Saera Targaryen fue una de las tantas hijas que tuvieron el rey Jaehaerys Targaryen y su hermana-esposa Alyssane.

—¿Que tiene que ver mi prima en el nacimiento de la casa Potter? — pregunto Viserys mirando a la Diosa.

—Solo escuche —le dijo la Diosa.

Siempre rodeada de septas y niñeras, su padre manejando el reino y su madre a su lado o estando nuevamente embarazada.

La única compañía que tenían eran sus amigas de la corte y los chicos que la acompañaban. Sus inocentes juegos de besarse entre ellos terminaron cuando una de sus amigas salió embarazada.

Algunos rieron ante eso, ya que en un momento de su adolescencia hicieron eso, menos la parte de que alguien salió embarazada.

O cuando hubo el escándalo con tres caballeros y su inútil virginidad.

—La virginidad fue un invento del hombre para sentirse poderoso —dijo Marlene con un tono aburrido, muchas chicas le dieron la razón.

—En la fe, dice que una mujer debe llegar pura al matrimonio —solo Alicent hacia la morena.

—¿Quien? — preguntó Marlene mirando a la pelirroja de verde.

—La fe..— iba a hablar pero fue interrumpida por la morena.

—Te preguntó — soltó la Gryffindor mirándola mal, muchos rieron.

Alicent se sonrojo de la vergüenza, mientras que Otto miraba mal a Marlene, pero la morena solo le dio una sonrisa burlona, Daemon soltó una carcajada, como le encantaba que los Cunttower sean humillados,era su pan de cada día.

La confinaron a en su habitación, ella trato de conseguir un dragón, pero falló y fue a Antigua con su hermana Gaelle para prepararse como una maldita Septa. Solo le bastó medio año en burlar a todas esas escuálidas santurronas para tomar el primer barco a Lyss.

Lo primero que se encontró fue que ya no tenía sus beneficios de princesa, pero usó su belleza. Era de la belleza de los antiguos señores dragones de la pérdida Valyria.

—Ese es el arma más importante de una mujer — dijo Euphemia con una sonrisa cruel en sus labios.

—¿Tu ya lo usaste, Lady Potter? — preguntó Rhaenys, mirando a la mujer.

—¿Escuchaste el término que dice, "Seduce a tu enemigo, hasta llevarlo a la muerte"? — dijo Euphemia, y Rhaenys negó —Pues ahora ya lo escuchaste — sonrió la matriarca Potter.

Era hermosa, alta y delgada, con cabellos dorados y ojos violetas como las amatistas, tenía el porte elegante, sabía tocar el arpa y cantar. Fue la sensación en la Casa de Placer donde trabajo.

Los Hightower hicieron una mueca de desagrado ante eso.

Aprendió a bailar con los velos, cada mercader rico quería enterrar su triste polla en ella, y pagaron su peso en oro.

En Lyss encontró una hechicera que le enseñó a preparar pociones. Cosas para mantener en un limbo a los clientes, cosas para evitar embarazos y pocimas que podían sacarles la verdad a otras personas.

—Un posion anticonceptivo—dijo Lady Walburga.

—La otra es una posion de la verdad, o también conocida como "Veritaserum", es un suero muy poderoso, aunque no tan infalible. Quien beba solo tres gotas de él esta poción, revelará sus más profundos secretos sin oponerse a los efectos— explicó Orión mirando a los visitantes y algunos estudiantes.

—¿Donde puedo conseguir una posion de la verdad? — preguntó Daemon mirando al mago.

—¿Y tu para que quieres eso? —preguntó Viserys hacía su hermano, el cual redeo los ojos.

—Para que más Viserys, para usarlo con las ratas viejas de tu consejo — dijo en forma obvia Aemma.

Se decía que Visenya Targaryen incluso en las Artes Oscuras cuando ya no podía levantar su espada, la sangre de los Targaryen corre magia por su origen valurio.

Tal vez las opciones eran el fuerte de Saera.

La hechicera le regaló un diamante de sangre formado en collar. Rectangular u en plata.

Los Potter se miraron entre ellos, la mención de ese collar les era tan familiar, y James llevo una se sus manos al pecho, donde pudo sentir que collar qué a pertenecido en su familia por muchas generaciones.

Le decia que cuando llegue el momento, la llevaría a un lugar seguro

En poco tiempo se hizo rica. Empezó a servir como socia en la Casa de Placer, teniendo una jamaica fija y dejando de lado a las noches por monedas. Luego de tres años de su huida de Westeros emprendió un viaje hacia Volantis, un mercader de especias la llevó a conocer su hogar y con suerte reclutar chicas para los Jardines de Lyss.

Acompañada por dos doncellas de no más de trece caminó por las calles de los mercaderes, entre especias y telas finas miró a su alrededor. En medio de la multitud perdió a sus doncellas y luego, alguien la tomó por detrás colocando un paño con algo.

—¡La acaban de secuestrar! — grito un niño de tercer año.

Era un aroma suave, como hierbas de lavanda, Saera se revolvía furiosamente de los brazos de su captor, como pudo torció sus brazos hacia el tesoro del hombre, porque era un hombre por lo gruesos de sus brazos y la constitución de su cuerpo.

La antigua princesa Targaryen arañó, hasta que sintió algo de sangre en sus uñas, pero el aroma la mareó y se desmayó.

Muchos sintieron pena y desesperación por Saera, pero no podían hacer nada para salvarla.

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Despertó atada a una pira. Su vestido estaba hecho jirones y su rostro con lágrimas, patéticamente llamó en sollozos a su madre, alguna capa Blanca que la rescatará.

Ella era la sangre del dragón.

Los Targaryen y Velaryon asintieron, Saera es una Targaryen, no importaba lo que tuvo que hacer para sobrevivir.

— Un sacrificio necesario. El señor de la Luz demanda sacrificios a su causa.— dijo una sacerdotisa con el cabello oscuro, vestida enteramente de rojo. — La sangre de dragón, el fuego hecho carne.

Jadeos de horror resonaron en el salón, los targaryen se encontraban furiosos ante ello.

—¡Te asesinaré! — escupió Saera para luego mirar a los demás lunáticos vestidos de rojos y con antorchas — ¡A todos de ustedes! ¡Bola de lunaticos!

Daemon sonrió, su prima era una dragona hasta su último aliento.

La sacerdotisa bajó su antorcha encendiendo la pira, las llamas danzaban alrededor de los pies de Saera. La princesa gritó cuando el calor empezó a cubrirla.

Todos miraron horrizado aquella escena, una joven estaba siendo sacrificada injustamente.

Cuando las llamas la rodearon el diamante de sangre brilló y Saera sintió un tirón en la boca de su estómago.

"¿Qué sucedió?" era lo que todos se cuestionaban.

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Linfred de Stinchcombe miró un cometa rojo caer en el bosque. Siendo un mago impulsivo, tomó las riendas de su caballo y cabalgó hacia el lugar del impacto.

Lord Potter miro a su esposa con una sonrisa fugaz, ahora entendía todo.

Con su varita iluminada por un Lumus llegó al cráter, y para su sorpresa había una mujer tirada rodeada de pequeñas brasas de fuego. Su largo cabello dorado caía en el suelo como hilos de oro de dragón, sus pies estaban magullados por quemaduras.

James apretó su puño, estaba furioso ante lo que vivió la joven y no era el único, los targaryen presentes estaban que escupían fuego.

Linfred bajó de su caballo y tomó a la dama entre sus brazos, sintió su firma mágica. Magia antigua, como una fuerza salvaje.

Daemon sonrió al igual que Aemma y Corlys, esa magia era un regalo de los dioses valyrios.

La llevó a casa, manteniendo la modestia, le llevó ropa y curó sus pies. Luego de dos días despertó gritando y maldiciendo.

Violeta, sus ojos eran violetas.

Se presentaron. Saera Targaryen, explicó que venía de un lugar llamado Lyss, pero Linfred no conocía nada.

ㅡ Bueno, es normal.- James miro a sus amigos.- es inusual aquello.

todos le dieron la razón, jamás habían escuchado de un suceso así o visto.

Con cuidado entró en su mente lo vio. Un lugar de otro mundo, constelaciones distintas, culturas distintas.

Dragones

La dama venía de otro mundo.

—Cásese conmigo, señora Saera— le pido Linfred luego de dos meses. Saera, al igual que él, era talentosa con las pociones. — Necesita protección.

Daemon soltó una risa, siendo regañado por su cuñada y prima ante ello.

ㅡ ¿Cuál es el motivo de gracia, principe?.- Lily miro curiosa al platinado.

ㅡ Mi prima escapó para no ser casada, ella era sin dudas, un alma libre.- respondió aún divertido.

Viserys asentio entendiendo la causa de su risa al igual que el resto.

—No soy apta para el matrimonio

—Lo es. Es una delicia bondadosa. Todos los muggles aman sus remedios.

