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Diecisiete: Lie

Jennie fue empujada de golpe hacia el interior del templo personal de Taehyung, recuperó el equilibrio para no caer directo al suelo, mientras el Dios mayor cerraba la puerta sobre sus espaldas.

—¿Estuvo linda tu escapada, cielo? —preguntó Taehyung con ironía, Jennie no respondió—Espero que estés contenta con lo que lograste, ¿estás feliz de haber destruido toda la humanidad por un paseo estúpido?

—No fui yo... Tú hiciste eso —replicó Jennie, en voz baja—Tú los lastimaste, tú mataste miles de Humanos, tú destruirte el mundo que deberías cuidar... No fui yo, no me culpes por tus acciones.

Taehyung apretó la mandíbula ante sus palabras, notó como presionaba su lengua contra su mejilla, en un gesto que daba bastante miedo, pero Jennie no se iba a dejar intimidar.

—Si, yo lo hice ¿Y qué? —el moreno se encogió de hombros—Puedo hacerlo, puedo crear y destruir todo lo que quiera, porque soy el que hizo todo esto ¿Recuerdas?

—No lo hiciste todo, Jimin me lo dijo —dijo, estaba enojada y su tono de voz comenzaba a elevarse— Solo eres un egoísta, un enfermero del poder... Jimin es justo y bueno y humilde, es mucho mejor que tú.

>> Y-y él podría destruirte si quisiera —añadió, Taehyung se acercó a ella, intentó con todas sus fuerzas no retroceder, no debía mostrarse intimidado, porque estaba cansado de todo aquello, estaba cansado de ser el débil, de no poder hacer nada.

Taehyung era el malo en todo esto y debía pagar de alguna manera, creía que si se mostraba sin miedo podría tener una mínima oportunidad de lastimarla.

—Ah ¿Sí? —preguntó el moreno—¿Qué más aprendiste, Jen?

—No eres nadie para hacer sufrir a otros —Jennie lo miraba con el ceño fruncido, apenas a centímetros de su rostro, ignorando la altura del Dios Creador, quien apretaba su mandíbula—Ya sé toda la verdad, el cómo usas el Mundo de Abajo como algo horrible, como una amenaza, ¿Qué va a pasar cuando el resto de los Dioses se entere que es un Mundo mucho mejor que este? Principalmente porque no estás tú... Eres un pésimo líder, te van a abandonar y vas a quedar solo pa- —sus palabras fueron interrumpidas cuando un golpe en el estómago la dejó sin aire.

Rápidamente fue empujada con fuerza por el Dios Mayor, haciendo que terminara en el suelo, y Taehyung la viera con desdén desde arriba mientras intentaba respirar a bocanadas.

—¿Quién te crees, Jennie? —dijo, con aquella voz grave que no pudo intimidarla, sino que solo le generó más odio—Sólo eres una cara bonita, sólo has ocasionado un desastre en los tres Mundos y aun así... ¿Sigues creyendo que puedes hacer algo contra mí?

—E-eres un mal líder... —continuó—Eres un pésimo Dios, eres malo, eres un asco de- —Taehyung no tuvo piedad ni interés en escucharla, aprovechando su postura en el suelo, propinó una patada a las costillas de la linda y joven Diosa, haciéndola gritar.

—Voy a preguntar de nuevo, Jennie... ¿Quién te crees?

Jennie no respondió, unas lágrimas de dolor aparecieron en sus ojitos.

—Eres solo un Diosa bonita, ni siquiera eso en realidad, te creíste tan fácil que eras un Diosa, eres una joven ignorante... Te cree solo para ser bonita, y solo para tenerte conmigo, solo para hacerme compañía porque estaba aburrido... ¿Sabes lo que es eso?

—Soy más que eso... —murmuró, Taehyung sostuvo sus mejillas con mucha fuerza, alzando su cabeza del suelo ligeramente para que le mirara, haciendo que su rostro doliera.

—¿No entiendes aún?

Jennie no sabía qué tenía que entender.

—Te dije que eras la Diosa de Todo lo Bello... Pero tal cosa no existe, lo Bello ni siquiera existe, es una concepción creada por los humanos y nada de lo que ellos crean es real, porque no tiene el poder de crear algo como yo ¿Nunca pensaste en eso?

>> No hay nada que sea Bello, las cosas no son bellas, son cosas y punto... Igual que tú.

—N-no me interesa ser la Diosa de nada así que no me importa si lo Bello existe o no —dijo, se notaba el enojo en sus ojitos, aquellas estrellas temblaban de furia.

Taehyung soltó sus mejillas para abofetearla, haciendo que un ligero sollozo escapara de sus labios.

