—¡Jennie!

Roseanne corrió hacia el exterior de la cabaña, para encontrar al mundo vacío, de nuevo volvía a tener esa luz pálida y de tono azul, la que era característica, la misma de siempre, esa que estaba antes del dorado sol de Jisoo.

Su rostro se iluminó el recordar a la pelinegra, ella tampoco estaba.

—No... No... ¡Jisoo!

Comenzó a correr, sin rumbo alguno, intentando inútilmente de encontrar algo, creyendo en alguna parte de sí que podría llegar a Jennie a tiempo.

—¡Maldita traidora!

Debía ser la Diosa más estúpida en toda la existencia de los universos.

¿Cómo podría haber confiado en Jisoo tan fácil? Ella estaba allí para llevarse a Jennie, para nada más.

Lo había dicho desde el primer día, ella quería volver con Lisa, a toda costa, no le importaba nada más.

Eso quería creer.

Porque estaba segura que tendría que haber sido ella, porque Jennie había prometido que no se iría, y aquella que llamaba "Amor" no rompería una promesa, ella no la dejaría sola de nuevo.

—Prometió que no se iría, en serio... —se repitió a sí misma, en un intento de convencerse a sí misma mientras se detenía luego de tanto correr y se tambaleaba por el esfuerzo— Jen... —sus piernas fallaron y calló de rodillas al suelo, su pecho dolía demasiado, no sabía por qué dolía tanto.

¿Serían sus Humanos? Pero no, si no era la misma sensación... Aquello se sentía dentro de sí pero a la vez ajeno, como si aquellos sentimientos la rodearan, pero esto parecía venir desde el centro de su pecho, nacer de su corazón para extenderse a todo lo demás, y pulsaba aquel veneno con cada uno de sus latidos para que sintiera dolor hasta en la punta de sus dedos.

¿Sería su propio dolor?

Nunca había sentido algo así, tan vacío, tan roto, tan frío por dentro, se sentía temblar tan fuerte que parecía que toda su energía se iba en aquellos temblores, en poco estuvo en el suelo y lo único que pudo notar era unos rasguños, que pronto lo acompañaron maullidos, su vista estaba nublada pero pudo notar ese brillo dorado que conocía, esa pequeña presencia.

—No me digas que te dejó a ti... —murmuró, viendo a la gatita.

Nini se acercó a ella para acurrucarse en su cuello, mientras daba pequeños maullidos, en parpadeos torpes notó que había un hilo atado al cuello de la gatita dorada, y junto con este, un papel.

No podía ser...

—No... —susurró, antes de tomar el papel con brusquedad y verlo, era lo que temía, una nota— Jen... Por qué...

« Amor, Rosie,

Te dije que todo estaría bien pronto, y lo estará, lo prometo, esta vez, lo prometo de verdad.

Lo siento, pero tengo que terminar lo que he iniciado.

Te he dejado a Nini, para que te proteja, es una buena protectora al final de todo, ella no te va a abandonar nunca.

Ella es una parte de mí, una parte de mí está contigo, una parte de mí siempre seguirá contigo.

Gracias, por amarme a pesar de que siempre fui la causa de tu dolor.

Mi alma siempre será tuya.

Jennie"

[🌠]

—Jisoo... Creo que es mejor que actúes como si de verdad me estuvieras trayendo —dijo Jennie, la pelinegra estaba tan asustada que temblaba, y la castaña tenía que alentarla.

La Diosa del Sol asintió con nervios, Jennie se colocó de espaldas a ella, juntando sus muñecas a su espalda, la otro tomó sus muñecas, como si la estuviera llevando.

—¿Listas? —preguntó Jimin— Nunca he abierto un portal al Mundo de Arriba, y en realidad... Está prohibido, estoy rompiendo reglas muy importantes-

—Jimin, ya entendimos —dijo Yoongi, que estaba a su lado, el Oráculo fue a tomar su mano y el Dios del Inframundo se ruborizó, aunque intentó ignorarlo.

—Bien... Hagámoslo de una vez.

Jimin soltó la mano de Yoongi, seguido, alzó sus manos al aire, imaginando la forma y el lugar, lo más lejos que podía llegar su poder, llegaba apenas a la frontera del Mundo de Arriba con el Mundo de Abajo, justo en las puertas que alguna vez se le negaron la entrada, hacía muchos miles de años, rápidamente una ventana apareció, dejando ver una nueva vista, en algún momento era de un cielo azul claro y nubes que formaban un suelo perfecto para aquel lugar, tan exclusivo para Taehyung y sus Dioses; pero ahora era solo una vista oscura, nubes de tormenta y un cielo oscuro, lo que apenas se notaba como una escalera entre toda la oscuridad se alzaba frente a ellos.

—Es lo más lejos que puedo llegar —dijo el Dios.

—Alcanza, gracias —murmuró la castaña— Jisoo ¿Tienes a tu Sol? —preguntó Jennie.

—C-claro que lo tengo es una parte de mí —dijo Jisoo, por su tono estaba completamente aterrada.

