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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐


𝐸𝐿 𝐶𝐴𝑆𝑇𝐼𝐺𝑂 𝑌 𝑂'𝑆𝑈𝐿𝐿𝐼𝑉𝐴𝑁

Lucie- ¡Bienvenidos a Deerland! - gritó el chico.

Todo el ambiente cambió cuando se escuchó una voz grave a lo lejos de lo que parecía ser un segurata del internado.

Lucie y yo nos escabullimos antes que el resto, que al principio parecieron no haberla escuchado.

Ella tenía asignado el dormitorio 19, justo al lado del mío, tampoco es que se durmiera de maravilla, pero no podía quejarme, seguramente era porque era mi primer día, ya me acostumbraría.

Una cosa que te puedo asegurar de lo que paso aquella madrugada, fue, que mi compañera o compañero de cuarto no apareció.

Según "El Tiempo" harían 32 grados y sol, así que, pillé unos vaqueros cortos y un top rojo, me puse una cinta de pelo del mismo color que el top y me aseé.

No solía maquillarme mucho, solo rizaba mis pestañas y me hacía un poco las cejas, no es que fuera especialmente fea, pero tampoco era modelo, simplemente tenía una complexión normal, y mantenía mi cuerpo haciendo bastante ejercicio.

Cogí mi mochila en la que solo había un archivador y un estuche e abrí la puerta y la cerré pasando mi tarjeta por el pequeño escáner.

Cuando escuché una puerta que se cerraba a mi izquierda.

- ¡Buenos días! - dijo Lucie sonriéndome, mostrando así toda su dentadura, era raro, actuaba como si no se acabara de despertar.

- Buenos días- respondí no tan animada como ella, porque yo, que me acababa de despertar.

- Cassandra esta es Allison, y Allison ella es Cassandra- dijo señalando a una chica que había al lado suya, era una chica de piel morena y pelo rizado marrón, de ojos verdes y cuerpo atlético, ella sí que parecía una auténtica modelo.

- Buenos días a ti también- le dije, quien al igual que yo parecía acabarse de despertar, Cassandra se limitó a levantar su mano en un intento de saludar.

El camino a clases era muy corto porque nuestras habitaciones estaban situadas no muy lejos de la salida de los dormitorios.

Quedaban unos minutos para que fuese la hora, aunque eso no hizo que fuéramos más rápidas.

Entramos en lo que parecía un auditorio y nos sentamos las tres juntas, la sala estaba casi llena.

Pasados unos 10 minutos la sala se cubrió al completo y una mujer de piel bronceada y pelo castaño, subió al escenario, donde habían tres mesas con unas pilas de libros encima.

- Os doy la bienvenida a Deerland, veo muchas caras nuevas- dijo sonriente- soy la Directora de este internado, y debéis de tratarme como tal, al final de esta hora entregaréis las optativas en esa caja- indicó con la cabeza una mesa al lado de la entrada.

Había una caja con una cesura en la parte de arriba para echar el sobre.

Abrí mi maleta que estaba en el suelo y saqué el archivador, para poder apoyarme al escribir, un bolígrafo negro, y el papel de las optativas.

Lo sé, lo sé, sé que los deberes van antes que el ocio, no soy perfecta, tengo muy mala memoria, ¿vale? - baja sus comisuras- sigo siendo una chica de 17- lloriquea-.

La señora empezó a leer el contenido de la página web del internado que yo llevaba semanas leyendo en bucle.

- Deerland es un internado privado- BlaBlaBla- Cada año acoge a 1500 estudiantes- BlaBlaBla. Ya me sabía el discursito de memoria así que opté por rellenar las optativas mientras esa mujer recién sacada de la playa nos daba La Charla.

En el primer párrafo explicaba que las zonas de: costura, el gimnasio y laboratorio; eran las únicas restringidas a menos de ir acompañado/a de un profesor/a y que las demás estaban divididas en clubs, que tenían unos horarios para poder usarse por ejemplo las bailarinas estaban de 5 a 6:30 y las animadoras de 6:30 a 8 y así se usaba la misma aula.

Las optativas eran muy variadas: Laboratorio, costura, club de tennis, de futbol, de natación, de atletismo, de baloncesto, de vóley ball, después tenemos el... el club de teatro, italiano, alemán, luego el club de poesía y literatura, de arte y de fotografía, y por el último, pero no menos importante, el club de danza, de animadoras y de música.

