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34.

Me quedé estático observando aquel lugar, dudando si entrar o no. Mi cubrebocas, lentes y gorro hacían que fuera difícil reconocerme a simple vista, y más por estar visitando estos lugares, pero lo ameritaba, la situación lo ameritaba.

Decidí ingresar al bar, necesitaba despejarme, necesitaba olvidar un poco del cúmulo de cosas que en estos últimos tres meses han puesto mi mundo de cabeza, necesito un respiro.

Llegué a la enorme barra del bar, bastante lujoso.

—Dame el trago más fuerte que tengas — le pedí al bartender. Él asintió y comenzó a preparar el trago. Veía que mezclaba diferentes cosas y la verdad es que estaba embelesado observando la manera como lo hacía, esto era un talento. Cuando terminó de batir y lo puso en un vaso y lo dejó justo frente a mí.

—Aquí tienes, el famoso trago adiós mother fucker.

Vaya nombre — dije divertido. Él río y siguió atendiendo a los demás en la barra.

Observé el vaso con el líquido azul, bastante llamativo. Comencé a beberlo sintiendo como mi garganta ardía debido al licor.

Esto sabe asqueroso. Pensé.

Ya cuando llevaba la mitad del vaso, no era tan así. No ardía y me acostumbré al amargo sabor, sintiendo como comenzaba a hacer efecto en mí.

—La vida me odia...

—¿A ti... también? — escuché como alguien me hablaba y voltee a verlo. Era un caballero.

—Oh si, estoy harto. ¿Por qué no puedo ser feliz? — pregunté mientras apoyaba mi cabeza en mi mano y con la otra revolvía el trago.

—Lo mismo... me pregunto — hablaba torpemente, quizás cuantos tragos llevaba en su sistema. — me hecharon d-de mi trabajo y... y mi esposa me abandonó — comenzó a decir, para largarse a llorar.

Siempre habrá alguien mas jodido que tú. Dijo mi conciencia, y si, efectivamente así era.

—Yo... yo lo siento mucho — dije sinceramente — yo me enamoré perdidamente de una chica que es capaz de matarte de un puñetazo, es muy ruda, se sabe defender de todos — dije muy orgulloso — pero debido a un accidente, cayó en coma. Ahí mi pesadilla comenzó, mi compañía me hizo estar con otra persona...

—¿Compañía? ¿A caso eres alguien... famoso?

Me quité los lentes y el gorro, para que pudiera observarme. Que mas daba que me reconocieran, me daba igual.

—Algo así...

—Oh... T
tú eres... t-tú eres... — cerró los ojos tratando de recordar — lo tengo aquí — dijo apuntando a su lengua — ¿quién mierda eres?

Solté una carcajada. Ya el trago en definitiva me estaba haciendo efecto.

—Alguien sin importancia — hice un ademán con mi mano, para volver a colocarme la gorra y los lentes.

—No... n-no creo que mañana r-recuerde esto, pero... prosigue...

—Me hicieron estar con una mujer por la cual no sentía absolutamente nada, pero ella si estaba enamorada de mí. Un día me emborraché y no sé como ella estaba en mi cama al día siguiente, no recordaba nada...

—Te... te la follaste — dijo colocando una mano en su boca, como si estuviera sorprendido.

—No, estoy seguro que no. Pero ella llegó un mes después a decirme que estaba embarazada, ¿y puedes creer que el amor de mi vida había despertado del coma y se enteró de todo?

—No... — el señor se veía muy entretenido escuchando mi trágica historia — y... ¿Q-qué pasó?

—No quería volver a verme, aunque le haya explicado la situación, no quería verme. Yo entendí, me di por vencido porque sabía que ella me mandaría al demonio si me llegaba a acercar nuevamente. ¡Otro por favor! — le pedí al tipo.

—Vaya...

—Si, y hace dos semanas me enteré que el papá del hijo que espera Byeol — le decía nombres y él no conocía a nadie, que mas daba — no soy yo, sino otra persona...

—Maldita sea... — el señor se agarró la cabeza — no... puedo creerlo chico. Pero... pero ahora... p-puedes luchar por ella, ¿o no?

—No lo sé — dije agachando la cabeza — no sabría si podría soportar otro rechazo.

—Vamos, el que... el que no lucha, no gana.

