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El clima estaba cálido, el cielo despejado y con un hermoso color azul, solo se escuchaba el cantar de los pajaritos, el sonido del río, aquel lugar estaba decorado de forma delicada, justo en el centro, donde estaría el juez y también donde dirían sus votos los novios, había un marco de madera decorado con flores blancas y listones del mismo color. Las sillas estaban cubiertas con fundas doradas, el camino hacia el altar también estaba cubierto por pétalos blancos.
A un lado del altar estaban las mesas en donde se serviría la comida, tenían manteles blancos, decoración dorada y flores adornado en el centro, el pastel se encontraba a un lado. También había un pequeño escenario donde estaba el equipo de sonido. El lugar de la ceremonia sería en el bosque el cual se conocieron San y Woo, justo como lo quería la pareja, Moonbyul y Yesung se habían encargado de eso, contratando personas que adornaran y arreglaran, para que todo saliera perfecto.
Los invitados estaban llegando poco a poco, sentándose en sus respectivos lugares, en la espera de la ceremonia.
San estaba con sus padres y su mejor amigo, estos trataban de calmar los nervios del alfa, aunque Seonghwa no ayudaba en nada, ya que decía que Wooyoung se podría arrepentir a último minuto, el rubio amaba ver la cara de preocupación de su amigo, solo quería molestarlo un poco.
Wooyoung también estaba con sus dos madres, Yeosang se encontraba al lado del omega ayudándolo a terminar de arreglar su cabello y maquillaje. El pelirosa estaba feliz por la boda de su amigo.
Los dos chicos estaban nerviosos y felices, el día había llegado, aquel por el cual habían esperado con muchas ansias, ya querían verse el uno al otro.
Yeosang regresaba a su asiento, en el camino se encontró con Seonghwa, este llevaba un traje negro que se ajustaba a su cuerpo, el cabello rubio peinado hacia atrás, mentiría si dijera que el alfa no se veía demasiado sexy y guapo.
—Seonghwa... —el hada se sorprendió al escuchar el nombre del alfa salir de sus labios, lo había llamado inconscientemente.
—Hola Yeosang hyung, se ve muy bien. —el alfa le regalo una pequeña sonrisa, el hada llevaba un traje azul marino que le quedaba demasiado bien. —Iré a mi lugar... —Seonghwa hizo una pequeña reverencia y dio la media vuelta, dejando a Yeosang confundido.
El hada se dio cuenta que Seonghwa no lo había llamado por aquel tonto apodo, ya no lo hostigaba como antes, eso era bueno ¿no? Pero...
¿Por qué se sentía triste? Al contrario, debería estar feliz.
Decidió ya no pensar más y fue a sentarse en su lugar, justo donde estaban los invitados de los Jung, giro su rostro hacia donde estaba las sillas de los Choi y vio por última vez a Seonghwa, este sonreía mientras conversaba con la abuelita Dami.
Al otro lado los Choi ya estaban listos.
—Hijo, ya es hora, en unos minutos tienes que estar en el altar. —Wheein habló, San se levanto y una sonrisa surcaba en sus labios. —Tu abuela me llamó, ella ya está ahí, Seonghwa también se adelantó. —
— ¿Estás listo, San? —Yesung pregunto, el ojigris asintió. —Me siento nostálgico, mi hijo se va a casar. —el pelinegro abrazo a San. —Te deseo toda la felicidad del mundo, cuida y mima mucho al pequeño Wooyoung, tu omega debe ser tu prioridad, amalo y protegerlo siempre. —
—Gracias por tus consejos papá, siempre cuidare de mi hadita... —
—Si lo haces llorar no olvides que tu madre te dará una lección y sabemos muy bien que da miedo cuando se enoja... —
—Yesung, deja de asustar a nuestro hijo, bueno, mis preciosos alfas, es hora de irnos. —Wheein entrelazo su brazo con el de su hijo y los tres se dirigieron hacia el lugar. Pasaron por el camino de pétalos blancos y dejaron a San en el altar en la espera de su omega.
Mientras tanto Wooyoung también estaba listo, jugaba con sus deditos, esperando el momento, las voces de las personas se escuchaban, Yeosang le había dicho que San ya estaba esperándolo.
—Bebé, es hora... —Yongsun llegó y tomó la mano de su hijo. —No estés nervioso, te ves precioso. —
—Vamos, Wooyoung... —Moonbyul entrelazo su brazo con el de su hijo, Yongsun hizo lo mismo, cada una estaba al lado del omega. Los tres se colocaron en la entrada, esperando a que la música empezara, Wooyoung suspiro y calmo su agitado corazón.
