9.
Jungkook sentía la necesidad de caminar hacia ella y abrazarla, como si Yongmin tuviera algún tipo de imán que hacía querer estar a su lado, aquellos ojos miel de la castaña lo hipnotizaban y definitivamente quería mirarlos de mucho más cerca.
Y así lo hizo, comenzó a acercarse a paso lento hacia ella, quizás se podría arrepentir de lo que haría, pues no quería espantarla o que le pegara un puñetazo por invadir su espacio personal, creo que me inclino hacia lo segundo.
Estando frente a ella, la miró y podía jurar que nunca había visto a alguien tan bello en su vida, Yongmin era hermosa, su piel clara, sus labios, sus ojos, su pelo, todo de ella le llamaba completamente la atención.
Y mirar esos labios era una tentación.
No es que no hubiera estado con otras chicas, solo que nadie llamó su atención tanto con esta ruda y testaruda mujer—y buena para los golpes también—. Podía jurar que los demás habían desaparecido en lo que llevaban mirándose el uno al otro, hasta que sintió un carraspeo por parte de Hoseok.
—Perdón la interrupción, solo que tengo que irme y quería anunciar quien ganó esta batalla — dijo algo apenado. Ellos se estaban comiendo con la mirada y los interrumpió.
Jungkook pudo notar como Yongmin se sonrojaba al escuchar hablar a su amigo. Sonrió un poco al verla así, era algo nuevo.
—Lo siento — le dijo la castaña con sus mejillas ardiendo a causa del bochorno
—Descuida bro, es bien normal verla en esa faceta de chica tímida, en nuestra casa obviamente — Seung lo dijo tranquilamente. Jungkook río.
—Eso sí que es difícil de creer, ¿Yongmin tímida y sonrojada siempre? Pagaría por verla siempre así — le dijo al niño ríendo ligeramente.
—Ya, basta. Tú provocaste esto Jeon, no puedes quedarte viendo a una persona de esa manera, las intimidas — le dijo la chica frunciendo el ceño y golpeando su hombro.
—Bueno, el ganador de hoy es... —Hoseok sonreía al ver como los dos la miraban expectantes. Jungkook claramente estaba fingiendo, pues casi le rogó que a pesar de todo lo escogiera a él, pues quería seguir molestando a la chica. En lo que había ganado Yongmin era en el freestyle y por eso decidió darle el álbum, pero no podía dejar esto del chantaje terminara, no hasta acabar todos los días. Ah ese Jungkook, le gusta jugar sucio — Jungkook. Pero no te sientas mal Yongmin, bailaste espectacular, como si fueras una bailarina profesional, dominaste la pista, deberías dedicarte a esto — le dijo rápidamente, en caso de que la castaña se sintiera mal al perder.
—Si Yongmin, estuviste espléndida — Jimin le dio la razón a su amigo.
—Oh, muchas gracias. Es agradable escuchar eso de personas que son profesionales en este ámbito — la chica les hizo una pequeña reverencia.
Jungkook levantó una de sus cejas.
—¿Por qué con ellos no eres grosera? — le pregunta indignado. Es que no es posible que con ellos fuera otra persona.
—Pues ellos han sido lindos conmigo, deberías ser como tus amigos Jungkook — le respondió burlonamente. Jungkook resopló, tonterías pensó.
—Lindos, si claro, como no...
—Jeon, no te pongas celoso. Eso no es bueno.
—¿Celoso yo? Quisieran verme así, solo que es injusto que a mi no me trate como ustedes, yo que la salvé de matones.
—¿Tú me salvaste a mí? ¿En tu sueño o algo así? Pues no recuerdo esa parte de la historia. Es más, creí haber visto muy bien como eras golpeado por matones y tuve que golpear a esos idiotas.
Hoseok y Jimin abrieron los ojos con sorpresa al oír eso.
—¿Fuiste golpeado Jungkook? — le preguntó Jimin — ¿qué hubiera pasado si en tu rostro se hubieran notado tus golpes? ¿Qué le hubieras dicho a la empresa? Debes tener mucho cuidado con esas cosas, sabes que si salimos, tiene que ser sin que lo note nadie — lo reprendió.
