Capítulo 19
POV Rosé
—Voy a ir adentro por Tae —supongo que ha de estar borracho— Ahora vuelvo —dijo Jennie y entró la fiesta.
La manera en cómo era con Jennie no era normal en mí, y es que había empezado a querer defenderla, porque no me había parecido justo que le hubieran hecho todo lo que le hicieron.
A pesar de que Jennie se quería hacer la dura, era muy frágil por dentro y eso me parecía muy tierno, también no había notado que tan bonita se veía quitándose todo el maquillaje que tenía en la cara. Pero tenía que admitir que por primera vez me sentía atraída por una persona, y lamentablemente esa persona era Jennie.
Jennie no era la mejor chica y a pesar de haber sido agredida por su parte, sabía que realmente no era así, y que por eso hasta me había regalado un peluche.
Sabía que le gustaba y por eso me daba curiosidad de saber que se sentía estar con alguien. Quería intentar algo con ella y la verdad lo que menos me importaba era que tenía entre sus piernas, sin embargo era nueva en esto y quería ir despacio, por eso le había propuesto ser amigas.
—Si está borracho, pero se quedará en casa de su amigo y mañana iré por él —dijo Jennie sentándose junto a mí.
—Te acompaño entonces.
—No hace falta, no te preocupes.
—¿No quieres mi presencia?
—No quiero molestarte.
—¿Y desde cuando no quieres molestarme? —se quedó callada y me reí- Iré contigo.
—Como quieras.
—O sea que nos quedaremos solas en mi casa...
—¡¿Y tus padres?!
—No están.
—Así es como inician las películas porno —se empezó a reír y me contagió su risa.
—No quiero saber cómo sabes eso —seguíamos riendo— Pero igual no será la primera vez que durmamos juntas —la miré.
—¿Quieres ir ya a tu casa?
—Depende.
—¿De qué?
—De si ya quieres empezar la película porno —solté la carcajada.
—¡Que cochina eres! —se empezó a reír.
—Yo no soy la que ve esas películas.
—Yo tampoco.
—Te diré que te creo —seguía riendo y me paré— Vámonos —le di mi mano para ayudarla a pararse.
—Pues vámonos —me miró a los ojos por unos segundos y después miró mis labios. No era la primera vez que me miraba de esa manera, a veces lo hacía y se podía notar a kilómetros de distancia que le encantaba.
—Si conoces estos lugares podrás notar que mi casa no queda tan lejos, por lo tanto nos podemos ir caminando.
—Qué mejor que hacer ejercicio —sonrió y caminó hacia la dirección en donde se encontraba mi casa.
—Si que sabes para dónde es, acosadora.
—Yo no te acoso.
—Lo supondremos —río.
—¿Por qué tus padres no están en tu casa?
—Porque salieron de viaje.
—¿Y no fuiste con ellos?
—Tenía otros asuntos que resolver —dije malvadamente.
—¿Qué es lo que pasó entre Kai y Irene?
—Hice que Kai besara a tres chicas más de la fiesta.
—¿Tres? Que maldito.
—¿Te puedo hacer una pregunta?
—Ya la hiciste pero te dejaré hacer otra —sonrió.
—¿Por qué empezaste a salir con él?
—Se me hacía guapo y era popular al igual que yo.
—¿Te gusta tanto la popularidad?
—Para mí era lo más importante, pero comprendí que existen otras cosas mejores y más importantes que ser conocido por todos —bajé la mirada y sonreí.
Seguimos hablando de nosotras por todo el camino hasta que llegamos a mi casa. Nos fuimos a mi cuarto y le mostré la pijama para que se la pusiera, pero ella se quitó el pantalón en frente de mi para ponerse la pijama.
—¿Por qué lo haces en frente de mí?
—Somos mujeres, tenemos lo mismo ¿No? —repitió lo que le había dicho antes y se quitó la blusa también para acercarse a mí.
—¿Y aquí es cuando empieza la película? —se empezó a reír y se puso la blusa que le di.
—Estoy muy cansada, así que ya me dormiré —se acostó en mi cama.
—Está bien, yo me iré a dormir al cuarto de mis padres.
—¿No dormirás aquí? —reaccionó triste.
—La cama es muy pequeña, no dormirás a gusto.
—Me da miedo tu cuarto por tanto peluche.
—Entonces duerme en el cuarto de mis padres y yo me dormiré aquí.
—¿No quieres dormir conmigo verdad?
—No es eso, es que...
—No te preocupes, dormiré en el cuarto de tus padres —se notó triste y salió de mi cuarto.
Yo me puse la pijama y enseguida fui con Jennie al cuarto de mis padres, quien ya se encontraba acostada. Yo me metí entre las sabanas con ella y la abracé pegando todo su cuerpo contra el mío, mientras dejaba que mi respiración pegara con su cuello sentí como su corazón se aceleraba y su respiración se agitaba.
—¿Quieres dejar de respirar mucho? Tu respiración y los latidos de tu corazón no me dejan dormir —le dije con los ojos cerrados y ella me quitó de su lado, pero yo de inmediato me subí arriba de ella— Esta me la debes —me acosté en su pecho impidiendo que me quitara, hasta que nos dormimos en esa posición.
Lo primero que sentí al despertar fue a Jennie acariciando mi cabello tiernamente lo cual me hizo sentir un extraño hormigueo lindo en mi estómago y me quedé sin decirle nada por unos minutos.
—Jen —se asustó y me dejó de acariciar.
—¿Sí? —dijo nerviosa.
—Tengo hambre —se río.
—Prepararé algo —me levanté de encima de ella y enseguida se fue a la cocina.
—Veremos qué tal te queda tu comida —le dije una vez estando en la cocina.
—Mis comidas son las mejores —se dedicó a preparar su comida mientras yo miraba como lo hacía. Cuando terminó de prepararla me sirvió.
—Le doy un cien a tu comida —vi cómo se emocionó— Pero de mil —se me quedó viendo con disgusto y me reí— Es broma, obvio que está buenísimo.
—Te odio —se río.
Seguimos comiendo entre risas y después nos fuimos a cambiar de ropa para irnos por su hermano.
Llegamos a donde él se encontraba y ya estaba listo para irse, aunque se veía mal y con ojeras.
—Te ves horrible —le dijo Jennie a su hermano.
—Me siento horrible.
—Es tú culpa por querer ir a la fiesta.
—Estuvo genial, aunque sólo recuerdo la mitad de lo qué pasó —dijo Tae.
—Diremos que nos desvelamos ayudando a Rosé y que por eso estás así.
—¿Ayudar a qué? —preguntó Tae.
—Es que Rosé arregló todo con mamá ya que descubrió que no estábamos —dijo Jennie.
—¿Con que nos andas protegiendo eehh? —Tae me miró con cara de pervertido, y Jennie miró a Tae enojada— ¡Oh perdón! Se me olvida que son novias —Jen se puso roja.
—¡No somos novias! El otro día lo mal interpretaste todo, sólo somos amigas —dijo Jennie justificándose.
—Entonces eso quiere decir que... —Tae se acercó a mi— Estás disponible —me miró— ¿Quieres salir conmigo mañana? —Jennie enseguida me miró enojada esperando mi respuesta.
—Es que justamente mañana no puedo porque tengo muchas cosas que hacer —sabía que Jennie se ponía celosa y lo menos que quería hacer era eso.
—Entonces será otro día —dijo Tae sonriéndome.
—Yo te aviso.
—Eres hermosa —me dijo Tae y volteé a ver a Jennie quien estaba volteando a otro lado con los brazos cruzados.
—Gracias, tú también estás guapo —Jennie me volteó a ver rápidamente furiosa.
—Bueno, ¡¿Ya vámonos no?! —me reí porque a pesar de que no quería que se pusiera celosa, era divertido verla así.
Yoongi nos llevó en su carro hasta la casa de Jennie y cuando llegamos Tae y Jennie verificaron que estuviera su mamá pero no estaba y mientras tanto yo me quedé esperando afuera. Jennie salió conmigo para avisarme pero me llevó a la casa vecina para reclamarme.
—¿Te gusta mi hermano o qué?
—Y sí si me gustara, ¿Cuál sería el problema? —Jennie me miró enojada y se quedó callada— No me gusta tu hermano, así que deja de estar celosa.
—No estoy celosa —volteó para ver a otro lado.
—Si lo estás —tomé sus mejillas e hice que me mirara, no sabía exactamente lo que iba hacer y me puse algo nerviosa pero acerqué mis labios lentamente a los de ella y los pegué sin hacer nada, sin moverlos, sólo pegándolos. Jamás había dado un beso bien, por lo tanto no sabía qué hacer y me puse más nerviosa de lo que estaba, así que me despegué de ella— No sé cómo hacerlo —miré sus ojos que se encontraban con las pupilas dilatadas y mirándome profundamente.
—Sólo sígueme —me tomó del cuello y juntó nuestros labios de nuevo para después dar el primer paso y tomar mi labio inferior con sus labios, después seguir con el superior y después con los dos, yo seguí sus pasos haciendo lo mismo y pude sentir cómo sonrió en mis labios, lamió mis labios como si fuera su sabor favorito y chocó su lengua con la mía para seguir con el beso, mientras tanto el extraño hormigueo en mi estómago había regresado y al igual que Jennie estaba disfrutando el momento.
—¡¿Jennie?! —una voz de una mujer madura nos había interrumpido.
—¡Mamá! —Jennie se asustó y me soltó.
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