La preciosa melodía del piano se escuchó, esa era la señal, el omega vio a sus dos progenitoras y les sonrió. Lentamente avanzaron hasta llegar al camino de pétalos, Wooyoung levanto su vista, los ojos de todos los invitados estaban puestos en él, eso hizo que su nerviosismo aumentará.
Solo bastó que los ojos azules del omega conectarán con los grises de del alfa, con verlo todo en él se calmó. En ese momento todo a su alrededor desapareció, en el lugar solo estaban ellos dos, sonriéndose y limpiando algunas lágrimas de felicidad que habían salido.
Wooyoung vio por completo a su Sannie, aquel traje blanco que se ajustaba al delgado y trabajado cuerpo, el cabello negro adornado con aquellas mechas rojas estaba peinado hacía un lado, esa preciosa sonrisa de hoyuelos que amaba tanto y aquellos tiernos ojos grises que lo veían con amor puro, había caído una vez más por el alfa.
San estaba abrumado, por lo precioso que se veía su Woonie con aquel delicado traje blanco que se ajustaba a su cuerpo, el cabello morado partido en dos con ondas en las puntas, una linda corona de flores blancas adornaba su cabeza, el delicado rostro levemente maquillado y en sus abultados labios surcaba una sonrisa, esa que le hacía dar suspiros enamorados, su omega era perfecto.
Cuando estuvieron cerca los dos se sonrieron con ternura, San tomó la mano de Wooyoung, dejando un pequeño beso en los nudillos.
—San, por favor cuida mucho a nuestro Wooyoung, él es nuestro pequeño tesoro, confiamos en ti. —habló Moonbyul.
—No se preocupen señoras Jung, tengan por seguro que lo cuidare con mi vida. — La pareja giro dirigiéndose hacia donde estaba esperándolos el juez.
Se vieron fijamente y sonrieron, solo con la conexión de sus miradas, sus corazones se comunicaban.
—El día de hoy estamos aquí, para presenciar la unión de esta pareja, hoy darán un gran paso, de ahora en adelante tendrán que enfrentar muchos desafíos, saltar obstáculos, también vendrán muchos cambios, pero solo confíen en el poder de su amor y sean muy unidos. —El juez empezó con la ceremonia, todos escuchaban atentos a lo que decía.
San y Wooyoung estaban ansiosos por decir sus votos, los dos se veían y sonrían con complicidad, sostenían sus manos con fuerza, sintiendo a sus lobos removerse con felicidad. Aun no asimilaban lo que estaba pasando, sentían que todo era un sueño, pero estando ahí, juntos, sus manos entrelazadas, sintiendo la calidez del otro, eso les decía que todo era real.
—Pueden traer los anillos por favor. —En el instante Seonghwa apareció entregándoles la caja en donde estaban aquellos dos brillantes aros. —Empezaremos con los votos, Joven Choi puede decirlos... —
El alfa tomó el anillo, giro quedando frente a su omega, carraspeo un poco y sonrió con ternura. Tomó las manitas del menor, dejando suaves caricias, los ojitos azules de Wooyoung lo veían llenos de ilusión y San solo se perdió en aquella dulce mirada.
—Llegaste un día como un sueño, haciendo temblar mi corazón, cambiando mi vida en el instante, nunca me imaginé que aquel bello chico que conocí justo en este lugar se convertiría en mi mundo, desde que te vi supe que no te dejaría ir, que fuiste hecho para mí. Tú y yo sabemos todo lo que pasamos para estar juntos de nuevo, mi precioso Wooyoung gracias por amarme, cuando te sientas triste estaré ahí para ti, festejare tus logros, velare tus sueños, te cuidare y protegerte con mi vida, en mis brazos te puedes sentir seguro, no te defraudare, solo confía en mí. —
El alfa estaba con sus emociones a flor de piel, sus manos temblaban, la felicidad que sentía en ese momento era demasiada.
—Yo, Choi San, prometo amarte por siempre, estaré contigo en las buenas y las malas, en la salud y enfermedad, nada ni nadie nos podrá separar, porque en nuestro destino está escrito. —San deslizó el anillo en el dedo de Wooyoung, tomó la mano y dejó un cálido beso en el dorso de esta. —Woonie, tu eres mi razón, mi paz, mi luz, mi todo, gracias por hacer que mi corazón se sienta como un cálido día de verano cuando estoy a tu lado. —se acercó al rostro de su omega besando la sonrojada mejilla, se separo y aun con su vista fija en él hablo. —Te amo, mi hadita. —
—Mi mundo era gris, vacío y aburrido, hasta que lo conocí. Mi bello Sannie, con actitud infantil, el que me llena de mimos y besos, el que siempre susurra al oído preciosas palabras de amor, el que me apoya en todo, levanta mi ánimo y me dice cada día lo hermoso que soy... Quiero cuidar su corazón y su linda sonrisa, mi amor por usted nunca cambiará, quiero sostener su mano por siempre, un futuro sin usted es un mundo sin color, ya que su presencia llena mi vida de preciosos, brillantes y cálidos colores. —
El omega tomo el anillo, su pancita y pecho burbujeaban por lo nervioso que estaba, pero la felicidad que sentía era más fuerte.
—Yo, Jung Wooyoung prometo amarlo por siempre, estaré con usted en las buenas y en las malas, en la salud y enfermedad, nada ni nadie nos separará, porque en nuestro destino está escrito. —Wooyoung sonrió, tomó la mano de San, deslizando aquel anillo dorado en el pálido dedo. —Usted es mi arcoíris en mis días grises, por favor quédese a mi lado y sonaríamos juntos. —se colocó de puntillas besando la mejilla de su alfa. —Te amo lobito... —
— ¿Choi San, aceptas a Jung Wooyoung como tu omega y esposo? —
—Sí, acepto. —el alfa respondió sin titubear, sus preciosos hoyuelos resaltaban más que nunca, debido a la sonrisa llena de felicidad que estaba plasmada en su rostro.
— ¿Jung Wooyoung, aceptas a Choi San como tu alfa y esposo? —
—Sí, acepto. — Wooyoung sentía su corazón cálido y todo su ser estaba lleno de felicidad, sus ojitos desaparecieron en una tierna línea cuando sonrió.
—Les deseo felicitad abundante, desde ahora son esposos, sus vidas están entrelazadas, que sean felices, los dos pueden sellar su pacto de amor. —
San y Wooyoung entrelazaron sus manos, sus miradas fijas, sus ojos brillaban mostrando felicidad y amor, sus corazones decían que pronunciaran aquellas palabras, las cuales era un juramento solo entre ellos dos.
—Porque tú eres mío... —habló San.
—Y yo soy tuyo... —wooyoung le siguió.
—Por siempre... —los dos hablaron al unísono.
Lo que sentían no sólo era amor, estaba mucho más allá de aquellas cuatro letras.
Acortaron la distancia, juntando sus labios en un cálido y dulce beso, sus belfos se movían con parsimonia disfrutando del mágico momento, era su primer beso como esposos y eso lo hacía mucho más especial, los aplausos se escuchaban en el fondo. Los dos se separaron con lentitud, regalándose miradas y sonrisas tiernas.
—No llores Woonie. —San limpió las lágrimas que estaba en las mejillitas de su omega.
—Son lágrimas de felicidad, pero usted también está llorando, hyungie. —Woo limpio las mejillas de su alfa.
—Es porque también estoy muy feliz. —envolvió en un fuerte abrazo a su ahora esposo. —Te amo demasiado, Choi Wooyoung. —
—Me gusta cómo se escucha mi nombre... —dio una pequeña risita
—Te amo más, Sannie... —El omega restregó su nariz en el pecho de su esposo.
Tomaron sus manos y bajaron del altar, para empezar a caminar, todos sus familiares y amigos estaban ahí, estos aplaudían.
—Hyungie, lo logramos, pasamos por muchas cosas, pero al fin estamos juntos y estoy demasiado feliz... —
—Lo logramos, mi amor, como lo prometimos, juntos por siempre... —San se inclino dejando un dulce beso en la sien de su esposo.
—Hyung cierre la boca, se le está cayendo la baba... —
—Cállate Hwa... —San siguió viendo hacia un punto en específico o mas bien a alguien.
—Seonghwa tiene razón, no ha dejado de ver a Wooyoung Hyung. —Este era Mingi, San era su amigo y por nada del mundo se iba a perder la boda.
—Es que se ve tan lindo, parece un pequeño ángel, cada segundo me enamoró más de él. —San suspiro, Woo estaba hablando con algunos de los invitados, cada vez que este sonreía, el alfa suspiraba enamorado. —Solo miren lo precioso que es, pensándolo bien mejor no lo vean, es mío. —
—Claro que soy suyo, hyungie. — Wooyoung llegó a la mesa en donde estaban sus amigos.
—Hadita... —San tomó por la cintura a su esposo y lo sentó en su regazo, lo abrazo y dejó un besó en la sonrojada mejilla.
—Hong hyung, me alegra mucho que haya venido a mi boda. —Woo le sonrió al beta.
—Aunque ya no trabaje con los Jung, siempre seremos amigos, además por azares del destino mi novio también fue invitado. —el castaño vio a Mingi y este le sonrió con ternura.
—Por todas las hadas ¿aquí todos se conocen? Siento que soy un extraño en su grupo de amigos... —Yeosang que se había mantenido callado, por fin habló.
—No eres el único, Yeosang. Me sorprendió al saber que Mingi estaba enamorado de mi Yunho Hyung... —Jongho abrazó a su pareja.
—Osito, eso fue en el pasado, ahora Mingi tiene a Hongjoong, no seas celoso. —
— Seonghwa, Mingi y yo, nos conocemos porque vivíamos en el mismo vecindario y Hongjoong estaba en nuestra misma universidad. —respondió San.
—Hongjoong Hyung trabajo un tiempo en mi casa, pero no sabía que él conocía a Yunnie Hyung, a Hwa y a mi Sannie. —habló Wooyoung.
—Todo es una cadena, al final todos se conocían, el mundo es tan pequeño. —Yeosang suspiro y siguió comiendo de su pastel.
—Seonghwa, te has mantenido muy callado, es raro que no estés revoloteando alrededor de Yeosang. —Jongho habló y todos fijaron sus vistas en los dos chicos mencionados.
—Lo de Yeosang Hyung fue un enamoramiento corto, me di cuenta que realmente no me gustaba, solo somos amigos ¿verdad Hyung? —Seonghwa vio al hada y le regaló una sonrisa falsa.
—S-si, somos amigos... —Yeosang trato de sonreír, no entendía el porqué aquellas palabras le habían dolido, su mente y corazón estaban muy confundidos.
—Chicos, no sé si ya se dieron cuenta, pero San y Wooyoung se escaparon. —Jongho había sido el primero en darse cuenta. Los seis chicos, buscaron con la mirada a la pareja pero esta no se veía por ningún lado. —Creo que ya fueron a fabricar cachorritos... —
—Osito, no digas esas cosas, mejor termina de comer tu pastel... —
—No me regañes cariño, solo digo la verdad. —Jongho puchereo.
—Hyungie ¿qué me quiere mostrar? —Wooyoung llevaba sus ojos cubiertos y San lo guiaba.
—Ya falta poco, es una pequeña sorpresa... —San sonrió cuando llegaron al lugar, se colocó detrás de su omega y retiro la venda de los ojos.
—H-hyungie... —Woo abrió su boquita sorprendido. —Mando a decorar nuestro árbol... — este estaba decorado con rosas que rodeaban todo el tronco, además habían luces y lámparas colgando, con algunas velas en el suelo. —Todo se ve muy lindo. —
—Este árbol es nuestra conexión, aquí inicio todo, tenemos muchos recuerdos. En el pasado morimos aquí, pero en el presente nos reencontramos en este mismo lugar e hicimos un juramento, por eso prometí que cuando nos casáramos te traería aquí. Es nuestro lugar especial... ¿Te gusta? —
—Como no me va gustar, se ve hermoso. —Wooyoung se acercó al árbol y colocó su manito en el tronco. —Hyungie, gracias por esta linda sorpresa. —el omega sonrió.
—Choi Wooyoung, te amo... —el omega al escuchar su nombre, abrió sus ojitos y las mejillas se pintaron de un rojo cereza.
—Lo digo nuevamente, me gusta cómo se escucha mi nombre. Yo también lo amo mucho. —cubrió su carita roja con sus dos manitos.
—Mi hadita bonita, amo cuando te sonrojas... —San se acercó al menor y lo abrazo.
—A-aun no me creo esto, estamos casados, ahora usted es mi esposo,
es solo mío. —Wooyoung abrazo con más fuerza a su alfa, impregnado su aroma en él.
—Así que mi Woonie resultó ser muy territorial... —
—Siempre lo he sido, pero nunca lo digo... —Wooyoung levanto la cabeza y vio el rostro de su pareja. — ¿Sannie es mío? —
—Si, Sannie es todo tuyo, no te preocupes por eso, no me iré de tu lado. —San se inclinó y dejó un pequeño beso en los labios de su esposo.
—Su hadita esta muy feliz... —
—Tú eres mi hadita, la luz de mis ojos, este alfa es completamente tuyo, Woonie. —San llevó la manita del omega y la colocó justo donde estaba el corazón.
—Mi corazón y todo mi ser le pertenece, mi bello Hyungie. —Los dos rompieron la distancia, uniéndose en un dulce beso, este era lento y lleno de amor, lentamente se separaron, los dos se vieron a los ojos y sonrieron.
