Capítulo 36
Era curioso saber que los relojes del mundo mágico servían en Westeros. Y que se adaptaron rápidamente al cambio de horario cuando Sirius, Remus y Charlie cruzaron los mundos.
Los habitantes de Westeros prestaron atención, estaban cada vez más encantados con los artefactos de los hechizeros.
Sirius le entregó a Helianthus el reloj de bolsillo de su padre. Era de oro puro y la tapada tenía grabado el dragón con el nudo celta.
James sonrió mirando su reloj, era bueno que su hija tuviera algo suyo junto a ella.
Así que gracias a el, se dieron cuenta que el viaje entre Dragonstone y El Nido de Águilas demoró casi seis horas. Hubiera sido menos tiempo, pero Baelon le vomito en la blusa y capa a Helianthus por lo que tuvo que bañarse ella y el bebé en una carpa (como las que usaron en el mundial de Quidditch) también descanso y rato antes de volver a emprender el vuelo hasta que eso de las seis y media de la tarde arribaron al Nido de Aguilas.
ㅡ Tenemos demasiados negocios que hacer.- dijo corlys.- sobre todo, por esos dementes o como se llamen.
Los alumnos negaron divertidos, se notaba que el Lord era millonario.
Rhaenys suspiró observando a su esposo y junto a ella estaban sus hijos riendo de su padre.
En el punto bajaron en sus dragones en lo que parecía ser un enorme jardín desolado. Primero bajó Jacaerys para que Vermithor volviera ascender después que Jace bajara el baúl de madera, luego Silverwing aterrizó y con ayuda de Jace, Helianthus bajó de la montura, también desató la cuerdas que sostenían el baúl de madera donde estaban las pertenencias de Helianthus.
Harwin asintió en aprobación ante la atención de su hijo hacia Lady Helianthus, era su deber velar y cuidar a su nuera y nieto.
Baelon se revolvió en su agarre, con cuidado desató la tela con la hizo una especie de canguro para sostenerlo, y el bebé pasó a brazos de Jacaerys .
Aemma observo aquello interesada, se veía cómodo y fácil de sostener a los bebés.
ㅡ Debo tener algo así.- demandó.
Viserys sonrió asintiendo hacia su esposa mientras que Corlys disimuladamente hizo lo mismo, aunque fue visto por dos personas, una sorprendida y la otra, aún desconcertada.
Al final Ron bajó de Sheepstealer que hizo caer el baúl de Ron.
Los tres dragones ascendieron a los cielos mientras ellos tres se colocaban en posición. Heli y Jace, uno a lado de otro con Baelon abrazado al pecho de Jace mientras Ron permaneció tres pasos detrás de ellos como la espada juramentada de Heli y Baelon.
Lord Potter sonrió, compartió una mirada con Lord Weasley y la realeza.
ㅡ Imponen poder, respeto y elegancia.- halago.
Fueron recibidos por una dama alta y de cabello negro con ojos oscuros. Vestía de un azul oscuro, con un tocado de joyas que sostenían un velo del mismo color del vestido.
Aemma sonrió al ver de nuevo su amado hogar, cuánto extrañaba su casa y de pronto, se sintió demasiado nostalgia.
Baelon regresó nuevamente en los brazos de Helianthus.
—Bienvenidos — dijo Lady Jeyne.
Los Potter sonrieron ante el aura cálido que daba la mujer como también su versión presente en el salón. Les agradaba que Helianthus este en un ambiente cálido y de calma.
Una sirvienta a su lado se acercó a ellos con un plato de madera que contenía sal y hogazas de pan. Helianthus recordo sobre la Leyes de Hospitalidad, Jace fue el primer en comer un poco de pan con sal, luego siguió Helianthus y después Ron.
Ya ofrecido el pan y la sal, la sirvienta retorció con la mirada agachada.
Aemma sonrió tomando la mano de su sobrina, le agradaba observar su hogar y sobre todo, saber que sus nietos eran bien recibidos.
—Lady Jeyne Arryn — saludó Jacaerys extendiendo su mano para tomar la de dama y besar sus nudillos — Es un honor ser recibidos en su fortaleza.
—Cualquier persona con sangre Arryn será siempre bienvenido al Nido de Águilas, príncipe Jacaerys — sonrió la dama reverenciando ante Jace para luego dirigir su mirada hacia ella.
