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Descanso 3

Luego de las palabras de la diosa, todos se dirigieron a diferentes lugares del castillo.

Rhaenyra tomo la mano de Heir Strong para recorrer el castillo bajo la atenta mirada de sus padres y allegados.

Laena digustaba la comida servida por los elfos y Daemon permanecía en silencio, procesando que se casaría y sobre todo, sería padre en el futuro.

Aemma se encontraba aun sentada mientras acariciaba su gran vientre, ella se encontraba perdida en sus pensamientos, su mente estaba llena de preguntas y casi ninguna de ellas tenía respuesta, pero había algo mucho más grande en sus pensamientos que la atormentaba.

La relación amorosa que tiene con su prima Rhaenys y el esposo de la mencionada, Aemma jamás supo como todo eso había pasado, un día ella había llevado a Rhaenyra a Drymarck para que  ellas dos pasen unos meses lejos de la corte, pero la Arryn no sabe en que momento termino en la cama del matrimonio con ella en el medio y su prima y el esposo de Rhaenys a sus lados.

Pero ella no se arrepentía de nada, ella los amaba y ellos a ella.

Corlys miro disimuladamente hacia Aemma y luego a su esposa, quién sonreía, en los ojos del matrimonio se podía ver el amor que sentían cada vez que miraban a la hermosa y dulce Reina.

Alicent degustaba un poco de tarta de calabaza cuando sintió una mirada intensa sobre ella, con un poco de miedo giro su rostro pensando que era su padre quién la observaba pero no fue así. Era Regulus, quién le sonrió dulcemente.

Regulus camino hacia la pelirroja oscura, sus ojos grises miraban la belleza que Alicent poseía, para el, ella es la mujer más hermosa que jamás había visto.

—¿Disfrutando de la delicia que es la tarta de calabaza, Mi Lady? — preguntó Regulus una vez que llego a su lado, aun con esa sonrisa.

Alicent se sonrojo, pero asintió mientras le invitaba de su tarta.

A lo lejos, Walburga codeo a Orión quién hablaba con Lord Potter, el círculo de adultos volteo hacia donde miraba Lady black, solo pudieron sonreír y ser espectadores.

—Ya tienes nueva hija — dijo Fleamont a Orión mientras sonría levemente.

Walburga inspección a Lady Alicent, tenía buena postura, era fértil y sobre todo, una buena educación como una dama sangre pura.

Además aun estaba pura y sin ninguna manipulación por parte del desgraciado de su padre.

Alicent podía aun sentir sus mellijas sonrojadas mientras hablaba con Regulus, realmente le estaba comenzando a gustar alguien y se sentía bien por ello, se sentía como una jóven libre.

—¿Te gustaría ver el lago negro, mi Lady? — le pregunto el de ojos grises, mientras le sonreía coquetamente.

—Me gustaría — dijo Alicent mientras aceptaba el brazo qué Regulus le ofreció.

Los dos jóvenes comenzar a caminar hacia las grades puertas del gran comedor, mientras estaban sumidos en sus conversación. Sin notar las miradas de algunas personas en ellos.

Gwayne arrugó su nariz, bebió su vaso de agua y se encaminó en dirección por donde su amada hermana se retiró.

No le molestaba que su hermana intente vivir su vida pero eso no quitaba el hecho de que el cuidara de ella. Era su única familia y velaria por ella como no pudo hacerlo por culpa de los insectos Hightower.

Solo quería lo mejor para Alicent y si ese mago lo era, debería demostrarlo.

—¿Donde vas Gwayne? — preguntó Sirius mientras se colocaba al frente del pelirrojo.

Gwayne lo miro con desdén, no sabía quién era aquel jóven y tampoco le importaba saberlo.

—Soy Sirius Black el hermano mayor de Regulus — se presentó, al ver la mirada del joven.

James junto a Lily y remus guardaron silencio al igual que los demás, se sentía un poco de tensión.

ㅡ Gwayne Hightower, hermano mayor de Alicent.- respondió.- ahora sí me disculpan debo hablar con mi hermana.

Y sin esperar respuesta esquivo al grupo y salió del salón apresurado.

Sirius lo miro irse, pero rápidamente también fue detrás del joven pelirrojo, el no era tonto, el también vio como su hermano se iba con la pequeña rojita.

