𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐
𝐋𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐨𝐬 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲
Justo ahora, Harry se encontraba frente a King Cross, se supone que ahí tomaría su tren a Hogwarts. Hedwig estaba a su lado en su jaula y tenía su baúl sobre un carrito. Hedwig estaba bastante tranquila a comparación de anoche. Al sacarla de su jaula, empezó a ulular molesta asustándolo a Hagrid y a él, solo se calmó al posarse sobre el cabello de Harry. Hagrid le había dicho que al parecer su cabello era muy cómodo para la lechuza. Ahora Harry atendía por qué siempre le decían que tenía un nido de pájaros por cabello.
Mientras tanto, Harry se dedicaba a buscar entre el andén nueve y anden 10, algo parecido al andén nueve y tres cuartos. Hagrid lo había dejado ahí hace una hora, se había quedado dormido y salió casi corriendo del caldero chorreante, donde se quedaron a pasar la noche. Le dio sus cosas y le dijo que se dirigiera al tren y que lo vería en Hogwarts. El problema es que no sabía cómo llegar.
Harry tendría que preguntarle a alguien, primero quiso preguntarle a un guardia de seguridad que pasaba, pero dudaba mucho que hubiera escuchado alguna vez sobre Hogwarts. De hecho, dudaba que cualquiera de las personas que pasaban, supieran que es Hogwarts. Entonces recordó lo que Arthur le dijo: "los magos son fáciles de notar". Con ese pensamiento empezó a buscar a alguien que pareciera peculiar. Alguien con túnica o un sombrero puntiagudo. Y fue cuando los vio.
Era una familia, o lo que Harry suponía era una familia ya que todos se parecían, tenían el cabello rojo y pecas en sus rostros. Todos empujaban un baúl al igual que él, e incluso tenían una lechuza. Pero lo que confirmo sus dudas fueron las palabras dichas por la que parecía la madre de los niños.
—...Lleno de muggles, por supuesto...—la mujer era regordeta y sostenía con la mano a una niña pequeña y pelirroja al igual que ella. A su lado estaban unos chicos muy parecidos, gemelos, que cuchicheaban y reían entre ellos, al otro lado estaba uno de semblante serio y ligeramente más alto que el resto y justo enfrente de él estaba otro niño que parecía el más cercano a su edad. Iba cercarse a preguntarles sobre el andén nueve y tres cuartos, cuando uno de los gemelos empezó a correr hacia la barrera entre los dos andenes y desapareció.
Harry creía que estaba alucinando. Él ha visto cosas más extrañas, pero nunca frente a tanta gente, y lo más curiosos es que nadie parecía darse cuenta que la familia corría uno a uno hacia el muro y desaparecía. ¿Será por la niebla? Se preguntó Harry, había escuchado que la niebla era la razón por lo que las personas no descubrían sobre los semidioses, solo que no sabía si los magos tenían algo parecido. Se acercó sigilosamente a la pared y sostuvo a Hedwig justo con él.
—Supongo que tenemos que arriesgarnos—dijo Harry en dirección a Hedwig, que aleteo las alas nerviosamente como si supiera a lo que se refería Harry. Con cuidado, puso la jaula de Hedwig sobre el carrito y mirando directamente a la pared, empezó a correr hacia ella. Justo cuando estaba llegando a la pared se subió en el carrito como si fuera un patín, cerrando los ojos fuertemente esperando un el impacto. Pero este nunca llego. En cambio, el sonido de un fuerte silbato hiso que abriera los ojos. A un lado de él se encontraba un tren rojo de vapor, había muchas personas y todos vestían de túnicas como en el callejón Diagon. Harry estaba tan absorto en el panorama que no noto que seguía a toda velocidad en el carrito, al menos hasta que oyó varios gritos de personas que se apartaban rápidamente del camino, estaba a punto de frenar, pero cuando vio a la niña frente a él, ya era tarde.
—¡CUIDADO!
Antes de darse cuenta ya se encontraba en el suelo, con un fuerte dolor de cabeza. Harry empezó a mirar a su alrededor, el carrito se había volcado, su baúl se había abierto y todos sus libros y ropa estaba esparcidos en el suelo.