Abrí los ojos y lo miré. Dijo lo mismo que Yoongi hyung me había dicho.

—Eso creo...

Seguí bebiendo y conversando con el señor llamado Jeongsuk, él necesitaba desahogarse y yo también, así que estábamos soltando todas nuestras penas existentes.

Ya me había terminado el segundo vaso y necesitaba ir al baño. Me levanté del taburete y sentí que todo me daba vueltas, me agarré fuertemente de la barra para no caer, dios esto pegó fuerte.

Caminé a tropezones hacia el baño e hice de mis necesidades. Cerré los ojos un momento al estar frente al espejo y lavarme mis manos. Saqué mi celular del bolsillo trasero del pantalón y me metí al chat de  Yongmin.

Llámala, vamos, hazlo.

Negué con mi cabeza antes esos absurdos pensamientos.

Llámala. ¿Qué tal si está con otro? Vamos, llámala...

Ya no tenía control de mí y ni siquiera me di cuenta que el nombre de Yongmin aparecía en grande en la pantalla.

La estaba llamando.

—¿Jungkook? — mordí mi labio con nerviosismo al escuchar su voz.

—H-hola preciosa — la saludé torpemente.

—Son las 2 de la madrugada Jungkook, ¿qué es lo que pretendes al llamarme a tal hora? — podía notar la molestia en su voz. No quería que se molestara.

—Te extraño — solté de sopetón — te extraño... como no tienes una idea. Me haces, m-me haces mucha falta...

—¿Estás borracho? — preguntó y yo comencé a caminar nuevamente hacia la barra.

—S-solo... solo un poquito — hice un gesto con mis dedos y me pegué mentalmente, pues ella no podía notarme.

—¿Fuiste en tu auto?

—Sip. ¡Deme otro adiós mother fucker por favor!

—Que gran nombre, ¿eh? Y no pidas nada más, dime dónde estás, iré por ti.

Mi corazón comenzó a saltar de felicidad.

—N-no lo sé, ey amigo, ¿dónde estamos? — le pregunté a Jeongsuk, quien ya tenía su cabeza apoyada en el mesón.

—Eh... no recuerdo hermano... Ey, ¿dónde... dónde estamos?

—Este bar se llama "Sky Lounge" — respondió el bartender.

—Iré allá de inmediato. Es más, dale tu celular al chico que respondió...

Le hice caso de inmediato, le pasé mi móvil y vi como él comenzó a hablar mientras me observaba, vi que asintió y me entregó el celular.

—Llego en quince minutos, no hagas ninguna estupidez, por favor.

Aún se preocupa por ti, eso es bueno.

N-no te prometo nada, cariño — le respondí para colgar. De seguro me golpearía por haberle cortado la llamada — ey, quiero otro trago...

—Lo siento amigo, se terminaron las bebidas por hoy...

—Oh, ¡Vamos! el último...

—Ya dije que se terminaron por hoy, lo siento.

—Aguafiestas — lo apunté con el dedo y me apoyé en el mesón. Todo me daba vueltas.

Cerré los ojos al sentirlos muy pesados y no sé por cuánto tiempo me habré dormido, solo sé que desperté sobresaltado al sentir como una mano me movía de manera brusca.

—Anda, ponte de pie. Vámonos de aquí — Escuché la voz de aquella mujer que me ponía el mundo al revés — pon de tu parte Jungkook, por favor...

—H-hola hermosa — la saludé con una gran sonrisa.

—¡Jungkook! — escuché como Jeongsuk gritaba — ya sé de donde... ya sé de donde eres...

—¿ah si?

Vi como asintió de manera graciosa, sin duda no se podía ni el culo.

—Eres... eres del grupo Exo, ¿no?

Lo miré escueto, para después largarme a reír, una carcajada gigantesca.

—S-si amigo, así es...

—Ya vamos a casa — Yongmin posó su brazo en mi espalda y yo coloqué una mano en su hombro. Mi estabilidad no era muy buena en este momento que digamos.

—Estoy... estoy feliz que estés acá — la quedé observando y vi su rostro, sin maquillaje, totalmente perfecto. Aunque tenía cara de que me golpearía en cualquier momento.

—No puedo llevarte en mi moto así en este estado, dame las llaves de tú auto — vi como estiró su mano.