—Solo quiero decir, Linfred, antes de caer en este mundo serví como prostituta en casas de placer.... ah y fui una princesa

Alicent torció la mirada de disgusto, como una desvergonzada se podría casar.

ㅡ Me agrada ella.- Dorcas miro a sus amigas.- Ella decide sobre su vida y los placeres de ella, me gusta.

Aquello escandalizó a algunos, pero no podían negar que tenía razón. La princesa era de un espíritu salvaje.

—Entonces estaría honrado en desposar a una princesa.

Saera río y una semana después la hizo su esposa.

Rhaenys sonrió, al fin su prima era feliz.

Con el tiempo, Saera y él trabajaron en múltiples pociones que vendieron y sentaron una modestia fortuna, se empezaron a familiarizarse en los altos círculos de las familias sangre puras formando buenos aliados.

Los muggles le decían Potterer.

Miradas recayeron sobre los tres Potter presentes, muchos impresionados por el nacimiento de su casa.

Y como una familia establecida necesitan un apellido.

—Potter— surgió Saera mientras frotaba su vientre hinchado por su primer bebé.

James alzó su cabeza orgulloso de ello mientras Lily sonreía divertida.

Fleamont admiraba totalmente la historia de su casa y su Mágia. Ahora entendiendo porque se sentía llamado hacia los targaryen, quiénes los miraron orgullosos.

Su amada esposa, trazó el emblema de su casa. Un dragón, por la familia de Saera y un Nudo Celta por la herencia de Linfred, un embelesa de campo carmesí y dragón plateado.

Así, ese mismo año. Se instalaron en una gran casa, Linfred fue conocido como Lord Potter entre los demás magos. Se fabricó un cepillo de sangre y magia para Saera, y recibieron emocionados a su primer hijo.

Lady Potter sonrió ante ello, estaba fascinada por Madame Saera, una bruja poderosa digna de ello.

Harwin Gael Potter.

Harwin Strong se mostró sorprendido, tenía el mismo nombre que el primer hijo de la Princesa Saera, ahora Lady Potter.

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Décadas pasaron como un velo, Saera fue perdiendo juventud, pero no belleza.

suspiros de admiración se oyeron, nadie podía negar aquello y aún más, viendo a la familia real ante ellos.*

Sus ojos violetas vieron crecer a su heredero y dos hijas. Jugando a la política con la que creció en Kings Landing armó buenos partidos matrimoniales para los tres.

Casó a sus hijas con magos de gran fortuna que invierten en sus negocios de pociones y Harwin se casa con la heredera Iolanthe Perevell.

Los lords y herederos presentes se lamentaban que Lord Potter-Peverell no haya tenido una hija para desposar.

Sonrió cuando el druida unió ambas manos y los dos novios tocaron sus varitas.

Saera bordó una capa matrimonial. Con los colores y símbolo de los Potter. SI bien no era típico de aquí, era la herencia de Saera. Harwin cubrió a su novia convirtiéndola en una Potter.

Lily sonrió, le parecía algo hermoso y único, una tradición completamente hermoso.

La capa sería una tradición Potter, cada mago de esta familia cubriría a su prometida con esta capa simbolizando que ahora era una Potter

Lady Potter sonrió recordando su boda con su esposo, un momento único.

La heredera Perevell tenía una capa, que la hacía invisible y olía a Muerte, pero no la muerte mala y de mal augurio, un aire como el de un cálido beso del Extraño.

Miradas de codicia no se hicieron esperar. Sobre todo, en algunos sangre puras que aspiraban a aumentar su estatus.

James al observar aquello no dudo en dar una sutil advertencia.

ㅡ Algo que jamás obtendrán, así que quiten su mirada codiciosa o lo haré en base de crucio.

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En los pasajes de la historia se cuenta que la Antigua Casa de los Potter se fundó con un talentoso pocionista y una bruja caída de un cometa sangrante.

Todo quedo en silencio, tratando de asimilar lo que acaba de pasar, los Potter decendian de una princesa Targaryen, ahora todos entendían el gran poder que ellos tienen.

—Vaya los Potter descienden de una prostituta — dijo un Slytherin en tono burlon, pero soltó un grito de dolor cuando un crucio impacto en su cuerpo.

—¡A mi familia la respetas asquerosa serpiente! — grito James con varita en mano.

"LA NIÑA QUE SOÑABA CON DRAGONES"

2117 palabras.

Espero y les guste mucho.