—¿Canuto qué haces? — preguntó James mientras caminaba detrás de su primo.

ㅡ Evitar que Gweyne intente golpear a mi hermano.- respondió obvio.

James, Lily, Remus, Marlene, Alice y Frank solo se miraron entre ellos, para después prácticamente correr detrás del Heredero Black, por que conociéndolo, Sirius es capaz de dejar en coma a Gwayne si realmente golpea a Regulus.

Lady Euphemia Potter y Lady Walburga Black, se acercaron a la Reina con paso firme y elegante, las dos mujeres estaban decididas en ayudar a la dulce Reina, la cual estaba hablando con la princesa Rhaenys y Lord Corlys.

—Su majestad — saludo la pelinegra de ojos grises mientras hacía una leve reverencia, la pelirroja a su lado hizo lo mismo.

—Lady Potter, Lady Black — Aemma sonrió mirando a los mujeres con una sonrisa —¿En que puedo ayudarles? — preguntó.

—Nos gustaría que nos acompañes a la enfermería, ya que Madame Pomfrey la revisara — dijo Walburga mirando a la Arryn.

—¿La misma mujer que atendió a Lady Weasley? — pregunto Rhaenys la cual tomaba la mano de su amada.

—La misma — asintió Lady Potter.

Aemma se  quedo en silencio unos leves momentos, para después mirar a las personas a su lado, Rhaenys y Corlys asintieron hacia su amada.

—Bien iré — dijo Aemma mientras se colocaba de pie con ayuda de Corlys.

Rhaenys se acercó a Lady Potter curiosa y preocupada.

ㅡ ¿Qué le harán?.- pregunto.

—Solo un chequeo, para ver si el bebé está bien al igual que la madre — explicó brevemente la pelirroja.

—Además de saber si esa rata fea, mando a envenenar a la Reina para que muera — dijo fríamente la Black.

Rhaenys y Corlys se tensaron al acordarse de ese detalle.

ㅡ Muchas gracias Lady Potter, Lady Black.- Corlys asintió con la cabeza.

Estaba agradecido de que las dos brujas cuidarán de su amada.

En mitad del camino hacia la salida del gran comedor, pareció Viserys un poco borracho por su aspecto, lucia cansado, las cuatra mujeres y el único hombre entre ellas, pararon de caminar ya que el Rey se colocó enfrente de ellos.

—¿Donde llevan a mi esposa? — preguntó el último jinete de Belarion el terror negro.

—La llevaremos a la enfermería, para que Madame Pomfrey vea como esta ella y el bebé — explicó Lady Potter con paciencia ante el hombre que se tambalea levemente.

Viserys frunció el ceño tratando de procesar aquello, ¿por que irían con esa enfermera, cuando los Maestres son mejores?.

—No irán, los Maestres dijieron qué Aemma esta bien y a si es — dijo Viserys con la voz medio enojada.

—Pero aquí no hay Maestres majestad — Lady Black trataba de sonar paciente, mientras sujetaba suavemente a la Reina.

—No importa, la Reina no irá a ningún lado — dijo molesto Viserys, aun estando bajo el efecto del vino.

El Targaryen tomó el brazo de Aemma con fuerza para jalarla hacia su lado, la Arryn soltó un pequeño grito de dolor ante eso, cosa que llamó la atención de todos.

Daemon al ver que estaba haciendo su hermano rápidamente se fue donde estaban, si ceño esta fruncido y sus ojos reflejan confusión.

—Suéltame Viserys, me lastimas — dijo Aemma tratando de soltarse del agarre de su esposo, mientras con sus brazo libre cubría su vientre.

Corlys dio un paso adelante para poder defender a su amaba, tenía los puños cerrados, listo para darle un buen golpe al patético Rey borracho y débil, pero el sonido de una cachetada se escucho por todo el salón.

Todos miraron sorprendidos como la mano de Lady Black bajaba lentamente mientras se hacía un puño, la cabeza de Viserys esta de costado y su mellija roja.

Lord Orión Black rápidamente llego al lado de su esposa, lo mismo con Lord Fleamont Potter, en sus manos estaban sus varitas listos para defender a sus esposas.

