— ¿Estás ayudando...? —preguntó Jihoon mirando al pelicastaño.

— Sí, ¿Está mal? —miró al pelinegro confundido, quién negó.— ¿Entonces porqué no debería ayudar? —sonrió.

— Bueno... Él es tu novio, y está ayudando a un chico desconocido, ambos están muy juntos, ¿No te molesta? —el menor se giró a él así que hizo lo mismo y ambos se miraron de frente.

—Dk  está ayudando a un chico que tiene novio, creo que no hay nada de malo. Si yo tuviera un novio estricto como el de Hoshi, me gustaría que alguien me ayudará a conseguir algo que le guste. —se dio la vuelta y sujetó un frasco de colonia de gardenia, luego sonrió satisfecho y se lo mostró a su amigo.— Este seguro será bueno.

El pelinegro echó un poco de loción en su mano para olerlo, al hacerlo sonrió de inmediato. Miró a Wonwoo y asintió.

— Le diste justo al blanco, es un olor no fuerte, natural y elegante. Seguramente a mi novio le va a encantar. Muchas gracias ... —hizo una reverencia y esperó a escuchar el nombre del pelicastaño pero antes de que éste hablara, lo hizo Dk.

— Si me permites, puedo llevarte a casa, es un poco tarde y no me gustaría que caminarás solo. —puso su mano sobre el hombro del menor, luego miró al rubio y al castaño.— ¿Pueden llevarlo a casa ustedes? —preguntó refiriéndose a Wonwoo.

— Nos haremos cargo, hasta luego. —despidió inmediatamente Jihoon y abrazó a Wonwoo para llevárselo de ahí.

— Hasta luego mi Wonnie —abrazó al pelicastaño con fuerza quien correspondió de la misma forma durante unos segundos.— Te veré mañana. —se separó y acarició su cabello.— Jihoon vámonos.

— Ve primero. Necesito hablar con Wonu. —le tiró una mirada al rubio.

Tras unos segundos Joshua se fue primero.
Jihoon suspiró profundamente pero no dijo nada aún, Wonwoo se cruzó de brazos por el frío y se sentó en una pequeña banca afuera de su casa.

— Woo.

— ¿Qué piensas lograr, Woozi? —se encogió de hombros.— Dk no está haciendo nada malo, simplemente ayudó a un chico con novio, yo también les ayudé...

— No es la ayuda Wonwoo. —se sentó junto a él y tomó sus manos.— Es el trato al chico, como lo miraba...

— ¡Basta! —se zafó del agarre contrario y se puso de pie.— ¡Sólo estás celoso porque te gustó, siempre has intentado hacer ver mal a Dino y ya me cansé!

Soltó sin pensarlo, al darse cuenta se sorprendió y se quedó en silencio al igual que el castaño, un silencio incómodo que destrozó a ambos.

— Woozi perdona... —se agachó a la altura del Pelinegro, poniéndose de rodillas.

— Es verdad Wonwoo. —lo miró e hicieron contacto visual.— Me gustas, pero no intento que veas a Dk como el malo, él es mi amigo, y porque es mi amigo lo conozco y conozco sus intenciones. No hago esto para que lo dejes y para que estés conmigo, lo hago porque sabes que es verdad lo que digo y te estás lastimando con eso. —se puso de pie.— Pero está bien... Si quieres verme como el malo a mí está bien.

Se apartó para irse mientras Wonwoo lo intentaba detener. Cuando el pelinegro finalmente se fue, el pelicastaño limpió las lágrimas que había soltado y entró a su casa, encontrándose con sus hermanas, su madre y padre en la puerta.

— ... La cagaste Woo. —dijo la menor de las hermanas quien recibió un pequeño golpe por parte de su madre.

— ¡Niña cállate! —habló su madre, luego aclaró su garganta.— Bienvenido hijo... ¿Quieres comer algo?

— ¿Quizás una bofetada porque la cagaste? —dijo su otra hermana, quién también recibió un golpe de su madre.

— Mamá... —corrió a abrazarla.— ¿De verdad fui tan estúpido? —sollozó mientras se ocultaba lo más que podía.

Su madre suspiró y con cuidado comenzó a acariciar la cabellera rosa de su hijo. Luego sus hermanas se unieron al abrazo.

— Siendo honesta... Sí. —respondió en un murmullo.— A Jihoon le importas muchísimo, él te adora, y lo que te dijo te lo dijo como tu amigo y amigo de Dokyeom, no como tu "pretendiente." —habló con dulzura.

— Tengo miedo... —se separó un poco y alzó su mirada para ver a su madre.— Jihoon conoce mejor que nadie a Dk, tengo miedo que sea verdad lo que me dijo... Que él tenga otras intenciones con ese chico. Mamá... No quiero perderlo, no quiero perder a ninguno.

— Si lo que Jihoon dijo es verdad, entonces tú no habrás perdido a Dk, él te habrá perdido a ti. —subió sus manos a las mejillas de su hijo para acariciar éstas y limpiarlas.— No perderás a Jihoon, él te quiere muchísimo y sé que te perdonará, él no es un mal chico, mi amor. —apretó las mejillas foráneas.— Mi bebé aún es un pollito, ¿Cuándo será el día en que seas tú el rompecorazones?

— Nunca. —sonrió un poco más animado.

— Ahora que Wonu está más feliz, ¿Podemos salir a cenar, papá? —la hija menor miró al mayor con una sonrisa.— ¿Podemos, podemos?

— Claro que sí. —cayó rendido ante su hija.

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