—Te creé solo para que seas una cara bonita, y solo para hacerte mía, porque me perteneces, Jennie, te dije desde el primer momento que yo era tu Dios... No eres una Diosa, no puedes ser una Diosa de algo que no existe, tonta... Es tan fácil mentirte, caes tan inocentemente en todo que es encantador, Jennie.

—P-pero yo...—temblaba, sin poder entender, ella era el Diosa de Todo lo Bello, y todos le decían lo mismo— Las luciérnagas y los atardeceres...

—¿Pero qué? ¿Solo porque te di el poder de hacer animalitos con luces crees que te hace ser la Diosa de algo? Podías ser la Diosa de las Luciérnagas en ese caso, pero ¿Para qué quiero yo una de esas? Solo quería algo bonito para divertirme, algo bonito para follar... —Taehyung soltó una carcajada, vio a la joven Diosa temblar y las lágrimas que escapaban de sus ojos y sonrió— ¿Vas entendiendo, niña bonita?

Taehyung se colocó a horcadas sobre ella, para acariciar su mejilla, aquella que había golpeado y estaba de un fuerte color rojo, un río de lágrimas la surcaba.

—No me toques —Jennie lo apartó de un empujón, Taehyung tomó rápidamente sus muñecas y las sostuvo con fuerza sobre la cabeza de la castaña, pegándolas al suelo, la castaña pateó para que la soltara, cansado de ella soltó a la menor para volver a golpearla en su estómago varias veces, hasta que Jennie no pudo moverse del dolor y la falta de aire, hasta quedar hecha una bolita en el suelo mientras lloraba.

Taehyung se apartó de ella con un suspiro pesado, estaba agitada, sus brazos estaban agotados y sus puños adoloridos por aquello.

La escuchó murmurar algo, y se acercó a ella para entender mejor, al sentir su presencia Jennie comenzó a temblar aún más, cerrando sus ojitos con fuerza mientras decía:

—R-Rosie, Roseanne... Hazlo por Roseanne... —susurraba, como un aliento para sí misma.

—Oh... —Taehyung recordaba ese nombre— ¿Así que conociste a una Diosa Muerta? No me sorprende... Ese lugar está lleno de basura.

Jennie sabía qué no había ninguna basura allí, pero no tenía energía para responder.

—¿Es ella quien te ha usado antes que yo, verdad?

Jennie no habló, negó ligeramente, porque Roseanne nunca jamás en todos los tiempos lo podría haber usado.

—¿Crees que no vi esas marcas en tu cuello? ¿Crees que no me iba a dar cuenta?

>>Conozco tu cuerpo, Jennie, y debía ser el único en conocerlo, pero ahora estás usada y corrompida de mil formas, no solo en cuerpo, tus pensamientos están tan mal que son horribles, y has incumplido mis órdenes... —negó chasqueando su lengua, haciendo un ruido molesto, se alejó de su cuerpo con lentitud, mientras caminaba en círculos alrededor de ella —¿Crees que me sirve algo así? Es vergonzoso, debería darte vergüenza tu estado.

Jennie seguía sin responder, solo permaneció allí abrazando su estómago y escondiendo el rostro en sus rodillas.

—Primero huyes, me desobedes, causas la muerte y sufrimiento de millones de humanos, un desastre en todos los mundos, te usan, te tocan y te estrenan, y luego vuelves con el descaro de desafiarme... Y además de que me culpas de muchas cosas —Taehyung se paseaba caminando en círculos frente a ella— No sé qué hacer contigo... No puedo desterrarte porque es lo que más deseas y no puedo verte aquí porque ya no me sirves para nada, podría torturarte por la eternidad pero tenerte aquí es una amenaza constante.

Lo miró solo para encontrar los fríos ojos del Creador.

—No me dejas otra opción —Taehyung hablaba con un falso tono de pena— Nunca tuvo que hacer esto con ningún Dios antes... Tendré que destruirte.

Jennie no sabía cómo reaccionar, pero por segunda vez y última en su existencia lo vio alzar su mano frente a su pecho, hasta que aquellos hilos de luz surgieron y bailaron frente a sus ojos, los vio con pánico mis tras sentía como si aquellos tiraran su corazón hacia afuera, quitaran su aire y cada vez sintió más frío y cansancio, su mirada se nublaba mientras su alma, su escencia, huía de sí en ondas de luz que se perdían por la habitación.

"Ve con Roseanne... Ve lejos..." Pudo pensar, como su último esfuerzo, aquellas ondas de luz se rompieron en pequeños puntitos luminosos, como luciérnagas, y fue lo último que vio del universo antes de deshacerse en aquellas pequeñas criaturas.    

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