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°◌⿻ˊyou are golden. ── 💫 :: fase tres.

Título: You Are Golden. ▎
Tema: Melancolía en San Valentín. ▎
Anime: Owari No Seraph. ▎
Ships: GurenShin. ▎
Personaje (s): Guren Ichinose y Shinya Hiiragi. ▎
Advertencia: Narración en primera persona, Angst, Tema delicado, AU. ▎
N° de Palabras: 2.148 ▎

Ahí estaba yo; acostado en mi cama con la mirada perdida viendo hacia el techo, mi habitación estaba completamente oscura ya que era de noche y no tenía ganas de encender la luz o la lámpara que tenía en mi mesita la cual estaba a un lado de mi cama.

De casualidad, quise saber la hora en la que estaba; así que giré mi cabeza para ver y como lo suponía, eran exactamente las 00:00 de la medianoche. ¿Qué significaba? Que ya el día siguiente estaba comenzando, y justo era cuando cae la festividad que ahora me trae amargos recuerdos, 14 de febrero, Día de San Valentín.

Volví mi mirada hacia el techo y una leve sonrisa apareció en mi rostro, pero no estaba sola, unas cuántas lágrimas empezaron a salir de mis orbes mientras rodaban por mis blanquecinas mejillas y caían en mi cuello, dándome alguno que otro pequeño escalofrío por lo frías que estaban y de por sí, el ambiente en mi habitación era totalmente frío y desolado.

Eso empezó desde que te fuiste; lo peor es que ya a estas alturas me sigo preguntando, ¿por qué lo hiciste? ¿por qué me dejaste? ¿por qué el mundo quería que sufriera de esta manera?

Mi leve sonrisa desapareció, las lágrimas empezaron a salir con más fluidez y sabía que mi expresión era de total dolor. Tomé una de las almohadas que tenía a mi lado y la abracé con fuerza, imaginándome que eras tú.

No, no quería otra vez pasar por esto pero sabía que era inevitable, siempre me pasaba cada vez que te recordaba.

¿Recuerdas cuando hablábamos?

De lo que pudimos haber sido, de nuestro futuro. Todas las noches sin falta, esa era nuestra conversación, y más me alegraba que nunca te cansaras de ellas. Esos momentos especiales en que compartíamos mismos pensamientos, esos en los que solo éramos tú y yo.

Recordar eso, hizo que por reflejo apretara mi mano como si la tuya estuviera sobre ella, tomándola con fuerza como era antes.

Y también recuerdo que hablábamos de recorrer el mundo; en donde yo te mostraría todo lo que vi durante mi infancia y adolescencia. Me había decidido a llevarte a cada lugar a donde fui y poder ver; en tus hermosos ojos, ese brillo tan característico de ellos. Ese brillo que reflejaba lo mucho que admirabas algo, cualquier cosa, cualquier detalle. Era una maravilla ante tu visión.

Me duele tanto... que ya no pueda cumplirte con eso.

Ahora intento pensar en las palabras que nunca tuve la oportunidad de decir, aquellas palabras que cambiarían nuestras vidas como siempre lo quisiste, como siempre lo quisimos. Y a pesar de que ya no te estés aquí, ya no estés a mi lado, quedarán guardadas en mi corazón, hasta que algún día tenga el valor de decirlas y aunque se que las escucharás, no habrá respuesta y solo, serán más palabras que el viento se llevará.

Todo lo que teníamos, tanto buenos como malos momentos quedarán en mi mente porque ya es lo único que me queda para recordarte. No quiero que se vayan, no quiero borrar, no quiero olvidar, no quiero dejar atrás lo único que me queda de ti.

Nunca pensé que diría adiós tan pronto, nunca pensé que eso llegaría a pasar. Siempre pude ver que eras una parte importante de mí, eras esa mitad que me faltaba en mi vida, eras quién me complementaba, eras quién me hacía sentir satisfecho.

Ni siquiera las grandes cantidades de dinero que tengo, se podían comparar contigo, ¿y sabes por qué? porque tú eras oro. Pero no esa clase de oro que encuentras y ya la utilizas para tus propios bienes, no.

La clase de oro valioso que es casi imposible de encontrar.

La clase de oro que brilla en la total oscuridad.

La clase de oro que te hace sentir bien consigo mismo.

Esa clase de oro, eras tú.

