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01

Cuando Song Mingi despertó aquella mañana, jamás se esperó que fuera porque le llegó un superhéroe de plástico a la cabeza.

Se sobresaltó con un quejido, sentándose en la cama y dejándo expuesta la desnudez de su torso a quien sea que haya entrado a su desordenada habitación.

"¡Hyung!¡Es tarde!", escuchó el chillido de su pesadilla andante, a.k.a, su hermanito menor de tan solo 4 añitos, Jongho.

Balbuceó algo que ni él mismo entendió, y se dejó caer nuevamente en la cama para seguir conciliando el sueño entre las penumbras y el olor a macho de su habitación. Pero esta vez sintió su colchón hundirse y el pequeñito cuerpo de Jongho colocarse en su abdomen que, aunque fuese pequeño, pesaba bastante, por lo que dejó salir un quejido antes de sentir las babosas y sucias manos y dedos de la bestia apretar y empujar su rostro.

"Hyung hyung hyung", canturreó Jongho, aplastando las mejillas de Mingi sin delicadeza.

"¿Qué pasa, Jongho-ah?" Preguntó con voz adormilada, aún sin abrir los ojos y soltando otro quejido al sentir a Jongho moverse por su abdomen nuevamente, pisándole una de las manos.

"¡Tarde!", exclamó el niño, y Mingi, abriendo uno de sus ojos, le vió con una expresión molesta y los cortitos bracitos gorditos entrecruzados en su pecho.

"¿Tarde para qué, bestia?", se pasó una mano por el rojizo cabello largo, logrando que una mechita se le metiera al ojo. "¡Mierda!", gimió, pasándose las manos por la cara mientras escuchaba a Jongho reir.

"Jardin"

Mingi se tensó.

Se había olvidado de que su madre no iba a estar esa mañana, y debía dejar a Jongho a su jardin de infantes.

Estirándo su mano -y golpeándose el meñique en el proceso con su velador- alcanzó su teléfono y vió la hora.

6:37 am.

"¡Jongho vamos tarde!" Gritó, asustándo a si hermano, mientras lo tomaba de la cintura y se levantaba deprisa con el niño entre su cadera y brazo, con las piernas y brazos colgando para ir corriendo hacia la cocina.

Tal vez, al parecer, no se fijó, hizo que Jongho se golpeara en la cabeza con la baranda de la escalera entre el apuro de irle a preparar desayuno, pero no le importó demasiado.

Dejó caer a Jongho con cuidado en la puerta de la cocina, llevándose varios gritos del niño mientras revoloteaba para saber que carajos darle de desayuno, ¿qué se suponía que comía un parásito de 4 años? Ni él sabía, no tomaba desayuno por despertarse demasiado tarde al tener sus clases en la tarde.

Abrió el refrigerador, viendo un paquete de aceitunas y tomándolo rápidamente mientras buscaba dos rebanadas de pan fresco, y colocando alrededor de 10 aceitunas en una rebanada, las aplastó con la otra en un plato, y se lo entregó a Jongho, quien seguía tirado en el suelo.

Se volvió a la encimera para prepararse un café en la pequeña cafetera que tenían. Y se puso a pensar que pudo haber estado tranquilamente durmiendo como un tronco en su cama esa mañana, más aún que se la había pasado jugando transformice hasta bastante madrugada. Pero no, su madre justo tenía turno nocturno, y él como chofer debía llevar al mocoso que llegó a arruinar su vida al jardin.

Lo bueno es que después podía volver y seguir durmiendo hasta pasado el almuerzo.

Con el café en mano y dispuesto a subir a cambiarse de ropa y quitarse la cara ogro que tenía, se dió la vuelta, viendo que Jongho no se había comido el pan, si no que miraba las aceitunas como si fuesen extraterrestres entre sus dedos.

"¿Por qué no te lo haz comido? Te debes vestir aún", le regañó Mingi, y Jongho le miró con ojitos grandes y varios pestañeos que Mingi catalogó como tiernos, "¿No te gustan las aceitunas?", preguntó, arqueando una ceja. Y quiso golpearse al darse cuenta de que no sabía absolutamente nada de su hermanito y que claramente no se iba a comer un pan con aceitunas -él tampoco lo haría-

"¿Qué es una aceituna?", preguntó con inocencia Jongho, y Mingi, pestañeando confundido, supuso que esta mañana sería demasiado larga.

Mingi realmente se quería pegar un tiro en la cabeza por estar en un auto, con Jongho casi destrozando la sillita en donde estaba sentado atrás, y cantando a todo pulmón Los Pollitos Dicen.

Y no, no es porque odiara esa canción, si no porque él la estaba cantando aún más fuerte que Jongho.

Era una fria mañana de otoño en Seul, no lo suficiente para llevar las gruesas parkas que le llegaban a los pies a la mayoria de las personas -menos a él porque es un poste con patas- pero si como para que Mingi estuviese con un beatle rojo de cuello tortuga y una gruesa sudadera negra. Y que Jongho estuviese tan envuelto en capas de ropa que parecía Michelin y que apenas pudiese mover los bracitos.

Mingi movió los hombros más entusiasmado, mientras Jongho le gritaba no sabe que cosa y podía ver el jardin a una cuadra de donde estaba. Por lo que aparcó al ver un espacio vacío a uno de los costados de la calle antes de bajar del auto de su madre con la loncherita y mochila de barquitos de su hermano, y daba media vuelta al auto para abrir la puerta en donde estaba la sillita de este mismo, y la pequeña bestia intentando salirse de allí para correr hacia el jardín.

"Calma Jongho, no vamos a llegar tarde", intentó tranquilizarle Mingi, desabrochándole el cinturon y dispuesto a sujetarlo para bajarlo sin que se cayera en el camino. Pero su hermano era tan revoltoso que se escabulló por encima de su espalda, pisándole por segunda vez en el día los dedos de la mano y por poco viendo a la bestia caerse de hocico al cemento de la asolera.

Menos mal no había pasado, o no sabía, quizas si le hubiese gustado que pasara.

"¡Jongho, espérame!", Mingi gritó, viendo a la pequeña bolita intentando correr y cerrando de un portazo la puerta del auto para intentar alcanzar a la bolita.

"¡Hyung!¡Yunho hyung prometió darme un dulce si llegaba antes que Yeosangie tonto!¡Debo llegar antes para que Yunho hyung me de un dulce!", escuchó la chillona voz de Jongho más adelante, entremedio de todas las mamás acompañando a sus hijo tranquilamente. Mientras que él agitaba la loncherita entre sus manos y casi arrastraba aquella mochila.

Para empezar, ¿quién carajos era Yunho hyung y por qué sobornaba a su hermanito con dulces?

Mingi soltó una carcajada al ver a Jongho caer de espaldas al suelo cuando intentó empujar la puerta del jardín, en donde claramente decía tire. Y se siguió riendo al ver a su hermanito pararse como una tortuguita y volver a empujar la puerta con furia.

"¡Hyung, no se abre!", se quejó la bestia al ver al mayor llegar a su lado.

"Claro que no la puedes abrir, Jongho-ah", su hermanito le miró con un puchero antes de apartarse, "Solo gente bonita como yo puede hacerlo", recibió un par de gritos del niño, antes de tirar la puerta y abrirla, riendo nuevamente al ver a un enfurruñado Jongho pasar.

Mingi se fijó en el recibidor, de paredes verdes claro y tapadas en corcho, de donde colgaban miles de fotos de pequeños niños, dibujos amorfos y de raros colores, papeles con información y figuritas feas de goma eva. Sillas coloridas para los padres y un gran escritorio del mismo tono verde en donde reposaba un computador.

El lugar estaba cálido, por lo tanto se agachó y procedió a quitarle un par de prendas al ya acalorado Jongho que tenía las mejillas rojas.

"¿Dónde se supone que es tu clase?" Le preguntó mientras doblaba la parka celeste de su hermano, pero otra persona detrás de él le respondio.

"¡Jongho-ah!", escuchó Mingi una dulce voz, y vió el pequeño rostro de su hermanito iluminarse, antes de empujarle y salir corriendo a quien sea que estuviese detrás.

"¡Yunho hyung!", chilló el niño, y Mingi elevó una ceja, ¿aquel no era quien le había dicho a Jongho que si llegaba temprano tendría un dulce?

Mingi rodó los ojos al escuchar a Jongho reir, y levantándose sujetando aún la mochilita y la loncherita, se dió la vuelta.

Pero no se esperaba para nada ver lo que vió.

Alto, al parecer más que él, de cabello castaño con pequeños rulos cayendo por su frente, ojitos pequeños y brillantes, con preciosas mejillas rechonchas y una sonrisa de dientes tan blancos como perlas. Hombros anchos, muy anchos, enfundados en una camisa blanca y una cotona verde oscuro que llevaba el logo de aquel jardin, piernas gruesas en un skinny jeans rasgado en las rodillas y pantuflas de superhéroe.

Y para rematar, pequeñas orejitas de oso en una diadema reposando en esos suaves cabellos.

A Mingi le faltó el aire, ¿acaso veía a un ángel?

Se quedó observando al que suponía era Yunho hyung saludar a su hermanito con un choque de puños y revolverle el cabello sin borrar esa sonrisa. Y de pronto, Mingi sintió que soltó la loncherita y la mochila cuando esos brillantes ojos avellanados subieron desde la bestia hasta a él en una expresión sorprendida, pero aún así completamente risueña.

"Yunho hyung, ¡él es mi hermano!", chilló Jongho, apuntando a Mingi mientras jalaba la cotona de Yunho y le miraba hacia arriba.

"Oh, ¿de verdad?", las cejas de Yunho se alzaron, mirando a Jongho por un segundo antes de volver la vista hacia el pelirrojo, quien no podía apartar los ojos de la ternura que irradiaba ese Yunho Hyung, "¿Él es Mingi Pinky?", soltó una risita, antes de tomar la manita de Jongho y acercarse a un descolocado Mingi.

Un momento, ¿Yunho le había dicho Mingi Pinky?, frunció el ceño ante el horrendo apodo, mirando a Jongho interrogante. Y la pequeña bestia solo pudo soltar una risita y salir corriendo hacia lo que suponía era su salón, dejándole a solas con el precioso chico que le tenía embobado.

"¿Jongho habla de mi?", preguntó curioso, intentando no mirar directamente a Yunho, porque sabía que si lo hacía se quedaría como un bobo prendado por su rostro. Pero igualmente lo hizo al escuchar la risueña risita dulce y aguda proveniente del castaño.

"Si, lo hace bastante", Yunho se encogió de hombros, sintiendose algo nervioso al sentir los pequeños y rasgados ojos profundos de Mingi escanearle. "Soy Yunho, el parvulario a cargo del curso de Jongho", le estrechó la mano, con una pequeña sonrisa.

Mingi dejó de funcionar, el nombre de Yunho había salido como una pequeña melodía de entre sus labios, por lo que pestañeó varias veces intentando procesar que el chico le estiraba la mano. Y luego de un par de segundos, aspiró fuertemente, pestañeando repetidas veces y sacudiendo su cabeza, antes de formar una sonrisa torpe y tomar la grande mano de Yunho.

"Mingi soy", el pelirrojo soltó un sonidito al haberse confundido, y sacudió la cabeza avergonzado al escuchar nuevamente la risita de Jongho a lo lejos, "Lo siento, soy Mingi, aunque creo que ya lo sabías", sonrió torpemente, queriendo salir corriendo de allí porque solamente estaba haciendo el ridículo frente a un chico demasiado lindo.

Sintió una pequeña corriente que le hizo temblar las rodillas al sujetar la mano de Yunho y recibir un pequeño apretón de esta. La mano de Yunho era grande, más que la suya, pero era tan cálida y suave que Mingi quiso seguir sosteniendola por un par de segundos más, pero el chico la retiró, y él seguia tan embobado que lo dejo ir.

"¿Quién vendrá a buscar a Jongho en la tarde?¿Tú, Mingi-ah, o la señora Song?", preguntó suavemente, con esa pequeña sonrisita que Mingi ya comenzaba a catalogar como la más preciosa que jamás había visto.

Y sin dudarlo, ni pensarlo, dijo: "Yo, yo vendré por él"

Y cuando Mingi se subió a su auto luego de despedirse torpemente de Yunho, tropezar con la loncherita de Jongho y tirar la puerta por dentro en vez de empujarla. Ahogó un gemido y se pasó las manos por el rostro y cabello, queriendo desaparecer y nunca más cruzarse por ese maldito jardin de infantes.

hwalight | 200204

HOLAA
nuevo fic yUNGI EEEE

La idea salió del vlive de Hongjoong y Seonghwa y unas amigas fkskxk, cuando salió Yunho, dijeron que parecía parvulario y enseguida se me ocurrió una idea para el fic, y al ver que les gustaba, decidí hacerlo uju♡♡

(Estoy editando, no se asusten xndndndk)

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