—Bien, pueden ir —dijo Jimin, sus manos temblaban del esfuerzo del portal— No tengo control en estas Tierras, el portal no va a durar mucho.

Jennie asintió, y aún a pesar de estar temblando y de que el miedo estaba recorriendo sus venas, igual avanzó, Jisoo la siguió.

El portal de cerró de golpe a sus espaldas, dejándolas solas, en aquel Mundo del cuál Jennie creía que nunca debía haber salido.

—Jendukie, lo siento mucho, en serio si hubiera otra forma de que esto... —Jisoo hablo de forma apresurada, parecía que iba a llorar— De que esto terminara en serio yo no, no tenía la intención de hacerte daño cuando vine, lamento mucho haberte lastimado y-

—Chu... Es mejor que te detengas —la calló Jennie— Mejor céntrate en otra cosa... Ya vas a ver a Lisa de nuevo —dijo, con una sonrisa, la pelinegra asintió— Ella estará muy emocionada de verte de nuevo Jisoo.

—S-si... Desde aquí puedo ver la Luna todavía, en el cielo —giró el rostro para ver aquel orbe plateado que brillaba levemente— Si está allí es porque Lili todavía está despierta, eso alivia mucho mi corazón.

Jennie no respondió, por su parte su corazón estaba doliendo demasiado.

Por todos los Dioses, amaba a Roseanne tanto, se lo tendría que haber dicho más veces, la extrañaba tanto, le dolía tanto el corazón que le dolía todo el cuerpo, y lo que daría por volver atrás y abrazarla otra vez, para no soltarla nunca.

—¿Roseanne sabe de esto? —preguntó Jisoo al ver su expresión.

—No... Lo sabrá cuando despierte supongo —Jennie tenía ganas de llorar— No podría decirle... Le rompería el corazón, que lo rompí igual pero al menos... No la veré triste y puedo recordarla como la Rosie que yo conocí.

>> Feliz, positiva y cariñosa, que siempre se preocupaba por los demás, yo, o los Humanos, o tú... O quién sea, ella siempre estaba pensando en otros... Y-y la voy a extrañar... Porque ella me enseñó a ser libre, incluso si sólo lo fui por poco tiempo.

Jisoo no supo qué decir, si bien se sentía feliz por volver a ver a Lisa, sabía que otros iban a sufrir, y le dolía en el alma que tuviera que ser así.

—Quizás en otro mundo... Pueda haber un final feliz, Jendukie —dijo la pelinegra.

Jennie no respondió, y continuaron subiendo aquellas escaleras que parecían infinitas, hasta que una luz rompió en la oscuridad, alzó su rostro y la luz la cegó por completo, haciéndola parpadear varias veces.

—Dios Creador, le traje a quien me pidió —dijo Jisoo, su voz sonaba temblorosa y asustada— ¿Estoy perdonada?

Taehyung apenas sonrió, sus hoyuelos adornaron sus mejillas, fue lo primero que Jennie vio, era igual de malvada que siempre y sintió asco.

—Pasa, Jisoo, hay alguien esperándote.

[🌠]

—¡Lisa!

La chica estaba recostada sobre una nube, sus párpados pesaban y apenas podía levantar su cabeza para ver a aquella que tanto estaba esperando.

Jisoo corrió hacia ella rápidamente y fue a abrazarla, escuchó la suave risa de su pelinegra, la acomodó sobre su regazo para abrazarla y besar todo su rostro.

—Lili~ —apretó su rostro contra el de la Diosa de la Noche, haciendo que siguiera riendo— Lo siento tanto mí, hermosa Luna... Lamento no poder decirte, lamento mucho todo.

—No te disculpes —Lisa llevó una mano hacia los cabellos de la otra, se sentía muy débil pero ahora que Jisoo estaba de vuelta podría descansar en paz— No es tu culpa... —frotó sus narices juntas— Me mantuve fuerte para ti, Chu... Ya casi estaba por dormirme, creí que ya había empezado a alucinar cuando te escuché...

—No, amor, no... No podría dejar que eso pasara —dijo, besó suavemente sus labios, Lisa correspondió en un pequeño beso, que repitieron varias veces, la pelinegra estaba muy cansada y eso se notaba en sus gestos también, por lo que no quiso presionarla mucho— Ya estoy aquí... Puedes descansar.

Lisa asintió levemente mientras se acurrucaba contra su cuello.

—Taehyung dijo que si volvías era porque traías a Jennie —murmuró la pelinegra.

—Sí... Es una larga historia, espero que ella esté bien, pero no lo estará por mucho —la pelinegra asintió, estaban pensando en lo mismo.

—El Creador está muy enojado, no sé qué le hará —dijo Lisa, aún sonaba débil, pero muy preocupada— No fue bueno conmigo y lo único que hice fue obedecer ¿Qué le espera a Jennie?

Jisoo se mordió el labio, sin saber la respuesta.

—No sé pero... Hay que ayudarla.