—No pasó a mayores, tenía todo calculado — le respondió el pelinegro escogiéndose de hombros.
—Claro, desde el piso tenías todo bajo control, mordiendo el polvo — río Yongmin — ay Jeon, solo admite que te salvé el trasero, si quieres te enseño como defenderte.
—Conste que tu lo dijiste, me enseñarás...
—Era broma, ya deberías dejarme en paz — le respondió nerviosa — ve a clases de defensa personal o que se yo.
—No porque tu te has ofrecido, ¿que no te han dicho que es mala educación decir algo y luego retractarse? — preguntó totalmente serio y enarcando una ceja.
—¡Eso es totalmente falso! No puedo creer lo mentiroso que eres Jeon Jungkook. Te creía insoportable, fastidioso, más molestoso que una pulga, pero mentiroso, no — le dijo mientras negaba con la cabeza en señal de desapruebo.
Jungkook río al escucharla, ahora sería peor que una pulga.
—Con que eso piensas de mi la señorita "no me miren porque los degollo". Deberías estar agradecida que alguien tan genial como yo quiera pasar tiempo contigo.
—Si si, como no...
Hoseok y Jimin miraban divertidos la escena, pues por fin conocían a la chica por la cual Jungkook mentía para poder salir a verla . Sin duda ella tenía algo especial.
Seung rodaba los ojos, no podía creer que pelearan por pequeñas cosas. Quería irse a su casa y jugar playstation. Deberían besarse ya.
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Yongmin pensaba y pensaba mientras se duchaba. ¿Por qué sintió que su corazón saldría del pecho al mirarlo? Era una de las tantas preguntas que se hacía mientras el chorro de agua caía por su cuerpo. Eran sensaciones completamente nuevas, y no quería sentirlas cada vez que estaba con el chico con los ojos mas bellos que haya visto en su corta vida... que estaba pensando, ¿el chico con los ojos mas lindo que haya visto? dios... No entendía porque le pasaba esas cosas con él, pero tampoco quería averiguar.
—¡Ya basta Yongmin! — se dijo para si misma pasando sus manos por su cabeza — solo quiero que pasen estos días y dejar ya de lidiar con el imbécil de Jeon — y con eso bastó para disipar todos los pensamientos de su cabeza. Abrió la puerta corrediza de la ducha y se envolvió en una toalla blanca. Esa noche iria al pub a distraer su mente.
Bajó las escaleras lista para irse al encuentro de su mejor amiga, pero cuando llegó a la cocina algo llamó su atención. Seung estaba tomando su leche con cereal como de costumbre, sin embargo Bae no tenia nada en su plato y estaba blanca como un papel. Yongmin se habia dado cuenta, que desde hace días que la abuela no estaba muy bien.
—Bae... ¿te sientes bien? — dijo sacando de sus pensamientos a la mujer
—Mmm, si hija... — respondió la anciana fingiendo una sonrisa — ¿Por qué lo preguntas?
—Estás muy pálida... será mejor si vamos al hospital, hace días te noto extraña — la chica se dio la vuelta para ir a buscar algún abrigo para su abuela, definitivamente la tenía preocupada.
Pero no pudo llegar muy lejos.
—¡No! — gritó la anciana haciendo que Yongmin se diera vuelta a mirarla — Estoy bien... Es solo que ayer cuando fui al mercado, me compré un pastelito y eso debio ser que me hizo mal. Pero no te preocupes que ya se me esta quitando el malestar. Ya verás que mañana estaré mejor — Bae le dedicó una sonrisa y Yongmin se dio cuenta que no podía insistir mas en el asunto.
— Esta bien...— le respondió no muy segura— Pero si te veo otra vez asi de paliducha, te llevo aunque sea a rastras al hospital... — sentenció la chica.
Justo en ese instante el tiembre de la casa sono. Yongmin fue a ver quien era y al abrir la puerta se encontro con Hye, quien apagaba la colilla de su cigarrillo.
