26.
Caminó con paso lento en dirección a su moto y al llegar, le dio el casco a Seung para que se lo colocara.
Lo ayudó como pudo y lo subió en la parte trasera de la moto. Con mucho dolor en su abdomen, y a duras penas tambien se subió y antes de meter la llave y hacerla andar, quitó la mano de la herida y la observó siseando levemente. Respiró profundamente al ver cuanta sangre estaba saliendo. Seguramente la bala estaba dentro, la herida no se veía bien. Buscó su celular en su bolsillo y lo primero que hizo fue llamar a Jungkook.
—¿Hola? —escuchó su voz del otro lado.
—Gracias a Dios con...
—¡Te engañé! — la interrumpió — Lo siento pero ahora no puedo contestar. Si quieres déjame tu mensaje y luego te devuelvo el llamado, aunque podrías intentar luego ¿no? ¡Adiós! – hablaba la grabadora.
Una lágrima cayó por su mejilla y cerró sus ojos.
Jeon... ¿Dónde... dónde estas?.
—Nana... ¿estás bien? — le preguntó al verla llorar.
—Si enano... Ya vamos a casa — le dijo secándose la mejilla, haciendo desaparecer todo rastro de lágrimas.
—Pero tienes sangre... estás... — el niño miraba espantado el abdomen de su hermana.
—Has sido muy valiente Seung... has aguantado muy bien — susurró y luego se volteó para darle un beso en la frente.— ponte el casco que ya nos vamos.
—Si...
Manejó su moto lentamente. Si de ida solo se había demorado veinte minutos, ahora a la mitad de la velocidad se demoraría el doble.
Sentía como lentamente la energía se le agotaba. Había sido golpeada mas de una hora por el animal de Kev, y estaba herida de bala. La sangre continuaba saliendo y los labios ya los sentía resecos, estaba perdiendo demasiado líquido y aunque trató de acultarlo con la chaqueta, no se podía, era algo ya imposible. Penso en ir a su casa, pero seria inútil morir ahí, y dejar a su hermano solo, sin saber que hacer.
Definitivamente no tenía otra opción, tendría que molestar una vez más a Jungkook, y aunque el orgullo le decía que no fuera, su corazón le pedía lo contrario.
╰─►⸙͎ ➼➼➼✧;
Jungkook llegó a casa de Yongmin. Tocó varias veces el timbre pero nadie salió. Trató de mirar a través de las ventanas pero no podía notar nada. Se extrañó un poco, ¿dónde habrían ido a esa hora?
Pensó que quizás fueron a algún lugar cerca y decidió sentarse en aquella pequeña escalerita que daba de la casa a la calle y esperar. Sacó su celular de su bolsillo para llamar a la castaña y preguntarle donde se encontraba, sin embargo el aparato estaba apagado.
—Que extraño — habló para si mismo —
— se habrá averiado... — apretó el botón de encendido, pero a los segundos se volvió a apagar. Batería baja — que mala suerte... — bufo molesto — estúpido celular.
Decidió que esperaría allí un tiempo. no creo que demoren mucho pensó y se quedó sentando fuera de la puerta.
Sin embargo pasaron mas de treinta minutos y ni rastros había de los dos. Se levantó, y con algo de inquietud optó por volver a su casa. Más tarde la llamaría para saber de ella. Quizás habían salido a divertirse junto al pequeño a algún lugar y distraer sus mentes un poco.
Dio un largo suspiro y se subió a su auto, para dar marcha hacia su hogar.
╰─►⸙͎ ➼➼➼✧;
—Baja enano.
Estaban fuera de la casa de Jungkook . Con su mano aun apretando el costado de su abdomen se acercó al timbre y tocó. Una y otra vez, pero nadie salió, absolutamente nadie, ni él ni algunos de los otros chicos— demonios... Jeon... ¡¿dónde demonios estás?! — gritó desesperada y con un puño cerrado golpeó la pared.
—Nana... — la calmó el pequeño — vamos al hospital... tu herida está... — el niño ya se había dado cuenta de lo mal que estaba.
—Tranquilo Seung — le dijo ella respirando agitada tratando de sentarse en el suelo — estoy bien...
—Mentira... ¿Por qué eres así? ¿Por qué tienes que aguantar todo sabiendo que no puedes más?