Rhaenyra y Corlys rápidamente sujetaron a Aemma y la apartaron del lugar, en sus caras se notaba los molestos que estaban.

—¡No estás en tu puto mundo, para querer imponer reglas y poder! —comenzó a gritar Walburga mirando a Viserys —¡AQUÍ TU NO ERES NADA!, ¡ERES UN REY DÉBIL E INÚTIL! — los ojos grises de la mujer reflejaba locura pura — Te vuelves a acercar a Aemma, yo te mostraré por que los Black fuimos creados con magia negra — termino de dicer Walburga para irse de ahí con Aemma, los amantes de la Reina y con Lady Potter.

Daemon tomo a su hermano mayor por el cuello y lo arrastró lejor del gran salón, Viserys no dijo nada de eso.

—Eres un idiota y un poco hombre hermano, yo seré un canalla, pero jamás tocaría a una mujer de esa forma — la voz del jinete de Caraxes era seria.

—Yo.. yo — trato de hablar el idiota, digo el Rey, pero un golpe de Daemon lo callo.

—¡Tu nada Viserys!, ¡Eres débil!, ¡Eres patético!, ¡Eres manipulable!, ¡Eres un bueno para nada! — grito Daemon mientras lo señalaba — Padre debe estar muy decepcionado de ti — su voz sonó fría, para después irse de ahí.

Viserys se quedo solo, ahora no solo tenía su mejilla roja, si no también la nariz rota y con sangre, cayó de rodillas para después dejarse caer contra la pared, el vino que había tomado hace unos momentos atrás se había bajado rápidamente por el primer golpe.

Su hermano tenía razón, el no es nada.

Alicent estaba maravillada por las cocas qué Regulus le estaba contando sobre el mundo mágico, mientras caminaban en la orilla del lago negro tomados de las manos inocentemente.

La pelirroja oscura se sentía como en un cuentos de hadas en donde la Lady conocía a un apuesto caballero y la salvaba del horrible moustro, algo no tan ajeno a su realidad.

—¿Todos los sabores del mundo? — preguntó imprecionada, jamás imaginó que hubiera un dulce que incluya todos los sabores.

—Todos los sabores del mundo — asintió Regulus — Una vez me tocó uno de hígado — Alicent río, el pelinegro también lo hizo — lo se, fue asqueroso.

Alicent solo reia y negaba un poco, jamás se había sentido tan libre.

—¿Puedo hacerle una pregunta, Mi Lady? — preguntó Regulus mientras paraba de caminar y se colocaba enfrente de ella.

—Claro mi señor — Ella respondió sin dejar de mirarlo.

—¿Puedo coetejarla adecuadamente? — preguntó Regulus.

Alicent se quedó en su lugar sin poder pronunciar alguna palabra. Estaba sorprendida que él la quisiera en su vida.

Pero el, era un buen hombre, la defendía y cuidaba como nadie jamás lo ha hecho por ella.

Y ella se sentía atraída por el, se sentía en paz, como en casa junto a el.

Regulus la observo pacientemente y un poco nervioso, el deseaba que Alicent se quedará junto a el toda la vida.

ㅡ Yo, si acepto.- respondió Alicent sonrojada.

Regulus sonrió feliz mente, por la emoción se inclinó lentamente hacia ella para después dejar un beso cerca de los labios de la pelirroja oscura.

Alicent sonrió feliz, pero esa felicidad se esfumó al escuchar un grito detrás de ellos.

Al girarse pudieron ver a gweyne siendo sujetado por dos jóvenes y al hermano de Regulus mirando seriamente al primero.

—¿Gwayne? — preguntó Alicent separandose de Regulus.

El mencionado termino de empujar a los magos y se encaminó hacia la pareja.

Estaba furioso, ese mocoso debía primero pedir su permiso para cortejar a su hermana.

Regulus se coloco derecho al ver como el pelirrojo se acercaba a él, estaba listo para hablar con el, pero jamás imaginó que cuando Gwayne llegará al frente suyo, le daría un puñetazo.

Alicent jadeo sorprendida pero rápidamente se interpuso en medio de ambos. Ella no deseaba que ambos se enfrentarán.

Regulus se levantó del suelo sacudiendo su vestimenta, y miro a su futuro cuñado enojado pero sobre todo, confundido.