Y ahora que lo perdí, te perdí por completo... desearía saber como seguir adelante. Porque estoy muy seguro que lo estarás deseando, ¿cierto? que quieres que ya me olvide de ti, pase la página y comience un nuevo capítulo, ¿verdad?

Supongo que te deberás imaginar que gracias a esto, gracias a ti, he pasado noches y noches sin dormir pero es porque me hace faltan nuestras conversaciones, ¿okey? Trato de aguantar, trato de no imaginarme tu cálida voz hablándome y tus suaves brazos abrazándome pero ¡es muy difícil porque te extraño demasiado!

Sin darme cuenta, ya estaba reventando en lágrimas, podía escucharme a mi mismo como gritaba en la habitación sin importarme si alguien lograba escucharme. Necesitaba desahogarme como siempre lo hago, necesitaba una cura de este horrible dolor que siento, te necesitaba a ti.

Cada vez que te extraño, cada vez que me pongo a pesar en ti justo ese día en el que creí que no te perdería pero fue todo lo contrario, me pongo a escribir en un diario. Sí, empecé un diario desde aquel momento pero ¿sabes lo que anoto en el? Cada una de tus palabras; las frases lindas, las graciosas burlas, las pocas cosas que me llegaste a decir cuando peleábamos, tus enigmas llenos de misterio, tus decisiones e indecisiones, absolutamente todo. Y cada cosa, la enmarcaba con con un color distinto para que cuando quisiera leer algo en específico, lo pudiera buscar de forma más rápida y me lo imagino como si lo estuvieras diciendo tú.

Debes entender que no hay nada ni nadie que pueda reemplazarte; si para ti es difícil verme de esta forma, para mí es difícil aceptar esto.

Ya sé que ha pasado un año, pero ni tú ni yo tenemos la culpa de que lo que pasó ese día justo tuvo que ser en esta festividad.. por eso ahora odio San Valentín.

¿Por qué el mundo tenía que ser cruel conmigo, con nosotros? ¿Acaso hicimos algo malo de lo que no estuvimos enterados? Que alguien me lo diga, por favor.

Volví a ver la hora en el reloj, 2:00 de la mañana, casi tres horas llorando y lastimandome con tu recuerdo aunque la verdad no me importa, he llorado por más horas, durante varios y varios días; y sufro porque quiero, como te dije, no quiero olvidar lo único que me queda para poder preservar tu memoria en mi mente, cuerpo y alma.

Me levanté de la cama, necesitaba ir por un vaso de agua fría para poder relajarme. Salí de mi habitación y caminé hasta la cocina, de ahí me acerqué hasta el refrigerador para abrirlo y de ahí sacar una jarra llena de agua. Tomé un vaso que estaban en el fregadero, lo enjuague y me serví el agua.

De ahí caminé hasta el gran ventanal del apartamento para poder ver la ciudad totalmente iluminada ¿también recuerdas esto? Cuando a veces te levantabas en ma madrugada porque habías tenido un mal sueño, venías a la cocina, te servías agua fría y te acercabas a la ventana para ver la ciudad. Para que veas que a mí también se me pegó tu costumbre.

La gran diferencia, era que yo me paraba y te seguía hasta aquí, para abrazarte por detrás y acompañarte hasta que decidieras irte otra vez a la cama junto a mí; pero para mí, no hay nadie que haga eso, no estás tú para hacerme esa misma compañía y sentirme en paz.

Tomé de un solo trago el agua del vaso para luego devolverme y volverlo a poner sobre el fregadero, ahora me dirigía al baño para darme una observación de mi apariencia como siempre lo hacía.

Y estaba como siempre; grande ojeras debajo de mis ojos, mis cabellos totalmente despeinados sin ningún tipo de brillo, mis orbes tan apagados que parecían que ya no tuvieran vida y como olvidar, las pequeñas cicatrices en mis pálidos brazos y muñecas.

Perdóname por verme así, perdóname por herirme de la forma en que lo hago porque sé que esto te causa dolor pero es que no puedo evitarlo.

¿Sabes? A veces quisera que en ese momento, hubiera sido yo y no tú.. aunque si las cosas fueran al revés, seguramente tu estuvieras sufriendo peor de lo que yo lo estoy.

¡Agh, la verdad es que hubiera querido que no fuera ninguno de los dos!

¿Por qué nuestro último San Valentín tenía que ser arruinado de tal manera?