—Ya, basta Seung... — dijo sentada en el suelo, apoyando uno de sus codos en su rodilla — estoy bien... esperemos que... el idiota de Jeon no se demore. Que debo hablar con él — dijo para después toser, botando nuevamente sangre por su boca.
—Nana... por favor... vamos al hospital. No te ves bien, no te ves nada de bien — pidió afligido el niño.
—¡No! — se negó, tragando de manera dificultosa saliva. Ya casi no resistía. Tenía frío y no sentía las piernas, siseo un poco pero ya no sabia si de dolor o frio — esperaremos a... Jeon.
Había manejado cuarenta minutos hasta la casa donde vivía Jungkook. Ya las piernas no le respondían, y le pesaban los párpados. Era como cuando estuvo borracha, solo que ahora no sentía calor, si no frio. Mucho frío.
Seung la miraba preocupado, y se sentó al lado de ella. Apoyó su cabeza en el hombro de su hermana y le rogaba al cielo, a su abuela, a sus padres, a Dios, que Jungkook llegara pronto y pudiera ayudarla.
De pronto y tras veinte eternos minutos, vieron un auto estacionarse en frente de ellos. Rápidamente el pequeño se puso de pie y vio a Jungkook acercarse.
—¿Seung? ¿Yongmin? — preguntó mirando a la chica sentada en el suelo y al niño con los ojos llenos de lágrimas.
—J-Jungkook... ayúdanos por favor... mi hermana está...
Jungkook abrió sus ojos y corrió hacia donde estaba la castaña. Estaba cubierta de sangre y los labios los tenía morados.
—¡Yongmin! Eh, respóndeme — le hablaba dándole pequeños golpes en sus frías mejillas — Seung, ¿qué le pasó? ¿Por qué esta toda ensangrentada?
—Fue un tal Kev... — explicó sollozando — me secuestró y la obligó a ir por mi. Le pegó mucho, y le disparó... Jungkook... llévala al hospital...
Al instante los ojos se clavaron en la herida de la chica, mirándola impactado.
—Yongmin, cariño, vamos abre los ojos...
— le pidió muy afectado al verla en esa situación.
Ella lo miró con dificultad — ¿Dónde... dónde estabas, Jeon? — preguntó casi en un susurro.
Jungkook de inmediato recordó el café con Hyori. — Lo siento... lo siento mucho — pidió avergonzado y arrepentido. Si no hubiese aceptado la invitación, quizás pudo haber ayudado y protegido a Yongmin — tenemos que ir al hospital — el pelinegro no esperó mas y la tomó entre sus brazos.
—¡Espera! — lo detuvo — Jeon... he perdido mucha sangre... ya no... ya no vale la pena — trató de explicar a duras penas.
—¡Cállate! Eso no lo decides tú — la reprimió, haciéndola reír.
—Escúchame... cuida de Seung, ¿si? —pidió con lágrimas en los ojos — promete, que no lo dejarás solo...
—Yongmin... yo...
Jungkook no podia creerlo. Ese ardor que sentía en el pecho era porque ella lo necesitaba y él no pudo hacer nada por ayudarla, por protegerla. Respiró con dificultad sintiendo como sus ojos se aguaban al ver tal escena.
—Prometelo... por favor... No quiero que quede solo — continuó la chica.
El mentón de Jungkook temblaba al querer largarse a llorar, el maldito nudo lo tenía en la garganta.
—Lo prometo... pero tienes que resistir, porque lo cuidaremos juntos...
Yongmin sonrió y otra lágrima se le escapó. Últimamente lloraba demasiado.
—Gracias... me siento... muy afortunada por... por haberte conocido...
Y ocupando sus últimas fuerzas se acercó hacia él, acariciándolo y besó sus labios débilmente.
—Te quiero... no sabes cuanto — susurró apoyando su frente en la de ella.
—Yo también... te quiero — alcanzó a musitar, para después cerrar sus ojos, no podía más, la fuerza se le había agotado y ya nada más podía hacer.
—Yongmin, eh — la movió Jungkook —¡¡Yongmin!! — le gritó desesperado, sintiendo como su respiración se le cortaba y su corazón comenzaba a latir desesperado — Por favor mi amor, abre los ojos. Vamos Yongmin, no me hagas esto, no nos hagas esto...
—¡Nana! No me dejes... tú... — el niño hipó por el llanto descontrolado — tú lo prometiste, no me dejes solo...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro