Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 17

Había pasado una semana y yo no asistía a clases, les había hablado a mis papás para que me cambiaran de escuela, pero se negaron y ya no pensaba ir por la humillación.

Rosé... Rosé... Rosé... era lo que pasaba más por mi mente. Toda ella era perfecta, sus abrazos, su olor, el beso, su forma de ser y cómo me hacía sentir. Aunque esta vez me había hecho sentir mal, la entendía pero no podía dejar de pensar en ella.

Me había dedicado toda la semana a ver series y películas encerrada en mi cuarto, no había visto a Tae en toda la semana y ni siquiera se molestaba en saber si estaba bien.

Tenía la esperanza de que Rosé fuera a mi casa para ver si me encontraba bien, pero ni siquiera un mensaje recibí por parte de ella. Me encontraba mal, realmente me sentía mal emocionalmente pero tampoco sabía qué hacer, más que quedarme en mi cueva llamada habitación.

—¿Jennie? —tocaron la puerta.

—¿Mamá? Adelante pasa —mi mamá pasó y cerró la puerta— ¿Qué haces aquí?

—A mí también me da gusto verte hija —sonrió.

—Perdón, es sólo que me sorprende que estés aquí —me senté en la cama y ella me dio un abrazo.

—¿Cómo estás?

—¿Tengo que contestar esa pregunta?

—Me llamaron de tu escuela —me acosté y me cubrí mi cara con la sabana— Que has estado teniendo problemas y faltaste esta semana —me quejé.

—¿Sólo viniste para eso?

—No, sólo quería visitar a mis hijos.

—¿Y papá?

—Él no pudo venir.

—Típico.

—Entiende que trabajamos mucho para darles todo a ustedes.

—Si, claro —mi mamá se molestó— Y por eso quiero que sigas yendo a la escuela, que no faltes ningún día y te comportes como debería de ser.

—No quiero ir.

—Ya no tendrás tarjetas de crédito.

—¡Oh no! ¡Eso no! Necesito las tarjetas para mi ropa y mis necesidades —gruñí.

—Entonces no faltes a la escuela si quieres que eso no pase —seguía acostada— ¿Pasó algo en la escuela?

—No —dije seca.

—Puedes contarme, soy tu mamá —me quitó la cobija de encima.

—Gracias, pero estoy bien —sonreí.

—Me quedaré con ustedes unas cuantas semanas.

—Bien...

—¡Levántate y sal! No te quiero ver acostada.

—No tengo nada que hacer.

—¡Tareas!

—Las hago mañana en la escuela...

—Entonces vas a salir y te vas a divertir un rato.

—No tengo ganas.

—¡Es domingo! ¡Puedes hacer muchas cosas!

—No quiero.

—Saldrás ahora o no te pago las tarjetas.

—Aggh, ya voy —sin muchos ánimos me levanté de la cama, mi mamá salió de mi cuarto y me cambié. No sabía a dónde ir y no tenía ganas de ir a ninguna parte pero decidí caminar un poco por la calle para hacer un poco de ejercicio, así que tomé mis audífonos y salí a inspirarme un poco.

Siren de Tanerelle era la canción que escuchaban mis oídos, no me acordaba porqué tenía esa canción pero la letra me recordaba mucho a Rosé, mejor dicho era la canción de Rosé porque la describía bien excepto por la parte que decía que era mala, porque Rosé no era tan mala como aparentaba.

Era relajante caminar y ver lo de alrededor más detalladamente y todo moverse en cámara lenta gracias a la música. Había pasado tiempo de que no salía a caminar y creo que en realidad me servía porque la ideas fluían en mi cabeza y me inspiraba más.

Creo que lo mejor era rendirse, si tuve un pésimo novio y unas pésimas amigas, también me gustaba Rosé pero ya no tenía caso hacer una venganza contra ellos, o simplemente estar con Rosé y quererla cada vez más. Todo lo que había pasado por mi mente no era importante hacer como pelear por todo, y es que ya no tenía sentido hacerlo. Decidí que me iba a renovar y que nada me importara más que estudiar.

Me paré en una tienda y compré un poco de pan y cosas que le podrían gustar a mi mamá, después de todo casi no iba a la casa y era novedad verla.

Así que después de caminar por mucho tiempo, decidí irme a la casa y cuando llegué Tae estaba ahí, discutiendo con mi mamá.

—¿Qué está pasando? —pregunté.

—Lo que pasa es que tu hermano viene borracho —dijo mi mamá enojada— ¿Hace cuánto que viene así aquí?

—Yo nunca me vengo borracho —Tae casi se caía.

—¿Por eso a veces no llegas en las noches? —le dije a Tae.

—¿¡No llegas en las noches?! —mi madre casi me deja sorda.

—Sólo fueron algunas veces —se río.

—Mientras yo esté aquí iré por ustedes a la escuela y se vendrán directo a la casa.

—Yo salgo más tarde —dije.

—Llegaré por ti después, porque no puede ser posible su comportamiento de niños chiquitos, ¡Ya están grandes! En verdad tienen que madurar y si no quieren hacerlo, estos días será todo a mi manera, así que de una vez vete a dormir Jennie que yo me arreglo con Taehyung.

Yo le hice caso y me fui a mi habitación a bañar y ponerme mi pijama para dormirme, porque en realidad si tenía sueño.