Pero antes de que pueda hablar, un gritó lo interrumpió.

Era Sirius, enojado. Forcejeando con Potter y Lupin.

Oh, esto terminara mal.

—¡Me sueltan pero ya! — grito Sirius tratando de ir contra Gwayne.

Alicent sostuvo la mano de su hermano suplicante, no quería que tuviera problemas.

No con magos ni con nadie.

ㅡ BASTA!.- gritó cansada.- cálmense ambos.

Regulus fue hacia su hermano para apaciguar su enojo. No quería que su amada renuncié a su cortejo por culpa de ambos hermanos mayores.

ㅡ ¿Qué sucede gweyne? ¿Por qué golpeaste a Regulus?.- cuestionó está vez Alicent firme.

—¡Te beso y no me pidió permiso A MI, para poder cortejarte! —grito Gwayne.

Alicent y Regulus se sonrojaron, mientras el segundo se golpeó la frente por tonto.

HABÍA OLVIDADO AQUEL DETALLE IMPORTANTE.

ㅡ Gweyne, primero desee hablar con ella, si ella estaba de acuerdo iría a hablar contigo.- dijo rápidamente.- Si ella no aceptaba mi cortejo, no valdría la pena acercarme a ti. No obligaría jamás a Alicent a estar conmigo.

Sirius apretó la punta de su nariz, su hermano era un tonto a veces. Le sorprendió que se haya olvidado de tal detalle, pero al observar como miraba a Lady Alicent comprendió.

No golpearía a gweyne, tuvo motivo razonable para reaccionar. El mismo reaccionaria así si tuviera una hermana menor.

Solo pudo suspirar estresado con todo.

ㅡ Hermano, acepte el cortejo.- hablo alicent.- Regulus me gusta, me hace sentir protegida y querida.

Regulus sonrió mientras el resto se miraron sintiéndose intrusos, menos Sirius, el debía estar allí.

Gweyne paso su mano por el cabello, si así era entonces no sé opondria. Pero tampoco lo dejaría fácil.

ㅡ Lastimas a mi hermana y te mataré, me importa muy poco que seas un mago. Si mi hermana llora por tu culpa, si la engañas o cualquier cosa, te torturare.- amenazó fríamente.- Les doy mi bendición para el cortejo pero te estare vigilando.

Una vez que todo se aclaró, Lily sugirió volver al gran comedor cosa que todos asistieron, Gwayne rápidamente tomo a su hermana de la mano, Alicent solo negó ante lo celoso que fue su hermano, Regulus sintió como su hermano lo tomó del hombro.

Hay que curarte ese labio antes que mamá lo vea — le susurra  Sirius en latín antiguo.

Regulus lo miro confundido, pero después sintió un leve dolor en su labio, el golpe que Gwayne le dio, le había partido el labio.

Bien — respondió el menor en latín antiguo.

La Reina Aemma se encontraba acostada en una de las camillas de las enfermería de Hogwarts, a su lado está sus amados, Rhaenys sostenía su mano y Corlys acariciaba los cabellos de Aemma, los tres miraban atentos a la mujer frente suyo.

—La Reina se encuntra bien al igual que los bebés — dijo Madame Pomfrey mirando a los tres.

—¿Bebés? —preguntó Corlys mirando a la mujer —No era que Aemma estaba embarazada solamente de Baelon— dijo el de color negro.

— Pues ese era el caso, pero  parece que la Diosa cambió algunas cosas — Son dos bebés, dos varones pero hay algo aquí que deben saber.

Aemma observo a la mujer atenta y temerosa.

—¿Que cosa es Madame Pomfrey? — preguntó Aemma asustada.

La mencionada suspiró observando a la reina con pena, era una mujer tan jóven para sufrir tanto.

ㅡ Haz sido envenenada, tu cuerpo no iba a resistir más otro envenenamiento.- contesto directa.- Si aún seguían en su mundo, lamentablemente no alcanzarías a estar en parto querida.

Daemon se quedo congelado cuando escucho aquello en medio de las grandes puertas de la enfermería, le costó encontrar el lugar, pero logró llegar. Ahora, no sabía que hacer con la información obtenida.

Su cuñada, su hermana estaba en riesgo.

2582 palabras

Espero y les guste.


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