—¡Hedwig!—con rapidez se dirigió hacia ella, que se encontraba dentro de la jaula ululando y aleteando dentro de ella—Descuida Hedwig, yo te ayudo—dijo abriendo con dificultad la jaula. La lechuza, salió rápidamente de la jaula y voló hacia el cabello de Harry, se veía demasiado alterada por lo que la acaricio un poco.
—Auch—lo interrumpió una voz frente a él. Era la chica con la que había chocado, parecía tener la misma edad que él y tenía el cabello demasiado espeso y revuelto—Que suerte la mía, el primer día y un raro me derriba—se quejaba la chica en vos baja mientras se levantaba del suelo. Pero Harry no la escucho, solo se dedicó a verla con entusiasmo mientras la chica lo veía con una expresión enojada. Solo tienes que ser amable. Preséntate, trata de romper el hielo, pregunta algunas cosas. Se repitió Harry.
—¡Hola, soy Harry! ¿Eres una bruja? ¿Cuál es tu color favorito? El mío es el amarillo—hablo de manera rápida con una enorme sonrisa. La chica solo pestañeo un par de veces alternando la mirada entre él y la lechuza en su cabeza, boqueo un poco sin saber que decir. Mientras tanto Harry siguió hablando mientras recogía sus cosas las metía a su baúl-lamento a ver chocado contigo, es que no sabía cómo llegar al andén y estaba demasiado emocionado con ir a Hogwarts, ¿no crees que es como un sueño?
En cuanto se levantó, sosteniendo su baúl, la niña ya no se encontraba frente a él dejando un poco decepcionado a Harry. ¿Por qué todos huyen de él?
Con desanimo empezó a dirigirse al tren sintiendo a Hedwig acurrucarse en su cabello.
El tren estaba repleto de estudiantes, algunos incluso sacaban sus cabezas de las ventanillas intentando hablar con sus familiares. Por lo que fue difícil encontrar un compartimiento vacío, pero finalmente lo encontró. Primero subió la jaula de Hedwig en el vagón, ella no se había movido del cabello de Harry, demasiado cómoda como para irse por lo que Harry decidió dejarla quedarse. Había visto niños que sostenía gatos en sus brazos, uno incluso tenía un sapo. No debería ser problema tener una lechuza en el cabello. Con ese pensamiento intento subir el carrito al vagón, batallando un poco, hasta que un par de brazos lo ayudaron.
—¿Necesitas una mano?—dijo uno de los chicos pelirrojos, sosteniendo el carrito.
—...Si, por favor—dijo Harry embobado y algo sonrojado, un chico estaba hablando con él.
—¡Fred ven a ayudar!—llamo el lindo chico, al que parecía su hermano, que es idéntico a él.
—Estoy en el Elíseo—susurro Harry.
—¿Qué? / ¿Qué?—preguntaron los gemelos.
—¿Qué?—pregunto Harry con el rostro demasiado rojo. Los gemelos solo rieron y subieron el carrito, Harry quedo en el mismo sitio hasta que el picoteo de Hedwig lo saco de su ensoñación, haciendo que subiera rápidamente en el vagón.
—Linda lechuza—dijo uno de los gemelos, no sabía cuál.
—G-Gracias, lindo rostro...Di-digo, no quise decir eso... ¡No es que no seas lindo!, quise decir lindas... ¿túnicas?—los gemelos se empezaron a reír a carcajadas, mientras Harry se encogía demasiado avergonzado, ¿Por qué nunca puedo hablar bien con las personas? Los gemelos siguieron riendo, hasta que un paro mirando directamente la frente de Harry.
—¿Qué es eso?—pregunto señalando su cicatriz, sonrojando aún más a Harry por la cercanía.
—Por merlín—dijo el otro gemelo—¿Eres tu...?
—Es el, ¿eres tú? ¿verdad?—pregunto el otro en dirección a Harry.
-—¿Quién?
—Harry Potter—contestaron los gemelos al mismo tiempo mirándolo con los ojos abiertos.
Saben quién soy ~♡
—Sí, soy Harry Potter—contesto Harry asintiendo con entusiasmo—¿Ustedes cómo se llaman?—Ellos parecían estar a punto de contestar hasta que la voz de una mujer los llamo.
—¡Fred, George!—ambos se dirigieron hasta allá, no sin antes dar una exagerada reverencia con un "adiós Harry Potter". Mientras tanto Harry se dirigió a sentarse en un compartimiento mientras se regañaba mentalmente, ¿Qué pensaría su señora si supiera que se comporta de esa manera con los chicos? de seguro deja que el dios Zeus lo mate con un rayo.