- Psst, Lucie, que optativas has elegido- Lucie miró mi papel sin rellenar y emitió una risilla contenida.

- Música- puse una cara de repulsión al escuchar esa palabra, ¿Qué? El profesor me tenía manía. – fotografía- esa me gusto así que la marqué- y laboratorio. - ese último lo ignoré, puesto que era Allison Brooke, y, creo, que nadie quiere que explote el edificio.

Finalmente marqué fotografía, vóley ball y arte. Al parecer el club de danza, animadoras y música tenías que ser escogida y como no iba a ir una tarde a pasar calor e ir vestida con una mini falda para solo ser un florero, no la marqué, además, nunca antes había estado en uno, entonces preferiría no descubrir que soy mala en algo, quiero mantener mi autoestima estable, gracias.

Un hombre subió al escenario y le susurró algo a la directora, quien abrió los ojos como platos, segundos después bajo el hombre y la mujer intentó disimular su descontento organizando los papeles que tenía entre las manos.

- Escuchad atentamente- dijo la mujer acercándose el micrófono- a ver, como ya sabéis unos cuantos pintaron en el letrero del instituto- observó la sala- Quiero saber quién ha sido- miré a mi alrededor, nadie le dijo nada, tan solo cuchicheaban y se miraban entre ellos- ¿No os atrevéis? Mirad chicos y chicas, no pienso irme de aquí hasta que no aclaremos todo esto.

El salón se quedó callado, pasó un minuto así, hasta que la señora concluyó.

- Cuando terminen las clases todos se dirigirán al gimnasio donde el profesor les pondrá su merecido castigo. Coged un libro de cada asignatura obligatoria, en la mesa del centro, y uno de cada una de las optativas principales y secundarias que hayáis escogido, a los lados. - dicho esto la señora se marchó.

Dejando a todo el salón sólo, con un hombre al lado de la puerta, el mismo que subió al escenario a ponerla al tanto de lo del letrero, esperando a que entregásemos las optativas para llevarse la caja.

- ¡Que fuerte tía! - dijo Lucie agitando mi brazo mientras se levantaba. – ¿Has visto la cara que ha puesto la directora? no estoy segura de que vaya a ir a el castigo, creo que tendré una... indigestión.

- ¿Ya estás pensando una excusa? - la verdad es que yo también la había pensado, pero como no quería empezar mal el curso, iría allí e haría una vuelta o dos y entonces me torcería el tobillo.

Agarré el brazo de Lucie, quien cogió de la mano a Cass, para no perdernos, el camino hasta el escenario era bastante complicado por toda la gente que había, y subimos las escaleras del salón de actos para poder coger los libros.

Nos separamos y yo, rápidamente, cogí los libros de cada materia y los fui guardando en la maleta, eran tantos que los tres últimos libros, el de francés, el de fotografía y el de arte, los tuve que llevar en los brazos.

La primera parada fue la habitación, abrir la puerta fue costoso, así que cuando lo conseguí, emití un largo suspiro.

- Hogar dulce hogar- dije encendiendo las luces del salón y dejando los libros encima de la cama.

Me dirigí hacia la cocina y me serví un vaso de agua, me puse un pantalón corto negro que llegaba hasta la cintura y un top de deporte también negro que cubría una pequeña parte del abdomen.

¿Qué pasa? Tampoco es que enseñara demasiado, pero, hasta cuanto es demasiado.

Cogí una mochila negra de Vans, vacía, y guardé una botella de agua, ropa de recambio, y mi bolsa de aseo, por si al final iba a tener que ducharme.

Me sorprendió que cuando estaba a punto de salir del edificio de los dormitorios escuché mi puerta abrirse.

No me dio tiempo a verle la cara, solo mi puerta cerrarse, como no quería llegar tarde, no me entretuve ni tampoco me volví a casa para ver quién era.

Seguí a unas chicas de mi curso al gimnasio, el cuál estaba vacío.

Opté por ir a la parte más baja de las gradas para sentarme un rato hasta que viniese el profesor.

Saqué el móvil y miré los mensajes.

De "Mamá": Avísame cuando llegues. Ayer 13:22.

- "Perdón, llegué tarde y con todo el papeleo, se me olvidó, estoy bien, os quiero muchísimo."- Hoy 12:37.

Apagué la pantalla del móvil y recosté mi cabeza en el borde de un escalón, mientras con los ojos cerrados, disfrutaba del sol.

- ¿Qué haces aquí? –el chico castaño que pintó el grafiti, estaba en el pasillo que separaba las dos gradas, mirándome interrogante.

- Nada, supongo- miré la hora del móvil apenas habían pasado 5 minutos. - ¿ha llegado el profesor de educación física? - él negó con la cabeza mientras se sentaba cerca mía, aunque respetando el espacio personal.

- Gracias por no delatarme- me dijo pasados unos segundos, mientras mirábamos cómodamente la cancha de atletismo.

- ¿Qué? -

- Que gracias por no contarle a la directora que fui yo- giró su cabeza para verme.

- Nadie lo hizo- concluí, aprecié unos segundos más su sonrisa con hoyuelos antes de volver a recostar la cabeza en el borde de la grada de atrás.

- Ya- sabía que me seguía mirando, pero no lo iba a comprobar- pero tú no me conoces, pudiste decirle sin ningún problema - escuché como él también se recostaba a tomar el sol.

- Justo por que no te conozco no dije nada -

- ¿No dijiste nada a quién? - una voz grave habló no muy lejos de nosotros, era un hombre robusto, tenía un silbato como collar y una pelota de vóley ball entre sus manos, espera, pero ese no era, ¿el señor del autobús?

- Ahora quien es el cotilla- le dije mientras volvía a recostarme.

¿Sabes que era lo peor? Que tenía ganas de dormir, y ahora iba a correr.

- Señor Anderson, creo que usted se debería estar uniendo a los equipos que se están formando para correr- primero le señaló a él y luego al pasillo.

El chico abrió su boca sin hablar y luego rió, su risa era atrayente y despreocupada.

- Bro...- dijo el profesor.

- Prefiero que me llamé por mi nombre- dije mientras le daba "semi-vueltas" a mi cuello para relajarlo.

- ¿Allison? - me preguntó y yo asentí para confirmarle que así me llamaba- Lo que acabo de decir no solo iba por Anderson, ve a unirte a los equipos- rodé los ojos, no me llamó de usted, así que se acordaba de lo que le dije la vez que le conocí.

Anderson se rió de mí insonoramente, aunque hacía gestos exagerados.

Vale, , pensaba que podría quedarme aquí, vale, me he equivocado, a veces la gente se equivoca ¿sabes? - se invoca mi lado infantil que le da por hacer una rabieta.

- Anderson ¿usted no se había marchado? – el chico negó e inclinó su cabeza a un lado indicando que le acompañara, rodé los ojos y miré con reproche al profesor.

Este se encogió de hombros y dejo las listas pegadas a la tabla, y la pelota de baloncesto; en donde yo había estado sentada segundos antes.

- Vamos- Anderson no parecía preocupado por llegar tarde a lo de los equipos, pero yo, por lo pronto, tenía mi mayor miedo a flor de piel, Mi querida Fobia Social.

Quién diría que Allison Brooke una chica que tiene cientos de amigos tenga miedo a caer mal.

Al parecer no habían empezado a hacerlos equipos.

Me senté en el césped, con Cassandra y me contó que no había visto a Lucie desde los libros, la tranquilice diciéndole lo de la excusa de la indigestión.

Pero me preocupaba, no había mandado ningún mensaje.

La chica pelirroja con la que jugamos a Dos Verdades y Una Mentira se levantó.

- El profesor dijo que nos repartiéramos en 4 grupos- explicó a los que acababan de llegar, entre ellos yo.

Puso sus brazos en su cadera y se situó un poco a la izquierda. – yo me presento a capitana. – la pelirroja alzó la barbilla.

Nick, el novio de Lucie, se levantó, y se puso a la derecha de ella.

- Yo también. – Nick era por ahora mi mejor carta, pero iba a esperar a que todos se presentasen.

- Venga Ryan, preséntate tú- dijeron un par de chicos y chicas empujando a Anderson suavemente hacia el centro, él se negó y se sentó, mirándome.

Una chica de las que estaban empujándole se acercó a Nick.

- Me presento como capitana- la chica era una princesa sacada de cuento, una cara inocente con un pelo largo y sedoso, una piel de marfil y una voz suave y con gracia.

- Soy Danais- me miró presentándose, y yo le sonreí un poco, por educación, aunque seguía maravillada con su aspecto.

Miré a Anderson y el me correspondió, si de verdad así eran las chicas que le gustaban, no tenían ningún parecido a mí.

La chica delicadamente se situó a la izquierda de la pelirroja, quien le regalo una sonrisa forzada.

- Falta alguien- aclaró la pelirroja, yo no iba a salir, lo tenía muy claro.

Entonces llegó Lucie, y se sentó al lado mía, no me di cuenta que estaba ahí hasta que me dio un golpecito en el brazo.

- ¿Dónde estabas? ¿No tenías una indigestión? – me giré hacia ella, siempre había sido muy curiosa.

- Resultó que la directora se pasea por el internado, fui a recoger el libro de Laboratorio porque se agotaron en las mesas, bueno, ya tu sabes, me encontró con Nick en el aula besándonos. –me tapé la boca con la mano y apreté mis labios para no reírme.

- El otoño la sangre altera, espera, que no era así– dije riéndome.

- No seas cabrona- me pegó no muy fuerte y miró a la pelirroja. –¿Qué hace ahí? –dijo con la boca entre abierta y sus labios rígidos, intentando comunicarse, cosa que pude entender.

- Est...- empecé diciendo.

- Estamos buscando una capitana para los equipos- dijo demasiado alto la pelirroja delante mía, sobresaltando me, rodé los ojos, sonriendo sarcástica. - ¿Quieres?

- No quiero- dijo Lucie esculpiendo su mejor sonrisa falsa, la pelirroja se quedó unos segundos mirándola, con los ojos achinados, nunca antes me habría imaginado pensando esto, pero la chica, era BIEN rarita.

- ¿Y tú? -

- No, gracias- negué con la cabeza.

- Bueno, entonces ¿Quién? - gritó cansada, apoyé un codo en mi rodilla y coloqué mi cara en mi puño.

Debería de pegarme un cartel en la frente que tuviera escrito "QUIERO DORMIR".

- Yo- entreabrí un ojo, curiosa, para saber quién había sido el voluntario.

Un chico de piel morena y ojos claros se levantó y se puso a la derecha de Nick.

Le miré, de arriba abajo, analizando bien cada paso que daba, puesto que era un chico muy fascinante, imagínate conocerle y descubrir que es también una maravilla por dentro.

- Parece que le has echado un ojo a ese chico- me costó un pongo dejar de mirarlo, pero, finalmente, lo hice, Lucie, quien tenía una ceja levantada plasmó una sonrisa maléfica.

- ¿Sabes quién es? - Lucie le escrutó con la mirada para concluir diciendo.

- No- que cachonda- creo que es nuevo, o repetidor, nunca he escuchado que hayan repetidores en Deerland, suspender puede llevarte a expulsión directa, pero hay casos aislados. - asentí.

- Pues, esperad a que los capitanes os elijan- dijo la pelirroja mirando a los capitanes- que empiece...- miró al chico de ojos claros.

- Benjamín-

- Pues eso, que empiece Benjamín.

Los equipos se formaron en menos de 1 minuto, y yo estaba en el equipo de Nick con Cassandra y... nadie que conociese, Lucie estaba en el equipo de Danais.

- ¡Deberíais de llevar como 10 minutos corriendo!- gracias a cuchicheos me enteré del apellido del profesor, O'Sullivan.

- ¿Quién es el primer grupo? - todos señalamos a la pelirroja.

- Señorita Taylor, tu grupo y tú tendréis el honor de salir primeros.

Nosotros éramos los segundos, así que, después de que el primer grupo hiciese 6 vueltas nos tocó a nosotros, el grupo era mayoritariamente chicos, menos una amiga de Cass y yo.

Para mí es como pecar hablar mientras corro, y en la segunda vuelta, le di un codazo a Cass, y fingí como buena dramática que soy.

No le dijimos que era mentira a la amiga de Cass, así que ella, actuó, muy... metida en el personaje.

Me acompañaron a la parte baja de las gradas, donde O'Sullivan estaba sentado y las mandó a seguir corriendo.

El grupo 1, 3 y 4 estaban en las gradas, en la otra punta de donde estábamos sentados, y entre ellos estaba Ryan Anderson.

Durante unos minutos vimos a mis compañeros correr, como si les fuera la vida en ello, puesto que la penalización de ir lento o pararse, era, venir todos los días a correr.

- Has fingido que te has torcido el tobillo, ¿me equivoco?- me giré a verle, y analicé su perfil durante unos segundos.
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