—¿Sabes manejar... un auto?

—Por supuesto Jeon, dame las llaves, pesas mucho.

Reí y busqué en mi bolsillo delantero, encontrando las benditas llaves.

Caminamos hasta el estacionamiento en silencio hasta llegar a mi Mercedez, abrió la puerta trasera y literalmente me tiró ahí.

—Ey... — me quejé, pero estaba muy cómodo aquí.

—Prefiero que vayas ahí, estoy segura que te dormirás en el camino — vi como resopló y se subió al auto. Comenzó a andar y yo iba bien a gusto acostado aquí.

No sé cuanto transcurrió, ya que nuevamente había cerrado mis ojos.

—Vamos, levántate.

Como si tuviera un resorte, me levanté, golpeandome la cabeza con el costado del auto.

—Mierda... — sisee de dolor, sobando el lugar golpeado.

—Recuerdame porque hago esto... 

Yongmin suspiró pesado, para ayudarme a caminar. Vi el lugar y noté que no era mi casa, sino la suya.

—¿Por qué estamos acá? — pregunté un poco confundido.

—No quería que molestaras a los demás chicos, le avisé a Taehyung de tu estado y que estarías acá para que no se preocuparan — explicó yendo a la cocina. Comencé a observar sus cosas, cuadros de sus padres, de su abuela, de Seung, pero ella no salía en ninguna.

—Veo que... con Taehyung te llevas muy bien — dije con recelo en mi voz, sin quererlo.

—Así es, es un gran amigo — respondió llegando a mi lado. Me pasó una taza con el dibujo de buzz lightyear en él. Miré con desconfianza — es café, eso hace que pase un poco el efecto del alcohol, anda, tómalo...

Aún con algo de duda bebí, quemandome la lengua.

—¡Está hirviendo!

—Pues si idiota, es café — dijo obvia, riéndose de mí.

La podría escuchar reír todos los malditos días de mi vida.

—Me pone tan feliz que te burles de mí — dije sarcástico. Ella siguió riendo y esperó a que bebiera todo el líquido. Estaba muy cargado, hice una mueca de desagrado al beber todo luego de unos minutos. — listo.

—¿Por qué lo hiciste? — preguntó de la nada. La miré y pude notar que aún había rastro de preocupación en su semblante.

—Quería olvidar un poco de toda la mierda que me estaba consumiendo — me encogí de hombros, dejando de mirarla.

—Tú no eres así, tú no bebes para olvidar tus problemas.

—A veces es necesario... hace dos semanas me enteré que el hijo de Byeol no era mío, ¿como pretendes que esté luego de eso? ¿Sabes todo lo que sufrí al pensar que había estado con otra mujer que no fueras tú y sumándole que estaba embarazada?

Ella abrió la boca para decir algo, pero calló... nuevamente prefirió callar.

—Siempre te callas cuando pregunto o digo respecto a mis sentimientos — ya estaba molesto, odiaba esta situación — estoy harto de todo. Ambos pasamos por mierdas, ambos sufrimos, ¿no crees que es momento de que seamos felices? Nos merecemos felicidad Yongmin, tú eres mi felicidad — le confesé y pasé mi mano por mi rostro. — te amo, te amo con locura, no hay día que no fuera a verte al hospital y cuando me fui a la gira, todos los días llamaba a la doctora que estaba a cargo de ti. Los chicos son testigos de cuanto sufrí al saber que no tenías mejora, de que aún no abrías tus hermosos ojos. Han sido meses jodidos, pero si tú no quieres estar a mi lado, creo que lo entenderé, porque...

Me sorprendí al sentir unos labios posados sobre los míos, abrí mis ojos con asombro al ver a Yongmin besarme. Mi corazón comenzó a saltar de alegría al volver a sentir sus labios. Lentamente cerré mis ojos y le correspondí... la había extrañado tanto, todo de ella.

La tomé de su rostro y profundicé el beso. Mi lengua rápidamente se encontró con la suya comenzando una pelea entre ellas. Un beso que comenzó de manera tímida, poco a poco fue convirtiéndose en algo apasionante.

—Te necesito Jungkook... — unió su frente con la mía, respirando de manera agitada. La agarré fuerte de su cintura — te necesito en mi vida.



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