O mejor dicho, ¿por qué ese tenía que ser nuestro último San Valentín, nuestro último día juntos?

Habíamos prometido que estaríamos juntos para siempre; ese término 'para siempre' había visto que en la mayoría de veces, es casi imposible de cumplir y yo veía que no era. Ahora me retracto, ¿por qué pensé que con nosotros sería totalmente diferente?

Esas dos simples palabras, si que pueden llegar arruinar la vida de uno.

Me reí con tal pensamiento pero claro que era una risa totalmente apagada, expresando cero sentimientos y de la nada, otra vez volví a romper el espejo del baño. Ya perdí la cuenta de cuantos he roto y he tenido que reponer.

Vi nuevamente mi mano llena de sangre, cosa que ya me daba igual. Ese dolor que sentía no se compraba al que sentía por tu pérdida.

Abrí el grifo para poder lavarme y quitarme la sangre, sequé mi mano y fui a buscar la caja de primeros auxilios para poder vendarmela. Esto ya era normal, bueno supongo que lo debes de saber.

Guardé la caja en su lugar y me fui nuevamente a mi habitación, vi la hora, 3:00 de la mañana. Es mejor que me fuera a dormir ya si iba a visitarte mañana, sabes que siempre procuro de ir hasta donde estás con el mejor humor posible.

Me acomodé entre las sábanas, abrazando la almohada que tenía antes imaginando que eras tú y cerré mis ojos. No sé porque, pero de la nada tu olor tan característico impregnó mis fosas nasales haciendo que abriera los ojos de repente y más lágrimas cayeran. Enterré más mi rostro, específicamente más mi nariz para ver si volvía poder a percibirlo pero esta vez.. nada.

Parace que mi subconsciente solo me hizo una mala jugada, otra vez.

Con lágrimas en los ojos, volví a cerrarlos para poder dormir con tu imagen presente en mi mente.

Si que había dormido bastante, aunque no solo fue eso. Había soñado contigo, ¿crees que quería despertar de eso? para nada, pero mi estúpido cuerpo quería que me levantara ya.

Eran las tres de la tarde y ya me estaba acercando al lugar que antes de daba nervios y algo de miedo visitar porque nunca creí que tuviera que ir tan pronto. Y ahora, solo me hacía sentir mejor estar ahí y más porque al menos podía estar a tu lado; no de la manera que quería pero al menos podía hablarte, así fuera por los ratos que estaba pero lo hacía.

Nuevamente estaba ahí, frente a esa piedra que tenía tus datos grabados. Me agaché para poder hacerle un suave roce como siempre lo hacía, luego dejé el ramo de flores que siempre compraba sobre la otra placa de piedra.

Y ahí comenzaba otra vez, mis conversaciones que siempre tenía contigo que aunque esta vez no pudieras responder, añadir, quejarte, burlarte o reírte, con que me escucharas era más que suficiente.

Es increíble como el tiempo se me va volando y nunca me doy cuenta, vi el reloj de mi muñeca, cinco de la tarde. Ers mejor que ya me fuera despidiendo ya que el cementerio estaba por cerrar.

Suspiré profundo y recité las palabras que siempre te digo, nunca me cansaré de decírtelas para asegurarme de que nunca olvides de que eso, es lo que tú eres para mí.

— Eres oro, uno que en ningún otro lugar de la Tierra podré encontrar. Feliz San Valentín, Guren.

Mencionar tu nombre siempre me sacaba una sonrisa, y esta vez era una llena de amor y melancolía.

Cerré mis ojos ya que sentí esa brisa fresca que normalmente pasaba cada vez que terminaba mi visita, se que sonará loco pero en algún punto quiero creer que eres tú.

Miré hacia arriba, hacia el hermoso cielo azul para dedicarte una sonrisa porque sé que desde donde quiera que estés, me estás viendo y yo solo quiero que veas de mí, esa sonrisa que tanto admirabas.

Era lo menos que podía hacer.

Bajé mi mirada y empecé a caminar; alejándome de tu lápida, de tu presencia, de ti para poder irme del lugar.

Sabía que los siguientes San Valentín y en general, todos los días del año sufriría como nunca pero en algún momento podré salir adelante como sé que lo quieres.

Solo te diré que eso tardará mucho en llegar... porque, tal vez mi deseo oscuro que es el único que funcionará para que vuelva a estar contigo, se logre cumplir.

Pero solo el tiempo lo dirá.

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