Hedwig voló de su cabeza hacia su regazo, haciendo que Harry la empezara a acariciar. Al menos si no consigue amigos en Hogwarts, tendrá a Hedwig. Con un último silbido el tren empezó a avanzar, Harry se asomó por la ventana, viendo con tristeza como todas las familias se despedían de sus hijos. Al menos hasta que la puerta se abrió.
—Hola, los demás compartimientos están llenos ¿puedo sentarme?—pregunto un chico pelirrojo señalando el asiento a su lado. Era el hermano de los gemelos lindos.
—¡Claro! Pasa—hablo Harry, palmeando el asiento a su lado, el chico se sentó mirando rápidamente en silencio mirando a la ventana, mirando ocasionalmente la frente de Harry.
—... ¿Cómo te llamas?—pregunto Harry con una sonrisa, tratando de romper el hielo.
—Ron, Ron Weasley—contesto el niño—... ¿Es cierto?
—¿Qué cosa?
—¿Qué eres Harry Potter?
—Oh—Harry asintió fervientemente y levanto su flequillo enseñando su cicatriz, era raro como todos parecían asombrase al verla.
—Wow—exclamo Ron con asombro—Creí que solo era una broma de Fred y George—dijo el refiriéndose a sus hermanos, emocionando a Harry.
—¿Ellos son tus hermanos? ¡¿Son una familia de magos?!—pregunto Harry, confundiendo un poco a Ron con la rapidez.
—A...si, ellos son mis hermanos y también vinimos de familia de magos, aunque creo que mamá tiene un primo segundo que es muggle, pero no hablamos de el—dijo Ron encogiéndose de hombros.
—Debe ser increíble tener tantos hermanos—hablo Harry con una pequeña sonrisa, recordando su hogar. Todos en las cabañas tenían una pequeña familia, incluso los no reclamados, él era el único que no tenía a nadie.
—No tiene nada de increíble tener cinco hermanos—dijo ron con una mueca, llamando la atención de Harry—Soy el sexto en la familia que va asistir a Hogwarts. El mayor, Bill, era el delegado de la clase y luego Charlie fue capitán de quidditch. Percy es prefecto, y Fred y George, aunque son muy escandalosos, tiene muy buenas notas. Tengo zapatos muy grandes que llenar—se quejó Ron, mientras Harry escuchaba atentamente. ¡Está socializando!, puede que tenga un amigo.
—Eso debe ser...terrible—hablo Harry sin saber que decir. Él no lo entendía del todo, ya que nunca ha tenido hermanos, y nadie espera nada de él.
—Lo sé—siguió quejándose Ron—Incluso todo es heredado. Mi túnica era de Bill, mi varita era de Charlie, también me dieron la vieja rata de Percy—dijo Ron sacando una rata de su chaqueta, era gorda y de color gris y parecía estar dormida—Se llama Scabbers—dijo Ron. De inmediato Hedwig, que seguía en regazo de Harry, miro atentamente a la rata de Ron con hambre.
—¿Por qué tienes tu lechuza fuera de su jaula?—pregunto temeroso Ron, guardando con rapidez a Scabbers.
—No le gusta mucho estar ahí—contesto Harry con simpleza—La entiendo un poco, dudo que a alguien le guste estar encerrado en una jaula—Ron parecía querer decir otra cosa, pero una mujer que pasaba con un carrito de dulces los interrumpió.
—¿Quieren algo del carro guapos?—pregunto la mujer con una amable sonrisa. Harry se levantó de un salto espantando un poco a Hedwig, que voló cerca de la ventana. pero Harry a penas se dio cuenta, nunca rechazaría un dulce. Compro un poco de todo y lo puso en su asiento empezando a devorarse todo. Ron no tardo en unírsele y empezaron a platicar de varias cosas, tenía un amigo, pensó Harry con una sonrisa. Los dulces eran extraños, como las grageas de todos los sabores, que, a juzgar por la expresión de asco que puso Ron, sí que tiene todos los sabores. También había ranas de chocolates, que parecían estar vivas. En las cajas vienen imágenes de magos famosos, a él le toco un mago anciano con una llamativa túnica, no podía leer el cromo por su dislexia, pero parecía que el mago se llamaba, Acbus Donbujdot, un extraño nombre pensó Harry, para después guardar el cromo.
—Disculpa—hablo un chico entrando al compartimiento. Era rubio y de mejillas regordetas, parecía demasiado nervioso mientras los miraba—¿Han visto un sapo?—pregunto el chico, cuando los dos negaron el chico gimió sobre como había perdido a su mascota, saliendo del compartimiento. Harry y ron se miraron mutuamente, para después reanudar su plática. Ron saco a Scabbers y una varita, diciendo que sus hermanos le habían enseñado como cambiar de color a su mascota. Harry estaba demasiado emocionado de ver otra vez magia, al menos hasta que alguien volvió a entrar al compartimiento.
—Disculpen ¿no han visto...? Hay no, tu otra vez—se quejó la chica. Cuando Harry la vio puso una gran sonrisa, era la misma niña con la que choco. Ella lo miraba con exasperación, pero Harry no pareció darse cuenta. ¡Tenía una segunda oportunidad de hacer más amigos!
—¡Hola! ¿me recuerdas? Soy el chico con el que chocaste en el andén—dijo Harry con entusiasmo, señalándose a sí mismo.
—sí, te recuerdo—contesto la chica con los ojos entrecerrados, la niña además de tener el cabello demasiado alborotado, también tenía unos dientes delanteros muy largos—Soy Hermione Granger. les preguntaba si han visto un sapo. Neville perdió uno.
—Ya dijimos que no—contesto ron exasperado. Aun sosteniendo a Scabbers y su varita.
—Oh, ¿estás haciendo magia? Prosigue—dijo la niña sentándose en el compartimiento. Ron la miro desconcertado, pero Harry se alegró, talvez le estén agradando.
—Eh...bueno—hablo ron, aclarándose la garganta para después recitar unas palabras—rayos de sol, margaritas, vuelvan amarilla a esta tonta ratita—en cuanto termino, apunto a Scabbers, pero no pasó nada. Siguió durmiendo igual de gris.
—Al parecer el hechizo no es efectivo—dijo Hermione con una sonrisa—Yo practique varios hechizos en mi casa y funcionaron. Supongo que por aprenderme todos los libros de memoria—se regodeo con satisfacción.
—De seguro solo es por mi vieja varita—contesto Ron irritado—Pero si Harry lo hace, funcionara.
—Nunca he hecho magia—hablo Harry siendo ignorado.
—¿Por qué sería diferente?
—Por qué él es Harry Potter—contesto Ron presumidamente. Haciendo que Hermione mirara con asombro al de lentes.
—¡Harry Potter!—exclamo Hermione—He leído todo sobre ti en Historia de la magia moderna, Defensa contra las Artes Oscuras y Grandes eventos mágicos del siglo XXI.
—Te dije que él puede—hablo Ron con una sonrisa. Ambos miraron a Harry esperando un movimiento, y Ron saco a Scabbers tendiéndolo frente a él. Harry saco con un suspiro su varita. Aun sentía ese cosquilleo al sostenerla, como si fuera un imán que se pegaba a su mano.
—Okey lo intentaré—contesto Harry tomando aire—Rayos de sol, margaritas—empezó a recitar lo mismo que Ron, solo que en cambio la punta de su barita empezó a brillar con una pequeña luz amarilla—Vuelvan amarilla a esta tonta ratita—en cuanto termino, apunto su varita a Scabbers esperando que la rata cambiara de color, solo que en cambio se escuchó un sonido, como si se reventara un globo y de pronto todo el compartimiento estaba cubierto de pintura amarilla. Fue extraño, ninguno lo esperaba. Hedwig ululaba y aleteaba furiosa mientras Ron se reía a carcajadas. En cambio, Hermione parecía demasiado indignada.
—¡Por todos los cielos!—exclamo Hermione mirando su túnica negra ahora cubierta de pintura—ahora tendré que buscar un hechizo limpiador—dijo saliendo enojada del compartimiento. Harry solo miraba desanimado donde se había ido Hermione, genial, otra persona que me odia.
—Tendremos que limpiar mucho—le llamo la atención Ron, mirando toda la pintura amarilla.
Al menos pudo hacer magia.
꒷꒦˚꒦꒷
Un prefecto los había regañado fuertemente antes de limpiar la pintura con magia, Ron y Harry se estaban cambiando en el compartimiento poniéndose sus túnicas negras, después de que una voz anunciara que faltaban cinco minutos para llegar a Hogwarts. Harry estaba demasiado nervioso, sentía su estómago retorcerse y sus manos sudar. Él iba a hacer magia, ¡había hecho magia! el simple pensamiento hiso que se emocionara.
Después de un tiempo el tren se había detenido y todos los estudiantes se empujaban para salir del vagón. Ya era de noche y lo único que los iluminaba era una lámpara sostenida por alguien ya conocido para Harry.
—¡Hagrid!—grito Harry tratando de llamar la atención agitando su brazo sobre su cabeza.
——Harry, me asustaste por un momento—dijo el gigante viéndolo a través de todos los estudiantes—Que suerte que llegaste, no podía perder a otro estudiante.
¿otro?
—¡Primer año! ¡los de primer año aquí!—grito Hagrid, haciendo que los más jóvenes se dirigieran a su dirección. Con dificultad siguieron a Hagrid hacia un estrecho sendero con enormes arboles a los lados—Pronto tendrán su primera visión de Hogwarts, justo al doblar esta curva.
Casi de inmediato se produjo un fuerte ¡oooooooh!
El sendero se abría en un gran lago negro, quizás mas grande que el del campamento mestizo. En la punta de una montaña se encontraba un impresionante castillo con sus torres y ventanales.
—¡Solo cuatro por bote!—grito Hagrid señalando una flota de botecitos alineados en el lago, todos se aproximaron hacia ellos. Ron y Harry tomaron rápidamente uno, siendo seguidos por Hermione y Neville. Después de un par de gritos de Hagrid asegurándose que todos estuvieran en los botos, estos se pusieron en marcha. Se deslizaban suavemente por el lago, todos los estudiantes estaban en silencio observando el castillo
—¡Bajen las cabezas!—exclamo Hagrid al aproximarse a un peñasco. Todos bajaron las cabezas evitando ser golpeados por la gran roca arriba de ellos. Así siguieron hasta que llegaron a una especie de muelle frente al castillo.
—¡Tú el de ahí! ¿este es tu sapo?—señalo Hagrid el bote donde iba Harry.
—¡Trevor!—exclamo Neville extendiendo las manos para que el sapo se posara sobre estas.
Tuvieron que subir unas escaleras de piedra y se detuvieron frente unas gigantescas puertas de roble. Hagrid toco la gran puerta tres veces con su puño y esta se abrió de inmediato. Una bruja alta de túnica verde esperaba ahí.
—Los de primer año, profesora McGonagall—dijo Hagrid con una sonrisa.
—Muchas gracias, yo lo llevare desde aquí—contesto la profesora. Todos los estudiantes empezaron a pasar al vestíbulo. Era tan grande, que toda su cabaña podía entrar ahí. Fueron guiados por la profesora McGonagall por el pasillo, deteniéndose frente a otra puerta.
—Bienvenidos a Hogwarts—dijo la profesora McGonagall mirando a todos los estudiantes— pronto se celebrará el banquete de bienvenida, pero antes de ocupar su lugar dentro del gran comedor, deben ser seleccionados para sus casas. La selección es muy importante ya que determinara con quien estarán, quienes serán como su familia mientras están aquí. Tendrán clases con los de su casa, dormirán en los dormitorios con ellos, pasarán tiempo libre en sus salas comunes. Las cuatro casas se llaman Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Cada casa con una honorable historia y cada una con sus distinciones. Mientras estén en Hogwarts, sus logros harán que las casas ganen puntos, mientras que cualquier infracción de las reglas hará que los pierdan. Al final del año se concederá un trofeo a la casa con mayor cantidad de puntos, un gran honor. La ceremonia de selección tendrá lugar en unos minutos, les sugiero que mientras tanto se arreglen lo mejor posible.
En cuanto dijo lo último, dirigió su mirada a la capa de Neville que estaba enredada en su oreja y la nariz manchada de ron, con nerviosismo Harry empezó a tratar de peinar su cabello que estaba más revuelto de lo usual por Hedwig. En cuanto la profesora salió de la habitación, Harry se dirigió a Ron.
—¿Qué hacen para seleccionarnos?
—Creo que es un tipo de prueba. Fred dice que duele, pero de seguro es una broma—Harry empezó a tratar de reunir fuerzas. Solo es una prueba Harry. Tu puedes, te has entrenado toda tu vida para cosas como estas. De pronto unos gritos lo interrumpieron de sus pensamientos. Encima de ellos se encontraban unas personas flotando, fantasmas.
—Deberíamos perdonar y olvidar. Yo digo que hay que darle una segunda oportunidad...—dijo el que parecía un pequeño monje.
—Mi querido fraile ¿no le hemos dado ya suficientes oportunidades a Peeves? Nos ha dado mala fama a todos. Y ni si quiera es un fantasma... ¿Qué hacen ustedes aquí?—pregunto el fantasma como si se acabara de dar cuenta que estaba a la presencia de niños.
—¡Alumnos nuevos!—exclamo el fraile, con una amable sonrisa—Bienvenidos ¿están esperando la selección?—pregunto el fantasma, recibiendo algunos asentimientos, incluido el de Harry—espero verlos en Hufflepuff, mi antigua casa.
Los fantasmas estuvieron hablando por un rato hasta una voz llamo la atención de Harry.
—¡Oye!—grito alguien detrás de Harry. Al darse la vuelta pudo ver a tres chicos, y en el medio estaba el que parecía a verle llamado.
—Hay no—exclamo Harry avergonzado. Es el chico del callejón Diagon, había hecho el ridículo frente a él. Harry tenía la esperanza de no volverlo a verlo, pero al parecer no tiene tanta suerte.
—Muchos están diciendo que eres Harry Potter ¿es cierto?—pregunto el chico de manera casi acusatoria.
—Amm, ¡Sí! ...Soy Harry Potter—le contesto al rubio. El cual cambio su expresión engreída a una sonrisa.
—Oh, yo soy Draco Malfoy. Este es Crabbe y este es Goyle—se presentó Draco, señalando a dos chicos, demasiado grandes para su edad—Recuerdo a verte visto en callejo Diagon. Solo te quería decir que si necesitas encontrar mejor compañía, te podría ayudar en eso—dijo Draco mirando de reojo a Ron, extendiendo su mano con expresión presumida, como si hubiera hecho eso un millón de veces. Lo que él no contaba es que nunca le había estrechado la mano a Harry Potter.
—¡Pero claro que quiero ser tu amigo!—exclamo Harry con una intensa sonrisa mientras agitaba demasiado rápido la mano de Draco—Después de lo del callejón creí que me odiabas, fue tan vergonzoso, creí que no te volvería a ver. Que fortuna que nos hallamos encontrado—hablo rápidamente sin dejar de sacudir la mano de Draco quien se había abrumado por la intensidad de Harry—¡Oh! Este...es ron—presento Harry soltando la mano de Draco, parándose junto a ron—Es mi nuevo amigo lo conocí en el tren—siguió Harry con emoción, ¡no lo podía creer! ¡ya tenía dos amigos! sabía que era agradable.
—¿Qué tal? Malfoy—hablo Ron dejando escapar una risa junto al nombre. Haciendo enfadar a Draco.
—¿Te parece graciosos mi nombre?—pregunto frunciendo el ceño—Déjame adivinar ¿eres Weasley no? Mi padre ha hablado de ustedes, que todos son pelirrojos, con pecas, y con más hijos de los que pueden cuidar.
—¿Qué dijiste niño mimado?—exclamo Ron con enojo parándose frente a Malfoy. Inmediatamente Crabbe y Goyle se pararon frente a Draco para defenderlo.
—¡Esperen! No hay que pelear—hablo Harry, no entendía por qué se llevaban mal—Es nuestro primer día. Podemos ser amigos, ¿no?
Ambos chicos parecían estar a punto de negarse, pero una voz interrumpió el momento.
—Ya es hora, formen una hilera y síganme—ordeno llegando la profesora McGonagall, haciendo que todos los alumnos caminaran detrás de ella. Ron y Draco seguían mirándose con odio, pero Harry con una sonrisa tomo con ambas manos los brazos de los chicos, y los arrastro. Mientras la fila de estudiantes pasó por las puertas y entraron al gran comedor.
El lugar era esplendido, había cuatro largas mesas en el lugar, donde estaban sentados todos los demás estudiantes y era iluminado por miles de velas que flotaban en el aire. escucho como Hermione decía "Es un hechizo para que parezca que es el cielo de afuera. Lo leí en la historia de Hogwarts" efectivamente, parecía como si no hubiera techo, y se podía apreciar todo el cielo estrellado. Los de primer año se detuvieron frente a las mesas y la profesora McGonagall se puso al lado de un taburete y encima de este se encontraba un sombrero puntiagudo. Era viejo y sucio, y todo comedor estaba en silencio como si esperaran a que pasara algo. Entonces el sombrero se movió, se formó una rasgadura como si fuera una boca y empezó a cantar:
Oh, podrás pensar que no soy bonito,
pero no juzgues por lo que ves.
Me comeré a mí mismo si puedes encontrar
un sombrero más inteligente que yo.
Puedes tener bombines negros,
sombreros altos y elegantes.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts
y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza
que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré
dónde debes estar.
Puedes pertenecer a Gryffindor,
donde habitan los valientes.
Su osadía, temple y caballerosidad
ponen aparte a los de Gryffindor.
Puedes pertenecer a Hufflepuff
donde son justos y leales.
Esos perseverantes Hufflepuff
de verdad no temen el trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw,
Si tienes una mente dispuesta,
porque los de inteligencia y erudición
siempre encontrarán allí a sus semejantes.
O tal vez en Slytherin
harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio
para lograr sus fines.
¡Así que pruébame! ¡No tengas miedo!
¡Y no recibirás una bofetada!
Estás en buenas manos (aunque yo no las tenga).
Porque soy el Sombrero Pensante.
Todo el comedor empezó aplaudir, Harry estaba impresionado del alcance de la magia, ¡un sombro viviente! Se preguntaba si tenían algo parecido en el campamento.
—¡Entonces solo hay que probarnos un sombrero!—se quejó Ron con enojo—Voy a matar a Fred.
—Dah, es obvio ¿no te dijeron tus padres?—pregunto Draco con burla. Ron parecía dispuesto a pelear, pero Harry los callo rápidamente con un "shhhh" no quería que volvieran a discutir. La profesora levanto el sombrero del taburete y con la otra mano sostenía un pergamino.
—Cuando los nombre, se sentarán en el taburete y se probaran el sombrero—explico para después empezar a leer el pergamino—¡Abbott Hannah!—una niña rubia de trenzas se subió al taburete y la profesora le puso el sombro. Solo paso un momento hasta escuchar la voz del sombrero.
—¡HUFFLEPUFF!
La mesa de la derecha empezó a aplaudir mientras la niña se dirigía hacia la mesa. Harry vio al fraile saludar a la niña desde arriba.
—¡Bones Susan!
—¡HUFFLEPUFF!
—¡Boot Terry!
—¡RAVENCLAW!
Así pasaron uno a uno, cada casa empezó a recibir miembros. De reojo Harry pudo ver a los gemelos silbar cada que obtenían a alguien.
—¡Granger Hermione!
—¡GRYFFINDOR!—grito el sombrero, Harry pudo escuchar a Ron quejarse, el suponía que él quería entrar a esa casa, sinceramente a él le daba igual. Después fue llamado Neville, tropezó antes de subirse al taburete. Fue nombrado a Gryffindor y cuando se dirigía a su mesa, se le había olvidado dejar el sombrero, desatando risas en el comedor. Poco después fue el turno de Draco.
—¡Suerte!—grito Harry en su dirección, mientras este se dirigía al taburete.
—No la necesito—dijo Draco con demasiada seguridad. De sentó y justo cuando el sombrero toco su cabello este grito.
—¡SLYTHERIN!
Draco puso una sonrisa ladeada en su rostro mientras iba orgullosamente a su mesa, mientras tanto Harry aplaudía emocionado, el recordaba que esa era la casa a la que quería ir Draco por lo que estaba demasiado feliz por él. Ya no quedaba tanta gente. Solo se nombraron unos cuantos, hasta que fue su turno.
—¡Potter Harry!
Inmediatamente todo el comedor quedo súbitamente en silencio exceptuando los susurros de los estudiantes, todos se asomaban para poder ver a Harry Potter. y Harry a diferencia de los otros niños, se dirigió al taburete literalmente corriendo de la emoción, incluso McGonagall lo miro extrañada. Cuando el sombrero se posó en su cabeza, este le tapo los ojos, Harry no sabía que esperar, hasta que una voz lo sobresalto.