—¡Hola primor! — saludo una sonriente Hyemin. Yongmin se impresionó al verla sonreír tan animada siendo que traia los ojos envueltos en lágrimas y con el maquillaje corrido.
—Hye...
—He venido a buscarte para que vayamos al pub a divertirnos un rato cariño — explicó la rubia de grandes ojos.
—Ya iba de salida pero... ¿quieres pasar? – le preguntó a su amiga. Normalmente no acostumbraba a preguntarle que pasaba, si no que esperaba a que la situación fuese mas tranquila.
—Me encantaría saludar a Bae y a Seung pero... no traigo mi mejor rostro — respondió la chica que comenzaba a encender otro cigarro con mano temblorosa.
—Así veo... —bromeó la castaña — voy por mi chaqueta y nos vamos ¿vienes en tu auto? — le preguntó a Hye quien negó con la cabeza — entonces te vienes conmigo. Espérame que ya salgo — se dio la vuelta y entró a su casa en busca de la preciada chaqueta.
La noche estaba fría, sin embargo en el pub el ambiente era cálido. Yongmin se había sentado en una mesa junto a su amiga que no dejaba de fumar y beber cerveza, cosa que no le gustaba del todo. Sabía que su amiga era buena para beber, pero no así. Ya habían estado allí un par de horas y Hye aún no se decidía a contarle que le había sucedido, así que decidió indagar.
—Hye... ¿has discutido con Yeong?
Ese novio que tenía su amiga no era de su agrado, generalmente, por no decir todas la veces, que la chica lloraba o se descompensaba era producto de alguna fuerte discusión que tuviese con ese imbécil.
—Cariño... —musitó la rubia dejando de fumar, y otra vez los ojos se le envolvieron en lágrimas — Estoy embarazada...
Los ojos de Yongmin se abrieron extremadamente y en su cerebro se produjo una laguna mental.
—No me ayudas quedándote callada — le dijo Hye mientras ocultaba su pena con una sonrisa.
—¿Yeong lo sabe? — preguntó la castaña. Su amiga la miró y sin decir nada asintió con su cabeza.
—Pero me ha mandado al demonio. Dijo que... que si estaba embarazada de seguro el bebé no era suyo y que... — ahora dejo de sonreír y sus ojos se llenaron de lágrimas — y que si me acosté con él, quizás con cuántos más lo había hecho.
No pudo evitar enfurecerse al escuchar decir todo eso por la boca de su amiga. Que se creía el idiota para decirle todas esas barbaridades a Hye.
—Jodido hijo de... — apretó los labios antes de terminar la frase — me las va a pagar el puto imbecil —dijo completamente enojada. Tenía unas ganas horribles de ir a buscarlo y matarlo. ¿Cómo era capaz de hacerle eso a Hyemin? ¿Cómo podía siquiera pensar en que el bebé no era suyo?.
—Tranquila... no pienso insistirle más. Si él así lo quiere pues esta bien, yo sacaré adelante a mi hijo y... — no alcanzó a terminar su frase porque en ese preciso instante su amiga se levantó de su silla.
Su vista estaba clavada en aquel tipo que entraba por la puerta del pub. Aquel idiota por el cual su amiga, su mejor amiga, su hermana, estaba sufriendo. Y no sabia si era suerte o que sus ganas de matarlo eran muy fuertes, pero en mejor momento no pudo haberse aparecido ese tal Yeong.
—Yongmin... — Hye la llamó al ver en la dirección en que los ojos de ella apuntaban – no hagas una locura, ya te he dicho que no me importa lo que diga... Y-yo...
—Hye... Tienes prohibido llorar por él... — sentenció antes de caminar en la dirección en que se encontraba el maldito poco hombre. Hye conociendo a su amiga, y sabiendo de su estado, decidió que no interferiria en lo que le hiciera. Sabia de sobra que Jiwon se lo merecía y además a su amiga, aun no se le cruzaba un hombre que pudiese dañarla.
—Jungkook... —susurró aliviada Hye al ver que Jungkook llegaba al lugar mirando en todas direcciones. Puede que su amiga no la escuche a ella, pero a él sí.
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