"Aquel chico de cabello negro con mechas rojas caminaba por el bosque, estaba recorriendo su territorio, a la vez que buscaba leña para su chimenea.

El ambiente era tranquilo, los pajaritos cantaban, al igual que los grillos y otros animalitos estaban a los alrededores, el sonido del río se escuchaba a lo lejos, se dio cuenta que ya estaba en el límite de su terreno, al otro lado se encontraba el reino de las hadas, aunque nunca había visto una, pero siempre tuvo curiosidad de cómo eran.

Cuando giró su cuerpo sus oídos pudieron detectar algunas voces, así que la curiosidad le gano; fue a ver de quienes se trataba, dejó la leña en el suelo y empezó a adentrarse entre los arbustos. Sus ojos se abrieron al ver a dos chicos sentados en el suelo y rodeados de animalitos, aquellas hermosas alas en su espalda le decía que eran hadas.

—Yeosangie, mi madre nos reprenderá por haber escapado de Fairy Heart. —el chico de cabello morado habló, en su voz se escuchaba la preocupación.

—Príncipe hoy cumple veinticinco años, solo quería darle un regalo, se que le gusta jugar con los animalitos del bosque, no se preocupe regresaremos pronto. —el hada de cabello rosa sonrió mientras jugaba con las orejitas de un pequeño conejito.

—Yeosangie, tienes una ardilla en tu cabeza. —el hada con grandes alas moradas que parecían de cristal empezó a reír, sus mejillas con pequeños brillos se abultaban y sus ojitos desaparecían.

—Wooyoungie también tienes una ardilla en tu hombro. —las dos hadas empezaron a reír.

El alfa quedó fechado en el instante, su lobo se había removido, aquel chico con cabello morado era precioso, sintió como su rostro se calentó, en sus cortos treinta años nunca había sentido algo así, bajo la cabeza su vista estaba fija en el suelo tratando de calmar su agitado corazón.

Cuando levanto su rostro para seguir viendo lo que pasaba entre las hadas sus ojos grises habían conectado con unos hermosos y brillantes ojos azules.

—Hola ¿eres un lobo? —el rostro del hada estaba muy cerca del suyo. —Te vi a lo lejos, quería saludarte. —Sonrió.

San entró en pánico, su cuerpo no se movía y su lobo estaba inquieto, el aroma a rosas que desprendía el hada lo tenía hipnotizado.

—Y-yo... —el alfa se dio un golpe mental por balbucear.

—Príncipe no hable con extraños. —el pelimorado fue jalado por la otra hada. —Regresemos al reino, no quiero que la reina nos castigue. —

—Adiós lobito... —el ojiazul se despidió de él moviendo su manita.

Los dos chicos desaparecieron, San pudo salir de su trance y respirar tranquilo.

"Wooyoung"

Aquel nombre revoloteaba en su cabeza, al igual que esa preciosa sonrisa y ojos azules.

El alfa regreso muchas veces al mismo lugar, quería ver de nuevo al hada que invadía sus pensamientos, algunas veces tenía suerte de verlos pero otras no, se subía a un gran árbol para que no pudieran notarlo. San había caído en las redes del amor, se había enamorado de aquella hada de la cual solo sabía su nombre.

Por eso aquel día cuando lo encontró herido en el bosque y siendo perseguido por los cazadores su corazón dolió, no dudó en ayudarlo y defenderlo, aunque cuando el chico despertó no lo había reconocido.

San pasaba sus delgados y pálidos dedos entre los cabellos morados, su pequeño suspiraba y balbuceaba entre sueños, el alfa sonreía, amaba ver a Wooyoung mientras dormía, sus mejillas eran rosaditas, su boquita entreabierta, y sus cabellos despeinados, era demasiado tierno.

—Woonie levántate amor. —empezó a despertarlo dejando pequeños besos en el rostro. —No seas perezoso. —

—Hyungie no muerda mis mejillas. —la voz adormilada del pequeño omega se escuchó.

—Te quedaste dormido a la mitad de la película. —jalo las mejillas. —Recuerda que hoy tenemos que ir a tu casa, nuestra familia se conocerá. —

Wooyoung se levantó de golpe quedando sentado en el sofá. — ¡Hoy veré a papá Yesung y a mamá Wheein! —empezó a dar brinquitos en su lugar. —Vamos hyungie, tenemos que arreglarnos. —

—Estoy algo nervioso. —

—Yo también... —se abalanzó abrazando el cuerpo de su alfa. —Ya quiero casarme con usted. —

—Yo también ya quiero casarme contigo amor. —se aferró con fuerza al abrazo, sintiendo el pequeño y cálido cuerpecito de su omega. —Porqué tu eres mío y yo soy tuyo, por siempre. —dijo el alfa en un pequeño susurro.

Wooyoung quedó paralizado en su lugar al escuchar aquellas palabras, algo en su corazón le decía que las había escuchado en algún lugar pero no sabía en donde. Sintió que algo dentro de él se descontrolo.

—Woonie tus alas salieron... —San sabía que el omega se transformaba cuando estaba nervioso ya que aún no podía dominar sus magia. — ¿Estás bien, amor. —

—S-si, lo siento, no sé que me pasó. —sonrió tratando de tranquilizar a San, empezó a respirar tratando de relajarse, haciendo que sus alas desaparecieran.

— ¿Te sientes mejor? —Wooyoung asintió.

—Iré a darme un baño, no quiero que se nos haga tarde, ya quiero ver a sus padres. —Wooyoung había vuelto a la normalidad. —Hyungie, no se quede ahí. — San asintió

—Ya voy amor... —vio como su hadita entraba a la habitación, pero aún seguía preocupado. Nunca debió mencionar aquellas palabras.

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—Hyungie, corra. —un emocionado Wooyoung estaba en la puerta de su casa. —No sea lento. —

—Tranquilo Woonie. —San al fin había alcanzado a su novio.

Abrieron la puerta y se dirigieron a la sala, se escuchaban algunas risas, los dos se vieron sin entender nada, cuando llegaron y vieron lo que pasaba sus nervios se fueron.

—Eres muy fuerte Jung. —Yesung y Moonbyul estaban en el suelo jugando con la vieja consola de videojuegos de Wooyoung.

—Hace mucho que no jugaba, la empresa me tiene ocupada, pero creo que aún se manejar esto. —los dos alfas sonrieron.

—Aquí mi pequeño tenía dos años... era muy tierno ¿verdad? —Yongsun y Wheein veían los álbumes.

—Wooyoung desde bebé ha sido así de lindo y tierno. —las dos mujeres sonrieron mientras seguían viendo las fotos.

—Me preocupe por nada. —San susurro, pero Woo logró escucharlo.

—Le dije que se iban a llevar bien. —Wooyoung le sonrió y se adelantó. — ¡Ya estamos aquí! —gritó haciendo que los mayores se asustaran, Solar dejó caer el álbum y Moonbyul perdió la partida.

—Wooyoung, perdi por tu culpa. —Moon lloriqueaba.

— ¡Nuestro Wooyoung está aquí! —Los señores Choi se levantaron y abrazaron con emoción al pequeño omega.

—Ni siquiera se dieron cuenta de que también estoy aquí. —San hizo un puchero.

—Cállate San, ni siquiera nos llamas seguido, mal hijo. —habló Wheein.

—En cambio Wooyoung nos envía mensajes y nos llama, aprende de tu omega. —Yesung vio a su hijo y le saco la lengua.

—No seas infantil, Yesung. —San también le sacó la lengua.

—Ustedes dos dejen de pelear. —Wheein tomó por las orejas a los dos alfas. —Ahora quiero que se abracen. —Estos obedecieron las órdenes de la omega. —Así me gusta. —

—Por tu culpa mamá se enojo y me avergonzó delante de mis suegras. —San susurro en el oído de su padre.

—Por tu culpa, me quedaré a dormir en el sofá, niño malcriado, no soy Yesung, dime Papá. —el mayor también susurro el oído de su hijo.

—Ustedes dos que tanto susurran. —la rubia habló cuando los dos alfas se separaron.

—Nada, solo nos estábamos pidiendo perdón, ¿Verdad, San? —colocó su brazo en el hombro de su hijo.

—Si mamá, ya nos pedimos perdón. —San abrazo a su padre. —Me debes una Yesung. —

—Cállate mocoso, tu madre aún nos está viendo. —

—Así que ellos serán tus futuros suegros, los Choi no esconden como son. —Moon habló y Wooyoung asintió feliz. — ¿Qué piensas tu Solar? —

—Son divertidos, me gustan. —Solar sonrió. —Desde el inicio nos llevamos bien, ya amo a los Choi. —

Wooyoung que estaba en medio de sus dos madres sonrió.

—Woonie, sálvame... —San llegó corriendo hacia el omega. —Mi madre da miedo. —

—Disculpen la escena que acaban de ver, pero alguien tenía que poner en su lugar a esos dos. —Wheein frunció su ceño. —San deja de hacerte la víctima delante de Wooyoung. No sé cómo soportan a mi hijo. —

—San es muy tierno, Solar y yo lo queremos como a un hijo, a veces nos hace reír, me gusta su forma de ser, hiperactivo pero lindo. —Moonbyul había dicho la verdad, en poco tiempo San se había ganado su confianza.

—Me alegra que acepten a San, a veces se va de este mundo o dice tonterías, pero es mi culpa ya que lo deje caer cuando estaba pequeño. —Yesung se unió a la conversación.

—Papá... —San estaba con sus mejillas rojas y Wooyoung le daba mimos. Pero al ver que todos sonriendo hizo que se calmara.

—Creó que llegue demasiado tardé, yo también quiero unirme a ustedes. —

— ¡Abuelita Dami! —San corrió y abrazo a la mayor. —Te extrañe mucho. —

— ¡Abuelita Dami! —Wooyoung con ojitos llorosos se unió al abrazo.

—Yo también los extrañe, mis pequeños. —la omega mayor dejaba besos en las mejillas de los menores. 

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Nuevo capítulo!!!🦋❤✨

Espero les este gustando la historia, aunque a veces tardo en actualizarla, jejeje😳❤✨

Algodones, cuídense mucho, les envió besitos❤✨

Gracias por leer❤

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