No me sorprendió despertar y haberme acordado de que había soñado con Rosé, ya que siempre la tenía en mi cabeza y eso era muy agobiante. Ya no quería siquiera pintarme la cara o arreglarme para verme bien, lo único que encontré cómodo fue un pantalón no tan entubado, una blusa aguada y un suéter cómodo, que más daba si me veía bien o mal.

Bajé a desayunar y mi mamá nos llevó a Tae y a mí a la escuela, mamá lo fue regañando por todo el camino, mientras Tae se notaba con resaca.

Cuando llegamos, Tae salió huyendo del carro, seguro porque ya lo tenía harto con tanto regaño.

Yo me despedí de mi mamá y tranquilamente bajé del carro para dirigirme a mi estúpido salón.

No llegué tarde pero tampoco había llegado temprano y cómo siempre me tuve que sentar a lado de Rosé quien desde que había entrado al salón no me quitaba la mirada de encima.

—¿Se te perdió algo? —le pregunté seria.

—A mí no, pero tú olvidaste la mochila —levantó mi mochila para mostrármela quien la tenía abajo.

—¿La guardaste una semana?

—Y me la traje todos los días para devolvértela —estúpida, estúpida, estúpida, ¡¿Por qué mierda era tan linda?!

—Gracias —dije cortante.

—También quería pedirte perdón por hacerte sentir mal, no estaba de humor ese día...

—No fue así —voltee a ver a mis cuadernos y seguía sintiendo su mirada encima de mí, así que la voltee a ver de nuevo.

—Es raro que no te hayas puesto maquillaje y te vengas así.

No dije nada y voltee la vista a mis cuadernos, pero alcancé a escuchar a Rosé diciendo como en susurro "te ves realmente bien" al parecer estar casi en pijama era algo que le gustaba a Rosé, Sin embargo no le tome mucha importancia y le pedí lo que habíamos hecho en la semana.

—Si quieres te lo puedo pasar en la salida —sonrió.

—No gracias, mejor se lo pido a alguien más.

—¿Por qué?

—Lo necesito ahora.

—Ya va a empezar la clase, es mejor que hagas todo en la salida. ¿Qué te parece si te lo paso en mi casa?

—No gracias —voltee al otro lado para pedirle a alguien más lo que habíamos hecho.

—Jen —Rosé me agarró del brazo.

—¡Suéltame! —dije molesta, y ella me soltó y dejó de verme.

A la chica que le pedí las cosas fue muy amable y me prestó todos los apuntes que no había hecho. Empecé a pasar todo pero no me di cuenta cuando había empezado la clase, a lo cual el maestro se acercó conmigo.

—Estás haciendo trabajos de otra materia.

—Si profe, pero no vine en toda la semana.

—¿Tienes justificante?

—No —bajé la mirada.

—Entonces has esos trabajos fuera de mi clase.

Me iba a llevar los cuadernos de mi compañera pero ella me dijo que los necesitaba, así que salí sólo con mis cuadernos, aunque así no me iba hacer nada. Cuando estaba por salir escuché risas de Irene y los demás, pero no le di importancia y me dirigí a las mesas que estaban afuera del salón.

Me puse mis audífonos para relajarme un poco, ya que no iba hacer nada pero alguien me asustó poniendo cuadernos en frente de mí, cuando volteé no me sorprendió ver a Rosé alejarse.

Ya no pensaba pasar sus apuntes a mi cuaderno, porque ¿Quién mierda se creía para estarme ilusionándome?

Cuando se acabó la clase de ese maestro entré al salón para dejar los cuadernos de Rosé en su mesa.

—Los necesitarás —dijo Rosé.

—Ya tengo quien me los pasé —volteé a ver a mi compañera quien me ignoró completamente, fijé la vista a Irene quien me estaba viendo, riéndose.

—Te dije que necesitarías mis cuadernos —Rosé me miró.

Yo salí del salón y me dirigí al baño, tenía ganas de llorar de nuevo ya que al parecer era muy débil como para aguantar todo. Me encerré en uno de los baños y empecé a llorar.

—¿Jen? —de nuevo era Rosé viniendo a consolarme, cosa que ya me tenía harta. Salí del baño y me puse en frente de ella.

—¿Qué quieres? —la miré enojada— ¿Vas a venir a consolarme tratando de hacerme sentir mejor? O diciéndome que no me rinda, pero la verdad es que tú me haces sentir peor en medio de todo esto, tampoco no entiendo por qué mierda me sigues hablando o sigues siendo amable conmigo, tú querías que te dejara en paz al principio y ya lo estoy haciendo, pero ahora tú no me dejas en paz, Así que sólo déjame.

—Perdón, ya no te vuelvo a molestar Jennie —me miró por unos segundos y enseguida se fue.

No podía irme de la escuela pero tampoco podía salir del baño llorando y que me vieran. Tuve que esperar 1 hora para calmarme y poder salir.

No sabía cómo le iba hacer para que me pasaran todos los apuntes si Irene ya tenía a todo el mundo en mi contra y la había cagado con Rosé, pero era lo mejor porque no quería que esa linda sonrisa me gustara más.

Cuando llegué al salón vi que Rosé no se encontraba en su lugar, escuché risas y fijé mi vista al asiento de Irene quien se encontraba riendo con Rosé.

¡QUE HIJA DE PUTA!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro