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24.

Un mes después

Yongmin sentía que la vida le estaba sonriendo poco a poco.

Por fin pudo encontrar un empleo de medio tiempo en una cafetería y a pesar que la mayoría de las veces odiaba atender a las personas, estaba bien porque despejaba su mente y no pensaba en cosas malas al estar en casa.

El trabajo es flexible, por ende puede ir a dejar y también a buscar a su hermano a la escuela sin ningún problema.

Ya casi estaban rozando diciembre, el invierno estaba a la vuelta de la esquina y con ella trajo el frío que te calaba hasta los huesos. Eso hacia que mucha mas gente fuera a la cafetería para calentar su cuerpo con un exquisito chocolate caliente o un americano que allí preparaban.

—Ey, ¿eres sorda o qué? Te pedí claramente un cappuccino y me trajiste un americano — escuchó que una mujer le levantaba la voz a su compañera de trabajo, Eungi.

—L-lo siento, pero usted si me pidió un americano, lo tengo en mi libreta...

—Inútil, eso es lo que eres. En este local contratan a puras inútiles que no sirven para nada.

Vio como Suhoo—maestro en preparar café—tenía el cappuccino en el mesón y con su mentón le apuntó a la mujer.

Yongmin entendió de inmediato.

—Aquí está, un cappuccino para la señorita — le dijo llegando a su mesa y dejando la taza frente a ella. La chica la miró de pies a cabeza.

—Gracias. Veo que no trabajan inútiles después de todo.

Yongmin presionó su labios para no decirle una barbaridad y apretó sus puños para no mandarla a volar con un puñetazo en su cara.

—De nada. — le respondió dándole una sonrisa falsa — veo a mucha gente idiota que no sabe lo que pide. Hay cada cosa en este mundo...

—¿Disculpa? — la miró indignada levantando una ceja.

—Te disculpo, tranquila, ser idiota no es tan malo...

—¡Pero que te has...

—Que disfrute su café — le dio una sonrisa y una reverencia. Tomó a Eungi del brazo y se la llevó al mesón.

—No era necesario que hicieras eso Yongmin. — Le dijo su compañera bajando la mirada

—¿Qué? ¿Hacer que dejara de tratarte mal? Esa rubia estúpida y sus delirios de princesa, estoy harta que crean que tienen el derecho de tratarnos como se les da la gana solo por prestar un servicio — expresó dando una mueca de enojo.

—Yongmin, no puedes hacer eso con los clientes — Suhoo—que a parte de ser el experto de los cafés, era su jefe— la reprendió — ¿Quieres que te despida?

—Estoy ansiosa porque pase eso — respondió susurrando bajo.

—Te escuché y tienes suerte que seas buena en esto, ustedes tres son muy buenas trabajando. Saben que hay clientes problemáticos, pero creo que el sueldo que les pago vale la pena, ¿o no?

—Debería ser mas alto — Yongmin se cruzó de brazos.

—Mira mocosa — Le apunto con su dedo índice — te pago bien, deja de pataletas y ve, que llegó gente. — terminó de decir para dar la vuelta y seguir en lo suyo.

Yongmin río divertida, le gustaba molestar a Suhoo. Es su jefe pero tiene tres años mas que ella, y agradecía que fuera así, no aguantaría estar con alguien mayor y no poder responderle.

—Le hubieras mandado un puñetazo Yongmin, se lo merecía — le dijo Jihee, su otra compañera de trabajo.

Jihee era muy extrovertida, le gustaba hablar hasta por los codos y nunca se quedaba callada cuando había algún cliente problemático. Todo lo contrario a Eungi, es más tímida, prefiere no decir nada para evitar problemas mayores, pero eso provocaba lo que sucedió hace algunos minutos atrás, que cualquier persona la trataba mal y ella no diría nada. Por eso Jihee y ella la defendían siempre.

Eungi es muy buena persona, no merecía ningún mal trato de parte de nadie.

—Lo sé, faltaba poco para eso — suspiró — estoy cambiando, ¿ves? Antes no hubiera aguantado y la hubiera mandado a volar.

—Ese es tu romeo que te tiene cambiada — le dijo dándole toques con su dedo, molestandola — ¿cómo te fue en tú cita ayer?

—Me fue muy bien, aunque tuvo que terminar antes por problemas que se presentaron — explicó encogiendose de hombros.

—¿Problemas?

—Oh, yo supe de eso — interrumpió Eungi la conversación — fans se enteraron del paradero de Jungkook y fueron al lugar, ¿no es así?

—¡No puede ser! — Jihee chilló y tapó su boca — se enteraron, te compadezco de ahora en adelante compañera...

—Si, osea no, no se enteraron, o eso creo. Jimin llamó a Jungkook para informarle lo que estaba pasando, entonces yo decidí que era mejor que me fuera a casa sola para no meterlo en problemas. Entonces cuando las fanáticas llegaron al lugar, él ya estaba solo — soltó un pesado suspiro — quizás cuanto tiempo debamos estar así...

—Ya verás que todo se arreglará y podrán estar juntos como corresponde —  Eungi le dio un leve apretón en su hombro dándole una leve sonrisa — y gracias por defenderme, te prometo que algún día lo haré por mi cuenta para no meterte en más problemas con Suhoo.

—Ah, no te preocupes, no me importa meterme en problemas con él.

—Yongmin, estás a dos metros de distancia, te estoy escuchando...

—¡Suhoo! No sabia que estabas ahí, lo siento — le dijo sarcásticamente.

—Mocosa irrespetuosa, soy mayor que tú, merezco respeto.

—Si, si. Como digas...

—No hay caso contigo — negó con su cabeza — dejen de cuchichear y vayan a trabajan, no les pago para que estén hablando.

—¡A su orden, queridisimo jefe! — Yongmin le sonrió divertida, y fue a atender a la familia que había llegado.

Si, no era un mal trabajo.

╰─►⸙͎ ➼➼➼✧;

Iba a toda velocidad en su moto camino a recoger a su hermano. La cafetería se había llenado y prefirió ayudar a las chicas antes de irse, por ende se atrasó.

—¡Lo siento por llegar un poco tarde! Tuve un percance en la cafetería — explicó rápidamente a la portera de la escuela.

—Tranquila Yongmin, ya vinieron a buscar a Seung, no te preocupes.

—¿Cómo que lo vinieron a buscar? — preguntó extrañada.

—Si, el hombre que vino a buscarlo dijo que te ibas a atrasar un poco y que lo habías mandado a él para buscar al niño...

Yongmin sintió que se le fue el aire y su corazón comenzó a palpitar con rapidez.

—Y-yo... Yo no mandé a nadie — dijo en un susurro — ¿Por qué no me llamó? ¿Quién era el tipo? ¡Yo no mandé a nadie por él! — respondió exaltada.

—S-sonó muy convincente, sabía todo de Seung y de ti, dijo que era tío de ustedes — explicó rápidamente — y-yo lo siento mucho, Dios enserio lo siento...

—¿Le dijo como se llamaba? ¿Cómo era?

—Se llama Shang, es un hombre alto, corpulento, vestía con jeans y chaqueta de cuero...

—Mierda, mierda, mierda... — puso las manos en sus rodillas, tratando de respirar bien, sus manos temblaban, comenzó a sudar frío y tenía taquicardia.

Le estaba dando una crisis de ansiedad.

—Yongmin, y-yo lo siento, el niño se fue sonriente, de verdad pensaba... pensaba que era su tío, sonó muy convincente. Perdón, lo siento mucho, le avisaré al director para que llamemos a la policía...

—Tuvo... tuvo que haberme llamado a mí, yo soy su tutora, yo lo he venido a dejar y buscar, solo somos los dos, no conozco a nadie llamado Shang y ahora mi hermano podría estar en grave peligro por negligencia de ustedes — la apuntó mientras lágrimas ya caían de sus mejillas. No quería si ni siquiera pensar que su hermano estaba mal.

No perdió más tiempo y fue hasta su moto, subiéndose y acelerando a toda velocidad hasta su casa. Pudo haber tenido hasta un accidente pero no le importaba. Deseaba llegar a la casa y encontrar a Seung ahí.

—¡Seung! ¡Seung! — gritó apenas entró a toda velocidad inspeccionando cada lado.

Corrió escaleras arriba hacia la habitación de su hermano, encontrandola vacía, con la cama desatendida, tal como la había dejado en la mañana.

Soltó un grito de frustración y con ello mas lágrimas. Su hermano estaba desaparecido, quizás con quien. Rogaba porque estuviera bien, que no le hicieran daño. Se prometió que nunca le tocarían un pelo, que siempre lo protegería... Pero no cumplió.

Tomó su celular con las manos temblorosas y le marcó a Jungkook, pero no contestó.

—¡Maldición!

Tiró el celular lejos, pero este comenzó a sonar. Lo tomó rápidamente y vio que era un número desconocido. De inmediato contestó.

—¿H-hola?

—Mi querida Yongmin, ¿como estás?

Al escucharlo comenzó a hervir de la rabia.

—¿Como mierda obtuviste mi número gran imbécil?

—Uy, así no se trata a la gente. No, no Yongmin, empezamos mal... Muy mal.

—No estoy para juegos Kev, tengo cosas más importantes que hacer...

—¿Como buscar a tu hermano?

Se quedó muda y empezó a procesar todo. Ese maldito hijo de puta tenía que ver con esto.

—¿Dónde está? ¿Dónde lo tienes? — le preguntó desesperada.

—Está muy bien. Pero si lo quieres volver a ver, ven a la dirección que te mandaré y mas vale que vengas sola. Haz lo que te digo o tu amado hermano sufrirá las consecuencias.

—D-déjame hablar con él, por favor — le rogó llorando — por favor, quiero saber que está bien.

—Me gusta cuando pides las cosas así, solo por eso te concederé el favor — le dijo divertido — habla, es tú hermana...

—N-nana, no vengas, p-por favor...

Yongmin suspiró de alivio al escucharlo.

—Seung, enano... te sacaré de ahí, lo prometo...

—N-no nana, no vengas...

—Listo, listo — escuchó nuevamente a kev a través de la otra línea — si lo quieres ver, ven. Y recuerda lo que te dije, ven sola. Adiós querida Yongmin.

Iba a contestarle pero éste ya había colgado. Se tomó la cabeza con desespero. Era un maldito enfermo.

Llamó nuevamente a Jungkook, pero la volvió a derivar a buzón de voz. Así que decidió llamar a su mejor amiga. Quizás ella podría ayudarla con todo esto.

—¡Hola corazón! ¿Cómo es...

—Hyemin, escucha — la cortó de inmediato — si no te llamo de aquí a la noche, llama a la policía y les indicas la dirección que te mandaré. No los envíes antes, por favor...

—Yongmin me estás asustando, ¿qué sucedió? — preguntó con preocupación.

—T-tienen a Seung, por favor haz lo que te pedí.

—¿Cómo? ¿Quién lo tiene?

—Kev. Kev secuestró a Seung... Y... Y quiere que vaya para poder rescatarlo, si llamo a la policía es capaz de matarlo Hyemin, solo haz lo que te pedí — imploro, llorando nuevamente.

—Dios mío, ese maldito hijo de perra, es un maldito enfermo. No puedo creerlo, Yongmin, ten mucho cuidado por favor — le suplicó con la voz temblorosa — él es capaz de todo, s-solo ten cuidado.

—Sí. Si a las diez no contesto, llama de inmediato a la policía.

—Lo haré. Ten mucho cuidado.

—Lo tendré — colgó y recibió el mensaje por parte de Kev. No perdió mas tiempo y fue hasta su moto.

Antes de partir, le marcó otra vez a Jungkook, pero nuevamente no obtuvo respuesta alguna.

—Jeon, ¿dónde estás?

Se colocó el casco y fue a toda velocidad rogando por ver a su hermano bien. Lo único que pedía es que estuviera bien, sin ningún rasguño.

Se metieron con lo mas sagrado. Lo iban a pagar con creces.

╰─►⸙͎ ➼➼➼✧;

Jungkook se encontraba en el gimnasio haciendo las rutinas que le había recomendado su entrenador personal.
Le encantaba el deporte, lo hacía aliviar el estrés que ya se estaba avecinando.

Shows, entrevistas y su esperado tour mundial.

—Con estos ejercicios ya estamos. Muy bien Jungkook, nos vemos mañana si es que se te apetece venir de nuevo.

—Genial. Nos vemos mañana entonces, me iré a duchar. Nos vemos MinHo — le dio un apretón de manos y se encaminó al baño de hombres, para su aseo personal.

Al salir ya duchado de aquel lugar, pudo ver de nuevo a la chica que se encontraba dentro del gimnasio y no paró de observarlo en todo momento que estuvo haciendo su rutina.

—Disculpa, ¿por qué me miras tanto? — preguntó levantando una ceja. La mirada de la chica era muy penetrante.

—Lo siento — se acercó de manera lenta hacia él — no quería incomodar, ¿no te acuerdas de mí?

—¿Debería?

—Nos vimos hace tres meses en la fiesta que realizó Big Hit. Soy Hyori, Park Hyori — la chica hizo una leve reverencia.

—Hmm, lo siento, no te recuerdo — le confesó algo apenado.

—Oh, habíamos acordado salir en otra oportunidad. Me pediste el número y nunca recibí una llamada por parte tuya. Ahora te volví a encontrar y tuve fe que me reconocerías — manifestó bajando la mirada, avergonzada. — ¿te parece si vamos a tomar un café?

Jungkook dudó. No veía que la chica tuviera malas intenciones.

—Verás, no sé si pueda ir...

—Oh, vamos. Verás que no te arrepentirás, yo invito. Además hace mucho frío, pinta un chocolate caliente y conozco una cafetería muy buena cerca de aquí.

Dudó. No quería ser descortés con ella y menos al notar que no tenía malicia en sus palabras.

—Estoy algo ocupado y...

—Solo serán dos horas, nada mas que eso. Por favor, ¿si?

—Está bien — aceptó, resignado ante tanta insistencia. Solo sería un rato.

—Maravilloso, ¿vamos en mi auto?

La observó. Es muy bonita, sus rasgos eran como de una modelo, ojos azules.

Pero definitivamente no era Yongmin, sentía que nadie le hacía el peso a la hermosura de aquella chica. Sonrió levemente al notar que aún en esta situación, no dejaba de pensar en ella.

De pronto sintió un ardor en el pecho. No entendía porque tenía esa sensación, era muy extraño. Se tocó esa zona y la molestia no desaparecía.

—Jungkook, ¿Estás bien? — Hyori lo sacó de sus pensamientos.

—Eh, si, si. Lo estoy, no te preocupes.

—Entonces, ¿vamos?

El pelinegro asintió y se subió al auto de la chica, esperando que el tiempo pasara rápido y el molesto ardor de su pecho desapareciera.


A Jungkook le pegaremos un chancletazo por no ver su maldito celular...

Son las 3 am y me dio toda la inspiración.

Solo diré que se viene bomba de aquí en adelante 🤫🤺.

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