Rhaenyra sonrió alegremente. Tal vez en aquel mundo sus hijos sufrieron por malos comentarios pero aún así, había personas que los respetaban como siempre debió ser.
—Lady Jeyne— dijo Jace tomando la mano derecha de Heli y alzándola en un gesto delicado. — Permítame presentarle a mi esposa, la princesa Helianthus Potter y a nuestro hijo, el príncipe Baelon Velaryon.
Harwin, Leonor y Rhaenyra sonrieron ante los modales de Jacaerys. Y ellos, era algo que Lady Potter y Lily admiraban como aprobaban del jóven.
—Es gusto conocerla, my lady — sonrió Heli inclinando levemente su cabeza con una gracia que había visto en las películas de época que veía a escondidas de los Dursley — Su hogar es tan precioso, como vivir entre las nubes.
Lily y james torcieron la mirada, cada vez que mencionaban a los dursley sus ansias de matar aparecian.
Lady Jeyne sonrió cortésmente. Heli con discreción entró en la mente de la dama del Valle.
"Es linda. Esos mechones plateados, ha de tener sangre de Valyria para que monte un dragón"
Jeyne alzó una ceja ante tal acción, no le gusto aquello. Era sin dudas, incómodo.
Aemma sonrió nerviosa ante la reacción de su sobrina y era entendible, no era grato saber que alguien podía leer tu mente.
—Lady Jeyne, permítame presentarle a la Espada Juramentada de mi esposa e hijo. — lo presentó Jace — Al señor Ronald Weasley.
Ron sonrió y tomó la mano de Lady Jeyne para besarle los nudillos.
Molly y Arthur sonrieron orgullosos de su hijo y de como iba mejorando su educación.
Sirius educó fuertemente a Ron en los protocolos Sangre Pura, siendo estricto como nunca lo había visto.
—Lady Arryn, es honor ser recibido en su morada.
Sirius meneo su cabeza, el quién siempre huyó de los protocolos ahora educaba a terceros.
"Es el karma".
Mientras Lord y Lady black sonrieron, su hijo rebelde volvió a sus sentidos.
Lady Jeyne sonrió cortésmente mientras Helianthus rápidamente bloqueo su Legeremancia ante los pensamientos bullosos de los cortesanos presentes junto a Lady Jeyne.
Aquello era algo que todos lamentaban, era incómodo utilizar legeremancia sin tener que escuchar a terceros.
La dama del Valle los guió hasta dentro de la fortaleza, Heli sintió un poco de frío algo que notó Lady Jeyne.
Lady Jeyne suspiró, realmente estaba que aquella visita saldriera bien.
—¿Se encuentra bien, princesa? — preguntó Lady Jeyne.
—Solo un poco de frío — contestó Helianthus sosteniendo un poco más a Baelon contra su pecho — Pero supongo que es por la altura y el viaje en dragon. No se como se ha de ver mi cabello con todo ese viento contra mi rostro.
Lily rió divertida junto a James y el resto.
ㅡ Y teniendo el cabello Potter, permíteme dudar de que este en orden.- se burlo Sirius ganándose un golpe de Heir potter.- Auch cornamenta.
Los targaryen y el resto de Westeros negaron divertidos, les agradaba el ambiente tan calmo y sobre todo, que los jóvenes en esta época eran más libres que ellos.
Oh, su cabello estaba bien, tenía ajustado una larga trenza enroscada en su cuello.
Lady Euphemia sonrió y luego miro a su esposo, quién suspiraba por su nieta.
—Ha de haber sido un largo viaje — dijo Lady Jeyne— Déjenme guiarlos hacia sus habitaciones y enviarles criadas para que los atiendan.Tal vez deberían descansar y cambiarse antes de la cena.
—Muchas gracias, Lady Jeyne — dijo Jace con cortesía.
Heir Potter asintió, el y Lily estaban agradecidos con la jóven dama. Apreciaban que sean bien tratados y por el rostro de la Heredera targaryen y Heir Strong tenían los mismos pensamientos.
La regente de los Arryn miró a Baelon, su bebé tenía sus ojos lavandas puestos fijamente en el collar de zafiro en forma circular rodeadas de diamantes.
—Es un hermoso bebé.— sonrió levemente Lady Arryn — ¿Cuántas lunas tiene?
Las abuelas como las bisabuelas presentes, suspiraron de amor por el bebé. Era toda una belleza y sabían bien que los genes de ambas familias eran fuertes.
—Tiene tres — contestó Helianthus jugando con la mano de su bebé.
Todos volvieron a arrullar al bebé, era tan tierno.
Lady Jeyne los guió a sus habitaciones, con criados detrás de ella que llevaba los baúles, primero a Ron y luego a ellos dos con el bebé. La habitación de ellos era grande con un balcón. La dama les dijo que enviara a buscar una cuna y una nodriza para el bebé, cosa que Helianthus negó rápidamente diciendo que ella podría alimentar a Baelon sin necesidad de una nodriza.
-Como todas aquí — dijo una joven con un bebé en brazos — Es un sentimiento muy lindo darle pecho a tu bebé — sonrió Lydia Flich, mientras mecia a su bebé, Marcus Flich.
Cuando dejaron solos a Heli y Jace, ella se sentó en la cama con dolor en los muslos por tantas horas de vuelo. Con cuidado acostó a Baelon que rápidamente se hizo bolita tratando de morder su pie derecho.
—James hacia lo mismo — arrullo Euphemia con una sonrisa amorosa.
James se sonrojo, pero sonrió, estaba seguro que su nieto sacó sus genes.
Helianthus soltó un maullido cuando los dedos de Jace empezaron a masajear la base de su cuello.
James, Sirius, Remus, Fleamont incluso Orión, miraron a otro lado molestos, pero no podían hacer nada, ellos eran esposos y tenían un hijo, aunque a ellos les hubiera gustado que Helianthus tuviera dieciocho o venite años, no ¡dieciséis!, ¿o era diecisiete?, no importaba Helianthus es su bebé, todo chiquita y tierna.
—Manos quietas — dijo separándose — En cualquier momento pueden venir las cridas. ¿Qué dirá si nos vemos en una escena íntima?
—¡Exacto!, ¡no quiero otro nieto! — grito James mientras se cruzaba de brazos.
—Es algo inevitable eso — dijo Rhaenys mirando a su primo.
-Lo se, pero como padre, mi mayor miedo es perder a mi hija — dijo el Heredero Potter, mientras que todos los hombres asintieron.
Jace sonrió y agarró el bolso de cuero. En eso llegaron cuatro criadas y dos mozos cargando una tina de madera. Helianthus sacó el vestido que usaría esa noche para la cena, uno verde menta con mangas largas que se ajustaban a su brazos.
—Que bello color —dijo Lady Walburga con una sonrisa.
—El mismo color que usaste cuando tuvimos nuestra primera cita de cortejo —dijo Orión, mientras dejaba un beso en los labios de su esposa.
Helianthus preguntó el nombre de cada, cada muchacha del servicio le respondió. Rápidamente llegaron otras con baldes de agua que calentaron un poco en la chimenea de la habitación. Jace tomó a Baelon en los brazos y salieron al balcón.
—¡Ponle su suéter! — le dijo Helianthus. Jace sacó el jersey Weasley de Baelon y salieron al balcón.
Lady Weasley sonrió ante la mención del suéter.
Helianthus se desató la trenza y se enrollo el cabello encima de la cabeza. Las criadas frotaron sus piel con paños y esencias, la ayudaron a secarse y la vistieron.
Cuando una trató de tocarle el cabello, Helis se puso en alerta diciendo que podía peinarse sola. Con su cepillo de oro y sangre fue al tocador mientras que Jace les dijo a als cruidas que el podía atenderse solo.
Ante la mención del cepillo de oro, muchas damas sonrieron, hasta algunas dijieron leves plegarias a la Diosa madre.
Así, se fueron y los dejaron solos, Jace se metió a la tina con Baelon , bañandose los dos.
"Aww", se escucharon por todo el salón, Orión sonrió, el hizo lo mismo con sus hijos, por que tenía miedo de se hogaran, Fleamont también sonrió.
Observando sus joyas y accesorios se tejió una trenza junto a una redecilla con perlas. Luego de una hora, y vestir a Baelon estaban listos para ir a cenar con Lady Jeyne.
Aemma sonrió, como extrañaba su hogar, ella siempre se sintió en una jaula de oro en la fortaleza roja, pero ahora haría lo imposible por ir de nuevo a su hogar aunque sea por dos lunas.
2005 palabras.
Espero y les guste mucho.
¡Les quiero decir que se unan a mi canal de difusión!, ¡por favor!, ¡dejo muchos Spoiler's y ideas para historias nuevas!.
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