Escucharon música a lo lejos, esa era la canción que bailarían, los dos estaban tan metidos en su burbuja que se habían olvidado de regresar a la fiesta.
—Hyungie, esa es nuestra canción, debemos regresar. —
—No, mejor bailemos aquí, además es nuestra boda podemos hacer lo que queramos. —
—Pero, no se escucha casi nada. —
—Entonces yo cantaré la letra de la canción para ti. —San tomó la mano de su omega. — ¿Linda hadita, me concede esta pieza? —Wooyoung asintió.
—Claro que acepto, hyungie bobito. —Wooyoung empezó a reír, amaba las locuras de su alfa.
San enredo los brazos de Wooyoung en su cuello, con sus dos manos tomo la cintura de su pareja, empezaron a balancearse lentamente, el omega daba pequeñas risitas divertidas y el alfa besaba la nariz de su esposo.
—El comienzo del día también me tiene a tu lado... —San empezó a cantar cerca del oído de su pareja. —Me dejaste solo, me hiciste sentir nervioso, cuando las nubes cubrían mi corazón llegaste con tu cálida voz, bebé me estoy enamorando de ti... —
Wooyoung tenía sus ojos cerrados disfrutando de la melodiosa y preciosa voz de su hyung, amaba cuando él le cantaba, le parecía muy lindo. Su alfa era el mejor.
—Te amo, nuestro amor es verdadero, por favor abrázame, el tiempo continua. Te amo, nuestro amor es verdadero, no me dejes ir. —San abrazo con más fuerza el pequeño y cálido cuerpecito. —Al final de un día cansado siempre me sonríes, cuando estamos juntos me siento cómodo, aléjate de ese frio y ven a mí, tendrás mi calidez. —
Siguieron balanceándose de un lado al otro, San susurraba aquella canción, estaban metidos en su burbuja, olvidando todo a su alrededor y concentrados en ellos mismos. Dándose pequeños besos y suaves carisias, embriagándose con el aroma del otro.
Al final, fueron regañados por sus padres por dejarlos plantados, al terminar la fiesta la pareja de esposos se despidieron, ya que su vuelo para la luna de miel los esperaba.
—Hyung, ya estamos en su apartamento. —el rubio con cuidado dejó acostado al hada en la cama. —Si no aguanta el alcohol, no debería de tomarlo. —
—P-pero hoy era un día especial, mi Wooyoungie se caso. —Yeosang se sentó en la cama. —
—Está bien, ahora me voy, buenas noches... —el alfa iba a salir de la habitación pero sintió unos brazos envolverse en su su cintura.
—Seonghwa, n-no te vayas. —
—Hyung... —Seonghwa se giro y vio el rostro del mayor, perdiéndose en aquellos ojos azules que tanto amaba.
—Seonghwa, lo siento... —el hada tomó el rostro del alfa, haciendo que este cayera encima de él, sin llegar a lastimarlo. —L-lo siento. —sin decir más besó a Hwa, solo fue un pequeño toque de sus labios, pero el alfa se separó en el instante, levantándose y viéndolo con rostro entre sorprendido y enojado. —¿Hwa? —
—Yeosang hyung deje de confundirme, si no le gusto, entonces no me de ilusiones, me duele mucho cuando me rechaza, ahora viene y me besa como si nada. —
—Seonghwa, escúchame... —
—Me prometí olvidarlo ¡así que deje de jugar con mis sentimientos! —Seonghwa limpió algunas lágrimas traicioneras que habían salido, dio la media vuelta saliendo de la habitación.
—L-lo siento... —Yeosang restregó con las dos manos su rostro, estaba frustrado, aquellas palabras fueron como una daga en el corazón, el tenia la culpa, siempre alejo y le dijo palabras hirientes a Seonghwa, estaba muy confundido, al final solo había logrado lastimar a ese dulce alfa que no tenía la culpa de nada.
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Aquí les dejo fotos de las cuales me inspiré para escribir este capitulo...
Holi, aquí Hope🦋 reportándose con nueva actualización...✨
Amé demasiado escribir este capítulo, creo que es el más largo que he escrito jajaja.. ¡Al fin la boda de nuestro algodón y la hadita!... Soy lágrimas ¿Que les pareció? ❤🦋
La canción que estaba cantando San es I.L.Y de The Rose🌹 por si quieren escucharla, es preciosa y el grupo también es arte.❤🤧✨
Gracias por leer, espero les haya gustado. Los amo mucho algodones preciosos... 😙❤✨
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