hoyuelos, su nombre es Jung Hoseok. - aclaró.
- Solo bésame, Yoongi. - respondió Hoseok con una enorme sonrisa, acercándose de nuevo a sus labios.
Amaba el sabor de sus labios, era como un veneno que lo hacía sentir en el paraíso, haciéndose adicto a esa sensación, teniendo en claro que Yoongi era tan adictivo como tóxico para él, pero no iba a dejarlo ahora.
Y quizás nunca.
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