—...Vaya...un semidiós. No creí que eso fuera posible.
Harry inmediatamente se quedó paralizado, el sombrero lo sabía, ¡el sombrero lo sabía! Ya no podrá quedarse en la escuela, tendrá que volver al campamento, nunca volverá a salir y pasara toda su vida sin aprender magia y...
—Espera niño, no soy un soplón. Mi único trabajo es decir en qué casa iras.
—...Entonces ¿no me delataras?—susurro temerosamente.
—No lo hare semidiós. Si me disculpas empezare mi trabajo—Harry solo asintió ante lo que dijo relajando los hombros—mmm, veo valor y talento, vaya que lo hay. Eres leal, Hufflepuff sería bueno para ti, pero...no suficiente, no. Hay algo más... ¿Dónde te pondré? ¿Slytherin o Gryffindor?... ¿tú qué opinas, semidiós?
—¿Qué opino?
—te estoy dando la oportunidad de elegir a casa iras—Harry inmediatamente empezó a debatir mentalmente. El sombrero había dicho Slytherin o Gryffindor. En Slytherin esta Draco, pero Ron quiere ir a Gryffindor, además Hermione ya está en esa casa, aunque no le agrade mucho a ella.
¡agh! de tin marin de do pingue...
—Al parecer ya te decidiste ¿estás seguro?
—Si...creo.
—En ese caso... ¡GRYFFINDOR!—Harry sintió como le quitaban el sombrero de la cabeza, y con una sonrisa se dirigió a la mesa la cual estalló en aplausos. Percy el prefecto se puso de pie y le estrecho la mano, mientras los gemelos gritaban "¡tenemos a Potter! ¡tenemos a Potter!" causando un sonrojo a Harry. Ron no tardo en unírsele también siendo seleccionado en Gryffindor. Una vez que ya no quedaron niños para seleccionar, la profesora McGonagall enrollo el pergamino y se llevó el sombrero seleccionador.
En la mesa de los profesores un alegre Hagrid le saludad, haciendo que Harry le devolviera el saludo enérgicamente, a un lado de Hagrid se encontraba el nervioso profesor Quirrell, solo que, a diferencia del callejón, se encontraba demasiado serio y lo miraba intensamente. De pronto Harry sintió un agudo dolor en su cicatriz.
—¡Hay!—se quejó Harry, llevando su mano a su frente.
—¿Qué pasa?—le pregunto Ron, recibiendo un tembloroso "n-nada" de Harry. Él no quería arruinar su primer día en Hogwarts, por lo que decidió aguantar el fuerte dolor de su cicatriz.
De pronto se paró un hombre, vestía una extravagante túnica y un sombrero. Harry suponía que ese era el director.
—¡Bienvenidos!—dijo alegremente—¡Bienvenidos a un año nuevo en Hogwarts! Antes de comenzar nuestro banquete, quiero deciros unas pocas palabras. Y aquí están, ¡Papanatas! ¡Llorones! ¡Baratijas! ¡Pellizco!... ¡Muchas gracias!
Fue mejor que el típico discurso del sr. D.
Harry miro asombrado como toda la comida aparecían de la nada en los platos. Salchichas, estofado, pollo, filete, pudin, guisantes, bombones. todos empezaron a comer. Harry se sintió un poco incómodo, la costumbre era dar primero la ofrenda a los dioses, pero suponía que lo haría después. Ahora solo quería disfrutar las maravillas de Hogwarts.
cxxx{}:;:;:;:;:;:;:;:;:;:;:;:;:;:;:;:;:;:;>
¡Harry llego a Hogwarts! o(≧∇≦o) Hermione lo odia en este momento, pero hay que ver como lo arreglara Harry.
Siento que los capítulos me están saliendo muuuy largos.\_ヘ(-_-) tengo miedo que tarde mucho la aparición de Percy por lo que talvez en el próximo capítulo me salte algunas cosas. (⊃д⊂)
Pero bueno, hasta la próxima. (ノ^∇^)
-ℋ𝓪𝓼𝓽𝓪 𝓺𝓾𝒆 𝓵𝓪 𝓞𝓼𝓬𝓾𝓻𝓲𝓭𝓪𝓭 𝓷𝓸𝓼 𝓵𝓵𝓪𝓶𝒆
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